sábado, 9 de marzo de 2019

Juventud Truncada

En Bangladesh, donde dos de cada tres niñas son obligadas a casarse antes de los 18 años, cada vez son más las adolescentes que deciden luchar para cambiar un destino que las condena a ser adultas antes de tiempo.

A pesar de que la ley prohíbe el matrimonio infantil, el gobierno bangladesí no controla su cumplimiento ni aborda los factores que lo posibilitan. En muchas comunidades, las niñas son consideradas una carga económica y las familias creen que entregando a sus hijas a un marido –a menudo mucho mayor que ellas–, les asegurarán su supervivencia y manutención, además de protegerlas ante agresiones sexuales. La práctica de la dote, muy extendida, tampoco ayuda: cuanto más joven sea la novia, menor será la cantidad a entregar.


La realidad, sin embargo, es amarga. Las niñas casadas dejan la escuela, tienen más posibilidades de sufrir malos tratos, engendrarán más hijos y tendrán menos posibilidades de contar con ingresos propios, lo que perpetuará su dependencia del marido. Además, las muertes relacionadas con embarazos precoces son la primera causa de mortalidad en adolescentes. 

En este contexto, la educación y la sensibilización son claves para luchar contra esta lacra.

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