A 700 millones de niños y niñas en el mundo —y probablemente a cientos de millones más— les han robado la infancia antes de tiempo. Esto se debe a muchas causas, como enfermedades, conflictos, la violencia extrema, el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la desnutrición, la falta de acceso a la educación y el trabajo infantil.
La combinación de estos factores ha tenido un gravísimo
impacto en la infancia de todo el mundo. Desde hace casi un siglo en Save
the Children luchamos contra la pobreza y por acabar con la discriminación. Por
eso hoy publicamos el informe "Infancias robadas", que pretende analizar en
profundidad qué impide a los niños y las niñas disfrutar de su infancia.
Este informe tendrá carácter anual y nos permitirá ver cómo la situación
de la infancia mejora o empeora de cara a pedir a los responsables políticos
que se comprometan a poner en marcha mejoras que impacten en la vida de los
niños más vulnerables.
La infancia debería ser una etapa de la vida en que los
niños y las niñas puedan crecer, aprender y jugar en un entorno seguro. Todos
los niños merecen vivir una infancia con amor, cuidados y protección para
poder desarrollar su pleno potencial. Sin embargo, al menos
un 25% de los niños del mundo no puede disfrutar de este derecho.
La mayoría de estos niños y niñas viven en comunidades
desfavorecidas en los países en desarrollo, donde el progreso ha dado una falsa
sensación de mejora que no ha hecho más que incrementar la desigualdad. Estos
niños sufren pobreza y discriminación.
Viven
marginados por ser quiénes son: niñas, refugiados, miembros de minorías étnicas
o niños y niñas con algún tipo de discapacidad. Estos peligros
para la infancia también están presentes en los países más desarrollados. Todos
los países, tanto ricos como pobres, pueden hacer más de lo que están haciendo
actualmente para asegurar que todos los niños y niñas disfruten de sus derechos.
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