Se dice, y está comúnmente
aceptado, que el acto de contar un cuento a los niños antes de dormir es uno de
los más placenteros e inolvidables que pueden darse en el entorno familiar. El
problema es que para muchos padres de hoy -hijos ya de la tele y de las
películas en vídeo de Disney- contar un cuento es poco menos que una misión
imposible: no saben. Para cubrir esta laguna están los repertorios que cada año
se publican o se reeditan, sobre todo de los conocidos cuentos clásicos, tanto
en ediciones para niños como en volúmenes especiales para uso de padres y
profesores.
Ejemplos:
El
gigante de la historia viene
a ser una versión moderna de los cuentos de las Mil y una noches, protagonizada
por un gigante que guarda en su castillo todos los cuentos del mundo. Todos
menos uno, que no ha podido encontrar tras miles de años de búsqueda. El
gigante sabe que se le acaba el tiempo y que, si no encuentra el cuento, él y
su castillo desaparecerán. En su ayuda vienen cuatro niños: la hindú Rami, el
inglés Liam, el árabe Hasan y la estadounidense Betts. Los cuatro le contarán
todas las historias que saben, con la esperanza de encontrar la que le falta al
gigante.
Una espléndida recopilación de cuentos de todo el mundo, en hermosas
adaptaciones de Brian Patten, uno de los más prestigiosos poetas del Reino
Unido, que el autor enmarca en una historia fascinante -el encuentro entre el
gigante y los niños, y su "necesidad" de contar y escuchar cuentos-,
llena de magia y emoción.
Cuentos
para irse a la cama es
una recopilación de cuentos de Enid Blyton, escritos por la famosa autora de Los Cinco y otras aventuras de pandillas, cuando
su hija Gillian era pequeña y le pedía un cuento cada noche. Después estos
cuentos se fueron publicando en volúmenes dirigidos a niños de 5, 6, 7 y 8
años, y ahora Destino los ha agrupado en un solo libro. Son un total de 59
relatos breves, sencillos, ingenuos y divertidos, entre los que no faltan
algunos con el especial toque de intriga y misterio que Blyton sabía utilizar
con maestría para captar la atención de los niños.
El tono siempre amable de la
autora hace que, efectivamente, sean ideales "para irse a la cama"
con ellos, y también resultan adecuados para leer a los más pequeños.
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