La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia
la debilidad del fuerte
(Immanuel Kant)
La RAE define débil: De poco vigor o de poca fuerza o
resistencia. Que por flojedad de ánimo cede fácilmente ante la insistencia.
Escaso o deficiente, en lo físico o en lo moral. Y su antónimo, fuerte: Que
tiene gran resistencia. Aplicación del poder moral (Se necesita mucha
fuerza para soportar tantas desgracias). Capacidad para soportar un peso o
resistir un empuje. Virtud y eficacia natural que las cosas tienen en sí. De
carácter firme, animoso.
A quién no le gustaría que las cosas sucediesen cuando uno
quiere? Pero la vida no se ajusta a tus planes, ni a los míos, ni a los de
nadie. Las cosas van a seguir yendo a su ritmo, tal y como lo han estado
haciendo y lo van a seguir haciendo siempre.
En algunos casos, la impaciencia surge mecánica y
reactivamente al poner el foco de atención en todo aquello que no depende de
un@ mism@, y al no poder hacer nada al respecto, te invade la impotencia, y con
ésta, el agobio, el enfado y la lamentación, pero es inútil. No sirve
absolutamente para nada.
La paciencia es una virtud bien distinta de la mera
pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse,
ni mucho menos soportar los engaños de quienes no llegan a entender
que no sobreviven las especies más fuertes, sino las que mejor se adaptan al
cambio.
La paciencia es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva
a aceptar con serenidad las pruebas de la vida, grandes o pequeñas.
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