El simple hecho de ser amable, agradecido o generoso no sólo
ayuda a mejorar la vida de los que te rodean, sino también la tuya propia. Esto
se puede ejemplarizar fácilmente: Si tu vas a un comercio y le das las gracias por su servicio a la dependienta o dependiente
con un tono bajo y casi inaudible, con toda probabilidad obtendrás una
respuesta similar.
Si lo haces con un tono claro y una sonrisa en tus labios,
el receptor recordará ese día tu amabilidad con agrado, guardándote con una
anotación positiva en su memoria. Porque lo que sentimos y lo que hacemos
no sólo nos afecta a nosotros, sino también a los que nos rodean y eso que
proyectamos hacia el exterior nos será devuelto de manera exponencial.
“Cada persona que conoces está luchando con sus propios
problemas. Sé amable con ella. No serás capaz de resolverlos en su lugar, pero
tu bondad quizás pueda ser el milagro que estaba esperando”
-Anónimo-
Esto es algo básico, algo que muchos sabrán pero de lo
que nos olvidamos y pienso que es bueno que alguien nos lo recuerde de vez
en cuando. Una actitud positiva ante la vida contagia. Por tanto, si un
amigo o amiga se encuentra mal hay que apoyarlo pero desde el optimismo,
ayudándoles a ver que siempre hay salidas y que los cambios o las desavenencias
pueden ser el inicio de algo bueno.
Hay ocasiones en las que pasamos por momentos complicados y es
difícil orientar nuestra conducta en este sentido. En esos
momentos complicados es cuando es positivo que conversemos con nosotros mismos
y con las personas importantes que nos rodean, aquellas que siempre te apoyarán
pase lo que pase. Ellas te pueden ayudar a ver esa luz al final del túnel, luz
que por ti mismo no vislumbrabas.
Las emociones que provocan las experiencias que
vivimos pueden nublar nuestra visión. Por eso, es importante expresar lo que
sentimos y buscar apoyo en las personas que más nos quieren. Ellas pueden
permitirnos adoptar una perspectiva mejor ante nuestros problemas tomándolos
como una experiencia positiva para así por seguir disfrutando de ser amables.
Mostrarse amable y alegre cuando la vida parece no te sonríe es algo complejo de hacer pero
no imposible. Porque si tú no le sonríes a la vida esa situación no cambiará de
ninguna manera. Tienes que encontrar este acto placentero. Porque, ante todo,
tienes que ser amable contigo mismo.
Siempre mencionamos que para querer a alguien tenemos
primero que querer a los demás, pues esto sirve para todo. Antes de dar algo a
los demás, tenemos que dárnoslo nosotros primero. ¿Cómo ser amables con otras
personas si nosotros no lo somos con nosotros mismos? Eso es un imposible
aunque no lo creamos así.
“Cuando puedas elegir entre tener razón o ser amable, elige
ser amable”
No hay comentarios:
Publicar un comentario