Todo individuo forma parte de numerosas agrupaciones
sociales como la escuela, clubes deportivos, sindicatos, junta de vecinos,
amigos del barrio, entre otros.
En todas las sociedades existen reglas que facilitan la
convivencia. Si esto no fuera así, la vida entre las personas con diversas
características, ideas o creencias sería difícil; pues nunca llegarían a un
acuerdo.
Es así que surgen las normas, mecanismos que regulan la
conducta de las personas, respetando los derechos y libertades de todos por
igual. Podemos diferenciar tres tipos de norma:
Las convencionales
Estas normas establecen comportamientos en la sociedad en
función de los valores de un grupo. Las observamos en la vida cotidiana.
Por ejemplo, comer educadamente en la mesa, hablarles con
respeto a las personas mayores, parar frente a la luz roja del semáforo, pagar
las cosas que compramos, pedir permiso para ir a un lugar, etc.
Las morales
Estas normas definen lo que es bueno o malo según ciertos
valores y principios rectores de la conducta humana. Cada uno establece su
propio código de normas morales con base en las de su grupo social específico.
No hacer trampa en un juego, darle lo que le corresponde a
cada uno, no espiar las cosas privadas de los demás, no discriminar a las
personas por sus costumbres, son ejemplos de normas morales.
Las jurídicas
Son definidas por las autoridades del país. Estas normas
establecen deberes así como sanciones para garantizar su cumplimiento.
Existen personas o instituciones encargadas de hacerlas
cumplir o de aplicar las sanciones correspondientes a quienes no las respeten.
Por ejemplo, conducir con licencia, no vender cigarros o
alcohol a menores de edad, etc.
Ten presente que estas normas garantizan la supervivencia,
autoprotección y calidad de las relaciones humanas.
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