sábado, 9 de marzo de 2019

Conformismo Y Mediocridad

Cuando no tienes consciencia de tus hábitos nocivos, es frecuente que tu accionar en la vida sea en automático. Tampoco tienes integridad ni consistencia en tu vida. Esto te trae todo tipo de consecuencias, sobre todo indeseadas, ya que al no estar tomando perspectiva de las situaciones, te embarcas en todo tipo de arrebatos, juicios hacia los demás, quejas y sobre todo, en el conformismo.
El conformismo es un hábito que has desarrollado en base a la repetición, tal como se reproducen otros hábitos de cualquier tipo. Empiezas dejándote llevar por la queja, el aislamiento, el juicio sobre todo hacia las demás personas, creyendo internamente que tienes la verdad absoluta de todas las cosas. Y llega un momento en que te sientes tan desgastado, desganado y sin entusiasmo por la vida, que no sabes a qué atribuirlo.
Es así que, tal vez lo intuyas o lo sospeches: eres un mediocre.
El diccionario dice: “Que tiene poca inteligencia y no destaca por ninguna cualidad”. Lo cierto es que el propio mediocre jamás asumirá esta afirmación; si ya es fuerte saberte con poca inteligencia -que no necesariamente está relacionada con el saber enciclopédico, sino, en este caso más bien con tu inteligencia emocional-, es más contundente eso de que eres bueno para nada.
10 rasgos de las personas mediocres
Quieren tener mucho (especialmente cosas económicas) y no hacen nada.
Se quejan y critican a todo el mundo.
Son cómodos.
Suelen ser unos sabelotodo enciclopédicos con información de poca utilidad: intentan aparentar algo que no son.
Desprecian profundamente al que se destaca, sobre todo a los de su círculo cercano.
Son crueles con aquellos que tienen éxito y consiguen sus metas.
El mediocre se abandona en su zona de confort, y ni pienses en sacarlo de allí.
Su análisis de las cosas es: o bien muy básico, elemental; o bien, sumamente enciclopédico pero sin experiencia alguna. Tan es así que en muchos casos se aprenden las cosas de memoria para ostentar una fingida sabiduría.
Son copiones: les encanta robar ideas, porque no tienen generación propia
Son letales con los chismes y las actitudes negativas.
Si te reconoces en 2 o más de estos síntomas, puedes empezar a pensar que tienes una cuota de mediocridad mayor que la media. Si lo deseas, sigue leyendo si te interesa atravesar y salir de esta condición tan pobre como ser humano.
Siguiendo estos pasos podrás ir abandonando el hábito de la mediocridad en tu vida. La sugerencia es que trabajes uno por vez, al menos durante 60 días corridos, antes de pasar al siguiente paso para remover tu consciencia de mediocridad.
Como en todo, si abandonas no obtendrás el resultado. Si avanzas, podrás hacerlo a tu ritmo. Y no te asustes ni extrañes: los mediocres aman las recaídas, porque les encanta quejarse y jugar a las víctimas.
Haz una lista de hábitos de mediocridad. En una libreta nueva, dedicada sólo a esto, necesitarás bucear profundo e identificar todos aquellos hábitos que te han venido sometiendo a tu estatus de mediocridad hasta ahora. Desde no hacer la cama cuando te levantas, hasta hacer zapping todo el día en la televisión; incluye todas tus quejas, las críticas despiadadas que haces en voz alta y para tus adentros -puedes incluir aquellas que van hacia ti mismo-, y todo lo que envidias de los demás. No te limites a tres o cuatro cosas: he entrenado personas que, muy comprometidas consigo mismas, han llegado a escribir más de mil comportamientos mediocres cotidianos.
Abandona de inmediato y para siempre cualquier adicción que tengas. Al tabaco, alcohol, drogas o estupefacientes de cualquier especie (excepto los recetados por el médico), a la comida y a los pensamientos negativos. Necesitas 33 días seguidos de entrenamiento para cambiar un hábito. Si recaes, empieza de nuevo. Date la oportunidad de un nuevo comienzo.
Cambia tu rutina que llevas desde hace años. Necesitas incorporar por semana, al menos dos actividades nuevas, que van desde cosas pequeñas como ir por un camino diferente al trabajo, hasta vestirte con nuevos colores. Sostén esto de aquí en más.
Haz una actividad que te resulte muy incómoda. Por ejemplo, si quieres bajar de peso y sistemáticamente te resistes, ya sabes por dónde empezar; o si no vas al gimnasio por más que es altamente recomendado para ti, ahí tienes otra. Sostenla en el tiempo.
Lee un libro mensual de temas que no sean profesionales. Busca inspiración en biografías, ficción de cualquier género, y, sobre todo, de contenido optimista. Esto te permitirá incorporar un vocabulario diferente para usar de aquí en más, mientras incorporas algo nuevo.
Haz tu cuaderno de excusas. Cada vez que aparezca una justificación o excusa de cualquier tipo, la anotarás con día, hora y situación que la desencadenó. Inmediatamente, buscarás hacer consciente ese impulso aprendido muy mediocre, no darle lugar y reemplazarla por un pensamiento constructivo.
Enviarás al menos 3 felicitaciones por día de aquí en más. Puede ser a personas conocidas, desconocidas, compañeros de trabajo, un medio de comunicación, o un mensaje por el móvil. Todo lo que se te ocurra para hacerlo más a menudo y consciente te vendrá de maravillas.
Suelta la ansiedad. Quizás sea este el punto más desafiante, porque como toda la vida has sido mediocre y te has abandonado, ahora que empezarás a sentir el sabor de la sal de la vida con pequeñas acciones diferentes querrás más y más. Hazlo paso a paso. La ansiedad está en el futuro, y siempre necesitarás mantenerte en el presente para sostener este cambio de paradigma interno.
Registra cómo te vas sintiendo. Si te cuesta escribir, puedes grabar tus notas de voz relatando con todo detalle las emociones que van apareciendo. Te aseguro que empezarás a ver una vida maravillosa que siempre estuvo; solo que tu no la aceptabas para ti.
Deja de frecuentar a personas mediocres. Como estás en rehabilitación, necesitarás soltar aquellos vínculos nocivos de todo tipo. Al principio te costará, aunque después entenderás el por qué y el beneficio de hacerlo a consciencia.
Para terminar, unos conceptos asociados al excelente libro “El hombre mediocre”, de José Ingenieros, que te aliento a leer y practicar a tu ritmo, como complemento de este programa para dejar tu mediocridad.
“Las personas proactivas, positivas y creativas son las que le despiertan este vil sentimiento. Un talento desarrollado y llevado a la perfección es el mejor espejo en donde los mediocres se ven reflejados. La envidia no es más que la respuesta de las propias insatisfacciones personales ante quien les está evidenciando sus propias deficiencias o mediocridades. Por esto mismo, en vez de “emularlos”, los hombres mediocres optan por destruirlos y denigrarlos.
Los hombres mediocres son astutos y hasta pueden ser más inteligentes que el hombre promedio. Es más, la “mediocridad” supone estas cualidades antecedentes. Por ejemplo: una persona puede creerse un gran artista o un gran genio sobre la base de ciertos talentos heredados, adquiridos o perfeccionados. Pero cuando esta aptitud es contradicha por quienes en verdad lo son, si son humildes, los imitarán, si son soberbios, los envidiarán. Y esta es la típica reacción de hombre mediocre.
Otro aspecto que también es alarmante es el de saber enfrentar el binomio entre “creerse” y “ser”. Una cosa es creerse un gran artista o un gran intelectual y otra cosa, muy distinta por cierto, es serlo. La aptitud del creído contradice la aptitud del hombre superior. Es una falsa percepción de uno mismo.”

 ¿Y tú? ¿Dónde estás con este tema?

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