lunes, 26 de noviembre de 2018

Rasgos De Una Buena Persona


Uno de los rasgos de una buena persona es que suelen ser personas empáticas. El dolor ajeno no debe de ser invisible a los ojos de nadie. La empatía, la humanidad y la solidaridad muestran que una persona se siente mejor consigo misma cuando se implica en las circunstancias de su entorno para poder aportar su granito de arena en la construcción de un mundo mejor.

Las personas que practican la empatía se rigen bajo un lema claro y conciso: "No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti". Esta es su base en la vida y, desde aquí, actúan, hablan, reaccionan y se relacionan con los demás. Es un principio básico de respeto y tolerancia que hace que te puedas poner en la piel de otra persona y, así, comprender mejor sus emociones y su forma de vivir la vida.

El perfil de una persona buena también se caracteriza por practicar la sinceridad. Pero no nos equivoquemos: hay personas sinceras que también son groseras e hirientes. Las buenas personas, al ser empáticas, saben cómo tienen que decir las cosas y respetan, mucho, las emociones de los demás. Por tanto, serán sinceras siempre contigo pero cuando te digan algo que no te gusta, lo harán con sumo cuidado para no ofenderte.

El corazón de una buena persona se nota incluso en sus palabras y en la forma que tiene de hablar de los demás. Una buena persona no pierde el tiempo en crear rumores falsos sobre terceras personas o en criticar de forma constante a alguien a sus espaldas. Tiene objetivos más productivos en los que aprovechar su tiempo.

Otra de las características de las buenas personas es que también dedican parte de su vida a realizar actos positivos y bondadosos. Las acciones igual que las palabras son un efecto de los sentimientos del corazón. Una buena persona se define a sí misma a través de los hechos que reflejan una serie de valores y de normas.

También suelen tener unas escalas de valores muy firmes que suelen cumplir a rajatabla. Son personas optimistas, soñadoras e idealistas que intentan vivir de una forma positiva tanto a nivel individual como social. Intentan ofrecer pequeños granitos de arena para que el mundo pueda ser un lugar mejor para vivir y, muchas veces, ¡lo consiguen!

Una buena persona es aquella en la que puedes confiar de verdad. Incluso en el caso de no tener mucha confianza, es una persona responsable que no juega con los sentimientos de nadie. Una buena persona no utiliza a los demás como si fuesen objetos. Suelen ser personas que, gracias a los valores tan firmes que tienen, tienen muy claro que el respeto es un elemento básico en las relaciones humanas.

Por eso, son personas que te respetarán y que no irán escampando tus secretos o intimidades a nadie. Además, gracias a su sinceridad, son personas que pueden convertirse en amigos del alma ya que querrán lo mejor para ti y no les costará nada decirte si hay algo que no les termina de convencer. En general, suelen crear relaciones muy sanas con la gente de su entorno y ayudar a que los demás también se puedan convertir en buenas personas.

Y, por último, otro de los rasgos de una buena persona es que suelen ser humildes. Es decir, nunca se sentirán superiores a los demás ni mirarán a nadie por encima del hombro. Saben que todo el mundo tiene su vida y sus propias metas, por tanto, respetarán cada éxito de cada uno y nunca se interpondrán en ellos.

No necesitan demasiadas cosas para vivir: ni lujos, ni dinero, ni reconocimiento. Son personas sencillas que se sienten la mar de felices disfrutando de un bonito atardecer, despertándose con sus seres queridos o dando un paseo por la playa. Valoran que en la sencillez de la vida es donde se encuentra la auténtica felicidad y la auténtica belleza.

Y, por último, otro de los rasgos de una buena persona es que suelen ser humildes. Es decir, nunca se sentirán superiores a los demás ni mirarán a nadie por encima del hombro. Saben que todo el mundo tiene su vida y sus propias metas, por tanto, respetarán cada éxito de cada uno y nunca se interpondrán en ellos.


No necesitan demasiadas cosas para vivir: ni lujos, ni dinero, ni reconocimiento. Son personas sencillas que se sienten la mar de felices disfrutando de un bonito atardecer, despertándose con sus seres queridos o dando un paseo por la playa. Valoran que en la sencillez de la vida es donde se encuentra la auténtica felicidad y la auténtica belleza.

Las Palabras Adecuadas


Muchos son los consejos y recomendaciones para escribir de manera entendible, eficaz y amena; pero la mayoría coincide en que es imprescindible saber, aunque sea de manera somera, la función que cada palabra cumple dentro de la oración; usar adecuadamente los signos de puntuación, conocer las palabras por la índole de la entonación, amén de otros aspectos que se deben tener presentes a la hora de plasmar el pensamiento en el papel. Algunos textos, que normalmente se consiguen en Internet, recomiendan no usar sinónimos innecesarios, respetar el orden de la frase y no abusar de los números.

A eso habría que agregarle que, para no crear confusiones, es fundamental usar las palabras que correspondan al contexto, es decir, las adecuadas, sin rebuscamientos y sin exhibicionismo. El idioma español es abundoso en sinónimos, y por eso es recomendable apelar a esa amplia gama, en virtud de no repetir siempre los vocablos. Se debe tener presente que un buen texto no necesariamente será el más largo, con base en la regla de Ockham: “Si puedes decir una cosa con dos palabras, no la digas con cuatro”.

Es encomiable que los redactores de manera habitual utilicen palabras poco comunes en el habla cotidiana, siempre que conozcan el significado de estas. Esa práctica tiene doble aprovechamiento, dado que por un lado permite que quien las escriba adquiera relativa facilidad en la escritura, y el por el otro, hará posible que el lector amplíe su léxico, si se lo propone. Lo cuestionable es que usen términos cuyo significado desconozcan, lo cual, aparte de evidenciar su ignorancia, incide negativamente en el público.

Muchos de los errores comunes en los medios de comunicación, que por el inmenso poder inductivo que estos ejercer se han arraigado en el vocabulario del común del hablante, tienen su origen en el empleo de términos con significado muy diferente del que registran los diccionarios. El caso típico es el de sendos y su correspondiente femenino, que la mayoría usa como sinónimo de grande, inmenso, enorme, descomunal, extraordinario, cuando en realidad significa “uno para cada uno de las personas o cosas mencionadas”. Se debe tener en cuenta que no equivale a “ambos” ni admite singular.

Se ha vuelto una mala costumbre el empleo de verbos que nada tienen que ver con el contexto en que se los usa, como por ejemplo detentar, sobre todo en las crónicas de sucesos. Se ha dicho que, por ejemplo, “Fulano de Tal fue detenido por detentación de armas de fuego”. ¿Se habrán preocupado esos reporteros policiales por averiguar qué significa detentar? ¡No lo creo!


A todas esas, es indispensable que cada persona, sea periodista, abogado, docente o usuario habitual del lenguaje escrito y oral, se persuada de la importancia de escribir con propiedad, con sencillez, sin falsas posturas y convencido de que siempre se deben emplear las palabras adecuadas. 

“La forma en que se expresan las ideas, es la mejor carta de presentación”, dicen los que conocen del tema.

Expresar Lo Que Sentimos


Si eres de los que todavía piensan que los hombres no lloran, que sentir miedo es de cobardes y que los mensajes de amor son ñoñerías, lee con atención lo que te voy a contar.
Ya va siendo hora de que entiendas la importancia de expresar los sentimientos.

A expresar los sentimientos también se aprende
Hay muchas personas a las que les cuesta exteriorizar lo que piensan, pero son más a las que les es difícil expresar lo que sienten. La cultura y la educación tienen un peso importante en esta cuestión.
A expresar los sentimientos se aprende en la infancia: es por eso que los niños que han crecido en casas donde los padres no se demostraban afecto, donde el padre jamás reconoció sentirse orgulloso, donde la madre callaba cuando se sentía sola o deprimida o donde los hijos tenían que contener su rabia, hoy son adultos con serios problemas para dar a conocer aquello que sienten.

Uno de los motivos por los que no expresamos lo que sentimos es para evitar conflictos. Hay quien cree que así evita hacer daño a otra persona, y no se da cuenta de que el daño se lo hace al reprimirse.

Otra razón puede ser el miedo a sentirse rechazado o creer que no le van a entender. Esto se soluciona mejorando la autoestima y comunicándose de forma asertiva.

Además, la sociedad nos dice que hay ciertas emociones que debemos controlar.

Están mal vistos los celos, los enfados, la rabia, la ansiedad, la depresión… vamos, lo que algunos llaman las emociones negativas.

¡Basta ya! Señores: no hay emociones positivas ni negativas, y no debemos aprender a controlarlas sino a gestionarlas.

Expresar aquello que nos gusta, lo que nos da miedo, decir las cosas que nos generan alegría, las que percibimos con asco, expresar nuestro agradecimiento o mostrar muestras disculpas es lo que nos ayuda a liberar y a compartir nuestros sentimientos, y es la mejor manera de sentirnos bien.



Lenguaje Y Literatura


Una forma sencilla de definir a la obra de arte sería pensarla como discurso o lenguaje. Ella es una forma que encierra contenidos simbólicos, que el hombre descubrió para enfrentar el mundo y a la vez hacerlo suyo. Entonces, podemos entender al arte como un lenguaje del que se valen los hombres para entender y a la vez comunicar.

En tanto que el artista es quien transmite una idea o un sentimiento, sin dejar de ser un ser históricamente determinado, lo que se refleja en las obras que genera. Es así que expresa un contenido de vida en sus obras. Por lo tanto, el arte puede considerarse el órgano de la comprensión de la vida.

Y también en la obra de arte queda de manifiesto el momento histórico social en el que fue pensada y realizada. Porque el artista se nutre de los espacios e impresiones de su realidad, es decir, es impactado por el lugar donde nació, se educó, creció, las amistades que cultivó, etcétera.

Entonces, el artista intenta explicarse cuestiones de la realidad y por medio de su obra explica a los demás aspectos ideológicos, políticos, sociales y económicos; es decir, en definitiva, la obra artística está condicionada. Así resulta claro que el arte habla de cultura y refleja el contexto histórico político, en el cual fue producida. Por eso fue posible que Wilhelm Dilthey reconstruyera el ethos de una época a través del estudio minucioso de la biografía y obra de una generación de poetas, como Lessing, Novalis, Goethe y Hölderlin. Este método no es nuevo, constituye la propuesta hermenéutica de la Nueva Escuela Histórica de fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

Recapitulando, si el artista se encuentra condicionado por su momento histórico, como consecuencia también su obra lo está. Así, ésta puede ser considerada como una huella o testimonio de la época, o en otras palabras la memoria sobre creencias, recuerdos históricos, mitos que se comparten.

En síntesis, la herencia cultural de un pueblo se mantiene gracias a esos testimonios, que transmiten los rasgos de identidad. Si consideramos a la obra de arte como el vehículo de un discurso del espíritu que busca mantener los rasgos identitarios de una comunidad, encontraremos en ella una intención o un aspecto netamente político.

Mucho se ha hablado de la manifestación del espíritu humano que se constituye como un lenguaje que en tanto construcción simbólica es susceptible para ser considerada un recurso muy rico y a la vez legítimo para el estudio de lo social, lo político, filosófico e histórico que constituyen nuestra realidad. Entonces la función social que se le atribuye a la obra de arte consiste en que al ser un lenguaje, tiene la posibilidad de comunicar tanto ideas como sensaciones a un público determinado.

De entre todas las manifestaciones artísticas, la literatura es la que tiene más posibilidades de comunicación, ya que se vale de un lenguaje que puede expresar con claridad relaciones sociales en un ambiente de poder, aunque debemos admitir que la existencia y la convivencia humana no sólo se constituyen en formas de poder.

También es preciso recordar que 
las formas artísticas se encuentran estrechamente relacionadas con la realidad que vive el artista. Entonces, la función social del arte ha evolucionado, poco a poco ha dejado de ser un instrumento ligado a la magia y fantasía para convertirse en una forma de conocimiento, que complementa los datos históricos, permitiéndonos apreciar el aspecto de las sensaciones y sentimientos.

En este sentido, lo que entendemos o designamos como arte es la traducción del término griego tecnos, que se refiere a una forma de hacer algo e incluye el pensar en ello.

Como bien lo explica Cassirer:
En la historia del género humano el Estado, en su forma actual, es un proceso tardío del proceso de civilización. Mucho antes de que el hombre haya descubierto esta forma de organización social ha realizado otros ensayos para ordenar sus sentimientos, deseos y pensamientos. Semejantes organizaciones y sistematizaciones se hallan contenidas en el lenguaje, en el mito, en la religión y en el arte (Cassirer, 1997, 101-102).

Por su parte, la escritora Susan Sontag haciendo referencia al arte como una fuente de conocimiento afirma:
Una obra de arte puede contener todo tipo de información y ofrecer enseñanzas sobre nuevas actitudes (a veces encomiables); podemos aprender teología medieval e historia florentina en Dante; podemos hacer nuestra primera experiencia de melancolía apasionada con Chopin; Goya nos puede convencer de la barbarie de la guerra, y una tragedia americana de la humanidad, de la pena capital. 

Pero en la medida en que tratemos estas obras en cuanto obras de arte, la satisfacción que proporcionen será de otro orden. Será una experiencia de las cualidades o de las formas de conciencia humana (Sontag, 1996, 55).

En tanto, Herbert Marcuse habla de la posibilidad que tiene el arte para comunicar experiencias que no se pueden comunicar mediante otro tipo de lenguajes. En tanto que Karel Kosic menciona que la obra de arte tiene un doble carácter, si bien es cierto que es una representación de la realidad, al mismo tiempo no es la realidad, sino un reflejo de ella. Sin embargo, también nos resulta claro que no es una imagen fiel, sino una interpretación de lo que ocurrió, como una recreación en la que se encuentra implícita la perspectiva del autor, lo cual agrega un contenido significativo a la obra.

De tal suerte que cada vez que se relata un hecho, esta narración se va enriqueciendo con nuevos elementos que agrega el artista y que no existían antes; es decir, se resignifica y por tanto con ello se revitaliza, tanto la obra como el acontecimiento, evitando con ello que pase al olvido.

La obra de arte expresa al mundo en cuanto lo crea. Y crea el mundo en cuanto que revela la verdad de la realidad, en cuanto la realidad se expresa en la obra artística. En la obra de arte la realidad habla al hombre (Kosic, 1996, 147).

Por lo anterior podemos afirmar que la obra de arte se constituye como un mundo de significación en sí misma, ya que por medio de ella y gracias a su sensibilidad, el artista, nos presenta un espacio único e irrepetible que nos permite comprender mejor el momento histórico al que hace referencia.

Dependiendo de la habilidad del literato en el uso de los recursos lingüísticos, la obra puede trascender en el tiempo, asegurando a futuras generaciones la posibilidad de ir más allá de su propia realidad. Esto es una manifestación del poder o el impacto que puede tener la literatura en la sociedad, por su capacidad para advertir de los sucesos que no se han podido vivir.

Por otra parte, para Roland Barthes, el lenguaje es la razón de ser de la literatura; por tanto, puede afirmarse que es una cualidad innata de ella. Sabemos que el lenguaje fue desarrollado por los hombres con el fin de comunicarse. Así, como mencioné antes, no sólo se relatan o describen los hechos para dejar huellas, sino que también se narra, agregando impresiones personales, por eso resulta tan útil a la Historia.

Ahora bien, para brindar una dimensión estética en tanto permite acercarnos al terreno de los sentimientos a través de la sensibilidad, cuando se refiere al aspecto poético podemos recuperar los sentimientos, la parte que complementa nuestro conocimiento de lo histórico, encontrando nuevos significados que nos aclaran la razón por la que se realizan determinadas acciones.


Finalmente, el uso del lenguaje como una manera de interpretarnos a nosotros y a los otros, nos permite conocer nuestra realidad.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Sembrando Poesía


"ELOGIO A LA VIDA SENCILLA"
¿Por qué? me trajiste al mundo
(Yo no quería salir)
Estaba tan agustito
Y protegido por ti
¿Por qué lo hiciste mami?
¡Que es lo que esperas de mí
Yo no quiero nada ¡hijo!
Quiero que seas feliz
Que disfrutes de la vida
Que luches por lo
Que es justo
Y como todo mortal
Hasta que no tengas hijos
Plantes un árbol frondoso
Y leas un libro hermoso
No tendrás carnet de socio
Del jardín de los elogios
“Di mamá”
¿Qué es la vida para ti?
¿La vida?
La vida es semilla de flores
Que depende donde caigan
Se las pisa y no florecen
Pon abono a esas semillas
Dales tiempo
A que florezcan
Mientras tanto ¡mímalas!
Y verás cómo te premian
Con aroma inigualable
“Con belleza”
¡Y con presencia!
¡Adelante! y… ¡Vive! …¡Vive!
“Tu Historia”

Y Conviértela “En Poema”

Calidad De Vida


La calidad de vida es un concepto referido al bienestar en todas las áreas del ser humano, respondiendo a la satisfacción de las necesidades físicas (de salud, seguridad), materiales (de vivienda, ingresos, transporte, pertenencias, comida), sociales (de trabajo, familia, relaciones personales, comunidad, responsabilidades), psicológicas o emocionales (de afecto, autoestima, inteligencia emocional, espiritualidad, religión), de desarrollo (educación, productividad) y ecológicas (calidad del agua, del aire, etc).

La calidad de vida es un concepto complejo cuyo significado incluye desde las áreas físico mentales hasta el lugar de la comunidad o sociedad donde la persona vive. Fue definido por la sociología, la medicina, las ciencias políticas, los estudios del desarrollo, entre otras disciplinas, y es un objetivo al que deben aspirar todos los países preocupados por los seres humanos en forma integral. 

La calidad de vida refiere a las condiciones en que vive un ser humano y que determinan una vida digna y placentera, o una vida llena de aflicción. Es un concepto altamente subjetivo, ya que cada ser humano tiene un concepto propio sobre la calidad de vida y la felicidad. Además está influido por la cultura en la que vive, los valores, la sociedad. La calidad de vida refiere a las condiciones en que vive un ser humano y que determinan una vida digna y placentera, o una vida llena de aflicción. 

Es un concepto altamente subjetivo, ya que cada ser humano tiene un concepto propio sobre la calidad de vida y la felicidad. Además está influido por la cultura en la que vive, los valores, la sociedad.

A diferencia del nivel de vida, que es un concepto económico estrictamente y no incluye las dimensiones psico social ni ambiental, la calidad de vida sugiere un estado completo de bienestar, donde el nivel de vida no es suficiente. Por ejemplo un individuo con alto nivel de vida pero oprimido por el estrés laboral tiene una baja calidad de vida.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la calidad de vida es la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en relación a la cultura y valores en los que vive en relación con sus expectativas, sus objetivos y sus inquiedetus. Influido por la salud física y psicológica, sus relaciones sociales, su nivel de independencia y su relación con el entorno.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Integración En La Civilización Moderna


En la esfera de las relaciones sociales, consideremos para empezar las fuerzas elementales que unen al hombre con la mujer, es decir, las fuerzas del sexo. Dichas relaciones se encuentran o bien reprimidas, a lo cual ya Freud atribuyó el "malestar de la cultura", o disolutas y sin lugar fijo a causa de la eliminación total de los tabúes. En dicha forma se convierte en botín fácil para los medios de información de las masas y para sus respectivos intereses. Por esto no se puede hablar ni en uno ni en otro caso de una integración de la existencia humana en un Todo significativo.

Las relaciones entre las generaciones jóvenes y las generaciones mayores se encuentran profundamente perturbadas por ambos lados, de tal modo que una iniciación razonable en una nueva forma de vida ya no da resultado. En lo que respecta a la vejez, se la elude o se trata de suprimirla al querer darle seguridad por medio de la previsión y de la asistencia social.

El tiempo destinado a la vida en comunidad es en realidad tiempo de trabajo y rendimiento o simplemente tiempo libre. Esto último a su vez es entendido ya sea como un puro restablecimiento de la capacidad de trabajo o como un simple espacio vacío, un hueco que la moderna industria de consumo y tiempo libre se encarga de llenar. Las fiestas que se han mantenido por tradición en el calendario no representan para la mayor parte de los hombres un momento integrador de su existencia, sino por el contrario un motivo de confusión y molestias.


En lo que concierne finalmente a las relaciones entre la vida y la muerte se aprecia en nuestra civilización moderna un afán enérgico de suprimir el tema de la muerte. No se debe hablar ni pensar en ella, a pesar de que se sabe que hay algo así como la muerte. Las ceremonias fúnebres, por ejemplo el entierro, se han convertido en un acontecimiento cualquiera, sin lugar fijo en el contexto total de la vida moderna; la muerte se considera como un hecho embarazoso, como algo que no debería haber. 

Se quiere presentar la vida como siempre nueva, joven, eficiente y exitosa y por decirlo así, sin muerte. No se piensa en lo más mínimo que con dicha actitud se suprime desde sus bases un momento decisivo que pertenece al conjunto total de la existencia.

Capacidades Humanas


La universidad contemporánea tiene un encargo social fundamental, egresar profesionales que resuelvan con integridad, independencia y creadoramente los problemas que se le presenten en el ejercicio de su actividad laboral, de ahí que el proceso de formación profesional en la actualidad exige de una conducción que tenga en cuenta como requisitos básicos; el carácter sistémico y dinámico de la educación y la consideración, como componente curricular rector, de las competencias en la solución de los problemas profesionales que deben ser resueltos por el futuro egresado.


Con ese fin se precisan elementos conceptuales de las competencias. Esta realidad impone un reto a la dirección del proceso enseñanza aprendizaje y por tanto a sus actores principales: profesores y estudiantes, ya que la asimilación de los contenidos por el que aprende debe estar en función del desarrollo de las competencias previstas en el perfil profesional, ello exige una gestión docente a partir de métodos formativos innovadores, que propicien el desarrollo del pensamiento teórico-sistémico, crítico y creativo, en íntima relación con los valores y ética de trabajo, como condiciones esenciales en el proceso de la formación y/o consolidación de las competencias profesionales.

Crezcamos Con Las Diferencias


En tiempos de amores prefabricados, de relaciones de ida y vuelta y de una necesidad ficticia de que todo sea perfecto, las relaciones reales -tanto personales como sociales- cada vez están más alejadas de las que mantiene la juventud actual. Tenemos que partir de la base de que en toda relación personal existirán diferencias, y en toda clase de amor habrá distintos puntos de vista.

Descubrir al otro tiene una doble misión. Una es enseñarnos la diversidad de la especie y la otra contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre las personas. Para todo esto, tenemos que tener en cuenta que el descubrimiento del otro pasa de manera ineludible por el descubrimiento de uno mismo.

Para poder alcanzar una convivencia pacífica y conocer a los demás es importante desarrollar una serie de valores y actitudes como el autoconocimiento, la autoestima y el desarrollo de la empatía. En definitiva, aprender a compartir y trabajar por un bien común, reconociendo a los demás como diferentes en características personales, pero iguales en derechos.

“Una sociedad no vive sin utopías, es decir, sin un sueño de dignidad, de respeto a la vida y de convivencia pacífica entre las personas y pueblos”
-Leonardo Boff-

Aprender a aceptar las diferencias que tenemos con los demás, valorando el pensamiento ajeno y amoldando nuestro comportamiento en parte a ellos, nos acercará más, haciendo que sea más fácil comprenderlos y que nos comprendan. Nuestro crecimiento personal va ligado al respeto por cada uno de los integrantes de nuestra vida.

Crear un entorno positivo va depender en gran medida de cómo dejemos que las diferencias con los demás afecten a nuestra vida. Siempre es una buena idea invertir esfuerzo en aprender que nuestra felicidad no es ajena a la felicidad de nuestro entorno, y por tanto se construye con el aporte de todos, incluidas las sus diferencias.

Solo tenemos que echar un vistazo a nuestra vida para ver que nosotros nos hemos equivocado, nos equivocamos y nos equivocaremos, debido a que también tenemos un sinfín de defectos. 

Practicar la humildad nos ayudará a ser más asequibles a los demás, concentrándonos en disfrutar de sus cualidades en vez de criticar sus defectos.

                                                                     

viernes, 23 de noviembre de 2018

Hacer Lo Que Tienes Que Hacer


Puede que resulte contradictorio. Y puede que genere incomodidad admitirlo. Pero al fin y al cabo, tus recursos físicos y mentales son limitados.

Ni puedes ni tienes que abarcar todo, aunque pretendas hacerlo. Más aún cuando en ese todo hay una gran cantidad de cosas sin definir. Cosas que ni siquiera sabes lo que son, ni lo que significan para ti y sobre las que tampoco sabes si, de verdad, tienes que hacer algo con ellas. Pero, paradójicamente, sí crees que tienes que hacer algo.

Afortunadamente hay solución para eso. ¿Qué es ese asunto que tienes entre manos?. ¿Qué significa?. ¿Requiere alguna acción por tu parte?. ¿Puede esperar? ¿Lo puede hacer otra persona? Estas son algunas preguntas que te pueden ayudar a tener criterio a la hora de decidir qué hacer y que dejar sin hacer.

El problema viene si crees que siempre tienes que hacer algo con cada asunto que aparece. No sabes por qué lo crees, pero lo crees.

Pero lo cierto es que vas a tener que dejar cosas sin hacer. Sí, has leído bien: vas a tener que dejar cosas sin hacer.

Sé que cuesta escucharlo o leerlo. Sé que cuesta pensar que puede tener sentido. Sé que cuesta ser consciente de que es radicalmente cierto porque sabes que tienes más trabajo que tiempo.

“Sólo te puedes sentir bien con lo que no haces, cuando sabes qué es lo que no haces”. David Allen
Pero es posible dejar de hacer cosas y sentirte bien con ello. Esto ocurre cuando haces aquellas cosas que tiene sentido hacer.

Tener claras tus prioridades te ayudará aprender a dejar de hacer cosas sintiéndote bien con eso que dejas sin hacer. Te aseguro que se puede conseguir.

Simplemente tienes que deshacerte de esas creencias que te han “vendido” durante toda tu vida: no pares, haz más, todo es importante, todo es urgente, todo lo de mi jefe, todo lo de mi cliente,… 

Todo. Manda a paseo esas creencias porque simplemente son eso: creencias.

Hay muchas cosas que haces en tu día a día que, muy posiblemente, deberías dejar sin hacer. Lo sabes. Son cosas fáciles, rápidas, que se te dan bien,… La mayor parte de esas cosas aportan muy poco valor a tu trabajo. Pero esa sensación de ser una persona muy ocupada te mola.

Y, mientras, ese trabajo de verdadero valor que como profesional del conocimiento debes generar, queda para ese momento en que estás con la energía por los suelos. Cuando tienes dos opciones: hacerlo con muchas posibilidades de hacerlo mal o, directamente, no hacerlo.


Hay solución para decidir qué hacer y qué no hacer. Es un proceso que, probablemente, te suponga afrontar cambios en cómo piensas y haces ahora las cosas. Porque no es lo mismo dejar de hacer sin más, que dejar de hacerlas cuando has hecho lo que tenías que hacer aportando valor a tu trabajo, a tus resultados y a tus objetivos

Es decir, cuando haces lo que tienes que hacer.

La Trascendencia De La Persona Humana


Filosofía
La Trascendencia De La Persona Humana

El hombre se encuentra con la trascendencia y está siempre abierto a ella con una perspectiva última. Es inevitable, es natural y espontaneo que el hombre se pregunte por una realidad que esta más allá de lo percibido, de lo temporal o contingente.

El problema de Dios, hoy, se enfoca como problema del sentido de Dios para el hombre, Puede el hombre ser persona libre?. La respuesta depende del concepto de cada hombre se formula de Dios a lo largo de toda su vida.

Lo que importa no es tanto si crees en la existencia de Dios, o no crees: lo que importa es que valor tiene esta creencia en Dios para tu vida. Si uno vive creyendo en Dios pero actuando como si no existiera, el suyo es un ateísmo práctico, este hombre no cree en Dios porque no se fía de Él.

Que se entiende por trascendente
En sentido amplio trascendente es todo lo que sobrepasa toda realidad natural y también al hombre. Esta realidad superior o absoluta es distinta del mundo aunque se relaciona con el.

En sentido estricto trascendente es un Ser personal infinitamente superior a toda realidad, el ser absoluto y perfecto del cual todo depende: trascendente en este sentido es Dios.

No hay un ateísmo sino muchos ateísmos
Ser Ateo o creyente, no depende muchas veces del hombre mismo, sino de la cultura en que nace, de las circunstancias y experiencias que le vivir.

No se puede hablar de ateísmo sino de ateísmos. Muchas son las formas y raíces del ateísmo: la que se fundamenta la ciencia, la psicología, en la historia y en la filosofía.

Si Dios nos quiere, nos quiere para siempre


Alcanzar Los Resultados


Los líderes creen en sus sueños con tanta pasión que no paran hasta verlos convertidos en realidad, aplican la alquimia de la audacia, factor detonador para alcanzar resultados.

Realmente podemos contar las semillas que tiene una naranja, pero no sabremos cuántas naranjas puede dar una semilla. ¿Cuántas ideas se han quedado almacenadas para siempre en nuestra mente?, ¿Cuántos proyectos por realizar?, ¿Cuántos sueños sin atrevernos a realizarlos? Cada semilla sabe cómo llegar a ser un árbol, los sueños son semillas los cuales deben germinar, si no, se mueren siendo semillas.

¿Cuántos frutos pueden dar una idea? Pregunta que solamente podrá responderse intentándolo, solamente así conoceremos sus posibilidades reales, además con el intento conocemos nuestras propias limitaciones, si no resulta cabe cuestionarnos qué nos falta aún por aprender, además nos mostrará nuestras fortalezas internas. ¿Cuánta constancia y tenacidad poseemos? Para atreverse se necesita la magia de la audacia.

Magia es lo que por medios naturales obra efectos que parecen sobrenaturales, así lo define la Real Academia de la Lengua, y su connotación en esta breve reflexión no se trata de hechizos o conjuros, sino que a través de la audacia se han logrado la mayoría de los proyectos que para los demás eran imposibles y que una vez realizados resultan sencillos, como la bombilla incandescente, el fonógrafo, los rayos X, fundar una empresa mágica como Disney, en fin, millones de realizaciones que ahora nos rodean en nuestra cotidianidad y que en su tiempo cuando aún estaban en proceso, los demás consideraban que de lograrlo sería un milagro.

La envidia ha engendrado odio, el mediocre descalifica fácilmente al triunfador porque en el fondo sus logros son un espejo de sus propias carencias, y todo es resultado de la casualidad y la buena suerte, por lo cual se hace necesario preguntarles: ¿Y si era tan sencillo, por qué tu no intentaste?
La audacia es un factor fundamental para tener buena suerte, entre mayor número de intentos más posibilidades tenemos de alcanzar el éxito.

Los sueños al igual que las semillas contienen el secreto para convertirse en árboles, en realidades, saben que el primer paso es germinar, comenzar a desarrollarse, así las ideas hay que fortalecerlas, alimentarlas y llegar finalmente a enamorarse de ellas con tal pasión que nos impulse a la acción, además con estas fortalezas espirituales podemos vencer las muchas adversidades que se nos pueden presentar.


Los líderes creen en sus sueños con tanta pasión que no paran hasta verlos convertidos en realidad, aplican la alquimia de la audacia factor detonador para alcanzar resultados, saben que entre mayor número de intentos realicen la buena suerte los favorecerá. La audacia es un atrevimiento, un salto a lo desconocido, su mayor riesgo es el fracaso, su mayor prioridad, el triunfo y en ambos existe la gran lección pues la experiencia es el resultado de haberlo intentado; audacia es intento, posibilidad, oportunidad de convertir nuestros sueños en realidad. 

El ancla de los mediocres es el miedo, tienen pavor a fracasar por eso no lo intentan, juegan en la vida a no perder, en cambio los excelentes siempre juegan a ganar.

El Desborde Emocional


Es inevitable a veces sentirse superado por las circunstancias y, especialmente por las emociones. La inteligencia emocional es una herramienta muy útil para aprender a gestionar esas emociones negativas y que no nos superen, pero ¿cómo hacerlo? Descubre qué es el desbordamiento emocional y cómo superarlo con inteligencia emocional.

Qué es el desbordamiento emocional

¿Qué ocurre cuando se desborda un río? No se puede frenar ese desbordamiento, no puedes frenar el agua ni la inundación que conlleva, ¿verdad? Seguro que te has sentido así más de una vez con respecto a tus emociones. Una situación que no consigues frenar porque estás totalmente desbordado.

Lo primero que debes tener claro es que no puedes controlar tus emociones, lo único que puedes hacer con ellas es gestionarlas. Una vez que la ansiedad se ha apoderado de ti, por ejemplo, las emociones parecen ir por libre y en algunos momentos te encuentras secuestrado por esas emociones sin poder hacer nada por evitarlo.

Ira, tristeza, angustia, desolación, rabia...generalmente el desbordamiento de emociones positivas no nos importa demasiado. Lo que nos importa es cuando nos sentimos secuestrados por emociones negativas y son ellas las que dirigen nuestras reacciones, nuestra conducta.

Cuando se produce un desbordamiento emocional, actúas de forma automática respondiendo a los estímulos que genera el cerebro emocional.

El cerebro racional se queda en pausa, no lo utilizas en esos momentos y por eso las reacciones pueden ser ilógicas y desproporcionadas. Pero, ¿tenemos dos cerebros? No, solo tenemos un cerebro. Pero dentro de él hay una parte más emocional, que es el sistema límbico y otra parte más racional, que es el neocórtex. En estos casos el sistema límbico prevalece sobre el neocórtex.

Lógicamente esta respuesta adaptativa que en tiempos prehistóricos tenía su utilidad, hoy se nos antoja un tanto desmedida. Cabe señalar también que la consideración de un estímulo peligroso hoy en día se ve distorsionada por problemas como la ansiedad. Un ejemplo de ello son las fobias. Pero vayamos a buscar soluciones. ¿Se puede superar un desbordamiento emocional?

¿Cuántas veces te has quedado paralizado por la angustia?, ¿cuántas veces has reaccionado de forma desmedida en una situación familiar y luego te has arrepentido?, ¿cuántas veces te has bloqueado, te has sentido impotente y confundido porque tu malestar emocional no tenía motivos aparentes? 

Las emociones no se pueden controlar, pero hay algunas cosas que puedes hacer con ellas para reducir los daños o que esa inundación no cause tantos destrozos

Las Ilusiones Humanas


Más allá de esta terminante postura gnoseológica, parece ser claro para todos que la percepción es la puerta que la realidad sensible tiene en nosotros. De allí su importancia. En psicología se suele diferenciar entre sensación (la recepción del estímulo) y la percepción (la interpretación, esto es, la asignación de un valor y un significado a la sensación detectada). 

La ilusión óptica (y otras formas de ilusionismo) ilustran bien este fenómeno, una contradicción entre sensación y percepción. Ahora bien... explicar una ilusión suele ser algo bastante simple, y la cuestión se agota en un mero divertimento. Si trasladamos estas experiencias de percepción confusa a nuestra percepción de la realidad cotidiana, veremos sin duda que esta suele estar viciada de creencias, especulaciones, de proyecciones, en síntesis... de limitaciones. 

Esto se hace evidente, por ejemplo, en las relaciones humanas. Nuestra percepción de los otros, incide sin duda en nuestras decisiones más que muchos otros factores y tantas otras veces, esto nos lleva inevitablemente al error. ¿De qué depende nuestra habilidad para comprender la realidad más allá de lo que percibimos... simplemente? 
La gente ve lo que quiere ver y no ve lo que no quiere ver... y muchos quisieron ver en el prestigio de Einstein y la palabra 'relatividad' en el nombre de su teoría una validación de las corrientes de pensamiento favorables a la relativización de la realidad. Pero nada podría estar más lejano al modo einsteniana de ver el mundo, me parece. 
Nos apoyamos en la experiencia para forjar nuestras ilusiones, es decir, que realizamos proyectos haciendo referencia a lo que poseemos; en base a esto creamos objetivos originales. 

La ilusión es anticipación de lo que va a aparecer en nuestra vida. Si el cumplimiento de la ilusión está proyectado a largo plazo, anticipamos lo que va a acontecer cuando la realicemos y en el periodo de espera imaginamos las distintas consecuencias que le pueden seguir. Cuando la realización de la ilusión es a corto plazo, aparece la impaciencia que la hace más intensa; si la ilusión fracasa, surge el sentimiento de no saber qué hacer y renunciaremos a ella o elegiremos otro camino para conseguir el fin. 

La ilusión es inminencia; nos ilusiona lo que podemos conseguir, pero esto no evita el que aparezca el temor a la desilusión, a que el resultado no responda a nuestras expectativas. Sin embargo, si lo que conseguimos es justamente lo que habíamos proyectado, lo introducimos a nuestra vida como algo personal e insustituible y nos sirve para ir formando nuestro yo y la trayectoria vital, pero la inconclusión del hombre hace que la vida no sea un elemento estático y necesitamos nuevas ilusiones que complementen a las que tenemos y que contrarresten a las pérdidas o a las desilusiones. 

Por todo ello, la ilusión necesita un periodo de maduración y de planificación de medios, para darle un enfoque hacia el futuro; por eso no debemos confundir el placer instantáneo con la satisfacción de conseguir algo en lo que hemos ido trabajando durante un tiempo. 

Por tener continuidad en el tiempo y ser futuro anticipador, la ilusión no sólo anticipa lo que va a venir, sino que enlaza nuestro presente con nuestro futuro, nos lleva hasta él. Así, debemos afirmar que la ilusión nunca está dada, pues siempre surgen nuevas expectativas, nuevos proyectos y nuevas necesidades; es cierto que el hombre a lo largo de su vida necesita infinidad de cosas y no sólo en algún momento de su vida, sino siempre, de ahí que tengamos miedo a la soledad, a la ignorancia y en definitiva a lo que no conocemos.
Entonces, cuando el hombre se apropia de lo que le hace falta no lo desecha, sino que lo guarda para poder utilizarlo en otra situación, porque la posesión de cosas no anula la incesante necesidad que tiene el hombre. 

Todos sabemos que al igual que nacemos tenemos que morir, no hay otro camino, es una dimensión de la vida humana que aunque queramos no la podemos eliminar, porque de un modo u otro a todos algún día nos llegará el fin. Por eso, la noción negativa de esta palabra no ha desaparecido, porque nos empeñamos en anular ese aspecto de la vida que obligatoriamente tiene que estar presente.
 

La vida está llena de ilusiones y éstas nos mantienen en un constante proceso de construcción del yo. Hay cosas que hacemos todos los días y por eso, porque son habituales, nos da seguridad, aunque somos conscientes de nuestra mortalidad, pero aun así nos hace ilusión porque nos proporciona un proyecto, al menos para el mañana.
 



Soñar Despierto


¿Eres de esas personas que se distraen fácilmente? ¿No puedes evitar ponerte a divagar y a soñar despierto en mitad de una tarea? ¿Te cuesta focalizarte en una sola actividad y cambias de ocupación a cada momento, sin completar lo que habías empezado? Si has respondido afirmativamente, probablemente seas más inteligente que la media.

Un estudio del Instituto Tecnológico de Georgia concluye que soñar despierto es señal de inteligencia y creatividad.

“Las personas con cerebros altamente efectivos, presumiblemente, tienen demasiada capacidad mental como para evitar que sus mentes divaguen”, en palabras de uno co-autor del estudio, el Dr. Enric Schumacher.

Schumacher y su equipo midieron los patrones cerebrales de más de un centenar de personas, mientras cada una de ellas debía concentrarse en un punto concreto durante cinco minutos completos. Gracias a los datos extraídos, el equipo logró identificar qué partes del cerebro trabajan al unísono.

La correlación entre las diferentes regiones del cerebro dio pistas a los investigadores sobre qué áreas del cerebro trabajan juntas en los estados de despertar y relajación. Asombrosamente, los investigadores observaron cómo las mismas zonas cerebrales medidas mientras se divaga eran las que se relacionaban con diferentes habilidades cognitivas.

Una vez que los investigadores interpretaron cómo el cerebro trabaja durante los periodos de divagar, el equipo realizó un test que medía las habilidades intelectuales y creativas de los participantes. 

Estos, además, rellenaron un cuestionario sobre cuánto 'vagueaban' y divagaban durante el día.
Los resultados fueron claros: aquellos que reportaron divagaciones frecuentes durante el día presentaron niveles más altos de creatividad, así como una estructura cognitiva más eficiente que el resto.

“La gente tiende a creer que divagar y vaguear durante el día es una característica negativa. En cambio, nuestros datos son consistentes: esto no siempre es verdad. Estas personas tienen cerebros más eficientes", explica el investigador.

Schumacher identifica una alta capacidad cognitiva con la necesidad de divagar, que se hace más necesaria que si el cerebro realizara continuamente tareas sencillas.

¿Cómo identificar si tu cerebro es altamente eficiente?
Una pista es que puedes focalizarte y desfocalizarte fácilmente en varias tareas y conversaciones a la vez, según lo necesites en cada momento, sin perder el hilo de la tarea que estabas realizando.

"Tenemos un ejemplo en los niños brillantes en clase. Cuando su capacidad sobrepasa lo explicado en clase, aprenden el nuevo concepto en pocos minutos, y después se dedican a soñar despiertos. Mientras, sus compañeros necesitarán más tiempo para adquirir el concepto", explica el Dr. Schumacher.


Los resultados del estudio permitirán abrir la puerta a nuevas investigaciones, para determinar cuándo las distracciones mentales son dañinas y en qué casos resulta todo lo contrario.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Asumir Nuestra Parte



Hay condiciones adversas de las cuales no tenemos forma de escapar. Ejemplo: nacer en una familia pobre, tener un defecto físico, perder los padres muy pronto, haber sufrido algún tipo de violencia en la niñez, etc. Son condiciones pasadas que no podemos alterar para modificar nuestro presente y futuro.

El problema es que con frecuencia permanecemos atados a cosas que no podemos cambiar y olvidamos que podemos hacer algo ahora para mejorar el presente y el futuro. Perdemos el tiempo pensando en cómo sería nuestra vida si hubiésemos tenido condiciones más favorables: Si mi padre fuese rico… Si mi familia hubiese sido amorosa… Si yo fuese guapo… Si yo tuviese la habilidad de hablar bien… Si yo no hubiese sufrido aquella violencia… Si yo tuviese a mi madre presente… Si mi país fuese mejor…

Todos esos pensamientos no son más que disculpas para justificar nuestra actual situación y evitar asumir la responsabilidad de cambiar, de hoy en adelante. Es una pérdida de tiempo total. No se trata de que el pasado no tenga influencia, pues está claro que la tiene, pero se puede hacer mucho hoy, con independencia de lo que ya pasó.

No obstante, esos pensamientos rondan en la cabeza de todo el mundo. Es importante saber identificarlos, a fin de poder tratarlos y de ese modo cambiar el patrón de pensamiento. La *EFT (técnica para auto-limpieza emocional, véase al final del artículo cómo recibir un manual gratuito) puede ayudarnos a limpiar ese patrón de pensamiento y a adquirir uno más positivo.

Dirigir la propia vida significa asumir nuestra parte de responsabilidad por la situación actual en que estamos, y hacer lo que esté a nuestro alcance para mejorar el presente y el futuro. Sin lamentarse por el pasado, sin quejarse de las condiciones adversas, dejando de lado lo que no podemos cambiar. 

Quienes proceden de esa manera ejercen mucho más control e influencia sobre su propio destino. Adviértase que asumir la responsabilidad es muy diferente de estar sintiéndose culpable.  

Superar Discrepancias


En el comportamiento organizacional las diferencias de opinión se contemplan como conflictos interpersonales.

La mayoría de los empresarios consideran que el conflicto es algo que debemos evitar en nuestras organizaciones. Sin embargo, si partimos de la base de que el conflicto generalmente refleja las diferentes percepciones y visiones entre los miembros de un equipo de líderes, podríamos incluso aceptar que el conflicto, bien manejado, es más bien un reflejo de la salud de una empresa.

Yendo más allá, mucho nos debería preocupar que en una organización parezca que nunca hay diferencias entre sus líderes. Si entre ellos nunca hay discrepancias, casi siempre esto será una indicación de posibles problemas, tanto de liderazgo como de cultura empresarial.

Desde luego que aquí no me refiero a conflictos profundos en los que el resentimiento, la envidia y el choque de intereses personales son la base de las diferencias. Este tipo de conflictos gira en torno a las personas, su afán de poder y sus personalidades.

Preferimos hoy hablar del conflicto beneficioso y fecundo, con su consecuente disposición a discrepar, incluso animada y calurosamente, cuando es pertinente, acerca de temas estratégicos y de decisiones o elecciones que tienen que tomarse.

Aclaro que no puede tratarse el tema de las discrepancias sin mencionar primero que en el equipo directivo tiene que privar la confianza. Si no hay confianza para abrirse, para equivocarse, para disentir, la gestión de las discrepancias y del conflicto se torna en un asunto de apariencias y de poses. Se convierte también en un asunto de grilla y de política interna.

Cuando los miembros del equipo confían entre ellos, y saben que entre todos existe la madurez para admitir que las ideas de otros pueden ser o son mejores que las propias, el equipo en sí puede construir sobre las ideas de los demás. Todos pondrán especial empeño en escucharse y nadie se encerrará en defender su punto y en enfrascarse en discusiones estériles donde el propósito es ver quién gana.

Desde el momento en que la confianza es la base de la relación dentro del equipo, las discrepancias se convierten en el vehículo para un encuentro de soluciones óptimas. Es entonces cuando el discrepar no sólo es aceptable, sino incluso deseable.

Todo esto no quiere decir que el conflicto fecundo no sea en cierto modo incómodo. Siempre sentiremos un cierto grado de inconformidad aun cuando nos encontremos dentro de un equipo maduro y cohesionado por la confianza. Pero un leve o moderado nivel de incomodidad se transforma en una tensión fructífera que induce a llevar a cabo diálogos y debates productivos.

Es vital para la eficiencia de un equipo de líderes superar la tendencia natural a evitar el conflicto, a evadir las discrepancias. Cualquier proyecto o decisión relevante, en cualquier campo del quehacer organizacional trae consigo un cierto grado de resistencia, de diferencias, de oposición, que siempre traerá consigo la posibilidad de encontrar otros matices, de descubrir otros riesgos y costos, de enriquecer la toma de decisiones.

Cuando evadimos la discrepancia por falta de confianza, por confundir el importante papel que el conflicto trae de bueno a la organización, por temor o inseguridad, perdemos la ganancia de la mayor riqueza de las decisiones, de facilitar el compromiso colectivo, de construir una organización más saludable que con vida propia sea capaz de enfrentar cualquier nivel de retos.

A veces parece que muchos empresarios, en su afán de que sus planteamientos y proyectos sean aceptados, se vuelven intolerantes al conflicto y matan la discrepancia, y con ello matan el posible enriquecimiento de la calidad de decisiones.

Otros líderes, por su estilo autoritario y dominante, no son capaces de construir equipos de líderes pensantes que a través de la sinergia multipliquen la capacidad de crear valor con sus propias decisiones o aportaciones.


Claro que las discrepancias son conflicto, generan incomodidad; necesitamos canalizarlas, necesitamos convertirlas en fuente de integración, de innovación, de riqueza pensante; necesitamos saber dialogar con calidad. Si aprendemos a manejar las discrepancias productivamente, ¡bendito conflicto!

Seguridad En Lo Que Haces


La seguridad o la confianza en ti mismo implica sentirte seguro de ti mismo y de tu talento, no de una forma arrogante, sino de una forma realista. Esta seguridad no significa sentirse superior a los demás. Se trata de saber, internamente y con serenidad, que eres una persona capaz.

La gente con confianza en sí misma:
se siente más segura que insegura
sabe que se puede fiar de sus talentos y habilidades para hacer frente a todo lo que pueda pasar
se siente preparada para los desafíos de todos los das, como un examen, una presentación o una competición piensa "yo puedo" en vez de "no puedo".

Por qué es tan importante la seguridad en uno mismo
La confianza en nosotros mismos nos ayuda a sentirnos preparados para hacer frente a las experiencias de la vida. Cuando estamos seguros de nosotros mismos, tendemos a acercarnos a la gente y a las oportunidades, no a alejarnos de ellas. Y, si las cosas no funcionan al principio, la seguridad en nosotros mismos nos ayuda a probarlo de nuevo.

Cuando una persona carece de seguridad en sí misma, ocurre justamente lo contrario. Es mucho menos probable que pruebe cosas nuevas y que trate de comunicarse con un desconocido. Si fracasa en algo la primera vez, es muy poco probable que lo vuelva a intentar. Una falta de seguridad o de confianza en uno mismo puede impedir que una persona alcance su pleno potencial.

Cree en ti mismo
¿Te ha dicho alguien que eres listo? ¿Divertido? ¿Amable? ¿Un artista? ¿Un buen estudiante? ¿Un buen escritor? ¿Todo un atleta?

Cuando la gente nos elogia o reconoce nuestro talento, incrementa nuestra seguridad en nosotros mismos, siempre y cuando creamos sus palabras. Si dudaras o pusieras en duda las cosas buenas que la gente dice sobre ti, eso sería lo contrario de la seguridad en uno mismo.

Para sentirte realmente seguro de ti mismo, necesitas creer de verdad que eres capaz. La mejor forma de desarrollar esta creencia consiste en utilizar tus talentos y habilidades mediante el aprendizaje y la práctica.


La confianza en nosotros mismos nos ayuda a avanzar hacia el descubrimiento y el desarrollo de nuestras capacidades. Cuando vemos de qué somos capaces y nos enorgullecemos de nuestros logros, nuestra confianza se hace más fuerte.