El colérico es de
un temperamento ardiente, ágil activo, práctico y de voluntad fuerte que se
tiene por autosuficiente y muy independiente. Tiende a ser decidido y lleno de
opciones, y le resulta fácil tomar decisiones por su cuenta, y por cuenta de
otros también. Al igual que el sanguíneo, el colérico también es extrovertido,
pero es mucho menos intenso.
El colérico se
encuentra a gusto con la actividad. Para él la vida es actividad. No necesita
que el medio lo estimule; antes bien él estimula al medio que lo rodea con sus
ideas, planes, metas y ambiciones inacabables. No se dedica a actividades que
no tengan un propósito concreto porque tiene una mentalidad práctica y aguda,
capaz de tomar decisiones o de planificar actividades útiles en forma
instantánea y acertada. No vacila ante la presión de la opinión ajena, sino que
adopta posiciones definidas frente a las cuestiones, y con frecuencia aparece
organizando cruzadas contra alguna injusticia social o alguna situación
subversiva.
Al colérico no le
asustan las adversidades; más aún, éstas tienden a alentarlo. Su tenaz
determinación generalmente le hace tener éxito donde otros fracasan porque él
sigue empeñado en la tarea cuando otros se desalientan. El colérico es un líder
nato, lo que los expertos en administración empresarial llaman un líder natural
fuerte.
La naturaleza
emocional del colérico es la parte menos desarrollada de su temperamento. No
siente compasión por otros fácilmente, no lo demuestra ni lo expresa. Con
frecuencia se siente incómodo frente a las lágrimas ajenas, o simplemente le
disgustan, y en general es insensible a sus necesidades. Demuestra poco aprecio
por la música y el arte. Preferentemente busca los valores utilitarios y
productivos de la vida.
El colérico
reconoce rápidamente las oportunidades y con igual rapidez descubre la mejor
forma de sacarle provecho. Tiene una mente bien organizada, aunque suelen
aburrirlo los detalles. Como no es muy dado al análisis, sino más bien a una
estimación rápida, casi intuitiva, tiende a poner la mira en la meta que quiere
alcanzar sin tener en cuenta las posibles trampas y escollos en el camino.
Tiende a ser dominante y autoritario y usa a al gente sin vacilación a fin de
lograr sus fines. A menudo se le considera oportunista.
Toda profesión que
requiera liderazgo, motivación y productividad es adecuada para el colérico,
siempre que lo le exija demasiada atención en cuestiones de detalles y
planificación analítica. Generalmente le gustan las tareas de construcción
porque es una actividad muy productiva y es frecuente que el colérico termine
siendo capataz o supervisor.
El colérico es
desarrollista por naturaleza sueña con construcciones y maquinarias abriendo
caminos.
La mayoría de los
financistas son coléricos. Formulan sus ideas y tienen ese espíritu de aventura
que los lleva a lanzarse en direcciones nuevas. No se limitan tampoco a sus
propias ideas; a veces oyen hablar de alguna idea progresista y ellos la toman
como bandera. Sin embargo, una vez que el colérico ha iniciado un nuevo
negocio, no es difícil que se aburra muy pronto a pesar del éxito, por dos
razones; cuando el negocio crece bajo su dinámica dirección necesariamente
surgen muchas cuestiones de detalle. Pero como los coléricos son malos
delegando responsabilidad terminan haciéndolo todo ellos mismos. Cuando
descubre que está tan ocupado que le faltan manos para hacerlo todo, opta por
buscar a alguien que le compre el negocio. Es pues común, que un colérico
inicie entre cuatro y diez negocios en el curso de la vida.
El colérico no es
un perfeccionista sino un productor. Prefiere hacer veinte cosas con un setenta
u ochenta por ciento de perfección a hacer unas pocas con un cien por cien.
El colérico tiende
a desenvolverse muy bien en el comercio, en la enseñanza de asignaturas
prácticas, en la política, en funciones militares, en los deportes. Por otra
parte, raramente encontraremos un cirujano, un dentista, un filósofo, un
inventor, un matemático o un relojero colérico.
Normalmente es tan optimista
que rara vez fracasa- excepto en su propia casa.