Estos valores que otras generaciones han aprendido y cultivado
constituyen la base de nuestro ser social, hoy lamentablemente han sido
socavados por la constante agresión de nuestra sociedad de consumo, la cual ha
ido separando y confundiendo los roles, creando nuevos valores y necesidades,
un mundo de solitarios insensibles carentes de afecto y calor humano.
Un valioso aporte que adjuntamos;
“El estudio de las conexiones
entre los problemas asociados al pensamiento conciencia conocimiento y
sociedad ha sido uno de los temas recurrentes en la historia del
pensamiento humano.
Tanto en su
vertiente filosófica-gnoseológica, sociológica, como psicológica se han
producido, secularmente, todo tipo de especulaciones e investigaciones sobre
las posibles relaciones mente-cerebro-mundo y la eventual existencia de
isomorfismos con la realidad, y por tanto, con esa realidad «artificial» a
la que llamamos sociedad.
Algunos pensadores
e intelectuales han puesto el acento en la presencia de una concatenación
absoluta, lógica, entre estos términos; mientras otros han llegado, incluso, a
la negación de la propia existencia de la conciencia subjetiva-individual para
cargar el acento en los aspectos arquitectónicos de los sistemas sociales y su
efecto «constructivo» del pensamiento como
posibilidad inmanente del conocer.
Dado que todo
conocimiento se realiza en la mente del sujeto y ésta es casi por definición
conciencia, ya que ambos términos son la cara de una misma moneda, podemos
decir que, independientemente del problema mente-cerebro, el sistema de
conocimiento se estructura en torno a una conciencia incapaz de salir de sí
misma para decir qué es conocimiento en sentido absoluto, es decir un
conocimiento que no sea “interpretación” de una conciencia que es el resultado
de una endogénesis evolutiva devenida de un proceso crecimiento de las especies
hasta conformar el sistema altamente complejo al que llamamos cerebro.
Por lo tanto, en un
principio y desde una perspectiva ontogenética, no es fácil deslindar las
disfuncionalidades del conocimiento, y del conocimiento específicamente social,
de la propia actividad/acción de la conciencia ya que, la conciencia-mente es
por definición el órganon del
conocimiento y no existe otro a nuestro alcance.
Al igual que sucede
en el error propio de toda medición efectuada en las ciencias, no es posible
descartarlo de forma absoluta sino meramente acotarlo, determinarlo y
delimitarlo como medida incorporada al propio acto del conocimiento.
En algún sentido, y
como demuestra el teorema de indeterminación de Heisenberg, no es posible el
acercamiento a una medición exacta de un fenómeno ya que los errores se
realizan de forma simultánea y el acotamiento de uno de ellos impide la
delimitación exacta del otro.
Definimos ahora una serie de hipótesis sobre el
conocimiento/no-conocimiento que sitúa con claridad las coordenadas de los
problemas que estamos desarrollando en este trabajo:
1)Hipótesis de Incompletud Cognitiva:
Nuestra hipótesis de partida postula la posibilidad
de que la complejidad del universo] sea
mayor que la complejidad de la mente cognoscente. Lo que implicaría la
imposibilidad de un completo conocimiento del mismo. Si un sistema social es el
resultado de un proceso de evolución de los sistemas naturales y manifiesta su
mayor grado de complejidad, entonces dicho sistema social contiene infinitos
grados de complejidad y, por lo tanto, la posibilidad de que una también
infinidad de errores esté presente en la intelección del mismo a través de la
mente humana. Es decir: existe un límite a la capacidad de conocimiento que
tiene el hombre ya que la complejidad de lo real actual está contenida, como
potencia, en la complejidad del orden subyacente del universo.
2) Hipótesis
de Indecibilidad Cognitiva:
Es imposible saber hasta qué grado es posible el
conocimiento de los sistemas —incluidos lo sistemas sociales— y de las pautas
de comportamiento relacional de los individuos dentro de un sistema social
dado. Para que ello fuese posible sería necesario tener un conocimiento previo
de la «totalidad» del mismo conocimiento.
3) Hipótesis de Indeterminación Cognitiva:
No sabemos hasta qué punto lo conocido, con
respecto a los diversos sistemas, es relevante o plausible para el conocimiento
de dichos sistemas. Es decir, no sabemos con certeza si conocemos de forma
«adecuada».
Lo social se manifiesta en lo «interior» del actor
social por medio de las agencias de socialización y de la pregnancia que el
sujeto vive como certeza del único mundo posible, de la única realidad
accesible, constituyendo un absoluto que opera como organización interior, como
sistema autocontenido o conjunto de relaciones estructurales pertenecientes a
la realidad privada del actor social.
Es decir, lo exterior volcado en y constituyendo la
conciencia es vivido por el individuo como la «realidad». El desconocimiento
profundo de lo interior que opera tanto en las capas conscientes como
inconscientes de ese individuo posibilita la dominación. Esto supone la
posibilidad y el hecho fáctico del control social y por ende de la
gobernabilidad de una sociedad a través de una serie de instituciones y de la
dirección ejercida como regulación a partir de determinadas instancias
(Gobierno, Estado, &.). La dominación se hace posible por medio del
desconocimiento, la desinformación, la información tergiversada, el mito o el
puro y simple engaño social donde los poderes dirigen la conducta y modelan el
carácter de los sujetos.”
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