La responsabilidad social es un término que se
refiere a la carga, compromiso u obligación, de los miembros
de una sociedad ya
sea como individuos o como miembros de algún grupo,
tanto entre sí como para la sociedad en su conjunto. El concepto introduce una
valoración positiva o negativa al impacto que una decisión tiene en la
sociedad. Esa valorización puede ser tanto ética como legal, etc.
Generalmente
se considera que la responsabilidad social se diferencia de la responsabilidad política porque no se
limita a la valoración del ejercicio del poder a través de una autoridad
estatal.
La responsabilidad social es la teoría ética
o ideológica de
que una entidad ya
sea un gobierno, corporación, organización o
individuo tiene una responsabilidad hacia la sociedad. Esta responsabilidad
puede ser “negativa”, significando que hay responsabilidad de abstenerse de
actuar (actitud de
“abstención”) o puede ser “positiva”, significando que hay una responsabilidad
de actuar (actitud proactiva).
La idea de que los individuos tengan una responsabilidad
para su sociedad se remonta a los filósofos griegos y el sistema romano de
legalidad.
Ahora bien, "En la antigua Grecia el pueblo libre tenía
por costumbre, en ambiente de franco debate, participar y cuestionar los
argumentos de diálogo abierto en el ágora o plaza mayor; sin embargo, la
esclavitud era parte fundamental de su estructura social y económica";la
vida de las personas era pública, por tanto la responsabilidad de cada persona
que hacia parte de esta sociedad libre era la participación de todos en
cualquier asunto público.
En la Edad Media Occidental las creencias eran las que
mostraban las reglas de convivencia y el diario vivir de cada persona, por
tanto si alguna persona no aceptaba la religión era castigada, perseguida y
excluida de la sociedad; "todo se hacía con el único objeto de obtener la
salvación que se acreditaba en el credo de la única y verdadera Iglesia",
con esto apareció la vida privada, el pudor, la intimidad y las propiedades; la
responsabilidad era exigir el respeto los espacios privados y a su vez vigilar
que se cumplan las leyes establecidas por la iglesia.
La Edad Moderna se caracterizó por un gran movimiento
intelectual; la razón se convirtió en el centro de todo, los derechos del
hombre aparecieron y con estos la esclavitud dejó de existir; por tanto
"una de las principales obligaciones de los actores sociales consistió en
defender la libertad y promover los derechos humanos" además se le dio
responsabilidad al Estado con los individuos y con exigir el cumplimiento de
las reglas sociales de la época.
Así, por ejemplo, el estoicismo pone
énfasis en los deberes cívicos, la responsabilidad social, la importancia de
una buena ley y la igualdad de los derechos ciudadanos. Uno de sus grandes
representantes, Cicerón, en libro primero de “Los Deberes”,
habla sobre los deberes que tiene el hombre hacia la sociedad y hacia él mismo
y propone que existe sólo una ley verdadera. Esta ley es la recta razón, la
cual de acuerdo con la naturaleza, gobierna sobre todos los hombres, es eterna
y no cambia. La misma impulsa a los hombres al cumplir con sus deberes,
prohibiéndoles hacer el mal.
Luego de esto llegó la Edad Contemporánea, donde la
tecnología y el avance científico predomina, cada día es más fácil acceder a la
información, se necesita acumular bienes para tener una mejor calidad de vida;
"valores como la eficiencia y la eficacia, actitudes positivas frente al
compromiso el cumplimiento, una buena educación, además de habilidades
comunicativas de negociación facultan a las personas para hacer parte
productiva de la sociedad".
Estos comportamientos se convierten en una
responsabilidad para la sociedad; el Estado ya no es lo más importante, ahora
las empresas tienen un poder, ya que el mercado es lo que predomina.
Es notorio que a medida que pasa el tiempo la
responsabilidad social cambia; lo que era bueno para algunos tiempos después se
convirtió en un delito y viceversa, las personas tienen la obligación de ser
responsables con la sociedad moral y legalmente, independientemente de si no
están de acuerdo; cabe resaltar que las normas de conducta las determina la
entidad que tenga más poder en el momento, como la iglesia, el Estado, las
empresas, entre otros; ellos determinan las reglas aceptadas de acuerdo con la
situación en que se viva.
En la actualidad la responsabilidad social se considera un
concepto normativo no obligatorio o “ley blanda” (es decir, sin la fuerza de la
ley), tales como los plasmados en algunos acuerdos internacionales,
por ejemplo, la “Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos” adoptada
por la UNESCO
etc.
Esto ha dado origen no solo a diferentes tentativas o
percepciones “sectoriales” de establecer mecanismos de "responsabilidad
social” -la más notable entre las cuales son las referentes a responsabilidad social corporativa o
“responsabilidad social empresarial” -
sino a nuevas propuestas acerca de las implicaciones institucionales del
concepto.
Notable entre esas nuevas percepciones es la de Claus Offe,
para quien responsabilidad social tiene, como principal entre sus funciones en
las complejas sociedades modernas, actuar como mecanismo de creación y
promoción de una “moral autónoma y el autocontrol civilizado de sus miembros
[o, por decirlo a la inversa, en la medida en que no puedan compensar de manera
suficiente los déficit de tal autocontrol con el aporte de los medios (coercitivos)
del derecho y (estimulantes) del dinero.