Últimamente escuchamos hablar sobre la importancia de que las personas tengamos
empatía, de educar a los niños para que sean empáticos e
incluso, se habla de que las marcas también deben tener empatía, pero ¿sabemos
realmente lo que es?
La empatía es un sentimiento que nos permite percibir y
comprender lo que otras personas pueden estar sintiendo y por lo tanto, una
cualidad esencial para ver el mundo con más amor y compasión.
Partamos de la definición más sencilla de qué es empatía,
que es la que nos da la RAE: ‘sentimiento de identificación con algo o
alguien’, ‘capacidad de identificarse con alguien y compartir sus
sentimientos’.
Cuando hablamos de empatía, nos referimos justamente a la
capacidad de una persona para percibir y entender lo que otra persona está
sintiendo en un momento determinado, o como diríamos
coloquialmente, la capacidad que tenemos de ponernos en los zapatos del otro.
Esto no quiere decir que tengamos las mismas opiniones, que
estemos de acuerdo con sus emociones o que sintamos lo mismo y por eso lo
comprendamos. En realidad, la empatía tiene que ver con la capacidad de ponernos
en la piel de la otra persona y entender aquello que siente y que pasa por su
mente, desde su perspectiva y no desde la nuestra.
Es por esto que para poder sentir empatía partimos de la validación de los sentimientos y
motivaciones que tiene la otra persona, sin tener en cuenta si
estos tienen la misma importancia si lo viéramos desde nuestra propia escala de
valores.
Absolutamente todas las personas venimos al mundo con los
componentes neurológicos apropiados para sentir empatía. Si lo piensas con
detenimiento, la empatía es también un mecanismo de
supervivencia que se activa para
comprender mejor nuestro entorno, a la persona que tenemos frente a nosotros y
ser capaces de generar vínculos y relaciones más profundas con ella.
Así como tenemos personas a nuestro alrededor que son
capaces de comprenderlo todo, también hay personas que consideramos cero
empáticas, egoístas y que no son capaces de ver más allá las situaciones de los
demás; estas son personas que no han desarrollado empatía.
Pero lo cierto es que nuestro cerebro tiene unas neuronas
encargadas de permitirnos establecer esta conexión con
otras personas, poner a un lado nuestro mundo emocional para
que seamos más receptivas hacia las personas o circunstancias en un momento
dado.
Entonces, si todas las personas podemos sentir empatía, ¿por
qué hay personas que muestran una ausencia total de esta? La realidad es que
todas nuestras emociones y sentimientos se van
moldeando según las experiencias que
tengamos en nuestra infancia, por lo que el contexto social en el que
crezcamos, nuestra familia, la educación y los estímulos que recibimos, son
responsables de que seamos personas con una empatía desarrollada o no.
Afortunadamente la empatía es un sentimiento que podemos
cultivar y ejercitar día a día, siendo más conscientes de ciertos aspectos para
mejorar y activando los tres factores esenciales que definen lo que es empatía:
la escucha activa, la comprensión y la ayuda emocional, empezando por
interesarte un poco más por las personas que te rodean e involucrarte con ellas
y con las situaciones.
Lo cierto es que la empatía mejora significativamente tus
vínculos emocionales con otras personas, cambia tu perspectiva y tu visión de
las cosas, te ayuda a resolver mejor los conflictos, te convierte en una
persona más respetuosa, mejora tu inteligencia emocional y te ayuda a
desarrollar capacidades de liderazgo, colaboración y negociación.
Pero lo mejor
de todo, es que te hace sentir mejor contigo mismo.
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