martes, 26 de marzo de 2019

La Autenticidad

Como nuestras sociedades, obsesionadas con la imagen, no enfatizan la autenticidad como valor, pueden pasar años antes de que uno se dé cuenta que ha estado viviendo con poca autenticidad, y es usualmente frente al severo llamado de atención de la muerte (la propia muerte que se intuye cercana o la de un ser querido) cuando surge la pregunta fundamental: ¿estoy realmente viviendo mi propia vida o estoy atrapado en pequeñas farsas cotidianas por miedo, conveniencia o costumbre?

Una práctica para cultivar la autenticidad
Esta semana te invitamos a poner atención a un nivel sutil de tu experiencia. Observa tu sensación de congruencia o incongruencia interna cuando estás con diferentes personas en diferentes contextos. ¿Qué relaciones y qué situaciones te facilitan ser completamente tú mismo? ¿Qué relaciones y qué situaciones favorecen el que uses una máscara y dejes de escuchar la voz interior que expresa tu verdad? Trayendo a tu experiencia la cualidad abierta y ecuánime de mindfulness, observa todo esto sin juzgarte, manteniendo una actitud curiosa, ya que realmente este es un aspecto fascinante de nuestra experiencia humana. En este mismo espíritu de curiosidad puedes preguntarte: ¿cuánto tiempo de mi día y de mi semana siento que soy plenamente yo y cuánto tiempo siento que tengo que aparentar ser algo distinto a lo que soy? ¿Qué es lo que me mantiene ligado a estas situaciones en las que no me siento auténtico? ¿Cómo puedo aumentar el tiempo y las situaciones donde puedo ser auténtico y disminuir las que me obligan a encarnar un personaje?
Deja también algún tiempo para la soledad y la meditación. Si no nos damos el tiempo de estar solos, se hace más fácil perdernos en las actividades y las relaciones con otros, y si estamos constantemente en comunicación, hay poco espacio y silencio para poder escuchar lo que surge desde tu interior. En esta soledad observa cómo te relacionas contigo mismo y, aunque pueda sonar un poco abstracto, pregúntate e investiga si te sientes realmente acompañado por ti mismo en tu soledad. ¿Sientes que es posible ofrecerte una amistad más cercana e íntima a ti mismo? ¿Puedes explorar con tranquilidad y sin juzgarte tus deseos, necesidades y verdades más profundas? Si notas que es común en tu experiencia tratarte con dureza, como alguien que debe cumplir ciertas expectativas impuestas desde fuera, considera que probablemente has aprendido este modo de funcionar por una buena razón y que quizás te ha ayudado mucho en tu vida, aunque tal vez ahora valga la pena reconsiderar los supuestos de base de esta forma y quizás este modo de funcionar ahora puede ser un obstáculo para vivir plenamente.


Por último, nota la relación que hay entre cultivar la autenticidad en tu vida y tu nivel de energía (tu ánimo, tus ganas de vivir y tu creatividad). Generalmente, gastamos mucha energía cuando pretendemos ser lo que no somos y, al volvernos más auténticos, recuperamos energía que estaba perdida y nuevas posibilidades se abren naturalmente. 

Disfruta de esta energía que surge y úsala en parte para crear espacios amables y sinceros donde otros también puedan explorar la posibilidad de ser más auténticos. Esto suena como un gran proyecto, pero en realidad basta con comenzar a introducir pequeñas semillas de autenticidad en nuestra casa, en el trabajo, en la escuela y en nuestras relaciones; sin duda, la libertad y el relajo que surgen empezarán a propagarse en un círculo virtuoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario