Explorar nuestro mundo interior puede ser el viaje más
intenso y fascinante que existe. Muchas veces transitamos por el mundo sin
darnos cuenta de nuestras verdaderas capacidades y talentos, pensando que la
persona de al lado es más virtuosa o merecedora que nosotros de cosas buenas,
sintiéndonos con ello inferiores y poco afortunados. Esta conciencia de víctima
hace que desaprovechemos tiempo y oportunidades valiosas para desplegar
distintos aspectos de lo que realmente somos, los cuales no son, necesariamente,
los que el resto dice o quiere para nosotros.
Nuestro compromiso personal comienza a adquirir cada vez más
fuerza, y es éste mismo el que nos impulsa a desafiar nuestros propios límites,
a tomar riesgos y a seguir, finalmente, a nuestro corazón. No se trata de ser
irresponsables y dejar completamente de lado todo lo que hemos construido con
esfuerzo hasta ahora. Se trata, más bien, de tomar todas aquellas cualidades y
fortalezas que nos han llevado a ser lo que somos ahora y, desde ahí, fundar
una nueva forma de vida basada en nuestras verdaderas pasiones, combinadas
equilibradamente con nuestra experiencia cotidiana actual.
Cuando hacemos un cambio desde adentro, todo en nuestro
exterior comienza a cambiar: Sentimos que la vida fluye más fácil; que nuestra
energía interna es más potente; que nuestro sentido del humor mejora; que
tenemos mayor flexibilidad, alegría y confianza en el poder que alberga cada
momento.
Sin duda, esto no es una tarea a cumplir a cabalidad de un
momento a otro: Requiere de cierta práctica y de la intención de internalizar
los hábitos que brindarán excelencia a nuestros pasos: La perseverancia, el
amor y apreciación hacia nosotros mismos; la toma de responsabilidad por cada
una de nuestras decisiones como motor de constante direccionamiento; la alegría
de ser y de estar y cultivar el perdón constituyen un camino que vale la pena
recorrer.
La importancia del compromiso personal, desde mi propia
experiencia, brinda un mayor sentido a nuestro día a día. Convertirnos en
nuestra propia causa y trabajar comprometidos por ella es, quizás, la razón más
importante de estar viviendo, aquí y ahora.
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