El logro del estado independiente de
un individuo en relación al resto de sus semejantes implica el ir ganando
espacios de autosuficiencia en todos los aspectos, antes de detenernos a
proclamar nuestra independencia deberemos habernos ganado la capacidad de ser
capaces de no solamente “autoabastecernos” de nuestras necesidades esenciales, sino
que además, deberemos desarrollar un alto grado de empatía que nos habilite a
ejercer todo nuestro potencial con relación a nuestras responsabilidades
sociales asumiendo todas y cada una de nuestras obligaciones, así como la
capacidad de poder ejercer todos los derechos que nos competen.
La independencia es un estado que
mucha gente ansía. Sin embargo, la mayoría de las personas se conforman con el
aspecto material de la independencia y buscan su trabajo, su propio dinero y su
propia casa. Pero la independencia que protege nuestra autoestima es
la independencia emocional, que no es sino vivir en base a unos valores propios
sin dejarse influenciar por los demás.
A veces confundimos el significado de
independencia.
El objetivo es
situar la autoestima a los niveles deseados y para ello necesitamos seguridad,
confianza, decisión, aceptación y actitud positiva.
Y esas virtudes de la autoestima solo
las lograremos si somos independientes. Pero independientes emocionalmente.
Muchas personas se sienten
independientes porque han comprado una casa, tienen un trabajo estable y han
formado una familia. Y sin embargo, viven con una dependencia emocional de
su pareja, de su familia o de sus amigos que le impide desarrollar su
personalidad plenamente. Se trata de personas con la autoestima muy baja que no
se valoran a sí mismas y por eso dependen de los demás.
Depender de los demás es dejarse
influenciar por los deseos y opiniones ajenas.
No hacer algo que te gusta porque
sabes que a tus seres queridos les parece mal, no atreverte a tomar decisiones
por miedo a defraudar a los
tuyos, quedarte callada cuando deberías reclamar tus derechos o no ser capaz de decir "no" ante
una situación que te molesta, todo eso es falta de independencia.
No dejarse
influir por los demás para ganar independencia
La realidad es que tu vida deberías diseñarla solo tú. Eso no
quiere decir que no cuentes con los demás para nada, pero las decisiones importantes, sobre tu
futuro, sobre tus estudios, sobre tu trabajo, sobre el lugar donde quieres
vivir, sobre qué hacer con tu tiempo libre, etc. son aspectos de tu vida en los
que sólo tú deberías tener la palabra.
Ten bien presente que por mucho que
te quiera tu familia, tu pareja o tus amigos, la felicidad solo te la puedes
proporcionar tú mismo, a base de sentirte bien tal cual eres, de gustarte, de
aceptarte y de seguir tus propios esquemas vitales, tus propios valores.
La independencia
emocional es algo que se gana a base de esfuerzo y lucha constante.
Siempre es más cómodo
dejarse llevar por los demás, pero a la larga se acaba pagando en forma de una
vida vivida por los demás.
La parte negativa de la independencia
es la responsabilidad de llevar las
riendas de tu vida, así como gestionar el sentimiento de culpa.
Porque independencia significa vivir
acorde a tus valores, que en muchos casos no coinciden con los de las personas
que te rodean.
Así que antes de lanzarte a una vida
emocionalmente independiente asegúrate de mejorar tu autoestima hasta sentirte muy seguro de ti
mismo.
Hugo W Arostegui