El valor de una imaginación fértil, es la fuente de todo pensamiento creativo,
y mucho más importante que el conocimiento; es una de las principales razones
por la que la mayoría de personas no tienen éxito, porque no han aprendido a
usar la imaginación.
D. Drubach, E.E. Benarroch, F.J.
Mateen definen en su artículo: “Imaginación:
definición, utilidad y neurobiología“, a la imaginación como ‘el
proceso cognitivo que permite al individuo manipular información generada
intrínsecamente con el fin de crear una representación que se percibe a través
de los sentidos de la mente’.
Por eso, cuando muchas veces escuchamos frases como “es que
yo no tengo mucha imaginación”, “mi compañero tiene mucha más que yo”… son
frases equívocas, pues todos nosotros desde que somos niños tenemos
un alto potencial imaginativo.
“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más
importante que el conocimiento”
-Albert Einstein-
Todos nacemos con una imaginación muy activa, como
sucede con los niños, que viven en un mundo de fantasía durante unos años, la
cual se trata de una fase normal del desarrollo de la personalidad, pero cuando
los poderes de razonamiento superiores comienzan a madurar rápidamente, el niño
progresa a un mundo de realismo.
Muchos jóvenes abandonan casi por completo el uso de su
imaginación en
esta etapa de sus vidas, y otros hacen uso de ella de una manera constructiva;
es aquí donde los padres juegan
un papel muy importante, ya que pueden dar a su hijos alguna salida creativa
para su imaginación, mientras que otras reprimen o inhiben la del niño.
En realidad, cada ser
humano tiene una imaginación,
que puede estar reprimida, distorsionada o inactiva, pero existe,
y es más potente que la fuerza de voluntad, pero cuando existe un conflicto
entre ambas -imaginación y fuerza de voluntad-, siempre gana la primera.
“El exceso de imaginación o de pensamiento racional
pueden ser igualmente peligrosos. Esas dos fuerzas tiran hacia lados opuestos
y, sin embargo, hay que mantenerlas en armonía”
-Alexander Alekhine-
Dedica 5 minutos de tu día para visualizar mentalmente la imagen
que deseas que se haga realidad, por lo menos dos veces a
la semana. Prueba a primera hora de la mañana, antes de levantarte de la
cama y de nuevo en la noche justo antes de dormir; libérate de tensiones, e imagínate
en un lugar tranquilo y relajado.
“Tu imaginación es libre, no la hagas prisionera de las
convicciones de los demás”
-Anónimo-
¿Crees que no puedes imaginar tanto como los demás? Ahora ya
sabes que desde niño siempre has tenido una alta capacidad para hacer esto, tan
solo te has olvidado o has negado lo que sin duda posees. Esta capacidad es muy
importante para motivarte y, también, para dar rienda suelta a tu creatividad.
No limites tu poder de imaginar la vida que deseas,
sueños, metas y éxitos. Nuestra mente tiene mucho poder, así que no la
desperdicies. Te vendrá, además, muy bien si tienes un trabajo creativo.
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