No hay dudas que la
actividad lectora constituye uno
de los instrumentos de cardinal importancia para alcanzar éxitos verdaderos
tanto en el estudio, como en el trabajo. La lectura, como actividad verbal, ha
desempeñado, desempeña y desempeñará un papel determinante en el desarrollo
humano. Para apreciar su valor pragmático basta saber que aproximadamente las
tres cuartas partes de lo que se aprende llega por vía de la lectura. A pesar
de la aparición de nuevas vías y medios de asimilación de conocimientos, la
lectura continúa siendo uno de los modos fundamentales para recibir la
información visual o táctil.
"...la lectura estimula, enciende, aviva, y es como
soplo de aire fresco sobre la hoguera resguardada, que se lleva las cenizas, y
deja al aire el fuego. Se lee lo grande, y si se es capaz de lo grandioso, se
queda en mayor capacidad de ser grande. Se despierta el león noble, y de su
melena, robustamente sacudida, caen pensamientos como copos de oro."
J. Martí
Se ha adoptado por las ideas de F. de Saussure sobre la
primacía del lenguaje oral sobre el lenguaje escrito, sustentada en que existen
lenguas orales sin la correspondiente graficación de ese código.
No obstante, el código escrito no solo constituye un sistema
de transcripción, sino que constituye un código completo, complejo y autónomo,
un verdadero medio de comunicación. Esta afirmación tiene una vital importancia
didáctica para la enseñanza de la lectura, pues adquirir el código escrito no
es solo aprender la correspondencia sonido-grafía; sino, enseñar todo un
sistema nuevo independiente al oral. Naturalmente, que no se debe descuidar su
relación con la oralidad, pero siempre resaltando que no es una mera
transcripción.
Si la única forma de poder adquirir el código escrito,
correctamente, es a través de la lectura de textos auténticos; entonces, se
debe insistir, antes de definir lo que significa lectura en este contexto, la
distinción entre el código escrito y el oral. Sería importante para evitar las
ambigüedades que frecuentemente encontramos por el uso indebido de este
término.
Claro, que no se está criticando la utilización metafórica del mismo,
mas sí, la precisión necesaria dentro del lenguaje científico.
Es necesario que se entiendan las diferencias entre el canal
oral, que debe ser escuchado y el canal escrito que debe ser leído. No
confundir, con la oralidad y la escrituralidad, que evidentemente son otros
aspectos lingüísticos. Por tanto, es bueno enfatizar que para poder entender lo
que significa lectura es necesario conocer las características fundamentales
que diferencian los dos canales básicos de la comunicación humana.
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