Cuando hablamos de mitos y leyendas, estamos hablando de formas de expresión narrativa que forman parte del imaginario colectivo de
un pueblo con la intención de intentar explicar un aspecto de la realidad para la
que en el momento del nacimiento del relato aún no había explicación, o cuyo
origen se ha pretendido engrandecer. Se trata de relatos que han sido
transmitidos oralmente a través de las generaciones, llegando muchos de ellos
hasta nuestros días. Pero, ¿qué entendemos por mito y qué por leyenda?
Se considera mito a aquella narración que se sitúa fuera del
espacio-tiempo real y que suele tener por protagonistas entes divinos o
sobrenaturales, o grandes héroes que realizan gestas increíbles y cuya figura
no ha existido en el mundo real. En general pretenden explicar conceptos abstractos cuyo
origen es incierto, como el mundo, la vida, el amor o el odio. Su función
principal es intentar dar sentido a las cosas, utilizando para ello analogías
entre lo que no entendemos y elementos presentes en nuestra vida.
Una leyenda, si bien también es un relato en forma de
narración que se transmite a través de las generaciones y que suele tener elementos sobrenaturales y ficticios,
intenta por norma general dar una explicación de un hecho histórico concreto.
Suelen basarse en hechos históricos reales, si bien incorporan elementos
fantásticos que alteran, modifican o dan un sentido diferente a la historia.
Su
función se encuentra en hacer resaltar las características de un personaje o
pueblo reales, no tratando tanto de dar un sentido a la realidad sino de
fomentar valores sociales e ideologías concretas.
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