jueves, 6 de diciembre de 2018

Compartir Fragmentos De Vida

Compartir experiencias, aprender de otros y nutrirnos de los conocimientos de las personas son tareas que enfrentamos constantemente en el diario vivir. No obstante, no todos visualizan la importancia de la transmisión de aprendizajes de vida. Escuchar historias no solo favorece el progreso cognitivo, sino que permite prepararse para la vida, permite adquirir herramientas para ser una mejor persona y sortear todos los desafíos que se deben tomar como parte del camino.

En ese sentido, el diálogo con los adultos mayores, que sin duda puede tener resistencias iniciales, es un vínculo que trae consigo el acceso a una red de experiencias, intercambio de aprendizajes, compartir conocimientos, habilidades y momentos que pueden marcar un hito en la vida de quienes viven estas experiencias.

Los ancianos, quienes han sido discriminados en diversos ámbitos en nuestra sociedad, tienen mucho que aportar con respecto a su historia. Cada ser humano tiene un relato que ofrecer el que, sin duda, nutre la vida de otro.

Conocer más de la historia de la ciudad, de la propia familia, de acontecimientos ocurridos en otros años, enriquece el desarrollo cultural y social de cualquier individuo. Conversar sobre temas de interés común como la familia, la amistad, el trabajo y las relaciones de pareja, es una oportunidad para impresionarse con aquellos detalles que hemos olvidado como sociedad y valorar lo que nos rodea.

Los ancianos, quienes han sido discriminados en diversos ámbitos en nuestra sociedad, tienen mucho que aportar con respecto a su historia. Cada ser humano tiene un relato que ofrecer el que, sin duda, nutre la vida de otro. 

Que niños, adolescentes y adultos compartan con sus abuelos, trae efectos positivos para ambas partes. Para los adultos mayores, los vínculos con otras generaciones permite un mejor envejecimiento, movilizar potencial, aumentar la sensación de vitalidad, establecer relaciones satisfactorias, reencontrarse consigo mismos y aprender de los contextos culturales que evolucionan rápidamente. Permite además, adaptarse a las tecnologías, aprender a empoderarse a través de las redes sociales y a integrarse al entorno con una diversidad de actividades existentes.

Para los adultos mayores los vínculos con otras generaciones permite un mejor envejecimiento, movilizar potencial, aumentar la sensación de vitalidad, establecer relaciones satisfactorias, reencontrarse consigo mismos y aprender de los contextos culturales que evolucionan rápidamente.

Por otro lado, para los niños y/o jóvenes establecer vínculos con los adultos mayores también tiene una serie de beneficios. Favorece la responsabilidad social, permite reforzar sus habilidades, potenciar la confianza, interesarse por la historia popular, combatir prejuicios y conectarse con los cambios sociales que ha tenido su país a lo largo de los años, entre los más relevantes.


Dedicar tiempo a entregar afecto a personas que nos rodean, reunir generaciones, generar cambios y valorar a cada integrante con su experiencia y aporte son acciones que posibilitan la calidad de vida y un aprendizaje continuo que ayuda a enfrentar la mejor manera la vivir.

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