Se denomina equilibrio emocional a las respuestas emocionales adecuadas que un individuo
brinda hacia el entorno que lo rodea. Si bien la noción de
adecuación puede pecar de cierta vaguedad, es importante hacer notar que el
desequilibrio es la consecuencia de una relación entre el sujeto y el ambiente que genera profunda
insatisfacción. Es por ello que las diversas escuelas abocadas al estudio de la
psique humana conceden una relevancia decisiva a las relaciones que un
individuo establece con sus semejantes.
En tanto organismo vivo, al ser humano se le aplica las
nociones de estímulo y respuesta. De esta manera, a cada hombre el desempeño
diario le depara una serie de situaciones de stress ante las cuales debe
reaccionar. Si esta reacción o respuesta logra evadir o transformar en algo
positivo el stress, la persona mantendrá un equilibrio en sus emociones;
de lo contrario sufrirá sus consecuencias negativas que se trasuntarán en una
inadaptación. Es por ello que el equilibrio emocional guarda mucha relevancia para
entender el desenvolvimiento laboral, escolar, deportivo, etc. De cualquier
individuo.
La sanidad mental de una persona se manifiesta cuando existe
un equilibrio entre sus deseos y la realidad que vive, es decir, cuando se vive
armónicamente con el entorno y con las posibilidades que la vida nos ha dado en
los aspectos psíquicos, económicos y físicos. Poniéndolo en palabras más
simples y directas, cuando aceptamos los familiares que tenemos y las
relaciones, buenas, no tan buenas, muy buenas o regulares que entablamos con
ellos, cuando no nos resistimos a aquellas cualidades físicas que disponemos y
a las que no, y también cuando aceptamos la realidad económica que nos toca en
gracia, sea la misma excelente, buena o mala, entonces estaremos en equilibrio.
Todo esto que mencionamos implica aceptarnos como somos, con
nuestras limitaciones por supuesto, porque nadie es perfecto, nadie tiene todo
lo que quiere siempre, ni el más lindo, ni el más magnate ni aquellos que no
están cerca de ser ambas cuestiones.
Entonces cuando conseguimos una adaptación sana a esa
realidad que nos ha tocado en gracia diremos que estamos en equilibrio
emocional. Además, debemos decir que esta es una posición adulta y la mejor que
podríamos tener para encontrar el equilibrio emocional, porque a sabiendas de
lo bueno y malo que tenemos continuamos para adelante en busca de la superación,
esa debería ser la actitud y el camino a tomar.
También es importante que mencionemos que el equilibrio
emocional no es algo inamovible, sino muy por el contrario, está en constante movimiento y por ello mismo es
necesario cuidarlo todos los días de nuestra vida para que no sufra
desviaciones pronunciadas que nos hagan caer en estados de desequilibrios
graves. Por supuesto que hay afecciones más graves que otras y algunas pueden
afectarnos de manera transitoria y otras permanecer, tal es el caso de la
depresión, la esquizofrenia, por nombrar algunas de las más corrientes.
Asimismo debemos dejar en claro que la persona con
equilibrio emocional no es aquella que no padece angustia, temores, depresiones
sino aquella que es capaz de mantener el equilibrio entre sus anhelos y su
realidad.
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