martes, 12 de marzo de 2019

Cuentos Infantiles

Se dice, y está comúnmente aceptado, que el acto de contar un cuento a los niños antes de dormir es uno de los más placenteros e inolvidables que pueden darse en el entorno familiar. El problema es que para muchos padres de hoy -hijos ya de la tele y de las películas en vídeo de Disney- contar un cuento es poco menos que una misión imposible: no saben. Para cubrir esta laguna están los repertorios que cada año se publican o se reeditan, sobre todo de los conocidos cuentos clásicos, tanto en ediciones para niños como en volúmenes especiales para uso de padres y profesores.

Ejemplos:
El gigante de la historia viene a ser una versión moderna de los cuentos de las Mil y una noches, protagonizada por un gigante que guarda en su castillo todos los cuentos del mundo. Todos menos uno, que no ha podido encontrar tras miles de años de búsqueda. El gigante sabe que se le acaba el tiempo y que, si no encuentra el cuento, él y su castillo desaparecerán. En su ayuda vienen cuatro niños: la hindú Rami, el inglés Liam, el árabe Hasan y la estadounidense Betts. Los cuatro le contarán todas las historias que saben, con la esperanza de encontrar la que le falta al gigante. 

Una espléndida recopilación de cuentos de todo el mundo, en hermosas adaptaciones de Brian Patten, uno de los más prestigiosos poetas del Reino Unido, que el autor enmarca en una historia fascinante -el encuentro entre el gigante y los niños, y su "necesidad" de contar y escuchar cuentos-, llena de magia y emoción.


Cuentos para irse a la cama es una recopilación de cuentos de Enid Blyton, escritos por la famosa autora de Los Cinco y otras aventuras de pandillas, cuando su hija Gillian era pequeña y le pedía un cuento cada noche. Después estos cuentos se fueron publicando en volúmenes dirigidos a niños de 5, 6, 7 y 8 años, y ahora Destino los ha agrupado en un solo libro. Son un total de 59 relatos breves, sencillos, ingenuos y divertidos, entre los que no faltan algunos con el especial toque de intriga y misterio que Blyton sabía utilizar con maestría para captar la atención de los niños. 

El tono siempre amable de la autora hace que, efectivamente, sean ideales "para irse a la cama" con ellos, y también resultan adecuados para leer a los más pequeños.

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