Oficina en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Comité de Derechos Humanos. Observación general No. 22 relativa al derecho de toda persona a la libertad de pensamiento, conciencia y religión (artículo 18 del Pacto internacional de derechos civiles y políticos). * Aprobada en el 48° período de sesiones. 1993 1. El derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión (que incluye la libertad de tener creencias) en el párrafo 1 del artículo 18 es profundo y de largo alcance; abarca la libertad de pensamiento sobre todas las cuestiones, las convicciones personales y el compromiso con la religión o las creencias, ya se manifiesten a título individual o en comunidad con otras personas. El Comité señala a la atención de los Estados Partes el hecho de que la libertad de pensamiento y la libertad de conciencia se protegen de igual modo que la libertad de religión y de creencias. El carácter fundamental de estas libertades se refleja también en el hecho de que, como se proclama en el párrafo 2 del artículo 4 del Pacto, esta disposición no puede ser objeto de suspensión en situaciones excepcionales. 2. El artículo 18 protege las creencias teístas, no teístas y ateas, así como el derecho a no profesar ninguna religión o creencia. Los términos "creencias" y "religión" deben entenderse en sentido amplio. El artículo 18 no se limita en su aplicación a las religiones tradicionales o a las religiones y creencias con características o prácticas institucionales análogas a las de las religiones tradicionales. Por eso, el Comité ve con preocupación cualquier tendencia a discriminar contra cualquier religión o creencia, en particular las más recientemente establecidas, o las que representan a minorías religiosas que puedan ser objeto de la hostilidad por parte de una comunidad religiosa predominante. 3. El artículo 18 distingue entre la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de creencias y la libertad de manifestar la propia religión o las propias creencias. No permite ningún tipo de limitación de la libertad de pensamiento y de conciencia o de la libertad de tener la religión o las creencias de la propia elección. Estas libertades están protegidas incondicionalmente, lo mismo que lo está, en virtud del párrafo 1 del artículo 19, el derecho de cada uno a tener opiniones sin sufrir injerencia. De conformidad con el artículo 17 y el párrafo 2 del artículo 18, no se puede obligar a nadie a revelar sus pensamientos o su adhesión a una religión o a unas creencias. 4. La libertad de manifestar la propia religión o las propias creencias puede ejercerse "individual o colectivamente, tanto en público como en privado". La libertad de manifestar la religión o las creencias mediante el culto, la celebración de los ritos, las prácticas y la enseñanza abarca una amplia gama de actividades. El concepto de culto se extiende a los actos rituales y ceremoniales con los que se manifiestan directamente las creencias, así como a las diversas prácticas que son parte integrante de tales actos, comprendidos la construcción de lugares de culto, el empleo de fórmulas y objetos rituales, la exhibición de símbolos y la observancia de las fiestas religiosas y los días de asueto. La observancia y la práctica de la religión o de las creencias pueden incluir no sólo actos ceremoniales sino también costumbres tales como la observancia de normas dietéticas, el uso de prendas de vestir o tocados distintivos, la participación en ritos asociados con determinadas etapas de la vida, y el empleo de un lenguaje especial que habitualmente sólo hablan los miembros del grupo. Además, la práctica y la enseñanza de la religión o de las creencias incluyen actos que son parte integrante de la forma en que los grupos religiosos llevan a cabo sus actividades fundamentales, como ocurre con la libertad de escoger a sus dirigentes religiosos, sacerdotes y maestros, la libertad de establecer seminarios o escuelas religiosas y la libertad de preparar y distribuir textos o publicaciones religiosos. 5. El Comité hace notar que la libertad de "tener o adoptar" una religión o unas creencias comporta forzosamente la libertad de elegir la religión o las creencias, comprendido el derecho a cambiar las creencias actuales por otras o adoptar opiniones ateas, así como el derecho a mantener la religión o las creencias propias. El párrafo 2 del artículo 18 prohíbe las medidas coercitivas que puedan menoscabar el derecho a tener o a adoptar una religión o unas creencias, comprendidos el empleo o la amenaza de empleo de la fuerza o de sanciones penales para obligar a creyentes o no creyentes a aceptar las creencias religiosas de quienes aplican tales medidas o a incorporarse a sus congregaciones, a renunciar a sus propias creencias o a convertirse. Las políticas o prácticas que tengan los mismos propósitos o efectos, como por ejemplo, las que limitan el acceso a la educación, a la asistencia médica, al empleo o a los derechos garantizados por el artículo 25 y otras disposiciones del Pacto son igualmente incompatibles con el párrafo 2 del artículo 18. La misma protección se aplica a los que tienen cualquier clase de creencias de carácter no religioso. 6. El Comité opina que el párrafo 4 del artículo 18 permite que en la escuela pública se imparta enseñanza de materias tales como la historia general de las religiones y la ética siempre que ello se haga de manera neutral y objetiva. La libertad de los padres o de los tutores legales de garantizar que los hijos reciban una educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones proclamada en el párrafo 4 del artículo 18 está relacionada con la garantía de la libertad de enseñar una religión o creencias que se recoge en el párrafo 1 del mismo artículo 18. El Comité señala que la educación obligatoria que incluya el adoctrinamiento en una religión o unas creencias particulares es incompatible con el párrafo 4 del artículo 18, a menos que se hayan previsto exenciones y posibilidades que estén de acuerdo con los deseos de los padres o tutores. 7. Según el artículo 20, ninguna manifestación de carácter religioso o de creencias puede equivaler a la propaganda en favor de la guerra o la apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia. Tal como dice el Comité en su Comentario general Nº 11 [19], los Estados Partes tienen la obligación de promulgar leyes que prohíban tales actos. 8. El párrafo 3 del artículo 18 permite restringir la libertad de manifestar la religión o las creencias con el fin de proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos, o los derechos y libertades fundamentales de los demás, a condición de que tales limitaciones estén prescritas por la ley y sean estrictamente necesarias. No se puede restringir la libertad de no ser obligado a tener o adoptar una religión o unas creencias y la libertad de los padres y los tutores a garantizar la educación religiosa y moral. Al interpretar el alcance de las cláusulas de limitación permisibles, los Estados Partes deberían partir de la necesidad de proteger los derechos garantizados por el Pacto, incluido el derecho a la igualdad y la no discriminación en todos los terrenos especificados en los artículos 2, 3 y 26. Las limitaciones impuestas deben estar prescritas por la ley y no deben aplicarse de manera que vicie los derechos garantizados en el artículo 18. El Comité señala que el párrafo 3 del artículo 18 ha de interpretarse de manera estricta: no se permiten limitaciones por motivos que no estén especificados en él, aun cuando se permitan como limitaciones de otros derechos protegidos por el Pacto, tales como la seguridad nacional. Las limitaciones solamente se podrán aplicar para los fines con que fueron prescritas y deberán estar relacionadas directamente y guardar la debida proporción con la necesidad específica de la que dependen. No se podrán imponer limitaciones por propósitos discriminatorios ni se podrán aplicar de manera discriminatoria. El Comité señala que el concepto de moral se deriva de muchas tradiciones sociales, filosóficas y religiosas; por consiguiente, las limitaciones impuestas a la libertad de manifestar la religión o las creencias con el fin de proteger la moral deben basarse en principios que no se deriven exclusivamente de una sola tradición. Las personas que están sometidas a algunas limitaciones legítimas, tales como los presos, siguen disfrutando de sus derechos a manifestar su religión o creencias en la mayor medida que sea compatible con el carácter específico de la limitación. Los informes de los Estados Partes deberían facilitar información sobre el pleno alcance y los efectos de las limitaciones impuestas en virtud del párrafo 3 del artículo 18, tanto como una cuestión de derecho como de su aplicación en circunstancias específicas. 9. El hecho de que una religión se reconozca como religión de Estado o de que se establezca como religión oficial o tradicional, o de que sus adeptos representen la mayoría de la población no tendrá como consecuencia ningún menoscabo del disfrute de cualquiera de los derechos consignados en el Pacto, comprendidos los artículos 18 y 27, ni ninguna discriminación contra los adeptos de otras religiones o los no creyentes. En particular, determinadas medidas que discriminan en contra de estos últimos, como las medidas que sólo permiten el acceso a la función pública de los miembros de la religión predominante o que les conceden privilegios económicos o imponen limitaciones especiales a la práctica de otras creencias, no están en consonancia con la prohibición de discriminación por motivos de religión o de creencias y con la garantía de igual protección en virtud del artículo 26. Las medidas previstas en el párrafo 2 del artículo 20 del Pacto constituyen importantes garantías frente a las violaciones de los derechos de las minorías religiosas y de otros grupos religiosos a ejercer los derechos garantizados por los artículos 18 y 27 y frente a los actos de violencia o persecución dirigidos contra esos grupos. El Comité desea que se le informe de las medidas adoptadas por los Estados Partes interesados para proteger la práctica de todas las religiones o creencias de abusos inadmisibles y proteger a sus seguidores de la discriminación. De igual modo, es necesario disponer de información sobre el respeto de los derechos que se reconocen a las minorías religiosas en el artículo 27 para que el Comité pueda evaluar la medida en que la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de creencias viene siendo aplicada por los Estados Partes. Los Estados Partes interesados deben incluir también en sus informes datos relativos a las prácticas que según sus leyes y su jurisprudencia se consideran punibles por blasfemas. 10. Cuando un conjunto de creencias sea considerado como la ideología oficial en constituciones, leyes, programas de partidos gobernantes, etc., o en la práctica efectiva, esto no tendrá como consecuencia ningún menoscabo de las libertades consignadas en el artículo 18 ni de ningún otro de los derechos reconocidos en el Pacto, ni ningún tipo de discriminación contra las personas que no suscriban la ideología oficial o se opongan a ella.
11. Muchas personas han reivindicado el derecho a negarse a cumplir el
servicio militar (objeción de conciencia) sobre la base de que ese derecho se
deriva de sus libertades en virtud del artículo 18. En respuesta a estas
reivindicaciones un creciente número de Estados, en sus leyes internas, han
eximido del servicio militar obligatorio a los ciudadanos que auténticamente
profesan creencias religiosas y otras creencias que les prohíben realizar el
servicio militar y lo han sustituido por un servicio nacional alternativo. En
el Pacto no se menciona explícitamente el derecho a la objeción de conciencia
pero el Comité cree que ese derecho puede derivarse del artículo 18, en la
medida en que la obligación de utilizar la fuerza mortífera puede entrar en
grave conflicto con la libertad de conciencia y el derecho a manifestar y
expresar creencias religiosas u otras creencias. Cuando este derecho se
reconozca en la ley o en la práctica no habrá diferenciación entre los
objetores de conciencia sobre la base del carácter de sus creencias
particulares; del mismo modo, no habrá discriminación contra los objetores de
conciencia porque no hayan realizado el servicio militar. El Comité invita a
los Estados Partes a que informen sobre las condiciones en que se puede
eximir a las personas de la realización del servicio militar sobre la base de
sus derechos en virtud del artículo 18 y sobre la naturaleza y la duración
del servicio nacional sustitutorio.
|
viernes, 15 de abril de 2016
Libertad de Conciencia
El Pensamiento Crítico
Diariamente solemos encontrar en
nuestros muros ideas y opiniones provenientes de sectores de la llamada “opinión
pública” que nos llegan impregnados por cierto “condicionamiento social” fruto
de la enorme influencia que ejercen “los comunicadores” que responden a los
intereses de determinados grupos de poder y que han demostrado en los hechos
que han logrado tal alto grado de “profesionalismo” que les ha convertido en
muy influyentes “formadores de Opinión”.
Existe una marcada tendencia,
consecuencia del aceleramiento de “nuestros ritmos de vida” a la búsqueda de
caminos alternativos, como bien pueden ser los opinólogos de turno, que puedan,
con sus sesudos comentarios, darnos una acabada información acerca de asuntos
que por su “resonancia mediática” conmueven a la opinión pública y son objeto
de un “acaparamiento” de la atención general de todos aquellos que de una
manera u otra participan del día a día de las denominadas “redes sociales”.
Desarrollar lo que se denomina “un
pensamiento crítico” requiere mucho trabajo e interés en buscar la mejor
información posible, claro, esto conlleva un gran esfuerzo investigativo y la
dedicación de algo que para todos nos resulta “imprescindible” vale decir: disponer
de tiempo, cosa, que por su escasa disponibilidad, hace necesario que “alguien
o algunos” se tomen este trabajo a su cargo y nos brinden la información
requerida en tiempo y forma y, sobre todo, digerible a las apetencias de
nuestra postura social.
Lo ideal sería que entendiéramos que
nuestra opinión es indelegable, dejar
esta tarea en manos de terceros sería más comprometedor que la emisión de “cheques
en blanco” seguramente, antes de que lo podamos advertir, estaremos en la mayor
bancarrota intelectual.
Bueno es que tengamos en cuenta la
opinión de “otras voces” acerca de lo que exponemos en este artículo como un
medio de ayuda en situaciones similares.
El pensamiento crítico es un proceso que se propone analizar,
entender o evaluar la manera en la que se organizan los conocimientos que
pretenden interpretar y representar el mundo, en particular las opiniones o
afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas.
Se define, desde un punto de vista
práctico, como el proceso mediante el cual se usa el conocimiento y la inteligencia para
llegar de forma efectiva, a la postura más razonable y justificada sobre un
tema.
El desarrollo del pensamiento
crítico, estrechamente ligado a la expansión de conocimiento, requiere de los
siguientes tres factores:
·
Tendencia a los pensamientos críticos.
·
Acceso a contenidos críticos.
·
Entornos para practicar el conocimiento crítico (en
sus dos tipos, conocimiento en sí y conocimiento como instrumento para
contribuir a la mejora de la vida).
Ser capaz de utilizar un pensamiento
crítico significa que no se acepte la opinión de la sociedad, teniendo así
ideas individuales, se conocen los argumentos a favor y en contra y se toma una
decisión propia respecto a lo que se considere verdadero o falso, aceptable o
inaceptable, deseable o indeseable.
Este pensamiento también es un
pensamiento objetivo, basado en el compromiso de las propias ideas según su
entorno como creencias individuales. Lo crítico enfrenta y evalúa los
prejuicios sociales constantemente.
Tener un pensamiento crítico no
significa llevar la contraria a todo el mundo o no estar de acuerdo con nadie,
pues eso tampoco sería un pensamiento crítico, sino sólo un modo simple de
pensar que se limita a contrariar lo que piensen los demás. Por lo tanto un
pensador crítico es capaz, humilde, tenaz, precavido, exigente. Además de tener
una postura libre y abierta, por ello un pensador crítico comienza a destacarse
en su medio y a ser reconocido por sus aportaciones, pero todo se conforma a lo
largo del tiempo con una debida experiencia.
El pensamiento crítico es una
habilidad que todo ser humano debe desarrollar ya que tiene cualidades muy
específicas y que nos ayudan a resolver problemas de una mejor manera, nos hace
más analíticos, nos ayuda a saber clasificar la información en viable y no
viable, nos hace más curiosos, querer saber e investigar más acerca de temas de
interés. Cuando se desarrollan este tipo de habilidades, también se desarrollan
muchas otras capacidades del cerebro como la creatividad, la intuición, la
razón y la lógica, entre otras.
Pensar críticamente implica dominar
dichos estándares. De acuerdo a esto, la meta final de todo pensamiento crítico
es que éste pueda ser lo suficientemente sólido como para sostenerse por sí
mismo en cualquier contexto, siempre y cuando mantenga su relación con el
fenómeno implicado.
Hugo W. Arostegui
miércoles, 13 de abril de 2016
Los Frenos De La Conciencia
Estos valores que otras generaciones han aprendido y cultivado
constituyen la base de nuestro ser social, hoy lamentablemente han sido
socavados por la constante agresión de nuestra sociedad de consumo, la cual ha
ido separando y confundiendo los roles, creando nuevos valores y necesidades,
un mundo de solitarios insensibles carentes de afecto y calor humano.
Un valioso aporte que adjuntamos;
“El estudio de las conexiones
entre los problemas asociados al pensamiento conciencia conocimiento y
sociedad ha sido uno de los temas recurrentes en la historia del
pensamiento humano.
Tanto en su
vertiente filosófica-gnoseológica, sociológica, como psicológica se han
producido, secularmente, todo tipo de especulaciones e investigaciones sobre
las posibles relaciones mente-cerebro-mundo y la eventual existencia de
isomorfismos con la realidad, y por tanto, con esa realidad «artificial» a
la que llamamos sociedad.
Algunos pensadores
e intelectuales han puesto el acento en la presencia de una concatenación
absoluta, lógica, entre estos términos; mientras otros han llegado, incluso, a
la negación de la propia existencia de la conciencia subjetiva-individual para
cargar el acento en los aspectos arquitectónicos de los sistemas sociales y su
efecto «constructivo» del pensamiento como
posibilidad inmanente del conocer.
Dado que todo
conocimiento se realiza en la mente del sujeto y ésta es casi por definición
conciencia, ya que ambos términos son la cara de una misma moneda, podemos
decir que, independientemente del problema mente-cerebro, el sistema de
conocimiento se estructura en torno a una conciencia incapaz de salir de sí
misma para decir qué es conocimiento en sentido absoluto, es decir un
conocimiento que no sea “interpretación” de una conciencia que es el resultado
de una endogénesis evolutiva devenida de un proceso crecimiento de las especies
hasta conformar el sistema altamente complejo al que llamamos cerebro.
Por lo tanto, en un
principio y desde una perspectiva ontogenética, no es fácil deslindar las
disfuncionalidades del conocimiento, y del conocimiento específicamente social,
de la propia actividad/acción de la conciencia ya que, la conciencia-mente es
por definición el órganon del
conocimiento y no existe otro a nuestro alcance.
Al igual que sucede
en el error propio de toda medición efectuada en las ciencias, no es posible
descartarlo de forma absoluta sino meramente acotarlo, determinarlo y
delimitarlo como medida incorporada al propio acto del conocimiento.
En algún sentido, y
como demuestra el teorema de indeterminación de Heisenberg, no es posible el
acercamiento a una medición exacta de un fenómeno ya que los errores se
realizan de forma simultánea y el acotamiento de uno de ellos impide la
delimitación exacta del otro.
Definimos ahora una serie de hipótesis sobre el
conocimiento/no-conocimiento que sitúa con claridad las coordenadas de los
problemas que estamos desarrollando en este trabajo:
1)Hipótesis de Incompletud Cognitiva:
Nuestra hipótesis de partida postula la posibilidad
de que la complejidad del universo] sea
mayor que la complejidad de la mente cognoscente. Lo que implicaría la
imposibilidad de un completo conocimiento del mismo. Si un sistema social es el
resultado de un proceso de evolución de los sistemas naturales y manifiesta su
mayor grado de complejidad, entonces dicho sistema social contiene infinitos
grados de complejidad y, por lo tanto, la posibilidad de que una también
infinidad de errores esté presente en la intelección del mismo a través de la
mente humana. Es decir: existe un límite a la capacidad de conocimiento que
tiene el hombre ya que la complejidad de lo real actual está contenida, como
potencia, en la complejidad del orden subyacente del universo.
2) Hipótesis
de Indecibilidad Cognitiva:
Es imposible saber hasta qué grado es posible el
conocimiento de los sistemas —incluidos lo sistemas sociales— y de las pautas
de comportamiento relacional de los individuos dentro de un sistema social
dado. Para que ello fuese posible sería necesario tener un conocimiento previo
de la «totalidad» del mismo conocimiento.
3) Hipótesis de Indeterminación Cognitiva:
No sabemos hasta qué punto lo conocido, con
respecto a los diversos sistemas, es relevante o plausible para el conocimiento
de dichos sistemas. Es decir, no sabemos con certeza si conocemos de forma
«adecuada».
Lo social se manifiesta en lo «interior» del actor
social por medio de las agencias de socialización y de la pregnancia que el
sujeto vive como certeza del único mundo posible, de la única realidad
accesible, constituyendo un absoluto que opera como organización interior, como
sistema autocontenido o conjunto de relaciones estructurales pertenecientes a
la realidad privada del actor social.
Es decir, lo exterior volcado en y constituyendo la
conciencia es vivido por el individuo como la «realidad». El desconocimiento
profundo de lo interior que opera tanto en las capas conscientes como
inconscientes de ese individuo posibilita la dominación. Esto supone la
posibilidad y el hecho fáctico del control social y por ende de la
gobernabilidad de una sociedad a través de una serie de instituciones y de la
dirección ejercida como regulación a partir de determinadas instancias
(Gobierno, Estado, &.). La dominación se hace posible por medio del
desconocimiento, la desinformación, la información tergiversada, el mito o el
puro y simple engaño social donde los poderes dirigen la conducta y modelan el
carácter de los sujetos.”
martes, 12 de abril de 2016
Resiliencia
Hay momentos en que nos parece que “todo
anda mal” que nada ni nadie nos puede comprender y, por ende, tampoco pueden
extendernos una mano solidaria ante la incómoda sensación de soledad y
desamparo que ocasionalmente nos embarga.
Cuando nos encontramos en tal situación
perdemos la noción del horizonte y los nubarrones nos ocultan la luminosidad de
la esperanza, de tal forma, en que todo parece adquirir una tonalidad grisácea,
propias de “esos días” en los cuales la depresión y el desánimo toman cuenta de
nuestro ser.
Se dice que ante lo descrito descendemos
“hasta el fondo del pozo” y es allí, cuando ya no esperamos ningún rescate, que
surge en nuestro interior una nueva fuerza, venida desde quién sabe dónde, que
nos pone nuevamente en carrera otorgándonos un nuevo impulso con el cual
superamos todos los desánimos y los falsos pronósticos que nos asolaban.
Cuando despierta en nosotros esa nueva
fuerza interior, que en la mayoría de las veces la desconocíamos, se dice que
hemos descubierto en nosotros mismos las propiedades que son únicas en el ser
humano, un patrimonio exclusivo de la humanidad, cuyo nombre es: Resiliencia..
Resiliencia corresponde a la capacidad humana de hacer frente a las adversidades de
la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido e, incluso, transformado.
En este enfoque determinado el término está asociado siempre con tensión, estrés, ansiedad, situaciones traumáticas que nos afectan durante el curso de nuestra vida. Los expertos señalan que es algo consustancial a la naturaleza humana, pero que no necesariamente siempre se activa, o aun cuando esté activada, genere una solución positiva. Esta situación misteriosa está basada también en la evidencia de que los elementos constitutivos de la resiliencia están presentes en todo ser humano y evolucionan a través de las fases del desarrollo o ciclo vital, pasando de ser comportamientos intuitivos durante la infancia, a agudizarse y ser deliberados en la adolescencia, hasta ser introyectados en la conducta propia de la edad adulta.
La resiliencia es más que la aptitud de resistir a la destrucción preservando la integridad en circunstancias difíciles: es también la aptitud de reaccionar positivamente a pesar de las dificultades y la posibilidad de construir basándose en las fuerzas propias del ser humano. No es sólo sobrevivir a pesar de todo, sino que es tener la capacidad de usar la experiencia derivada de las situaciones adversas para proyectar el futuro.
En este enfoque determinado el término está asociado siempre con tensión, estrés, ansiedad, situaciones traumáticas que nos afectan durante el curso de nuestra vida. Los expertos señalan que es algo consustancial a la naturaleza humana, pero que no necesariamente siempre se activa, o aun cuando esté activada, genere una solución positiva. Esta situación misteriosa está basada también en la evidencia de que los elementos constitutivos de la resiliencia están presentes en todo ser humano y evolucionan a través de las fases del desarrollo o ciclo vital, pasando de ser comportamientos intuitivos durante la infancia, a agudizarse y ser deliberados en la adolescencia, hasta ser introyectados en la conducta propia de la edad adulta.
La resiliencia es más que la aptitud de resistir a la destrucción preservando la integridad en circunstancias difíciles: es también la aptitud de reaccionar positivamente a pesar de las dificultades y la posibilidad de construir basándose en las fuerzas propias del ser humano. No es sólo sobrevivir a pesar de todo, sino que es tener la capacidad de usar la experiencia derivada de las situaciones adversas para proyectar el futuro.
Hugo W. Arostegui
sábado, 9 de abril de 2016
Alfa y Omega
Las distintas alternativas que nos deparan los caminos que
transitamos constituyen la esencia de lo que solemos denominar “nuestra vida”
lo que equivale a decir: “Yo Soy” “Yo permanezco” en la medida en que comparto “En los mundos que me rodean” el acumulado de
instantes vivenciados, mucho antes de
que éstos, los instantes transcurridos, decanten en la sedimentación que ha de transformarse en tiempo pasado.
Me costó muchos años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno.
Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas “no puedo ni en broma” porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes…”
La Vida Es El Arte Del Encuentro: Facundo Cabral
Damos gracias a la vida por acogernos en su seno tal cual lo expresaba Rene Descartes cuando manifestó “pienso luego existo” es decir, existo en la misma medida en que me expreso, en la forma en que soy capaz de sentir la esencialidad de mi ser, decimos que el hombre para alcanzar su plenitud debe pensarse a sí mismo en empatía con sus semejantes, ampliando este concepto de semejanza a todo el universo de su entorno, ser capaces de comprender que la existencia es una analogía que nos incluye a todos sin excepciones.
Emito estas señales y las dejo fluir libremente, en ellas me identifico con todos y cada uno, tal como si fuesen el contenido de un recipiente que el náufrago arroja al mar en la esperanza de que “alguien” en la multitud las perciba y las comparta.
Hugo W. Arostegui
La Cultura Del Mimetismo Expresivo
Desde hace un tiempo atrás, el ingreso a las redes sociales,
se ha convertido para mí en una verdadera prueba, lejos de disfrutar de su
contenido, encuentro que se están produciendo mutaciones de comportamiento que
tienden a globalizar nuestras expresiones
ajustándolas a un padrón despersonalizado dónde cada vez se torna más
difícil identificar quién es quién, como si nos evadiéramos del “yo soy” para
ser meros continentes, desprovistos parcial o totalmente del factor esencial de
toda comunicación: su contenido.
Pareciera que nos estamos “mimetizando” envueltos en la
maraña de comunicados cargados de imágenes, fotos, pensamientos, anuncios,
denuncias, invitaciones, alegatos, protestas, etc. (Todas muy válidas por cierto) que se avalachan sobre los muros de nuestros
ordenadores en cantidades abrumadoras, a un punto tal de que nos limitamos a
difundirlos entre nuestros “amigos” con un simple agregado monosílabo como
pueden ser: me gusta, comparto, etc.
Todo indica que nos resulta mucho más fácil y digerible el
consumo de lo que defino como “información pre elaborada” las cuales se pueden
encontrar en grandes cantidades, con gran variedades de temas a nuestra
elección, este pseudo mensaje, por su gran practicidad, nos permiten cumplir
con nuestro aporte diario,” el pan nuestro de cada día “alimento que nos
repartimos diligentemente entre nosotros, los que conformamos la Red.
Pero, me pregunto: ¿y nosotros? Cuál es nuestro aporte, actuando
en la forma que describo y créanme que no es mi intención ofender a nadie,
tómenlo más bien como una autocrítica, ¿qué diferencia tenemos con un poste, una cartelera, o los arbolitos que
adornamos en navidad a los cuales
colgamos de sus ramas, cientos de adornos y tarjetitas los cuales hemos ido a
comprar en el supermercado y agregamos a los recibidos de quienes también han recurrido a algún centro de
compras para enviarnos el suyo.
La verdadera comunicación es aquella que se emite “de la piel
para dentro” entiendo que en el mundo virtual en el cual nos movemos resulta
muy complejo “sentir” al receptor de
nuestro mensaje como alguien tan cercano como para poder abrazarlo en nuestro
contacto, pero nada nos impide que logremos la sintonía de nuestras almas
cuando nos brindamos el uno al otro.
Es muy loable recibir buenos mensajes sin importar su
procedencia, todo sirve cuando la intención es agradar a quién nos dirigimos,
ahora, convengamos, nada se puede comparar con el poder compartir lo que somos,
como individuos somos únicos e irrepetibles, no estamos sujetos a la clonación,
nada nos sustituye, mucho menos el pretender mimetizarnos entre la creatividad
de otros creadores , nuestra presencia
siempre será detectada ya sea por error,
omisión o simplemente por el tan trillado camino del plagio.
Hugo W. Arostegui
Sobre Tu Derecho A La Privacidad
Hay momentos en que la curiosidad desborda al sentido común
y es entonces que se producen situaciones en que la ansiedad camina de la mano
de la imprudencia para intentar, por cualquier medio, introducirse en senderos protegidos
por una clara señal, la que nos indica de que estamos al borde de violentar,
con nuestra simple presencia, los derechos esenciales que resguardan nuestra
identidad, nos referimos a la necesidad de preservar, tal como si fuese un
santuario íntimo e inexpugnable, el lugar de residencia y refugio de nuestra
privacidad.
He tenido en los últimos tiempos requerimientos por saber
cuáles son los sentimientos que me embargan en determinadas situaciones, por
ejemplo, en mi condición de teólogo, suelen hacerme preguntas sobre
experiencias personales, que de acceder a contestarlas , estaría provocándole
al curioso interlocutor una severa confusión, es como si yo mismo intentase
asumir una tarea que es natural e indelegable, cada uno de nosotros es un hijo de
un Padre Celestial, que nos ha dado la vida, la identidad, que nos ama y conoce
y sobre todo, que nos ha dotado de la capacidad de comunicarnos directamente
con El, sin la intervención de intermediarios.
Muchos se abrogan el derecho a la intermediación y esa es
una falacia oprobiosa, este derecho es inherente a cada criatura humana y el
propio Señor Jesucristo, antes de ser absorbido por el poder de las
corporaciones religiosas, las cuales intentan vanamente sustituirlo, de
representarlo “ en el nombre de” reunido con sus discípulos les enseñaba este
principio “Así que yo os
digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá la
puerta. Porque todo el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y al que llama, se le abre “ Lucas: 11
Hace unas pocas
horas, una poetisa a la cual quiero y admiro a pesar de nuestras diferencias,
mencionaba lo siguiente:
“Teniendo en mi ser la magia de volar, a
voluntad, ¿cómo resignarme con un amor mortal, terreno, material? No me
resigno. Por eso sigo volando”
Hugo W. Arostegui
Nobleza Obliga
A medida que nos acercamos a los últimos días del
calendario, nos vamos sintiendo propensos a realizar una retrospectiva de días
y meses surcando en vuelo rasante por
los distintos episodios que atesoramos en nuestra memoria, que cual si fuesen
cuentas de un imaginario rosario, nos van permitiendo repasarles uno a uno mientras les dejamos deslizar, lentamente,
por las yemas de nuestros dedos, como
quien acaricia una ilusión largamente retenida en las retinas.
Todas las personas con las cuales me he contactado a través
de las redes sociales a lo largo de este año me han dejado su impronta en el
camino recorrido, algunas de ellas mantienen un vínculo fluido que se renueva y
vigoriza, otras, muy queridas y sentidas, se han desprendido un tanto
furtivamente, no obstante mantener una participación activa en sus
publicaciones, pareciera que con la misma intensidad en que afloran sus sentidas
y genuinas emociones, éstas, cual si fuesen
la lava de un volcán enfurecido, oscilan bruscamente de un extremo al
otro de la báscula que intenta vanamente sopesar la carga emotiva de sus
reacciones.
El poeta metafísico, John Donne, allá por el año 1624 nos
comentaba:
Nadie es una isla, completa en sí mismo; cada hombre es un pedazo de
continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra,
toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de
tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque
estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quien
doblan las campanas: doblan por ti.
John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions
Agregando:
: La muerte de cualquier hombre
me disminuye porque estoy ligado a la humanidad [...]por quién doblan las
campanas: doblan por ti.
Ernest Emingway, en
el año 1940, cuando oficiaba como corresponsal de guerra en España, publicó una
novela cuyo título fue precisamente “Por Quién Doblan Las Campanas” en la cual
relata la tragedia de la guerra civil española a través de personajes, que,
salvando las distancias, bien que podrían identificarse con muchos de nuestros
contactos de la vida diaria con sus cúmulos de virtudes y miserias, con sus
anhelos y fracasos y sobre todo por su persistencia en continuar transitando
por las diversas sendas de la existencia, inhalando y exhalando su aliento de
vida.
“En
el sentido recóndito e intestino, Por quién doblan las campanas, es una
insinuación de la multiplicidad del ser que se hace desde el título del libro,
si se quiere desde el mismo enunciado. El hombre hace parte de un "ser
colectivo" constituido por todos los hombres; inexorablemente cuando algo
de la existencia desaparece es una parte que se desmorona del "ser
único" que conforma la humanidad (la unión de todos los seres), que emana
la existencia como una rúbrica social.”
Desde hace mucho tiempo, tantos, que no alcanzo a distinguir
cuando fue que lo aprendí, me enseñaron que el secreto de cultivar el bien
consiste en lo que hagamos en el trato diario con nuestro prójimo, entendiendo
como nuestro prójimo, a toda persona con la cual nos relacionemos, incluyendo
en este concepto, por extensión, a todos
los seres vivientes que conforman nuestro hábitat natural.
Cuando compartimos nuestro tiempo con los demás, y conste
que cuando decimos “nuestro tiempo” lo que estamos expresando es un acto de
“apropiación indebida” nos apropiamos de
algo de tanto valor, que no existe una unidad de medida que se atreva a
evaluarlo, lo cierto es que podrán haber infinidad de posesiones que podamos
tildar como “nuestras” pero el tiempo existe fuera de nuestro alcance, es una
dádiva divina, un maná de los cielos, un alimento de eternidad para crear, para convertir los tiempos
finitos, el que se nos escurre como arena entre los dedos, en experiencias de
vida que permanecerán en nosotros en la nitidez de los recuerdos.
En este tiempo transcurrido he querido ser parte de las
cosas agradables que suceden cada día, de hacer brotar de la fuente que fluye
desde el fondo de mi alma, el agua pura y cristalina que vivifica la aridez de
nuestras acciones, los caminos por los cuales discurren nuestras intenciones no
siempre suelen alcanzar los objetivos propuestos , si esta ha sido tu
experiencia, querido amigo/a , acepta mis sinceras disculpas , estaré presente,
en el transcurrir de las horas, deseándote un nuevo año pleno de
satisfacciones.
Hugo W Arostegui
Comunicación: Aporte metafísico
Voy a intentar abordar un tema, que seguramente, es uno de los cuales hemos oído hablar más, desde los albores de nuestra toma de conciencia de que somos parte de un mundo que nos rodea.
Quién de nosotros no ha sido testigo, de las diversas formas, en
que, nosotros los humanos, nos explicamos y transmitimos la noción, de que
existe un Dios omnipotente, que escucha nuestras oraciones y súplicas, y al
cual debemos recurrir cuando nos vemos en dificultades que superan nuestra
capacidad de resolución.
En nuestro entorno, siempre nos han rodeado imágenes de rostros
idealizados, las cuales representan, a hombres y mujeres, que han dejado de
ser, precisamente, hombres y mujeres, para ser recubiertas por un halo solar,
que las convierten en poderosos mediadores, entre nosotros, los pecadores
mortales, sujetos a un cuerpo de carne y hueso, sexualmente definido, y nuestro
creador al que llamamos Dios.
Estas imágenes de personajes asexuados que han superado las
limitaciones de la carne, nos son presentadas, como personajes santificados, cuando utilizo el
término asexuados, es porque jamás les veremos en una relación directa con el
sexo opuesto, las que han nacido mujeres, son vírgenes, y los que se nos
representan como varones, son castos y santos, nunca les veremos asociados a lo
que llamamos una vida en familia.
La salvedad a estas imágenes, que se han enquistado en nuestro
subconsciente, es la de la “sagrada familia” compuesta por José, María, y el
niño Jesús, pero claro, acompañada por la correspondiente aclaración: que José
no es el padre de Jesús, y que María, es madre, pero “sin pecado concebida” por
obra y gracia del Espíritu Santo, dándonos el mensaje, de que todos los demás
concebidos en este mundo, nacemos bajo el signo pecaminoso de “ las debilidades
de la carne.”
El mundo occidental y cristiano, al cual pertenecemos en estas
latitudes, ha sido impregnado de éstas imágenes, todas las religiones que se
sustentan de este tronco inicial, recompuesto a la voluntad, interés, y
capricho, de un poderoso emperador, llamado Constantino el Grande, de una forma
u otra, rinden tributo a este personaje, de carne y hueso, como cualquiera de
nosotros, pero que contaba con la poderosa arma del poder, y de los recursos
que de éste emanaban, para condicionar desde entonces, nuestro modo de pensar y
adorar.
Existen a nuestro alrededor, innumerables evidencias de lo que
estoy expresando, son tan obvias, que ni siquiera me voy a tomar el trabajo de
especificarlas, si algunos, de los
posibles lectores o escuchas de esta exposición que estoy realizando, no las
han descubierto aún, de nada les servirá continuar con la lectura, pues las
escamas que cubren sus ojos espirituales, les impedirán observar el entorno del
paisaje que intento desplegar ante vosotros.
“Entonces Saulo se levantó de la tierra, y abriendo los ojos, no
veía a nadie; así que, llevándole de la mano, le metieron en Damasco, donde
estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.”
Hechos 9: 8 - 9
Crecemos, con la sensación de desamparo, propia de criaturas mal
nacidas, a las cuales, hay que de alguna manera “purificar” del estigma de su
concepción, todavía hoy en día, se toman a estas inocentes criaturas, a las
cuales se les acompaña con padrinos y testigos para ser lavados por unas gotas
de agua que simbolizan su bautismo, una especie de rescate de su condición
original.
“ He aquí, te digo que el que supone que los niños pequeños tienen
necesidad del bautismo se halla en la hiel de la amargura y en las cadenas de
la iniquidad, porque no tiene fe, ni esperanza, ni caridad; por tanto, si fuere
talado mientras tenga tal pensamiento, tendrá que bajar al infierno.
Porque terrible es la iniquidad de suponer que Dios salva a un
niño a causa del bautismo, mientras que otro debe perecer porque no tuvo
bautismo.
“ ¡ Ay de aquellos que perviertan de esta manera las vías del
Señor !, porque perecerán, salvo que se arrepientan.
He aquí, hablo con valentía, porque tengo autoridad de Dios; y no
temo lo que el hombre haga, porque el amor perfecto desecha todo temor.
Y me siento lleno de caridad, que es amor eterno; por tanto, todos
los niños son iguales ante mí; por tanto amo a los niños pequeñitos con un amor
perfecto; y son todos iguales y participan de la salvación.
Porque yo sé que Dios no es un Dios parcial, ni un ser variable;
sino que es inmutable de eternidad en eternidad.”
Moroni
8: 14 – 18
Estoy recorriendo caminos alternativos, es decir, que para que
pueda llegar al punto central que motiva esta exposición, considero necesario,
ir incorporando algunos aspectos, que hacen a nuestra percepción individual,
del grado de desarrollo que hayamos alcanzado, en todo aquello que nos
identifica como hijos de Dios.
Estas señales nos ayudarán a descubrir, por nosotros mismos, si
hemos logrado realmente establecer una verdadera comunicación con Dios, si
creemos que es posible que ocurra realmente esa comunicación, y si lo
consideramos posible, si pensamos que sea imprescindible, la mediación de
terceras personas para alcanzar este fin.
Considero que establecer comunicación
con otra persona, significa, que la información que le hemos transmitido, ha
provocado en esa persona, algún tipo de reacción, que nos permita verificar que
sí ha captado nuestro mensaje.
Si no hemos logrado obtener algún tipo
de respuesta, significará, que lo que hemos estado haciendo no ha pasado de una
simple emisión de señales que no han podido establecer contacto con él, o los
destinatarios, del mensaje enviado.
Lo que debe quedar claramente
establecido, es que sólo se puede considerar que hemos logrado una
comunicación, cuando obtenemos como respuesta, algún tipo de reacción a
nuestros requerimientos, sin acuse de respuesta, no existe comunicación.
Ante lo que hemos expuesto, relacionado
a la comunicación; si tuvieras que responderte a ti mismo, ¿ cómo considerarías
tu relación con Dios ? ¿ haz logrado establecer una comunicación con él ? o
piensas, que lo que has estado haciendo hasta ahora, no ha sido otra cosa, que
simplemente emitir sonidos, sin pretender siquiera obtener una respuesta.
Si tu caso es, que siempre haz querido
comunicarte con Dios, y no sabes, cómo obtener una respuesta, que te confirme
que tu petición ha sido escuchada, permíteme que ponga a tu alcance algunas
sugerencias que pueden ayudarte:
Lo primero que debes considerar, es que
tu eres realmente, un hijo amado de Dios.
Tú, al igual que el más destacado de tus
hermanos, haz venido ha este mundo dotado de facultades, que se te han otorgado
para bendecir tu vida, y la de aquellos con quienes te relaciones,
potencialmente posees todos los atributos inherentes a una criatura de origen
divino.
Tal condición, la de hijo de Dios, te da
el derecho de invocarle cada vez que lo estimes necesario, todo hijo puede y
debe estar en contacto con sus progenitores, pero lo que tú ni nadie puede
hacer, es apropiarte de Dios, tenerlo a tu disposición, eso no puedes hacer.
Cuando tu te comunicas con Dios a través de la oración, tu invocación se
elevará a los cielos y será escuchada, aunque tu te encuentres en ese momento,
en el patio trasero del mismito infierno, nada puede escapar al conocimiento de
Dios, y menos cuando se trata de uno de sus hijos el que está clamando por él.
Ahora, una cosa es que Dios, sepa lo
que te está ocurriendo, y otra cosa, es
que tú estés en condiciones de escuchar su respuesta.
Veamos:
Cuando tu llegaste a este mundo, no lo
haz hecho solo, tu padres celestiales, han dispuesto que uno o más ángeles te
acompañen y protejan, ellos siempre responden por ti, aunque tu no te recuerdes
de Dios, el recibirá un reporte diario de todo lo que está pasando contigo, ¿
te haz puesto a pensar en esto ?
Tú, nunca estás sólo, aunque vivas en
una ermita en el medio del desierto.
El cuerpo que tu posees, es tu palacio
personal, no eres el propietario, sólo lo estás ocupando, se te ha confiado un
cuerpo creado del polvo, y algún día ese polvo volverá a la tierra que lo
produjo, pero mientras tu lo ocupes, eres responsable de su cuidado y de su
bienestar, con ese cuerpo que tu tienes, puedes alcanzar el objetivo que te
habías propuesto, cuando aceptaste, venir a cumplir tu experiencia terrenal.
“¿ No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros ?
Si alguno destruyere el templo de Dios,
Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo
es.”
1
Corintios 3: 16 –17
Comparando tu cuerpo físico con una
casa, especialmente la que puedas construir en tu propia mente, ¿ en que
condiciones la tienes actualmente ? ¿ cuales son los ambientes que haz
acondicionado ? ¿ a quiénes invitas a visitarla ? ¿ tienes un lugar para tus
ángeles y otro para Dios en la mansión de tu mente ?
“Pasé junto al campo del hombre
perezoso.
Y junto a la viña del hombre falto de
entendimiento;
Y he aquí que por toda ella habían
crecido los espinos,
Ortigas habían ya cubierto su faz,
Y su cerca de piedra estaba ya
destruida.
Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y
tomé consejo.”
Proverbios
24: 30 – 32
Si tu necesitas de tus padres, y quieres
que vengan a ti para ayudarte, lo menos que se espera que hagas es que tengas
un lugar donde recibirles, piensa en tus padres terrenales, ¿ de que manera te
gustaría recibirles en tu casa ? cuando tu oras a Dios, lo que haces es invitarle
a escucharte, a estar contigo, a brindarte consuelo y a que te bendiga con su
amor.
Es bueno que realices un ejercicio
mental, en el cual puedas imaginarte, que eres el ocupante de una hermosa
mansión, tan confortable y agradable, como seas capaz de recrear en tu mente.
Si logras esta imagen mental, intenta
recorrer todos los ambientes que le hayas incorporado, y recorre con tu vista
interior los elementos que integran cada uno de esos lugares, evalúa todo lo
que haz escogido para cada lugar, cuales han sido tus prioridades, cual es el
clima que se respira, que soporte estético le incorporaste, que sentimientos te
embargan cuando observas todo lo que tu mente ha construido.
Recuerda que ese es tu hogar celestial,
nada ni nadie puede quitártelo, tu has hecho de ese lugar un tesoro de valor
incalculable y en ese reducto donde moras, que haz construido con amor, sólo tu
decides lo que pueda suceder, tu eres su creador.
“No temáis manada pequeña, porque a
vuestro Padre le ha complacido daros el reino.
Vended lo que poseéis, y dad limosna;
haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde
ladrón no llega, ni polilla destruye.
Porque donde está vuestro tesoro, allí
estará también vuestro corazón.”
Lucas 12: 32 – 34
Cuando tu mente se acostumbre a imaginar
lo que tu corazón desea, podrás comprenderte mejor, es posible que tus deseos
no recorran la misma órbita, que la que recorren tus acciones diarias, y si te
encuentras en esta situación, podrás entonces darte cuenta, solo, y sin ayuda,
de los por qué, el camino que recorren tus ruegos a Dios, no se encuentra con
las respuestas que tu amado Padre te envía.
“... y os diré de la lucha que tuve ante
Dios, antes de recibir la remisión de mis pecados.
He aquí, salí a cazar bestias en los
bosques; y las palabras que frecuentemente había oído a mi padre hablar, en
cuánto a la vida eterna y el gozo de los santos, penetraron mi corazón
profundamente.
Y mi alma tuvo hambre; y me arrodillé
ante mi Hacedor, y clamé a él con potente oración y súplica por mi propia alma;
y clamé a él todo el día; sí, y cuando anocheció, aún elevaba mi voz en alto
hasta que llegó a los cielos.
Y vino a mí una voz, diciendo: Enós, tus
pecados te son perdonados, y serás bendecido.
Enós
1: 2 – 5
Usa tu mente y tu corazón y reflexiona
sobre lo que ahora voy a decirte, hasta ahora hablamos de que somos hijos de
Dios, de que el nos ama y anhela nuestro bienestar, pero ocurre que todos nos
sentimos extraños ante Dios, hay algo que no cierra, en nuestro interior, nos
sentimos como hijos huérfanos de madre, nuestro Padre que está en los cielos
nos ama, somos fruto de su amor, pero en nuestra partida de nacimiento, en la
doctrina de las distintas religiones cristianas, no figura nuestra madre.
¿Seremos acaso, hijos de Dios el Padre y
de una madre desconocida?
Voy a dejarte un sendero de pistas, por
si se despierta en ti, el deseo de iniciar la búsqueda de tu madre celestial,
porque sin duda la tienes, y, mucho más cerca de lo que te imaginas.
Se nos han dado muchos ejemplos del amor
de Dios en las escrituras, Jesús, en sus enseñanzas, comparó el amor del Padre,
con el que nosotros mismos brindamos a nuestros propios hijos:
“¿ Que padre de vosotros, si su hijo le
pide pan, le dará una piedra ? ¿o si pescado, le dará una serpiente ?
¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis
dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará
el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
¿Has pensado en los atributos que una
madre celestial debería poseer? ¿sería esta madre celestial, un modelo a
seguir, por las mujeres madres en esta tierra?
Si sientes un sentimiento tierno hacia
tu madre terrenal, ¿piensas que ella sería capaz de abandonarte? ¿o de negarte
su consuelo ? ¿acaso no ha estado junto a ti y no te ha protegido? ¿ acaso no
ha sido ella la primera voz que te ha orientado en la vida?
Si aún continúas por la senda de pistas,
reflexiona sobre estas palabras de Juan:
“Porque tres son los que dan testimonio
en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
Y tres son los que dan testimonio en la
tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.”
1
Juan 5 7 –
Cuando llegaste a este mundo, cuando
irrumpiste por primera vez en un llanto de vida, ¿quién ha estado a tu lado? tu
madre, el agua que te cubría en el vientre, y la sangre del cordón umbilical
que te mantuvo unido a ella.
Si tuvieses que identificar los
atributos maternos en las palabras de Juan, ¿cuál de los personajes descriptos
por él, cuando menciona a: el Padre, al
Verbo, y al Espíritu Santo, se asemeja más.
Los tres constituyen una unidad, y esa
unidad tiene su símil terrenal, y ese símil no es otro que: Tu padre, tú, que
eres el verbo, y tu amada madre que te dio a luz.
Quizás ahora, luego de transitar por
esta senda, podrás encontrar en las enseñanzas de Jesús, un sentido diferente,
mucho más amplio y consistente, referente a los sentimientos del Salvador hacia
el Espíritu Santo, leamos:
“De cierto os digo que todos los pecados
serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que
sean;
pero cualquiera que blasfeme contra el
Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. ”
Marcos
3: 28 – 29
Te recuerdas cuando eras niño y jugabas
con tus amigos, y aún ahora siendo ya un adulto, cualquier cosa podías permitir
que te hicieran, todo podía ser perdonado, pero jamás permitirías que alguien
ofendiese a tu madre, ella es para ti algo sagrado, algo que sitúas muy cerca
de Dios.
Ahora, con esta imagen materna en tu
mente, escucha estas palabras de Jesús:
“Vienen después sus hermanos y su madre,
y quedándose afuera, enviaron a llamarle.
Y la gente que estaba sentada alrededor
de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan.
El les respondió diciendo: ¿Quién es mi
madre y mis hermanos?
Y mirando a los que estaban sentados
alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Porque todo aquel que hace la voluntad
de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.”
Marcos
3: 31 – 35
Una lectura distraída de este relato,
nos dejaría la impresión, de que Jesús estaría de alguna forma, menospreciando
a sus hermanos y a su madre terrena, o por lo menos, no hace ninguna diferencia
entre ellos y las demás personas que le acompañaban.
Pero, leamos nuevamente con mayor
atención:
¿Qué estaba haciendo Jesús cuando
llegaron su madre y sus hermanos? la respuesta es que estaba enseñando sobre el
Espíritu Santo, ahora bien, ¿que mejor ocasión se le podría presentar para una
explicación práctica sobre ese tema?
¿A quiénes comparó Jesús que son sus
hermanos, hermanas, y su propia madre ?
Leamos nuevamente el último versículo:
“Porque todo aquel que hace la voluntad
de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.”
Cuando hacemos la voluntad de Dios, ¿cuál
es la promesa que recibimos? ¿no nos han enseñado que el Padre nos ha prometido
la asistencia del Espíritu Santo?
Entonces, quiere decir, que aquellos que
son obedientes y viven dignamente, tienen la presencia de su madre, la cual es
la misma madre espiritual de Jesús.
Cuando nos juntamos bajo la influencia
del Espíritu Santo, Jesús, el salvador del mundo, se encuentra rodeado de sus
hermanos, de sus hermanas y de su madre, ¿entiendes?
Hugo W Arostegui
Suscribirse a:
Entradas (Atom)