Algunas personas consideran a la intuición como un sinónimo
de opinión, de presentimiento o bien como un impulso. Entonces, desde este
punto de vista, confiar en tu intuición sería un acto impulsivo y no muy
recomendable para la toma de decisiones, por ser la facultad opuesta al
razonamiento.
Sin embargo, tu intuición es una herramienta muy valiosa
para elegir hacia dónde ir y hacia dónde no. Te permite detectar información
sumamente importante que no es elaborada a través del pensamiento racional,
sino que es percibida a nivel de tu inconsciente.
Cuanto más desarrolles tu capacidad intuitiva, más fácil te
resultará seguir este “pálpito” y aprovechar sus beneficios.
¿Qué es la intuición?
La RAE (Real Academia Española) la define como “la facultad
de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento” y
también como “la percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que
aparece como evidente a quien la tiene”.
Las definiciones anteriores resaltan dos aspectos
fundamentales de la intuición. Por una parte, que es una verdad evidente e
íntima que es percibida solo por el ser humano que la intuye y esto hace que
sea muy difícil verbalizar o explicar lo intuido. Por otro lado, que se produce
instantáneamente, sin mediación de la razón.
En síntesis, la persona que intuye sabe algo pero no sabe el
porqué de este conocimiento.
Para aprender a confiar en tu intuición debes comprender su
función, es decir, que es una herramienta te aporta un entendimiento sobre una
situación o persona que no puedes obtener a un nivel consciente, utilizando el
razonamiento. La intuición te brinda información que no podrías tener de otra
manera.
También es importante que no la confundas con prejuicios,
opiniones, miedos, instinto o deseos porque, de lo contrario, no sabrás en qué
estas confiando a la hora de elegir el camino a seguir ante una determinada
situación.
La mejor manera de confiar en tu intuición es tener el
coraje de seguirla, sin cuestionarte ni intentar razonar lo intuido. Cuanto más
lo practiques, más intuitivo te volverás y más cómodo te sentirás empleando
esta habilidad.
Seguir a tu intuición no va en contra del pensamiento
racional, sino que se complementan, son instrumentos diferentes y cada uno
tiene sus beneficios para ti.
Si quieres racionalizar o hacer deducciones a partir de una
verdad intuida, su valor para la toma de decisiones se perderá, ya que su
riqueza está en las señales que son percibidas por tu inconsciente y que se
manifiestan en ti como una corazonada.
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