lunes, 11 de marzo de 2019

Filosofía Y Conocimiento


El conocimiento es algo sorprendente en sí mismo.

El ser humano es capaz de conocer su propio conocimiento y de pensar que está pensando. Esta posibilidad, unida a un interés por saber acerca del mundo que le rodea y acerca de sí mismo, le dota de una especial manera de estar en el universo: está conociendo, preguntando, deseando saber. Ya dijimos que la filosofía supone una actitud de curiosidad, sorpresa y pregunta ante la realidad.

Por eso, la filosofía es el conocimiento por excelencia. “Es” el conocimiento y, además, la pregunta por la misma capacidad de conocer. A la hora de estudiar el conocimiento humano, debemos tener en cuenta que hay dos dimensiones: lo que podemos conocer (¿qué conocemos?) y la propia capacidad de conocer (¿cómo conocemos?).

Son diversas las disciplinas que estudian el conocimiento humano. La neurobiología estudia el funcionamiento del cerebro, el órgano del conocimiento por excelencia. La psicología (cognitiva) estudia los procesos cognitivos y su relación con el psiquismo.

Además de la ciencia, la filosofía lleva siglos discutiendo sobre el significado del pensamiento, el conocimiento y sus fuentes, qué es conocer.

Son dos ramas de la filosofía las que se ocupan de este problema: la epistemología que se dedica exclusivamente a la cuestión de la validez y posibilidad del conocimiento y la metafísica que se pregunta por la realidad de lo que conocemos, por el significado, límites y alcance último del conocimiento.

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