sábado, 24 de noviembre de 2018

Integración En La Civilización Moderna


En la esfera de las relaciones sociales, consideremos para empezar las fuerzas elementales que unen al hombre con la mujer, es decir, las fuerzas del sexo. Dichas relaciones se encuentran o bien reprimidas, a lo cual ya Freud atribuyó el "malestar de la cultura", o disolutas y sin lugar fijo a causa de la eliminación total de los tabúes. En dicha forma se convierte en botín fácil para los medios de información de las masas y para sus respectivos intereses. Por esto no se puede hablar ni en uno ni en otro caso de una integración de la existencia humana en un Todo significativo.

Las relaciones entre las generaciones jóvenes y las generaciones mayores se encuentran profundamente perturbadas por ambos lados, de tal modo que una iniciación razonable en una nueva forma de vida ya no da resultado. En lo que respecta a la vejez, se la elude o se trata de suprimirla al querer darle seguridad por medio de la previsión y de la asistencia social.

El tiempo destinado a la vida en comunidad es en realidad tiempo de trabajo y rendimiento o simplemente tiempo libre. Esto último a su vez es entendido ya sea como un puro restablecimiento de la capacidad de trabajo o como un simple espacio vacío, un hueco que la moderna industria de consumo y tiempo libre se encarga de llenar. Las fiestas que se han mantenido por tradición en el calendario no representan para la mayor parte de los hombres un momento integrador de su existencia, sino por el contrario un motivo de confusión y molestias.


En lo que concierne finalmente a las relaciones entre la vida y la muerte se aprecia en nuestra civilización moderna un afán enérgico de suprimir el tema de la muerte. No se debe hablar ni pensar en ella, a pesar de que se sabe que hay algo así como la muerte. Las ceremonias fúnebres, por ejemplo el entierro, se han convertido en un acontecimiento cualquiera, sin lugar fijo en el contexto total de la vida moderna; la muerte se considera como un hecho embarazoso, como algo que no debería haber. 

Se quiere presentar la vida como siempre nueva, joven, eficiente y exitosa y por decirlo así, sin muerte. No se piensa en lo más mínimo que con dicha actitud se suprime desde sus bases un momento decisivo que pertenece al conjunto total de la existencia.

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