Los manipuladores emocionales suelen ser como lobos con piel de cordero.
Utilizan estrategias de chantaje emocional con las que consiguen poner a los
demás a su disposición.
Suelen ser grandes oradores, le dan la vuelta a las cosas a
su conveniencia y embaucan a través de la distorsión cognitiva y
la explotación emocional, con la intención de tomar el control siempre y
obtener algunos beneficios o privilegios a expensas de su víctima. El
manipulador crea a propósito un desequilibrio de poder que le permite inclinar
la balanza a su favor y explotar a la otra persona, pero lo hace sin que sea
evidente para su víctima. Utiliza la mentira de forma inteligente e incluso
pueda a veces negar cosas que ha dicho, confundiéndonos.
Con el tiempo la persona manipulada acaba por llevar
una vida que no es la que desea pues, sin darse cuenta, se ha puesto
a expensas del manipulador, poniendo por encima a la otra persona frente a
las propias necesidades e intereses personales. Al ser manipulados se acaba
minando nuestra autoestima, autorrespeto, generando inseguridades, tristeza e
insatisfacción.. y lo peor de todo es que muchas veces la víctima justifica al
manipulador y/o incluso se siente culpable de la situación.
Las personas manipuladoras no suelen tener muchos
escrúpulos, una vez que detectan tu punto débil, lo usarán para
manipularte. Si consiguen su fin te harán renunciar a tus necesidades y
valores, para poner los suyos propios por delante. Normalmente envuelven poco a
poco a las personas en su red.
Los manipuladores suelen ser personas inseguras, con baja
autoestima, pero sin embargo intentan dar la imagen opuesta. Sus temores e
inseguridades son encubiertos bajo actitudes egoístas y dominantes.
La inseguridad del manipulador hace que emplee técnicas
para resolver sus problemas basadas en la agresividad activa o pasiva. Suelen
ser egoístas y tener un evidente déficit de habilidades sociales, sobre
todo un déficit de asertividad, que le lleva a emplear primero medios
sutiles para conseguir que los demás hagan lo que él quiere, y después cada vez
más agresivos pudiendo llegar hasta la violencia.
Debido a esta inseguridad se sienten incómodos en todo
tipo de relaciones (laborales, de pareja de amistad..) Esto les lleva a
ser rígidos, juzgar a los demás, y hacer ver que sólo ellos tienen la razón o
verdad absoluta. Son ellos contra el mundo y quien no piensa como ellos o se
adapta a sus deseos es desvalorizado.
Les caracteriza una baja tolerancia a la
frustración. Cada vez que experimentan situaciones que consideran que les
frustran o ponen en entredicho su posición o poder reaccionan con rabia, se
ponen alerta y atacan desde la intolerancia, la crítica destructiva o
incluso la agresividad física y verbal si se sienten amenazados.
Nunca tendrá suficiente: El manipulador siempre pide, y
exprime sin límite. El manipulador satisface su propio ego a través de la
manipulación de su víctima, sentir que tiene al otro a su disposición o
doblegarlo le hace sentir poderoso. Utiliza a los demás para lograr sus
fines cada vez que puede, a menos que la persona ponga fin a esa explotación. Un
manipulador no suele dejar libre a sus presas, sino que intenta exprimirlas al
máximo pidiendo sacrificios cada vez mayores.
Hay muchas formas de manipular a los demás, puede ser
mediante una estrategia agresiva, bien sea activa o pasiva, o
también de una forma más sutil. La manipulación más auténtica es
aquella que se hace sin que se note, cuando se consigue motivar a la otra
persona para que se comporte de la forma que al manipulador interesa, saliendo
de ella misma. La agresividad entra más dentro del terreno del chantaje
emocional.
Agresión pasiva: chantaje emocional, victimismo. Suelen
asumir un papel de víctima, y sus comportamientos van encaminados a generar
culpa en la otra parte. Algunas de las formas más usuales de culpabilización
son las siguientes:
Culpar de forma directa: “Por tu culpa me siento
así”.
Culpar a terceras personas. Pero utilizan un mecanismo
por el cual el receptor del mensaje analiza su comportamiento y “descubre”
que en algún momento él también hizo algo parecido, así que acaba sintiéndose
mal.
Señalan a los demás como responsables de su infelicidad
futura. Si no haces algo (que normalmente suele ir en contra de los
propios deseos, principios, obligaciones o valores) se va a incrementar el
grado de sufrimiento en la vida del manipulador, y tú serás el único culpable.
"Si no me ayudas con esto no conseguiré entregarlo a tiempo y me
despedirán..", "Si me quisieras harías tal o cual cosa"
Resaltan lo mucho que se sacrifican por el otro. Suelen
tener una agenda escondida donde anotan todo lo que han hecho por ti y por los
demás y en cuanto se plantea la ocasión te lo recuerdan. “Parece mentira que te
quejes de que no te llamé por tu cumpleaños cuando llevo toda la semana
sacrificándome por ti ", "Es increíble que me pidas que te ayude con esto,
cuando sabes que he estado cuidando a nuestro hijo enfermo todo el día”
Ignorar. Es una forma muy cruel de maltrato psíquico a
pesar de su carácter pasivo. Si no te dirige la palabra ni la mirada una
persona a la que quieres, o con la que tienes un cierto tipo de relación suele
sentirse un profundo malestar. Los seres humanos somos muy sensibles al
rechazo y una expresión directa nos revuelve por dentro. Se repliegan en
sí mismos por completo y ni siquiera te miran, mientras se muestran incluso más
amables con el resto de las personas, te dicen lo imprescindible o menos aún
que eso, y si intentas conversar con ellos y aclarar lo que ha sucedido o
exponer tu punto de vista te responden, si tienen a bien hacerlo, "déjame
en paz", si nos enfadamos paradójicamente adoptan el papel de víctimas
ofendiéndose por nuestro enfado.
Victimismo: Para estas personas, los demás siempre
tienen la culpa, a ellos siempre les pasa lo peor y se aprovechan de ellos, se
describen como pobres víctimas humilladas y maltratadas. Con este
discurso, despiertan tu sentimiento de culpa y te manipulan.
Agresión activa: maltrato, acoso moral. El arma
fundamental de los agresores activos es la violencia física o verbal. Gritan,
culpabilizan, culpan siempre a los demás, y amenazan, aunque en contadas
ocasiones cumplen su aviso. Se sirven siempre de amenazas y enfados.
Cuando uno está con ellos siente miedo.
La Crítica destructiva: Cuando alguien que nos importa
realiza una crítica negativa, podemos tender a pensar que puede ser
cierto, y que somos unos miserables, unos aprovechados, o unos incompetentes.
De esta forma, también se induce culpa.
Hacer juicios sobre tu valía de forma inespecífica. Es una
crítica directa, en la que pueden emitir un mensaje del tipo "me has
defraudado" pero sin decirte por qué.
Atribuir una etiqueta negativa. Algunos ejemplos
típicos son "estás loca y no hay quien te entienda", "eres
un machista", "Eres un egoísta"
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