sábado, 8 de diciembre de 2018

Fortaleciendo Tu Mente


En algunas personas, ronda la percepción de que no podemos hacer mucho para mejorar nuestras ideas y hasta que es difícil aprender. Y es que para muchos, lo que se enseña en las escuelas es todo y se olvida que hay mucho por descubrir, diferentes conocimientos que podrían hacernos desarrollar habilidades que no sabíamos que teníamos. Por lo que tener una mente abierta para fortalecerla nos podría ayudar más de lo que creemos.

Afortunadamente, hay muchas cosas que nos ayudarían a mejorar nuestras capacidades cognitivas, procesos mentales que están relacionados con la comprensión de la información: atención, percepción, memoria, comprensión y lógica.

Si mantenemos a nuestro cerebro activo y analizamos todo lo que sucede, podríamos aprender a darle la vuelta a nuestro pensamiento para llegar a mejores soluciones a problemas gracias a distintos procesos de razonamiento.

¡Gimnasia para tu cabeza!
Así como cargar pesas puede incrementar tu fuerza física, los siguientes pasatiempos podrían jugar ese papel con tu mente. Así, en teoría, podrías adquirir la capacidad de resolver situaciones cotidianas o, incluso, ser más eficiente en la toma de decisiones. ¡Descúbrelas y anímate a fortalecer tu mente!

Toca un instrumento: Un estudio del neurólogo de Harvard, Gottfried Schlaug, encontró que los cerebros de los músicos profesionales adultos tienen un mayor volumen de materia gris; es decir, más neuronas, lo que representa cambios estructurales cerebrales, asociados con mejoras motoras y auditivas.

Lee: Hay muchas ventajas que brinda la lectura y cuando lo haces por placer, tu cerebro literalmente crece, esto de acuerdo a una investigación realizada por la Universidad del Sur de California.

Aprende otro idioma: Un estudio de la Academia Sueca de Interpretación de las Fuerzas Armadas mostró que quienes tienen una capacitación intensiva de idiomas, presentan un crecimiento significativo en partes del cerebro que involucran el aprendizaje de nuevos materiales y la navegación espacial.

Medita: ¡La calma llega y tu cerebro crece! Este interesante descubrimiento de la neurocientífica Eileen Luders, de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), demostró que la meditación puede mejorar la capacidad del hipocampo para cultivar nuevas neuronas en la edad adulta, lo cual es fundamental para mantener en buena forma el cerebro a medida que envejecemos.

Haz ejercicio regularmente: Harvard Health Publications difundió un artículo en el que menciona que el ejercicio podría ayudar a la memoria y el pensamiento, provocando abundancia y supervivencia de nuevas células cerebrales.

Practica diariamente: Además de estas actividades para que tu mente se fortalezca, existen otras que puedes realizar en todo momento para continuar este proceso de manera sencilla, toma nota:
Si eres diestro usa tu mano izquierda y viceversa.
Intenta hacer cosas simples con los ojos cerrados.
Lee en voz alta.
Toma nuevas rutas para llegar a tu destino.
Usa juegos de mesa armando palabras o respondiendo cuestiones generales que te hagan recordar y divertirte al mismo tiempo.


Como ves, existen muchas maneras de lograr que tu cerebro esté activo todo el tiempo. Anímate a fortalecer tu mente y verás que puede ser más sencillo estar enfocado. 

¿Qué dices? ¿Te animas a intentarlo?

Concepto De Ideal

Ideal es perteneciente o relativo a la idea, es decir, no es físico ni real, sino que está en la fantasía. Como tal, ideal es una representación mental que se relaciona con algo real, por ejemplo: desearía vivir en un mundo donde no exista la guerra, es un ideal que hasta los momentos es posible únicamente en la mente del individuo.

La palabra ideal posee diferentes significados todo depende del contexto en donde se emplea. La expresión ideal pude indicar a un prototipo, modelo o ejemplar de una perfección, es decir, es una persona que posee todos los atributos o características para ser imitado o seguido por todos aquellos individuos que se relaciona con el individuo ejemplar, este puede ser un padre, esposa, hija ideal o ejemplar. Asimismo, la expresión ideal representa a todo aquello que es perfecto o excelente, como es el caso: “aquella casa es grande, es ideal para la familia”, se puede observar en este ejemplo, que la expresión ideal se ajusta a todo aquello que es adecuado para un determinado fin.

La expresión ideal hace referencia a una meta o aspiración, en el cual todos los días el ser humano trabaja para buscar una meta ideal. Como tal, el ideal es aquello que cada individuo forja para alcanzar todo aquello que se propone, en este sentido, el ideal lleva al individuo a esforzarse, luchar y dirigir todos sus esfuerzos, energías para alcanzar sus objetivos y por sentirse satisfecho y darle sentido a la vida a través de la búsqueda de sus ideales.

Tomando en cuenta lo anterior, en la psicología, el término ideal es un estado inalcanzable pero próximo, como consecuencia, de que el hombre puede fantasear con una situación perfecta, pero esta puede tornarse realidad a través del trabajo y, esfuerzo por parte de él. Por su parte, los ideales han beneficiado al progreso de la humanidad por la búsqueda constante del bienestar social y satisfacción.

Dentro de las teorías del Psicoanálisis, el ideal del yo, es uno de los subsistemas que componen el superego, para más información consulte el artículo psicoanálisis.

Asimismo, ideal es un conjunto de ideas o valores morales, intelectuales o artísticos de una persona, sociedad o de una época específica, como es el caso: “actualmente, algunos países han abandonados el ideal del socialismo que fue practicado durante el siglo XX”.

Por otro lado, ideal es un adverbio que se utiliza como respuesta para indicar satisfacción o conformidad ante cualquier situación, es el caso de cuando preguntan: “¿te parece bien ese menú para la noche?, ideal.

El ideal puede estar presente en diferentes ciencias como: física, química, matemática. En el caso de la química, el ideal del gas se caracteriza por el movimiento libre de átomos o moléculas sin interacciones; en el ámbito de la física, el ideal es el conjunto de propiedades preestablecidas o que se ajusta a un concepto y, por último, en matemática, la teoría ideal fue creada por Richard Dedekind y, esta consiste en una estructura algebraica definida en un anillo, los ideales fecundan el estudio de la divisibilidad de los números enteros.


La palabra ideal se puede relacionar con idealizar que es elevar las cosas sobre la realidad sensible, por medio de la inteligencia o fantasía. La palabra ideal puede estar presente en todos los contextos que el individuo desea para alcanzar algo perfecto o adecuado para él y, así lograr la satisfacción personal y de quienes lo rodean, por ejemplo: amor ideal, resultado ideal, ciudad ideal, libro ideal, entre otros.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Los Límites Del Absurdo


Amber Langford y Annie Collinge, dos chicas británicas, recibieron un polémico premio en una fiesta de disfraces el pasado Halloween: ganaron el primer lugar del concurso por aparecer vestidas de las torres-gemelas-en-pleno-atentado.

El disfraz incluía los aviones estrellados, fuego falso e incluso personitas tirándose de las ventanas directo a la muerte. La referencia al atentado en que más de dos mil 700 personas perdieron la vida pudo ser divertido en la fiesta, pero no resultó nada graciosa después. El padre de Amber es un piloto que  se encontraba en vuelo cuando los accidentes ocurrieron. No estaba enterado del premio, pero una vez que el asunto se hizo mediático, afirmó que no lo encontraba aceptable:

“Ella sabe que soy piloto y que eso no está para nada bien. Tendremos una pequeña plática, me parece.”

Aquella noche, la reacción del público ante el premio fue múltiple: algunos lo aclamaron, se pudieron escuchar abucheos y también comentarios de ofensa y desaprobación. La imagen fue a dar rápidamente a las redes sociales, donde obtuvo comentarios en su mayoría negativos hacia ellas y hacia el bar donde el concurso se llevó a cabo.

George Borsberry, un ingeniero mecánico que estaba en el lugar, se tomó las cosas con una gravedad bastante más aguda que la reducida a un comentario en Facebook:

“No sólo se les dio el premio al mejor disfraz, sino que se les dio un premio de 150 libras por burlarse de las víctimas de una masacre. Mis amigos y yo exigimos ver al gerente pero nos respondieron diciendo que estaba ‘muy ocupado’ para recibirnos. Esperamos más de 2 horas y media para hablar con cualquiera que pudiera darnos una razón y cuando por fin pudimos hablar con alguno de los que decidieron aquel premio, nos dijeron ‘lo sentimos, pero era un buen disfraz.’ Luego tuvieron la audacia de decirnos que había también otras personas con disfraces desagradables, como uno de Jimmy Salvile [presentador de la BBC acusado hace tiempo de violación a menores], como si eso implicara que entonces no había nada de malo en aquél otro. ¿Dónde podemos dibujar la línea?”
Las dos estudiantes universitarias ya pidieron disculpas públicas por el disfraz:

“Nuestra intención nunca fue ser ofensivas. Lo sentimos por todos a los que pudimos agredir. La idea era representar un día de verdadero horror en la modernidad, ocurrido en nuestro propio tiempo. No quisimos hacer de ello un chiste.”

Quizá lo anterior no puede ser aceptado con tanta facilidad. Disfraces como estos buscan, en definitiva, causar un impacto polémico, su éxito se basa en el escandaloso efecto que pueden causar. Claramente, Amber y Anni debieron pensar que, en el entramado de una noche de Halloween, el asunto no iba a ser tomado como una reflexión profunda a secas, sino, a lo sumo, como una ácida crítica al horror del terrorismo.


El príncipe Harry de Inglaterra protagonizó en 2005 un episodio similar al vestir un disfraz que simulaba el uniforme de las juventudes nazis. Esto le valió reacciones de grupos judíos a nivel mundial en vísperas de una reunión de la reina con víctimas del Holocausto.

El Accionar Inteligente

La inteligencia no es solo un don, es también una práctica. Una práctica que se ejercita como se ejercitan los músculos o la memoria. La única diferencia es que su entrenamiento es algo más complejo, porque para desarrollarla hay que aprender a combinar muchos componentes a la vez: imaginación, lógica, retentiva, cultura, reflexión, experiencia…

Pero tratando de resumirlos todos, podría decirse que la inteligencia se desarrolla a través del desligamiento. Uno debe separarse de quien se supone que es, del lugar que ocupa en el mundo, de lo verosímil y de lo esperable. Todo al mismo tiempo. Y también debe cuestionar las explicaciones más inmediatas pues estas tienden a ocultar las más distanciadas, que son, precisamente, las que ejercitan la inteligencia.

García Márquez contaba que en una ocasión un pequeño ratoncillo salió de su escondrijo y vio por primera vez un murciélago sobrevolando la zona. Extasiado, entró corriendo en la guarida en busca de su madre y le gritó: «¡Mamá, mamá, he visto un ángel!».

No es que el ratoncillo fuera tonto, es que aún no se había ejercitado lo suficiente como para llegar a asociaciones menos inmediatas.

Otro aspecto fundamental que desarrollar es la conciencia del punto de vista. Es decir, el asumir siempre que lo que vemos no es la realidad, sino tan solo una parte. Y que deberemos utilizar la inteligencia para completar la imagen. A este respecto hay otra historia interesante. Dos profesores de ciencias exactas paseaban por el campus de la universidad en la que trabajaban cuando un tranvía se les cruzó por delante. Al verlo, uno de ellos le comentó al otro: «¿Se ha fijado, estimado colega? Han pintado los tranvías de amarillo». A lo que el segundo le respondió de inmediato: «Sí, cuando menos por el lado de acá».

Desligarse de lo probable y lo inmediato nos hace crecer en inteligencia. Y solo cuando incrementamos esa capacidad es cuando somos capaces de alcanzar niveles de disrupción que nos permiten evolucionar, como individuos y como especie.

Un caso muy claro son los análisis no disruptivos que hacemos de la realidad inmediata. Cuando vemos, por ejemplo, que el petróleo se va a acabar, calculamos cuánto queda y llegamos a la conclusión de que todos los coches serán eléctricos en el plazo de 40 años. Pero ese es un análisis lineal que no tiene en cuenta el hecho disruptivo. Las cosas sucederán mucho más deprisa y por otros motivos.

Porque si revisamos el pasado, vemos que cuando el hombre descubrió el cobre enseguida comenzó a utilizarlo en lugar de las piedras. Y no lo hizo porque las piedras estuvieran desapareciendo del planeta, sino porque el cobre era más eficiente. Lo mismo sucedió con la llegada del automóvil. La gente tampoco sustituyó a los caballos por coches porque los caballos fueran a extinguirse. Lo que sucedió en ambos casos es que tanto el cobre como el motor de explosión interna fueron aportaciones de mentes más inteligentes que se alejaron de lo evidente para llegar a soluciones disruptivas.


Sin embargo, cuando estas mentes aparecen, la realidad se transforma a una velocidad vertiginosa. La inteligencia actúa como un catalizador que todo lo revierte. Volviendo a los coches, Tesla Motors lanzó al mercado su primer vehículo cien por cien eléctrico hace tan solo ocho años, y en estos momentos ya tiene una enorme cantidad de futuros compradores en su lista de espera. 

Ninguno de ellos ha aguardado, en contra de lo que pensaban otros fabricantes de automóviles menos disruptivos, a que el petróleo se acabara para comprarse un Tesla.

La Arrogancia


Del latín arrogantia, arrogancia es la cualidad de arrogante. Este adjetivo (arrogante), por su parte, refiere a alguien altanero o soberbio. Por ejemplo: “El actor se paseó por las calles de la ciudad con su habitual arrogancia, sin responder a los saludos de sus admiradores”, “Debes dejar la arrogancia de lado y admitir que te has equivocado”, “La arrogancia no te llevará a ningún lado: te recomiendo estudiar para seguir mejorando”.

Puede considerarse la arrogancia como un defecto de la personalidad. El individuo arrogante siente un orgullo excesivo sobre su persona y exige un reconocimiento desmedido, creyéndose con derecho a tener privilegios que, en realidad, no tiene ni le corresponden.

Es importante diferenciar entre la arrogancia y la autoestima o la confianza en uno mismo. Tener una elevada autoestima o confiar en las capacidades personales de uno mismo no supone un defecto ni tiene connotación negativa; por el contrario, resulta saludable y beneficioso para la persona. La arrogancia es un exceso de dicho sentimiento.

El arrogante se atribuye una importancia desmedida basada en su autoimagen. Por lo tanto, actúa en consonancia con esa imagen distorsionada de sí mismo y quiere ejercer derechos que se atribuye en base a dicha supuesta importancia.

Imaginemos una entrevista con un escritor que acaba de publicar un libro. El autor podría mencionar que está muy contento con el resultado final de la obra, lo que refleja su buena autoestima. En cambio, si agrega que acaba de presentar “el mejor libro de la historia de la literatura nacional” o si comenta que “no existe otro escritor con mi talento”, demostrará su arrogancia.

La arrogancia puede ser perjudicial tanto para quien la práctica como para quien la recibe: a menos que existan intereses de por medio, ninguna persona desea estar cerca de un arrogante; por otro lado, las palabras hirientes que suelen desprenderse de esta forma de ser pueden marcar a ciertos individuos con baja autoestima y pronunciar sus falta de confianza en ellos mismos.


Es probable que la arrogancia surja de una o más carencias afectivas que deriven en un nivel excesivamente bajo de autoestima; ante la falta de protección y de apoyo por parte de los padres, por ejemplo, puede generarse un profundo miedo al fracaso y a decepcionar a los demás, que muchas veces se disimula a través de una personalidad de aparente amor propio, aunque de fondo no exista más que desprecio y asco por uno mismo, de culpa por creer que uno no ha sido suficiente como para recibir amor y para enorgullecer a sus mayores.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Concepto De Firmeza


La firmeza es la calidad de firme, siendo este vocablo originado en el latín “firmus” que alude a algo sólido y bien asentado. Cuando decimos por ejemplo “este suelo está firme o esta construcción está firme” hacemos referencia a que no se mueve ni se hunde, ni se cae. Luego de navegar o volar en avión, cuando se llega al continente se dice que se arribó a “tierra firme”.

Aplicado al carácter y decisiones de una persona; se lo atribuye a quien actúa sin dudas, con seguridad y sin vacilaciones, sabiendo lo que quiere, y cómo obtenerlo. Quien posee firmeza de carácter no se deja doblegar por las adversidades ni recibe influencias no deseadas. Es lo contrario de quien tiene un carácter sumiso y dubitativo. Ejemplos: “se debe tener un carácter con mucha firmeza para imponer disciplina a estos niños tan traviesos” o “su madre es tan posesiva, que sólo Juan de entre todos sus hermanos, por tener firmeza de voluntad, pudo estudiar lo que quería y no lo que ella pretendía”.

Se aplica también al cuerpo. Alguien tiene un cuerpo firme o provisto de firmeza, cuando no está laxo, se sostiene. En general esto sucede en la niñez y juventud, ya en la edad adulta la firmeza (especialmente en el abdomen masculino y en los senos y glúteos femeninos) puede conservarse gracias a los deportes, a la gimnasia o a la cirugía
.
Como danza “La Firmeza” es un baile folklórico expresivo, de movimientos ágiles y de galanteo, propio de los ámbitos campestres y orillas porteñas, con influencia de la España del siglo XVII, extendida luego por todas las provincias argentinas y Montevideo (Uruguay) que hace que las parejas, que danzan separadas (la danza se inicia con los miembros de la pareja enfrentados) se muevan de acuerdo a la letra que se canta en el estribillo.


Las damas en esta danza tradicional, visten alegres vestidos de algodón floreados, con un gran pañuelo que les cubre los hombros. Sus pies se guardan en zapatillas negras y simples decoradas con cintas. Los hombres usan botas de potro, bombachas de campo con tiradores, camisas alforzadas, chaleco, faja, sombrero de copa y pañuelo de seda.

Definiciones De Literatura

Etimológicamente,  “Literatura” deriva del latín Littera, que significa “letra” o “lo escrito”. Por su etimología, pues, la literatura está ligada a la cultura, como manifestación de belleza a través de la palabra escrita, pero esta definición deja fuera la literatura de transmisión oral, que es la primera manifestación literaria conocida, por lo que es mejor hablar, siguiendo a Aristóteles, de “el arte de la palabra”: la literatura es un arte, y por tanto, se relaciona con otras artes, y tiene una finalidad estética.

La Poética, de Aristóteles es el primer texto teórico importante en el que se trata la cuestión de definir el arte de la escritura. No obstante, cuando Diógenes Laercio alude a la obra del Estagirita, se refiere a un tratado en dos volúmenes, pero hay que tener en cuenta que nos falta el segundo.

A pesar de los muchos intentos, a lo largo de la historia no ha habido consenso para alcanzar una definición universal de la literatura. Se entiende por literatura, en el contexto de la crítica literaria, el conjunto de textos que son producto del arte de la palabra (J. Domínguez Caparrós).

“el objeto de la literatura es la literalidad, que es lo que hace de una obra determinada una obra literaria” Nace con los formalistas rusos el concepto de literalidad, entendida como algo más que la fidelidad de las palabras a un significado,

-TZVETAN TODOROV: “La literatura es un medio de tomar posición frente a los valores de la sociedad; digamos de una vez que es ideología. Toda literatura ha sido siempre ambos: arte e ideología”
-JOAQUÍN XIRAU: “La literatura, como el arte, es una de las formas más altas de conciencia, es una forma de conocimiento y de autorreconocimiento”
-MARÍA  MOLINER: “la literatura es el arte que emplea la palabra como medio de expresión, la palabra hablada o escrita”
-WOLFANG KAYSER plantea cambiar el término “Literatura” por el de “Bellas Letras”, para poder diferenciarla del habla y de los textos no literarios.

Las definiciones han sido muchas, pero podemos agruparlas, siguiendo a Tzvetan Todorov (Les genres du discours, 1978), en estructurales y funcionales.

Desde el punto de vista estructural, se caracteriza a la literatura por ser imitación y por usar un lenguaje sistemático y autosuficiente (es autotélico en el sentido de que sólo busca “decirse a sí mismo” y puede ser opaco).


Este tipo de definiciones tienen su origen en Aristóteles en cuanto a la característica de la imitación (mimesis), mientras que el aspecto de lenguaje como un fin en sí mismo llega hasta la actualidad a través de los románticos alemanes, el simbolismo, el formalismo ruso y el New Criticism americano. Por ejemplo, para el formalista Roman Jakobson( 1896-1982) la literatura “designa ese tipo de mensaje que toma su propia forma por objeto, y no su contenido” Es él quien formula que “Si los estudios literarios quieren llegar a ser una ciencia, deben reconocer en el procedimiento su personaje único

Sus investigaciones se centran en las estructuras narrativas (Propp), estilísticas (Eichenbaum, Bashtin, Voloshinov), rítmicas (Brik, Tomashevski), sinoras (Brik, Jakobson), sin excluir la evolución literaria (Shklovski, Tinianov), la relación entre literatura y sociedad (Tinianov, Voloshinov), etcétera

Compartir Fragmentos De Vida

Compartir experiencias, aprender de otros y nutrirnos de los conocimientos de las personas son tareas que enfrentamos constantemente en el diario vivir. No obstante, no todos visualizan la importancia de la transmisión de aprendizajes de vida. Escuchar historias no solo favorece el progreso cognitivo, sino que permite prepararse para la vida, permite adquirir herramientas para ser una mejor persona y sortear todos los desafíos que se deben tomar como parte del camino.

En ese sentido, el diálogo con los adultos mayores, que sin duda puede tener resistencias iniciales, es un vínculo que trae consigo el acceso a una red de experiencias, intercambio de aprendizajes, compartir conocimientos, habilidades y momentos que pueden marcar un hito en la vida de quienes viven estas experiencias.

Los ancianos, quienes han sido discriminados en diversos ámbitos en nuestra sociedad, tienen mucho que aportar con respecto a su historia. Cada ser humano tiene un relato que ofrecer el que, sin duda, nutre la vida de otro.

Conocer más de la historia de la ciudad, de la propia familia, de acontecimientos ocurridos en otros años, enriquece el desarrollo cultural y social de cualquier individuo. Conversar sobre temas de interés común como la familia, la amistad, el trabajo y las relaciones de pareja, es una oportunidad para impresionarse con aquellos detalles que hemos olvidado como sociedad y valorar lo que nos rodea.

Los ancianos, quienes han sido discriminados en diversos ámbitos en nuestra sociedad, tienen mucho que aportar con respecto a su historia. Cada ser humano tiene un relato que ofrecer el que, sin duda, nutre la vida de otro. 

Que niños, adolescentes y adultos compartan con sus abuelos, trae efectos positivos para ambas partes. Para los adultos mayores, los vínculos con otras generaciones permite un mejor envejecimiento, movilizar potencial, aumentar la sensación de vitalidad, establecer relaciones satisfactorias, reencontrarse consigo mismos y aprender de los contextos culturales que evolucionan rápidamente. Permite además, adaptarse a las tecnologías, aprender a empoderarse a través de las redes sociales y a integrarse al entorno con una diversidad de actividades existentes.

Para los adultos mayores los vínculos con otras generaciones permite un mejor envejecimiento, movilizar potencial, aumentar la sensación de vitalidad, establecer relaciones satisfactorias, reencontrarse consigo mismos y aprender de los contextos culturales que evolucionan rápidamente.

Por otro lado, para los niños y/o jóvenes establecer vínculos con los adultos mayores también tiene una serie de beneficios. Favorece la responsabilidad social, permite reforzar sus habilidades, potenciar la confianza, interesarse por la historia popular, combatir prejuicios y conectarse con los cambios sociales que ha tenido su país a lo largo de los años, entre los más relevantes.


Dedicar tiempo a entregar afecto a personas que nos rodean, reunir generaciones, generar cambios y valorar a cada integrante con su experiencia y aporte son acciones que posibilitan la calidad de vida y un aprendizaje continuo que ayuda a enfrentar la mejor manera la vivir.

Capacidad De Resolución

La capacidad para resolver problemas se puede definir como la eficacia y agilidad a la hora de encontrar soluciones a los problemas surgidos. Aquellas personas con alta capacidad para la resolución de problemas son capaces de actuar de forma proactiva, sin perder el tiempo, y encontrando las soluciones más apropiadas para cada caso, pensando siempre en las repercusiones que estas puedan tener a largo plazo.

Los pasos a la hora de resolver un problema son: definirlo, buscar las posibles soluciones, valorar las consecuencias positivas y negativas de cada una de ellas y elegir e implantar la más conveniente.

Parece algo sencillo pero, sin embargo, no todas las personas tienen la capacidad de reacción que ciertos problemas dentro de una empresa pueden exigir y, por eso, esta competencia es tan valorada por los responsables de recursos humanos, por encima incluso de la orientación a objetivos o el trabajo en equipo. Algunas de las competencias estrechamente ligadas a la resolución de problemas son a creatividad, la toma de decisiones, la flexibilidad o el trabajo en equipo.

¿Se puede entrenar esta competencia? ¿Podemos mejorar nuestra capacidad de resolver problemas? Pues, como casi todo, sí. Veamos cómo:

1. Lo importante es la solución, no el problema. Está demostrado que el cerebro no puede encontrar soluciones si está centrado en el problema, pues de este modo solo estarás consiguiendo alimentar la negatividad. Las emociones negativas se activarán y bloquearán todas las posibles soluciones. Busca las respuestas, no los responsables o la causa del problema.

2. Mantén tu mente abierta. No deseches ninguna de las ideas que se te pasen por la cabeza, aunque puedan parecer ridículas. Impulsa el pensamiento creativo y así llegarás a otras posibles soluciones.

3. Simplifica. Sí, haz las cosas sencillas. No te compliques.

En la sencillez muchas veces está la solución.

Cuando No Bastan Las Buenas Intenciones

“La acción más pequeña es mejor
que la intención más grande”

A veces, decir “lo que vale es la intención” no es suficiente. Tener la voluntad de ayudar a alguien puede causar problemas… Pero ¿cómo? ¡Si sólo estoy tratando de ayudar!

¿Has preguntado si el otro necesitaba tu asistencia?
Tal vez te haya ocurrido que has querido ayudar a alguien o una persona a intentado asistirte y los resultados no fueron como esperabas. A veces, los demás (y nosotros mismos) empujamos en la dirección contraria.

Las personas que más amamos son las que más nos quieren ayudar, en términos generales. Sin embargo, a veces esa fuerza no nos sirve, porque no nos lleva a donde queremos llegar.

¿Esto quiere decir que tus familiares y amigos son malas personas? ¡Por supuesto que no! Ellos creen que te están haciendo un favor cuando en realidad puede que te estén “hundiendo”.

Te voy a dar un consejo”, dice tu madre. “Tienes que hacer tal o cual cosa” indica tu padre. “¿Por qué no trabajas como yo?” pregunta tu primo. “Cuando tengas más experiencia lo comprenderás”, afirma tu abuela.

Cuando todos los que nos rodean empiezan a opinar sobre nuestra vida, nos están intentando ayudar. ¿Pero a qué precio?, ¿cómo hacemos para actuar como todos nos indican?, ¿y dónde reside lo que deseamos hacer nosotros?

Si nos dejamos llevar por las opiniones ajenas, aunquesolo estén tratando de ayudar”, corremos el riesgo de perder el rumbo, no saber hacia dónde nos dirigimos ni qué es lo que queremos lograr. Si a eso le sumamos que en ocasiones no somos muy seguros de nosotros mismos, el problema será peor porque sucumbiremos ante las presiones.

Es imposible agradar a todo el mundo, grábate esto a fuego. Los que te aman dirán que quieren ayudarte, pero en realidad, puede que quieran depositar en ti sus frustraciones o intenten cambiarte para moldearte a su manera.

El hecho de querer ayudar al otro, sin tener en cuenta sus verdaderas necesidades se puede extender a muchos ámbitos.

Por ejemplo, nuestra pareja ha dicho que hoy preparará la cena, que no os preocupéis por nada. En vez de quedarte sentada en el sofá mirando la televisión esperando a que tu media naranja termine la bendita cena, te levantas a cada rato y vas a “inspeccionar” lo que está haciendo: “¿Quieres que pele las patatas?”, “así no se corta la carne”, “mientras tanto voy lavando las ollas”, “¿pongo la mesa”?
¡No es así! Te ha dicho que te quedes en el sofá que desea agasajarte con una rica cena porque te lo mereces después de trabajar todo el día.

¿Por qué es tan difícil no intentar “ayudar”? puedes tener las mejores intenciones, sin embargo estás logrando que tu pareja se sienta un inútil, que no tenga la capacidad para preparar una cena o lo que es peor, que siempre tienes que controlarlo todo.

“Si sólo quería ayudar”… La mejor manera de hacerlo es quedarte sentada en el sofá mirando un programa o si no puedes resistir a la tentación de ayudarle, puedes darte un baño o salir a dar un paseo. A tu regreso, la cena ya estará lista y tendrán una velada maravillosa. ¡Si no era tan difícil!

No se trata de dejar de dar consejos ni tampoco de quedarnos de brazos cruzados cuando alguien necesita ayuda. Pero sí de saber qué momento es adecuado para ofrecer nuestra opinión o echar una mano. Una simple frase como por ejemplo “Si quieres, te digo lo que me parece, tú puedes tomarlo o dejarlo” o una pregunta sencilla “¿necesitas que te ayude?” son vitales para no entrometernos tanto en la vida de los demás.

Tratemos de no apabullar al otro y ayudarlo sin tener en cuenta si realmente lo necesita. Es verdad que existen personas muy orgullosas que no piden ayuda, pero quizás si encuentras la manera de analizar sus reacciones o actitudes, puedes comprender cuando le vendría bien que lo asistas.


En el caso de que alguien se entrometa demasiado en tu vida y desee “ayudarte” todo el tiempo, dile que aprecias su preocupación y sus intenciones, que valorarás sus consejos y luego analizarás todas las opciones antes de tomar tu propia decisión.

La Lucidez Mental

Se llama “foco de la conciencia” a la máxima concentración intencional de la actividad de la conciencia en algo, de manera tal que la percatación se logre con máxima claridad, nitidez y distinción.

Se llama “lucidez mental” al estado de la conciencia capaz de lograr la máxima concentración intencional normal de su actividad ordenada haciendo que sus contenidos posean claridad nitidez y distinción. Una persona tiene la conciencia lúcida cuando tiene todas sus funciones psíquicas normales, lo que la lleva a una correcta orientación auto y alopsíquica.

Desde el punto de vista práctico se puede considerar a la conciencia como un “escenario donde se celebra una representación teatral”. Allí los contenidos de la conciencia serían “lo representado” (objetos, yo) y la estructura de la conciencia sería “el marco de la representación” (escenario, decorado, iluminación, etcétera) con sus tres cualidades básicas:

1. Luminosidad de la vivencia (“iluminación de la escena”);
2. Amplitud del campo (“extensión del escenario”), y
3. Ordenación de la vida psíquica (“puesta en escena de una obra de desarrollo coherente”).
La estructura tiene dos dimensiones:

1. La horizontalidad o campo de la conciencia: estaría representado por el escenario en su extensión, decorados y sobre todo por su iluminación. Con respecto a esta último, los proyectores-focos (spots) centrarían su luz sobre el/los personajes y la escena principal del momento (foco), de tal manera que el actor-espectador (yo) se concentrará más. Dicha iluminación iría decreciendo hacia los límites del escenario, zona que constituiría la penumbra.
Lo vivenciado (“lo vivido en la escena”) estaría en el escenario, y “tras bambalinas” lo no vivenciado (“lo no representado”).
Esta dimensión podría considerarse como un corte sincrónico (en el mismo tiempo) de la representación teatral.
2. La verticalidad podría tomarse como un corte diacrónico (a través del tiempo) de la misma representación. Esta dimensión la constituirían los niveles (alturas, igualdades o desigualdades) de iluminación, claridad, ordenación, coherencia, fluidez, ritmo, novedad, magnitud o extensión, calidad, etcétera, de la “representación” que podría llevar el actor-espectador (yo) desde la vigilia al sueño, pasando por el cansancio o, en sentido inverso, hacia la hiperlucidez. Hay niveles que son alcanzados ante problemas mayores como:
a. Estrechamiento del campo: el “escenario” se achica, y entonces se captaría la escena parcialmente.
b. Que una niebla cubra el escenario (obnubilación), y entonces se confundiría la escena.
c. Que se queme la luz y/o se desprenda el decorado, provocando así el caos, que lleva a la suspensión de la escena (estupor, coma).
d. Que la excitación de los personajes y el director lleve a desordenar la escena y a que la representación pierda coherencia (hiperfrénico).
Sobre la base de los criterios sustentados en este trabajo, no concebimos ninguna psicosis con lucidez mental.

En el síndrome oligofrénico se observa hipolucidez en los débiles mentales, que se acentúa en la imbecilidad. Los idiotas tienen a conciencia.

En el síndrome demencial podemos encontrar desde hipolucidez hasta aconciencia.

En el síndrome confusional es evidente el trastorno de la conciencia caracterizado por obnubilación, que puede alcanzar el coma.

En el síndrome esquizofrénico en general hay hipolucidez; se puede alcanzar el estupor en los catatónicos.

En el síndrome delirante: en los delirios crónicos la hipolucidez es la norma, es menor en la paranoia y se intensifica en las parafrenias. Hay mayor hipolucidez a mayor polimorfismo. En los delirios agudos sintomáticos el síndrome es el confusional y por consiguiente hay obnubilación de la conciencia, y en los reactivos es variable la hipolucidez.

En el síndrome de excitación psicomotriz la conciencia está alterada y disminuida. La armonía de la conciencia (el movimiento interno de sus deseos y el desarrollo de su historia) está rota por un salto, la aceleración, la avidez, que devora el tiempo. La conciencia pierde su dirección, su sentido, su control del orden. Hay desestructuración de la actividad psíquica, pseudolucidez, hipolucidez.

En el síndrome de depresión psicomotriz hay alteración de la lucidez. Las funciones psíquicas están retardadas. Se produce una desestructuración ético-temporal de la conciencia. Hay hipolucidez hasta el estupor en una forma clínica de la melancolía.

En las neurosis hay en general hipolucidez o pseudolucidez; se puede alcanzar el estupor, la agitación y la confusión. Es copiosa la literatura de los estados crepusculares en la histeria.

En las personalidades psicopáticas existe la hipolucidez o pseudolucidez, explicada en general por las alteraciones afectivo-activas de su estructura.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

La Mente Perversa


¿Qué es realmente un perverso? La definición de “perversión” presenta incontables dificultades. Al principio se asoció el termino de manera equivocada a supuestas “desviaciones” sexuales”. Sin embargo, este concepto está excluido actualmente.

La psiquiatría adoptó para casos relacionados con situaciones sexuales los términos de “disfunciones” o parafilias. Puede comprobarse que en los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV y CIE 10) se desvincula la denominación de perversión de las parfilias o disfunciones sexuales.

Una persona perversa se siente acechada por pensamientos obsesivos y destructivos, al considerar que las actitudes humanas no son sinceras.

Evidentemente, esta es una condición anormal de la personalidad, en la que el “perverso/a” desarrolla una destructividad hacia sus semejantes a través de pensamientos y actos de carácter maligno.

Numerosos estudios científicos indican que la conducta perversa puede ser congénita. Sin embargo, también afirman que la falta de afecto en etapas tempranas (en la infancia) puede propiciar la gestación de una mente de características perversas.

El perverso desarrolla una personalidad conflictiva, sus fantasías siempre son conscientes, y siempre trata de dañar, humillar y vejar a otras personas.

En los casos en que sí está asociada una perversión sexual (mejor llamada parafilia), es imprescindible para el perverso un escenario donde pueda desarrollar su deseo de destrucción y actividad con connotación obscena, o trasladar a ese lugar, las vejaciones recibidas de manera real o ficticia durante sus etapas de infancia y adolescencia.

Cuando la víctima del perverso es sometida y humillada, este experimenta sensaciones de triunfo, dominación y superioridad. En definitiva, necesita sentirse vengador y no víctima.

“El mal que provoca un perverso es indiscriminado, pero prefieren a las personas cercanas, como familiares o parejas sentimentales.”
-Paul-Claude Recamier-

Dejando a un margen los casos de parafilias, el psicoanálisis interpreta la perversión como un valor de las estructuras nosograficas: perversión, neurosis y psicosis.

Un perverso desarrolla una conducta en cierta medida psicopática, que se manifiesta desde la infancia hasta la edad madurez y que lo hace en todos los ámbitos de su vida, desde el ámbito familiar al laboral.

Hay rasgos comunes en las personas perversas. Son personas que presentan rasgos marcados de agresividad y de egoísmo. Son, además, personas impulsivas, con rasgos pronunciados de inadaptación y con comportamientos egoístas que pueden llegar a ser agresivos.

Manifiestan una escasa o nula comunicación con su entorno. Persiguen con ansias la perfección en todos sus propósitos, arrastrando a quien sea en el proceso. Son personas sin empatía, que manifiestan una falta de respeto absoluta por los demás.

“Solo el tiempo muestra al hombre justo, mientras que podrías conocer al perverso en un solo día.”
-Sófocles-


Según los psiquiatras, el aumento de la malignidad de estos sujetos se suele asociar a un aislamiento emocional, que va creciendo provocado por un  resentimiento social o afectivo, odios, fracasos etc.

Es un círculo vicioso que no para de retroalimentarse.

Prejuicios Generalizados


Hoy en día es frecuente escuchar las palabras estereotipo, prejuicio y discriminación en multitud de contextos sociales y profesionales. Este sobre uso de estos tres conceptos puede dar lugar a errores y malentendido sobre lo que realmente significan.

Debemos tomar conciencia de que son palabras que hacen referencia a realidades sociales importantes y cuyos efectos son la causa de dolor de miles de personas en el planeta.

Por ese motivo, es necesario conocer la naturaleza de estas realidades desde la definición que aporta la Psicología.

Los estereotipos son creencias o ideas organizadas sobre las características asociadas a diferentes grupos sociales: aspecto físico, intereses, ocupaciones, etnias, etc. Se trata de imágenes simplificadas sobre cómo son vistos los grupos y lo qué hacen. Las categorías están constituidas por interpretaciones, ideas y opiniones sobre los elementos. 

Desde la Psicología, estas cogniciones e interpretaciones sobre grupos sociales son los estereotipos. Todos tenemos estereotipos porque nuestra mente organiza los conceptos en categorías, y no son siempre negativos hay que entenderlos como dos caras de una misma moneda.

En definitiva, los estereotipos son generalizaciones muy difundidas sobre los miembros de un grupo social que provocan una tendencia a acentuar las semejanzas dentro del grupo, especialmente cuando la categorización tiene valor o importancia para quien la hace y las diferencias con otros grupos.
Si conocemos a una mujer negra y extranjera, le estamos clasificando en los grupos de mujer, 
extranjera y raza negra, debido a clasificarle dentro de estas categorías, surgen estereotipos hacia ellas de los tres grupos y en caso de que sean negativos se crean una serie de creencias e ideas sobre ellas que seguramente no se correspondan con la realidad.


La formación de estereotipos suelen ser de origen social a través del aprendizaje observacional. Esta es la razón por la que es frecuente la naturalidad y la espontaneidad con la que se aprenden los estereotipos en nuestra conducta social. En este caso, es preciso señalar que debemos ser capaces de anteponer la reflexión al heurístico que supone generalizar en exceso, sobre todo en el caso en que, más o menos inconscientemente, tengamos estereotipos negativos hacia un grupo de personas. 

Ampliar el foco y abstraernos del pozo cultural que nos impone ciertas ideas preestablecidas puede ser clave a la hora de mirar la realidad de forma natural y no estereotipada.

Infancias Robadas


A 700 millones de niños y niñas en el mundo —y probablemente a cientos de millones más— les han robado la infancia antes de tiempo. Esto se debe a muchas causas, como enfermedades, conflictos, la violencia extrema, el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la desnutrición, la falta de acceso a la educación y el trabajo infantil.

La combinación de estos factores ha tenido un gravísimo impacto en la infancia de todo el mundo. Desde hace casi un siglo en Save the Children luchamos contra la pobreza y por acabar con la discriminación. Por eso hoy publicamos el informe "Infancias robadas", que pretende analizar en profundidad qué impide a los niños y las niñas disfrutar de su infancia. Este informe tendrá carácter anual y nos permitirá ver cómo la situación de la infancia mejora o empeora de cara a pedir a los responsables políticos que se comprometan a poner en marcha mejoras que impacten en la vida de los niños más vulnerables.

La infancia debería ser una etapa de la vida en que los niños y las niñas puedan crecer, aprender y jugar en un entorno seguro. Todos los niños merecen vivir una infancia con amor, cuidados y protección para poder desarrollar su pleno potencial. Sin embargo, al menos un 25% de los niños del mundo no puede disfrutar de este derecho.


La mayoría de estos niños y niñas viven en comunidades desfavorecidas en los países en desarrollo, donde el progreso ha dado una falsa sensación de mejora que no ha hecho más que incrementar la desigualdad. Estos niños sufren pobreza y discriminación. 

Viven marginados por ser quiénes son: niñas, refugiados, miembros de minorías étnicas o niños y niñas con algún tipo de discapacidad. Estos peligros para la infancia también están presentes en los países más desarrollados. Todos los países, tanto ricos como pobres, pueden hacer más de lo que están haciendo actualmente para asegurar que todos los niños y niñas disfruten de sus derechos.

La Irrupción Del Consumismo


Tras el final de la Primera Guerra Mundial, y como en cualquier periodo posbélico, comenzaron a ponerse en marcha toda una serie de dispositivos simbólico-materiales destinados a la reconfiguración del ordenamiento mundial. 

La guerra había dejado menguada la economía de muchas de las grandes potencias de entonces, avecinándose tiempos de pauperización, miseria y pobreza. Las crisis, como bien sabemos, suelen traer en sus entrañas a polizontes y oportunistas de toda calaña, dispuestos a hacer su agosto allí donde el terreno ha quedado arrasado por la tragedia. Es posible que podamos interpretar hoy este intermezzo pesimista que separó una guerra de otra como un laboratorio de pruebas en el que distintas estrategias de poder pujaban por quedarse con la tajada más grande del pastel. 

En Europa, legiones de jóvenes nazis y fascistas canturreaban los cánticos mesiánicos del Angelus novus, como preludio de la gran catástrofe que se agazapaba entre sus alas. En Estados Unidos, sin embargo, una nueva religión comenzaba a gestarse, de manera mucho más silenciosa y latente, mucho más sutil y estudiada. La gran era del consumismo de masas iniciaba, tímidamente, sus primeros pasos. Y para ello, se apoyó en las novedosas herramientas e instrumentos de cierta corriente científico-filosófica, procedente de Austria. Dicha corriente no es otra que el psicoanálisis, el cual iba a otorgar un innovador marco conceptual para la gestión de emociones y deseos.

Son escasos los manuales de marketing o de publicidad que recojan las enseñanzas de uno de sus más discretos fundadores. Nos referimos a Edward Bernays, austríaco de nacimiento, pero radicado en América, sobrino de Sigmund Freud y fundador de las llamadas Relaciones públicas. Siendo muy joven, Bernays iniciaría sus investigaciones en persuasión y técnicas de propaganda para el control y manipulación de la opinión pública. Viendo las consecuencias que tuvo la Primera Guerra Mundial, Bernays se preguntaría por la posibilidad de resignificar muchas de las técnicas propagandísticas utilizadas durante la misma, para así aplicarlas en períodos de paz. 

En una vuelta de tuerca clausewitziana, Bernays sentaría las bases del consumismo moderno apoyándose en estrategias bélicas de resolución de conflictos, manipulación, propaganda y domesticación de las mentes. Si somos capaces, se preguntaría Bernays, de convencer a la opinión pública americana de la necesidad de una guerra, mucho más sencillo será animarles a comprar todo tipo de productos y objetos innecesarios. ¿Por qué no utilizar la propaganda para el mero hecho de vender? De este modo, la economía se reactivaba, inoculando en el ciudadano la falsa premisa de la participación política a través del consumo. Incluso, podrían investirse algunos productos con determinadas categorías simbólicas, para producir en el consumidor la ilusión fetichizante de acceder a ciertos valores a través de la compra. 

Con estas técnicas de manual de psicoanálisis básico, debemos a Bernays la ocurrente perversión de empoderar con un discurso feminista a los cigarrillos de Philip Morris o de dar un aura de masculinidad a la industria automovilística. Los deseos más ocultos de la masa comenzaron a estimularse, gracias a las arrulladoras voces de los anuncios publicitarios y sus mundos de fantasía. 

Con pocas consignas, el consumo se transformó, para el americano medio, en casi una exigencia moral, dado que, solo participando del mismo, el ciudadano era capaz, de manera cuasi heroica, de apuntalar la maltrecha economía americana. De este modo, el consumidor se crea, se produce, se moldea, al mismo tiempo que el espacio democrático se reduce y banaliza, limitándolo al mero acto de la compra. El mundo deviene mercancía y la polis se transforma en un centro comercial.

Con un giro more copernicano, Bernays inaugura una modalidad de la publicidad entendida como dispositivo disciplinario, anatómico-político o biopolítico, en el que los cuerpos y las mentes son reducidas al único papel del consumidor. En su célebre manual de 1928, titulado Propaganda, no duda en recalcar que “la nueva propaganda no sólo se ocupa del individuo o de la mente colectiva, 
sino también y especialmente de la anatomía de la sociedad”. La finalidad, nos dice Bernays, no es otra que crear, dar forma, moldear un tipo de hombre nuevo: “producir consumidores, ése es el nuevo problema”. ¿Para qué vender coches con el lema “cómpreme usted este coche”, cuando podemos conseguir, a través de la persuasión, que miles de ingenuos nos reclamen y exijan “véndame, por favor, ese coche”?

La propaganda del dócil consumidor funciona con las mismas estrategias del poder, tal y como fue descrito por Foucault. Se trata de una suerte de dispositivo, viscoso e imperceptible, de tela de araña tan transparente como certera a la hora de cazar a su presa. Estamos ante una red de relaciones, de gestos, discursos y enunciados destinados a atravesar los cuerpos y los comportamientos. 

La “propaganda” está destinada a trabajar sobre la opinión pública a diversos niveles: tanto para vendernos una pasta de dientes, como para fomentar una actitud cívica por parte del ciudadano. “Pues hay que disciplinar al público para que gaste su dinero del mismo modo que hay que disciplinarlo en la profilaxis de la tuberculosis”, nos dirá Bernays. Para éste, puesto que la mente del grupo no piensa, es preciso dirigirse a sus impulsos, sus deseos y sus emociones más básicas para, desde allí, modificar sus hábitos. Y, si conocemos los motivos que mueven la mente del grupo, “¿no sería posible controlar y sojuzgar a las masas con arreglo a nuestra voluntad sin que éstas se dieran cuenta?”. Sobemos, pues, el lomo de la Gran Bestia. Alimentemos sus instintos y deseos más básicos a base de gadchets inservibles, automóviles, cremas antiarrugas y experiencias prefabricadas de emociones baratas. 

El éxito está asegurado y las colas para comprar el nuevo Iphone comenzarán a formarse días antes de que este salga a la venta.
La democracia del consumidor o, como la definió Chomsky, del “rebaño desconcertado”, se asienta en estas siniestras premisas pseudofreudianas de Bernays, para quien no sólo era posible la modificación consciente y la manipulación de las opiniones y costumbres de las masas, sino que dicha manipulación era la condición necesaria para el desarrollo de las actuales democracias. 

Se trata de organizar el caos. De esta manera, un estado ideal sería aquel en el que las decisiones estuvieran en manos de unos pocos, de un “gobierno invisible” lo suficientemente capaz como para gestionar a esa mayoría estupidizada e infantiloide, inmersa en universos de estimulación constante de deseos.


Tales fueron las ideas que tanto Walter Lippman como Bernays defendieron en el famoso Coloquio Lippman, celebrado en plena guerra mundial, en París, y que ha sido considerado el pistoletazo de salida del neoliberalismo. 

No es de extrañar que Hitler se sintiera atraído por las tesis de Bernays y solicitara sus servicios, propuesta que, al parecer, este rechazó. Huxley ya nos advertía que el nuevo totalitarismo no funcionaría de manera negativa, reprimiendo, prohibiendo, obstaculizando, privando, sino de forma positiva: constituyendo verdad. 

“Un estado totalitario eficaz —afirmaba Huxley—sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre. Inducirlos a amarla es tarea asignada […] a los ministerios de propaganda”.

Insistir Sin Presionar


Si deseas una mariposa, cuanto más la persigas y vayas en su busca, más se te escapará entre las manos, en cambio, si la dejas libre, puede que ella sola se pose en tu hombro. Esta frase tan famosa, si la aplicamos a la vida real, podríamos compararla con las personas que tienen tendencia a presionar a otros. Si quieres o deseas algo, déjalo volar. Será mejor.

Lo más habitual cuando alguien persigue y presiona demasiado, es que al final, consiga el efecto contrario a su propósito. Para comprobar este efecto, piensa si has tenido alguna vez, alguna amistad o conocido que te ha presionado más de la cuenta y al final has deseado perder el contacto.

Por norma general, no nos gusta sentirnos obligados a nada, cuando algo nos apetece, por nosotros mismos correspondemos. Insistir demasiado, ya sea amistosamente, amorosamente, etc.. lo que a menudo produce, es que las personas deseen alejarse.

Por ejemplo, imaginemos que tenemos una amiga con la que solemos tener contacto a menudo, pero una temporada por falta de tiempo, exceso de trabajo o necesidad de intimidad, ya no nos apetece contactar. Ahí es cuando nos damos cuenta del tipo de persona con la cual nos estamos relacionando.

Si alguien te aprecia y dejas de contactar, te podrá insistir pero de una manera que no coarta tu libertad. Una manera sana de actuar sería haciendo comentarios como: “qué tal, hace tiempo que no hablamos, a ver si coincidimos pronto”, “espero que te estén yendo bien las cosas, a ver si charlamos, te echo de menos”, “como estás, cuando te vaya bien podemos quedar para tomar un café”.

Esta forma de hablar, denota ganas de volver a retomar el contacto, pero no hay presiones ni victimismo. Si no hay respuesta por la otra parte, la persona debería dejar “volar” al otro ya que está claro que por lo que sea, no hay ganas o tiempo de volver a contactar.

Una personalidad sana, cuando desea tener contacto con alguien intenta tenerlo, pero se da cuenta cuando no es correspondido y se retira dejando libertad, sin enfados ni presiones
Ejemplos de frases que podría decirnos alguien que no respeta nuestra libertad, con la que hemos decidido no seguir contactando: “Por qué ya no me escribes, ¿estás enfadado/a?”,  “hace tiempo que no sé de ti, no sé lo que te he hecho pero me estás haciendo mucho daño”, “llevo tiempo intentando coincidir contigo y sé que me estás esquivando”, “¿qué te pasa conmigo?”, “no entiendo esta actitud tuya de ignorarme, tenemos que hablar pero ya”.

Dar por supuesto que hay un enfado, que nos digan que estamos haciendo daño, insistir para hablar de inmediato, etc… son presiones para intentar hacer sentir culpable al otro, cuando en realidad los motivos por los que alguien deje de tener contacto pueden ser múltiples, por ello, sacar conclusiones anticipadas y presionar no suele dar buenos resultados. Déjalo volar, 

Presionar no hace que se pueda retener a otros. Lo que suele producir, es el efecto de querer alejarse porque se tiene la sensación de pérdida de libertad. En cambio aceptar las cosas sí que puede hacer que la persona que se aleja pueda volver cuando le apetezca.

Es el ejemplo de las buenas amigas, que no siempre tienen un contacto muy seguido pero si no hay presiones y se acepta el espacio personal de cada una, sabrán que son libres de alejarse cuando necesiten soledad, o tengan poco tiempo. 

Esa libertad de saber que aunque apetezca desconectar por un tiempo no será tomado de forma negativa por el otro, es lo que une más a las personas.

Cuando sentimos que se acepta nuestra manera de actuar, es cuando se afianzan más las relaciones porque sentimos la libertad de alejarnos sabiendo que es comprendido y hay alguien que está dispuesto a disfrutar de tu compañía cuando se puede, aceptando que no siempre será así, por diferentes circunstancias.

Si aprecias a alguien, déjalo volar en libertad, deja que la vida fluya de forma natural y el tiempo pondrá cada cosa en su sitio. La persona que sea para ti, volará a tu lado por voluntad propia, sin necesidad de presiones ni victimismos.


La mejor receta para atraer a personas que deseen disfrutar de tu compañía es: darse a conocer, enseñar lo mejor de ti, mostrar tu interés una vez y otorgar libertad para que el otro mueva la siguiente ficha, si la mueve enhorabuena y si no, da libertad y ve en busca de otra mariposa. 

Recuerda, no atrapes, déjalo volar y confía en la vida.