Generalmente, cuando hablamos de cultura pensamos que gente
culta es aquella muy educada, que sabe mucho, que va a conciertos o que
concurre frecuentemente a las exposiciones de pintura. Sin duda, estas personas
son cultas. Pero si sólo ellas lo fueran, la cultura afectaría a una pequeña
parte de la población; y esto no es así. Todos tenemos cultura, porque esta idea abarca mucho
más que esas muestras de refinamiento. “La cultura es todo lo
que el hombre hace, dice o piensa.”
En conclusión, la cultura es el conjunto de formas de
comportamiento y maneras de pensar característicos de un grupo de personas.
Cuando un niño nace, el grupo le enseña cómo comportarse según lo que se
considera correcto y –aunque a lo largo de su vida– haya costumbres que
cambien, lo principal de esta manera de comprender el mundo se mantiene
inalterable. Así, la cultura es una herencia que el hombre recibe y mantiene a
lo largo de su vida aunque se introduzcan cambios parciales.
Cuando un chico nace en nuestro país, aprenderá a hablar
español; estará obligado a ir a la escuela a partir de los cinco años; no podrá
casarse sin consentimiento de sus padres antes de los dieciocho y muchas cosas
más que nos parecen naturales pero que no lo son. En otras culturas, las
costumbres son diferentes.
Los elementos que integran cada cultura son las formas de
vida, es decir, la manera en que una sociedad asegura su subsistencia y se
adapta al medio físico; la estructura social, o sea, cómo se ordena la sociedad
teniendo en cuenta las relaciones que mantienen sus integrantes entre sí
(parentesco, vecindad, clases sociales, sexo, edad); las creencias, los
valores, las normas y los principios aceptados mayoritariamente (lo que la sociedad
considera que está bien y que está mal); la organización política (formas de
gobierno, autoridades, leyes), y la religión, la lengua, el arte.
Sin embargo, las culturas cambian. Estos cambios pueden
producirse por la lenta aparición y aceptación de nuevas pautas o costumbres.
Pero, normalmente, la mayor parte de los cambios son el resultado del contacto
con pueblos que tienen rasgos diferentes. Estos contactos tradicionalmente se
producían como consecuencia de las guerras o las conquistas, pero también por
vías pacíficas como el comercio. A esta forma de introducir cambios -cuando las
innovaciones se transfieren de un grupo cultural a otro- se la llama difusión.
No todo se transfiere de un grupo a otro sin problemas. Es fácil que se
transmitan nuevas técnicas para producir alimentos. Pero no será tan simple que
se adopte una nueva religión.
Cultura es una palabra proveniente del latín que significa cultivo, y
en este sentido podría entenderse como el acto de cultivar y mejorar las
facultades físicas, morales e intelectuales del hombre. De hecho, la cultura es
lo realizado por el hombre, ya sean transformaciones o innovaciones materiales
o creaciones sociales, científicas, artísticas, religiosas, éticas, etcétera,
que le ayuden directa o indirectamente a satisfacer sus necesidades.
Para algunos estudiosos del tema, las palabras cultura y civilización son
sinónimos. Aunque en estricto sentido no debiera ser así, ya que el concepto
civilización se toma como los avances logrados por las sociedades más dinámicas
y, por tanto, está más bien ligada a los centros urbanos que al campo; en
cambio, la cultura es un término más amplio que incluye la civilización, pero
además, las manifestaciones de todo tipo que el hombre ha dejado en el planeta.
Son significativos en el proceso histórico de los pueblos,
los préstamos culturales (aculturación), que en forma amistosa u hostil han
practicado entre sí; en otras palabras, intercambio cíe conocimientos,
costumbres, ideología, etcétera. Ejemplos de esta situación se tienen a lo
largo cíe la Historia, así están España y América, el primero es el pueblo
dominante y el segundo, el dominado. Roma conquistada por los bárbaros se les impone
culturalmente.
Se parte del hecho de que el hombre para vivir con sus
semejantes, debe adaptarse a la forma de vida del grupo en el cual se
encuentra, tal situación (endoculturación), que
puede ser consciente o inconsciente, se inicia en la niñez y culmina con la
muerte. Ahora bien, al paso de los siglos, en las diversas áreas geográficas se
han ido desarrollando diferentes culturas, dependiendo éstas de los hábitos,
actitudes y conductas de los pueblos.
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