Hoy en día es frecuente escuchar las palabras estereotipo,
prejuicio y discriminación en multitud de contextos sociales y profesionales.
Este sobre uso de estos tres conceptos puede dar lugar a errores y malentendido
sobre lo que realmente significan.
Debemos tomar conciencia de que son palabras que hacen
referencia a realidades sociales importantes y cuyos efectos son la causa de
dolor de miles de personas en el planeta.
Por ese motivo, es necesario conocer la naturaleza de estas
realidades desde la definición que aporta la Psicología.
Los estereotipos son creencias o ideas organizadas sobre las
características asociadas a diferentes grupos sociales: aspecto
físico, intereses, ocupaciones, etnias, etc. Se trata de imágenes simplificadas
sobre cómo son vistos los grupos y lo qué hacen. Las categorías están
constituidas por interpretaciones, ideas y opiniones sobre los elementos.
Desde la Psicología, estas cogniciones e interpretaciones
sobre grupos sociales son los estereotipos. Todos tenemos estereotipos
porque nuestra
mente organiza los conceptos en categorías, y no son siempre
negativos hay que entenderlos como dos caras de una misma moneda.
En definitiva, los estereotipos son generalizaciones muy
difundidas sobre los miembros de un grupo social que provocan una tendencia a
acentuar las semejanzas dentro del grupo, especialmente cuando la
categorización tiene valor o importancia para quien la hace y las diferencias
con otros grupos.
Si conocemos a una mujer negra y extranjera, le estamos
clasificando en los grupos de mujer,
extranjera y raza negra, debido a
clasificarle dentro de estas categorías, surgen estereotipos hacia ellas de los
tres grupos y en caso de que sean negativos se crean una serie de creencias e
ideas sobre ellas que seguramente no se correspondan con la realidad.
La formación de estereotipos suelen ser de origen social a
través del aprendizaje observacional. Esta es la razón por la que es frecuente
la naturalidad y la espontaneidad con la que se aprenden los estereotipos en
nuestra conducta social. En este caso, es preciso señalar que
debemos ser capaces de anteponer la reflexión al heurístico que supone generalizar
en exceso, sobre todo en el caso en que, más o menos inconscientemente,
tengamos estereotipos negativos hacia un grupo de personas.
Ampliar el foco y
abstraernos del pozo cultural que nos impone ciertas ideas preestablecidas
puede ser clave a la hora de mirar la realidad de forma natural y no estereotipada.
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