Condescendencia es
la acción y
efecto de condescender (acomodarse
al gusto o la voluntad de alguien por bondad o indolencia). Por ejemplo: “No me trates con condescendencia: quiero que me digas la verdad”, “El abuelo miró al niño con condescendencia y se fue”, “La condescendencia, en este caso, es necesaria”.
Se trata de un concepto cuyos límites son difusos y su
definición, poco precisa. Ser condescendiente no es lo mismo que permitir
cualquier cosa, como ser una situación o una acción que cause daño o vulnere
los derechos de otro. Tener la
capacidad de adaptarse a la voluntad de otra persona y mostrar flexibilidad no
debe convertirse en conformismo o falta de responsabilidad.
La condescendencia, por lo tanto, no debe avalar la
ineficiencia o la incapacidad. Es importante que cada individuo exija aquello
que le corresponde y que reclame o se manifieste cuando no se cumpla con eso.
Es posible entender la condescendencia como el acto de
descender a un estado menor,
renunciando a privilegios de rango o jerarquía. En este caso, la
condescendencia implica otorgar honores a alguien de una posición o categoría
inferior.
A pesar de que el diccionario de la RAE no incluya una
acepción negativa de la palabra condescendencia, en el habla cotidiana suele
utilizarse para describir una situación en la cual una persona desprecia a otra
a nivel intelectual. Uno de los ejemplos más comunes se puede advertir durante
la explicación de un
concepto haciendo uso de términos excesivamente simples de entender, o bien
resaltando cuestiones básicas que sin lugar a dudas el interlocutor conoce de
antemano.
Del mismo modo, es muy común que se trate a los niños y a
los animales con condescendencia, dado que son dos objetivos comunes de la
subestimación por diversas razones relacionadas con la cultura.
Frases como
“cuando seas grande lo entenderás” o ciertas entonaciones utilizadas al hablar,
que tienden a exagerar cada sílaba y a expresarse en forma
lenta y con multitud de interjecciones y onomatopeyas, son claros ejemplos de
un modo condescendiente de tratar a otro ser vivo.
En este sentido, no cabe duda de la relación entre este
concepto y la soberbia, el hecho de creerse más inteligente e importante que
los demás. Como es de imaginarse, este trato no resulta agradable para nadie
que sea consciente de estar recibiéndolo, ya que denota un desprecio, una falta
de confianza en las capacidades ajenas. Sin embargo, este fenómeno tiene lugar en muchos
ámbitos de la vida en sociedad, y no siempre es tan evidente
La condescendencia, en definitiva, suele entenderse como un acto piadoso o una aceptación
que se realiza para no herir a alguien o para darle un gusto. Aceptar compartir
un plato que no nos gusta con alguien porque esta persona se tomó el trabajo de
prepararlo y no queremos lastimarla es un acto de condescendencia.
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