viernes, 8 de julio de 2016

Falsas Expectativas: Pedir Peras Al Olmo


Todavía quedan muchas personas que parecen albergar en sus corazones la esperanza de que algunos de sus conocidos puedan, algún día, cambiar de aptitud y revertir los conceptos negativos, que aunque nos resistamos a admitirlo, parecen “adornar” sus perfiles individuales con una demostración que en nada les favorece.
Cuando esto ocurre, y según parece, es mucho más frecuente de lo que desearíamos, parecería ser que les embarga cierta desazón, mezcla de desánimo y frustración y por más que estos incidentes de la vida sean tan reiterativos como francamente previsibles, tales reacciones parecen demostrar que todavía continuamos pidiéndole “peras a los olmos”
Buscando otras opiniones al respecto, encontré un artículo que versa sobre este tema que nos dice lo siguiente:
“En estos tiempos, más que nunca, estamos depositando el cambio en grandes hechos externos. Sean días comunes o días excepcionales, sea que no pase nada más que lo que ya está pasando o que suceda algo extraordinario, la verdad es que siempre la renovación está en las cosas cotidianas, en los pequeños pasos que hacemos para continuar aprendiendo y evolucionando. Sin embargo, nos mudamos de casa y de país; pasamos de un trabajo a otro; de una pareja a otra; tenemos hijos; hacemos cursos; nos movemos afuera frenéticamente…
Esperamos el gran acontecimiento que dará vuelta nuestro mundo sin darnos cuenta de que está siendo movido constantemente por los diminutos eventos que damos por sentado. Es habitual que, cuando nos quejamos de algo, digamos “es una tontería, pero me molesta que…”. Sumemos muchas de esas tonterías, día tras día, y tendremos el cataclismo que estábamos aguardando. 
Por otro lado, esas cosas menudas son indicios de actitudes más grandes y arraigadas, a las que no deseamos ver ni enfrentar. Las evadimos como factores usuales de la existencia, sin querer admitir que son metáforas de aprendizajes esenciales. Por ejemplo, los celos, la envidia, la frustración, la soberbia o el autoritarismo no son “normales”. Son síntomas de nuestra inseguridad, falta de confianza o insatisfacción y deberíamos realizar una labor interna para aceptarlo y transformarlo. No obstante, continuamos exigiendo que el otro haga las reformas pertinentes para que nosotros seamos felices.
Me asombra la ceguera con que muchas personas siguen pidiendo “peras al olmo” a sus vínculos o a sus actividades durante años y años, aferrados a la fantasía de que algún día cambiarán y serán lo que tanto desean. Charlando con una paciente, me dice lo que le cuesta sobreponerse al rompimiento con una pareja. Le pregunto qué es lo que más le provoca pesar y me contesta algunas cosas obvias hasta que finalmente admite que son las ilusiones que se había hecho con él lo que más le duele soltar. 
Este es el meollo. Invariablemente, atraemos individuos y situaciones que provocarán el aprendizaje que nos hemos propuesto. ¿Cómo funciona? Al principio, parece que hemos encontrado a “la” persona que tiene todo lo que precisamos, que compensará el sufrimiento acumulado. Estamos en el paraíso. Poco a poco, la ilusión comienza a resquebrajarse y notamos que no es tan maravillosa, que tiene fallas, que justamente las fallas están en esos lugares que creíamos que encajaban perfectos para cubrir nuestra necesidad. Sin embargo, no queremos rendirnos a la evidencia y comenzamos el lento y doloroso desgaste de demandarle al otro lo que nos había “prometido”. Está demás decir que jamás lo cumplirá… no puede hacerlo, en realidad.
Nosotros “contratamos” a esas personas para que funcionen de co-protagonistas de nuestra novela, para que hagan de espejos en donde mirarnos. Necesidad es la clave. Nadie nos dará lo que necesitamos porque tramamos el argumento para que NOSOTROS nos proporcionemos lo que pedimos afuera. En el momento en que comprendemos esto y nos dedicamos a dárnoslo, el conflicto termina. Fin de la novela. Ahora, somos libres. Hemos resuelto el aprendizaje del alma.
¿Cómo comenzó? Tus padres plantaron la semilla de esta creación en tu infancia. Por eso, te resulta tan difícil soltar la ilusión. Es tu Niño Interno el que sigue pidiendo lo que necesita. Y no se calmará hasta que lo obtenga. Está en tus manos el hacerlo. ¿Quieres evitarlo? ¿Sigues esperando “la” persona, “el” trabajo, “la” decisión, “la” luz directamente venida del Cielo? Pierdes el tiempo y acumulas sufrimiento. 
Puedes verlo en acción en cada día de tu vida, en cada encuentro. Despierta. Cámbialo en el mismo momento en que te das cuenta. No preguntes cómo ni te atormentes inútilmente con que es difícil. Simplemente, respira, acepta que es tuyo, libéralo, date amor y comprensión. Sí, es un tiempo excepcional. El tiempo de despejar la oscuridad para encontrarte con el poder que tienes, con la luz que ya eres.
Autora: Laura Foletto
Espero que esta opinión sobre el tema pueda sernos de gran utilidad

Hugo W Arostegui

jueves, 7 de julio de 2016

Comenzar, Continuar, Terminar


Mantengo correspondencia con muchas personas que diariamente se enfrentan a una enormidad de dificultades, para poder, de esta manera, dar cumplimiento con sus compromisos asumidos y de esta manera avanzar hacia la alta cima donde han puesto con gran decisión sus horizontes.
Lograr nuestros objetivos requiere de una gran dedicación y persistencia en el esfuerzo continuado sin claudicaciones.
La persistencia en el rumbo trazado no se distrae en tentaciones superfluas y deja de lado las distracciones momentáneas, considera que no hay tiempo para perder, todo puede esperar para más adelante cuando tenemos bien claras nuestras prioridades.
El presente es hoy engarzado con un diamante de muy alto costo que se podrá exhibir con orgullo y autoestima cuando se crucen los umbrales del futuro cuando el horizonte se conjugue con las metas que trazamos en este hoy que nos pertenece en pleno.
Ejemplos De Perseverancia
“La perseverancia es la capacidad para seguir adelante a pesar de los obstáculos, dificultades, desánimo, aburrimiento, frustración, o los propios deseos de rendirse. La persona perseverante termina lo que ha empezado, vuelve a intentarlo tras un fracaso inicial, persigue sus objetivos y se mantiene concentrada y trabajando en su tarea.
Por el contrario, si nos vamos al extremo opuesto de la perseverancia, nos encontramos con personas perezosas y vagas, que se rinden demasiado pronto o que ni siquiera lo intentan, que buscan lo fácil y toman atajos siempre que pueden, pierden el interés con facilidad y abandonan ante la más mínima dificultad.”

Hugo W Arostegui

Lo Que La Ley Gobierna También Preserva


Hay quienes piensa  que la libertad significa no estar sujeto a ninguna restricción incluyendo a la propia ley que regula el desarrollo de sus actividades, es muy común, y también muy vulgar, la expresión “ Yo soy libre, mayor de edad, y por lo tanto puedo hacer lo que se me da la gana”

En tales expresiones se demuestra que el sujeto a quién se le adjudica la opinión no tiene conciencia de lo desacertada de su postura pues no existe ningún lugar en el universo conocido donde no existan normas que regulen nuestro comportamiento y leyes muy estrictas en su cumplimiento.

Quizás se pueda pensar que la persona de referencia persista en su decisión de no someterse a ninguna ley y decida irse a vivir a la jungla, pues bien, aún en plena selva se encontraría con “la ley de la jungla” que quizás no se encuentre escrita en ningún tomo legal, pero de hecho si rige para todos los que habiten la jungla y su propia integridad física dependerá de que se abstenga de no desobedecerlas.

“Las normas legales rigen la convivencia entre agentes en las sociedades modernas. En general, establecen las restricciones a aquello que los ciudadanos pueden hacer libremente con el objetivo de facilitar la cooperación. Las normas legales las establecen los Estados que son las instituciones que tienen el derecho para dictarlas. Comenzando por la Constitución, las leyes, etc. existe un conjunto de reglamentaciones formales que sirve de marco de interacción entre los agentes. 


Tal lo que expresa este tramo del código que nos regula, cuya finalidad tiene como un claro objetivo la preservación de nuestros derechos y obligaciones en el marco de la ley.


Hugo W Arostegui






miércoles, 6 de julio de 2016

Analogía: Anticuerpos


“El hombre y el mundo no son semejantes y menos aún iguales: El hombre y el mundo son análogos”

Anticuerpos

“cuando el ser humano enferma comienza la lucha interna contra los organismos externos que producen la enfermedad, el sistema inmunológico se pone en marcha y segrega los anticuerpos específicos para combatir y eliminar las bacterias, parásitos o virus que provocan el malestar.”

Podríamos extender estos conceptos de la analogía a la propia sociedad que todos constituimos pues partiendo de esta base extraeríamos una conclusión ineludible, el hombre es esencialmente un ser social de tal forma que rigen para la sociedad que integra los mismos fundamentos,  quiere decir que podemos afirmar que los mismos riesgos que se prevén para la preservación de la salud humana son análogos a los mismos riesgos que acechan a toda la sociedad en su conjunto.

Cuando mencionamos a los anticuerpos que velan y actúan en la preservación de nuestra salud física debemos extender por analogía los mismos resguardos para toda la sociedad.

Nuestra actitud para conducirnos por la vida y la escala de valores que rijan nuestras decisiones son, sin lugar a dudas, los anticuerpos naturales que nos preservan, de manera que podemos afirmar que cuando actuamos en consecuencia, cuando alertamos y corregimos los comportamientos un tanto erráticos, sean éstos propios o de aquellos que conforman nuestro entorno, estaremos generando los anticuerpos específicos que nos garanticen la preservación de una sociedad saludable

Hugo W Arostegui


martes, 5 de julio de 2016

Vivir En Sociedad



Todos los días nos surgen oportunidades de compartir experiencias con todos aquellos que    de una manera u otra se relacionan con nosotros por diversos motivos que hacen a la convivencia.

Es esta interrelación social que hace, y le da sentido a la vez, al intercambio de actividades que no solamente se complementan las unas con las otras, sino que además, nos hacen disfrutar de un confort y bienestar que de ningún otro modo hubiéramos podido alcanzar.

Pienso en los que me han atendido en el supermercado, en los que elaboraron el pan, en quienes nos cargaban combustible, los recolectores de residuos domiciliarios, el repartidor de correspondencia, la joven voz que nos orienta en la compañía telefónica, todos ellos y muchos más nos facilitan con su servicio y dedicación la cada vez más compleja vida en sociedad.

Es cierto que no estamos exentos de los eventuales problemas que la propia convivencia conlleva pero si cada uno de nosotros pone lo mejor de sí en la ejecución de sus tareas, todo redundará en una síntesis donde el servicio que nos brindamos superará largamente todas nuestras expectativas.

El poder observar los frutos del esfuerzo colectivo nos permite apreciar en toda su dimensión los grandes logros, que una sociedad organizada, en la cual nos integramos, asumiendo con responsabilidad, todos los derechos y obligaciones que nos correspondan

Hugo W Arostegui




Globalización


No se puede desconocer el grado de interrelación imperante en las sociedades humanas constituidas en el presente, las repercusiones que sacuden de un extremo al otro del planeta los acontecimientos que invaden nuestras fuentes de información hace innecesario ahondar en mayores detalles sobre este fenómeno, fruto de los adelantos tecnológicos que han revolucionado nuestras comunicaciones sobre todo en los últimos años.

La globalización ha surgido como una consecuencia inevitable y se encuentra entre nosotros absorbiendo todas nuestras actividades y perspectivas, ha venido para  quedarse por derecho propio y sería muy timorato de nuestra parte albergar alguna esperanza de que lo que nos sucede pueda considerarse como una simple etapa momentánea y pasajera.

Decimos:

“La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.

La valoración positiva o negativa de este fenómeno, o la inclusión de definiciones o características adicionales para resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas” fuente: tomado de internet


Hugo W Arostegui



lunes, 4 de julio de 2016

Perspectiva Humana

 
“Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.”
Gabriel García Márquez (1927-2014) Escritor colombiano.

“Cualquier ser de la naturaleza está satisfecho de sí mismo cuando transita el camino apropiado. Y un ser racional transita el camino adecuado cuando no consiente en admitir representación alguna falsa o incierta. Cuando dirige sus impulsos solamente hacia el bien común. Cuando limita los deseos y las aversiones en la medida que dependen de él mismo.
Marco Aurelio

“La  violencia forma parte de lo cotidiano como una consecuencia natural de nuestro entorno, es la expresión viva de nuestras frustraciones, la máscara donde se ocultan las promesas incumplidas, los proyectos postergados, los mañanas de cambio que nunca llegan, los presentes  que se mofan de nuestros previsibles fracasos y de la ridiculez de nuestras cada vez menos creíbles excusas.

La violencia se ha instalado en el centro de todas las emociones humanas, la hemos encumbrado nosotros mismos, es la llave maestra de todas las justificaciones, el comodín que hace posible nuestras jugadas, la que nos recubre de una pretendida impunidad, cuando muy dentro, en lo profundo de nuestro yo, intentan accionar  “los frenos de la conciencia”  que todavía, aunque con una voz apenas audible nos recuerden quiénes somos y que es lo que se espera que hagamos en determinadas  circunstancias.

La violencia que portamos  cual si fuera un virus de virulencia transmisible es fácilmente detectable y se clasifica de acuerdo a las diversas formas en que se manifiesta, lo que equivale a decir, que aunque la enfermedad sea la misma se diversifica según sus síntomas  externos.

De manera de que si somos violentos en el ámbito familiar, tanto al o los agresores al igual que  a sus potenciales víctimas se les clasifica en lo que hemos denominado: Violencia Doméstica.

Y la sintomatología de la violencia continúa, decimos: la violencia de género;  de acoso sexual;  las que atentan contra las minorías, étnicas o religiosas, las que se expresan en agresiones a la minoridad, a los indocumentados, las homofobias, las “barras bravas” en el deporte, en los sindicatos, en las corporaciones, en los institutos de enseñanza, en la inseguridad de las calles, en el tránsito, etc. etc.
En fin, un enorme rosario cuyas cuentas repasamos una a una como quien intenta expiar una culpa mediante  una penitencia, que por ser un “mal de todos”  se desvanece y difícilmente pase los umbrales de las meras intensiones, tal cual lo expresa el refranero popular cuando nos sentencia que: “ el mal de muchos es el consuelo de los tontos”.

Hugo W Arostegui



Cordura


Algunas personas me han preguntado si yo les podría dar alguna opinión sobre que entendía que pudiera haber en la relación existente entre cordura e imaginación.
A decir verdad esto es algo que alguna vez me lo he preguntado a mí mismo y la respuesta que tendría para dar, digo tendría porque a fuer de ser sincero no tengo muy claro cuál sea la tal relación que intento desarrollar a continuación:
Veamos, entiendo por cordura la cualidad de mantener el rumbo de nuestro objetivo en la vida y el de la imaginación(esencial en nuestra tarea) la facultad de contar con lo que podríamos llamar “pase libre” para ingresar en los dominios de la locura, compartir nuestro tiempo con los genios internados allí (creo que por su propia voluntad) y poder regresar (aún a regañadientes) nuevamente a desarrollar nuestra tarea entre los considerados “cuerdos o normales”.
A modo de respuesta me he permitido incursionar en las opiniones de otras personas que considero autorizadas a decirnos algo al respecto.
Esto es lo que hemos recogido:
El estado de cordura implica poseer equilibrio psíquico que es más que una cualidad real, una aspiración, ya lo dice el refrán “de niños y de locos todos tenemos un poco”
Sin embargo es innegable que hay personas más cuerdas que otras. No significa que quien posee cordura no pueda desarrollar una fructífera imaginación, necesaria si se desea realizar producciones artísticas o literarias, pero debe saber diferenciar estrictamente la realidad de la fantasía, como vulgarmente se dice “tener los pies sobre la tierra”. Sin embargo, un exceso de cordura, pasando todo por el tamiz de la razón, sin permitirse pequeñas “locuras” cotidianas, o no dejar volar la imaginación, puede no ser demasiado saludable, y convertir la vida en un largo, monótono y aburrido camino 
http://deconceptos.com/ciencias-naturales/cordura

Sinceramente



Hugo W Arostegui

domingo, 3 de julio de 2016

Lágrimas De Cocodrilo

No tengo la menor idea de lo que puede ser una lágrima de cocodrilo pero desde que me tengo por gente, como se suele decir, siempre he escuchado esta expresión al referirse a la forma de comportarse ciertas personas, cuando aparentaban gran dolor ante circunstancias de angustia de alguien de su conocimiento, al punto de derramar sus lágrimas públicamente, cuando en su fuero íntimo se las consideraba de ser capaces, ellas mismas, de ser las causantes de tales males.
Este dicho del acervo popular ha mantenido su vigencia en el tiempo y hemos de concordar de que nos revela y denuncia a la vez, un tipo de comportamiento que bien puede considerarse que integra parte del “patrimonio cultural” de muchos o de muchas, no pretendemos crear ninguna polémica de género en este tema que exponemos.
Basta con observar la conducta de algunos de nuestros congéneres, gobernantes, políticos, comerciantes, financistas, etc. etc. para estar preparados para extraer nuestras propias conclusiones.
Ya que estamos interesados en el tema agregamos algo que hemos extraído de internet que nos ilustra algo al respecto:
“Cuando alguien demuestra mediante el llanto un falso arrepentimiento o una tristeza simulada por algún acto negativo que ha hecho, decimos que son “lágrimas de cocodrilo”.
Esta expresión tiene su origen en la antigua creencia de que estos animales emitían unos falsos alaridos o llantos con el que atraían a sus presas, a las que devoraban sin compasión acto seguido... aunque también se decía que cuando se las comían lloraban, siendo en ambos casos lágrimas falsas, pues no estaba para nada triste el cocodrilo, sino engañando a sus víctimas para darse un festín.
Con el paso de los años y el estudio de los cocodrilos se ha llegado a la conclusión de que este llanto sólo se produce para mantener húmedos los ojos, ya sea en condiciones de sequedad por estar fuera del medio acuático, bien por estar en un lugar donde el agua tiene una concentración de sal superior a la habitual.
También segregan estas lágrimas cuando comen, pues al parecer las glándulas segregadoras de saliva y lágrimas se encuentran muy cerca unas de otras, por lo que al segregar saliva se activa el lagrimeo.” www.curiosidades.com
Observemos nuestras lágrimas
Hugo W Arostegui


La Luz Que Nos Ilumina






“Cuando tu opacas tu luz para que otro pueda brillar, todo el mundo se oscurece”
                                                                                               Autor desconocido

En épocas pasadas, hace ya unos cuántos años, la mayoría de las tareas se realizaban con la utilización de caballos o asnos como medio de transporte de manera que nos resultaba algo muy común, incorporado a nuestro entorno, el observar el paso de estos animales de tiro tirando de sus carros, con la particularidad, que todos ellos llevaban como una parte indispensable de sus arreos, una especie  pantallas de cuero de cada lado, a la altura de sus ojos, con la intención de limitar su campo de visión y mantener centrada su atención en la tarea que realizaban.

Pasado el tiempo esa imagen aún permanece en nuestras retinas y no podemos evitar que la asociemos a lo que acontece con nosotros mismos cuando apreciamos “las campañas agresivas que realiza el mercado de consumo” quienes limitan nuestra capacidad de observación, sobre todo en lo referente a nuestra “condición económica financiera” con el claro objetivo de continuar poniendo por delante de “nuestro campo de visión” la venta de ilusiones, augurándonos un pseudo bienestar que como sucede con nuestro horizonte, avanza siempre delante de nosotros, alejándose cada vez más.

La comparación de lo que vemos que nos sucede ahora con lo que observamos con los animales de tiro de antaño, esperamos que se entienda que no tiene la mínima intención de proferir una ofensa, por favor que no se malentienda lo que decimos, pero, (otra vez aparece nuestro pero,) tendremos que concordar que para nosotros los humanos no siempre nos resulta fácil el armonizar el uso de nuestra capacidad de raciocinio con esa “tendencia natural” de propender a tropezar dos veces con la misma piedra.

Mantengamos encendida la luz que ilumina nuestro camino

Hugo W Arostegui



sábado, 2 de julio de 2016

Lo Que Nos Queda


Lo que nos queda, si pretendemos que algo permanezca en nosotros, es lo que entiendo es lo más valioso que podamos obtener, me refiero a la satisfacción que nos invade cuando logramos comprender que hemos tenido la oportunidad de dar, y no simplemente ofrecer, a quien ni siquiera hemos visto jamás,

La oportunidad de compartir el fruto de nuestra creación, lo que no permitiríamos que fuese catalogado como una simple cosa cualquiera, pues en nuestro fuero íntimo, es como dar parte de nuestro propio ser, algo maravilloso, que ha visto la luz, surgiendo de nuestras entrañas, como si fuese un parto de lo que hemos engendrado en esa relación donde la inquietud de nuestra mente se encuentra con la genialidad de nuestro intelecto, eso, amigo/a lector/a, eso es lo que nos queda.

Algunos pueden llegar a pensar que no deberíamos permitir que nuestra mente tomara cuenta de nuestros actos, que quizás fuese bueno someterla a algún  tratamiento que nos garantice su cordura, pero tales sugerencias, a las cuales agradezco y valoro muchísimo, cuando intentamos lograr cierto consenso en cuanto al mejor procedimiento a realizar, nuestra mente nos recuerda una frase que nos deja sin argumentos “de poetas y de locos todos tenemos un poco”

De manera que continuamos en nuestra senda de repiquetear las teclas de nuestro ordenador y confiamos que “el disco duro” que custodia nuestro intelecto no nos falle y que no nos vaya a pasar como suele pasar con los vehículos usados  ,(hablamos de un modelo 43) que deje de funcionar el pedal de embrague y no podamos imprimirle la marcha a nuestro motor.

Confiemos

Hugo W Arostegui



No Dar La Talla


Recientemente la Sra. Ministra de Educación y Cultura del Uruguay, al referirse a algunos relevos, es decir, cambio de asesores en la educación pública, al ser consultada por el periodismo sobre las aptitudes de ciertos docentes que la opinión pública, el propio gremio de docentes y aunque parezca paradójico mencionarlo, las propias autoridades responsables de la conducción política de la enseñanza, les profesaban un singular respeto.

La Sra. Ministra haciendo gala de su natural altanería y suficiencia despectiva, les respondió:
“Los Señores asesores, tales y cuales, han dejado sus cargos en la conducción de la enseñanza
Por la sencilla razón  de que no han dado la talla

Tal respuesta, repetida cuántas veces las consideró necesarias, diría que hasta el hartazgo,  puso un especial énfasis en uno de ellos, agregando: “fulano de tal ha sido maestro de primaria, concretamente de sexto año y no será tomado en cuenta porque no ha dado la talla para desempeñar las funciones que se requerían que realizase.

Demás está decir que tal actitud, impropia de su investidura, ha colocado a la Sra. Ministra en una situación muy comprometida con los gremios de la enseñanza y ha demostrado en sus expresiones su total desprecio para con quienes presupone provienen de estratos inferiores a los requeridos para el correcto desempeño de la tarea a desarrollar, debe ser que como la Sra. Ministra es doctora en medicina, quienes solamente han dedicado sus vida al ejercicio de la tarea docente, su insuficiente formación académica no les permite dar la talla.

Sinceramente lamentable.

 “¿Quién no ha sentido miedo alguna vez? Todos, y digo todos, sentimos miedos en ciertos momentos de nuestra vida.
Éstos pueden ser de varios tipos: miedo a lo desconocido, miedo a equivocarnos, miedo a hacer el ridículo, miedo al cambio, miedo al fracaso, miedo a no dar la talla, etcétera, etcétera…

Hoy me gustaría hablar sobre el miedo que nos invade, cuando nos enfrentamos a nuevos retos. Enfrentarte a nuevos retos en la vida, siempre conlleva una sensación de miedo. Es algo normal, es una reacción a lo desconocido, ya que para conseguirlos tenemos que salir de nuestra famosa “zona de confort”, esa zona donde nos sentimos protegidos y controlamos; ahí, fuera de esta zona, es donde aparecen esos pensamientos negativos “me falta experiencia”, “no voy a dar la talla”……

Entonces, lo primero que tenemos que pensar es que el salirnos de la zona de confort y enfrentarnos a cosas nuevas, , adquirimos un aprendizaje. Por lo tanto, no siempre lleva consigo un crecimiento en nosotros, ya que aunque las cosas no salgan como queríamos perdemos nada, por intentarlo, al contrario ¡ganamos!
El problema aparece cuando ese miedo nos invade de tal manera que nos controla, no nos deja avanzar ni enfrentarnos a nuevos retos.” por covabertrand | Mar 25, 2015

Hugo W Arostegui


Los Puntos Sobre Las Íes


Es bueno mencionar que hemos encontrado en el complejo entramado de las llamadas “redes sociales” algunos espacios que nos demuestran el enorme valor de la solidaridad que se manifiesta entre aquellos a quienes las circunstancias de la vida les ha puesto a prueba su capacidad para soportar las situaciones adversas que el  “aquí y el ahora” les impone transitar.

Existen un gran número de personas a quienes la adversidad les ha llevado a la búsqueda, en algunos casos un tanto desesperada, de contar desde sus espacios a quién pudiera escucharles la difícil situación que atravesaban, tales personas al expresar a quién pueda oírles su historia de vida, han encontrado como respuesta, como quién recibe un sorbo de agua fresca en medio de la soledad de un desierto árido, la solidaridad, a veces de fuetes inesperadas, que les han dicho: “ustedes no están solos, les comprendemos y les ofrecemos nuestra ayuda voluntaria sin otro interés que  ser un medio de contención y de ser posible orientación para intentar salir juntos del tan angustioso túnel por el cual atraviesan.”

Muchas veces el dolor compartido parece que duele menos y esto es lo que observamos en este tránsito solidario y humano que bien merece que destaquemos y puntualicemos-

Utilizamos la expresión «poner los puntos sobre las íes» cuando nuestro propósito es concretar algo clara y nítidamente, sin dejar lugar a dudas sobre la intención de nuestras palabras y con el deseo de puntualizar nuestra opinión minuciosamente (muy frecuentemente cuando ha habido algún conflicto o confusión con otra parte).

El origen de poner sobre la letra i su característico punto se produjo en el siglo XVI. Por aquel entonces en la antigua caligrafía de caracteres góticos era habitual que dos letras i pudieran escribirse seguidas en una misma palabra y, para que se pudieran diferenciar de la letra u y así evitar confusiones, se introdujo la costumbre de poner encima una tilde que, con los años y la escritura rápida, acabó derivando en punto.” blogs.20minutos.es


Hugo W Arostegui

viernes, 1 de julio de 2016

La Horma Del Zapato


Entre las idas y venidas de los encuentros “online” que suelen producirse asiduamente a través de las llamadas “redes sociales” resulta algo cotidiano que se produzcan algunas diferencias conceptuales sobre ciertos aspectos que hacen a la convivencia como pueden ser la valoración que cada interlocutor realice sobre puntos un tanto urticantes tales como: relaciones de género, diversidad sexual, educación, orientación política e incluso el trato que cada uno suele darle a sus mascotas, etc. una variedad de temas donde no resulta viable el intentar describirlos adecuadamente para no cometer la imprudencia de que alguien pueda pensar de que se destacan unos temas en perjuicio o intento de discriminación de otros.

Lo cierto es que por más que tanto la moda como el mercado, han “disimulado” bastante el tamaño de los zapatos y que en muchos casos, algunas medidas se han estandarizado y  ya no necesitamos conocer al detalle las verdaderas dimensiones de nuestra horma en particular, no menos cierto resulta, de que obviamente nuestros piececitos no son iguales y que cada uno tiene sus propias particularidades, que algunos nos resultan grandes y otros nos aprietan tanto que nos llegan a martirizar,( sino que lo digan los cientos de jovencitas que al salir de los salones de baile realizan todo el periplo de regreso a casa descalzas y con sus tacones en la mano).

Resumiendo: no sabemos la medida cierta de nuestro calzado y mucho menos sabemos cuánto calzan las extremidades por más bonitas y elegantes que las veamos de aquellos con los cuales nos relacionamos periódicamente.

Ahora bien, se preguntarán a que viene todo esto, ¿qué tienen que ver nuestros zapatos con este tema en cuestión? 

Lo que pasa es que algo similar ocurre con quienes nos relacionamos en las “redes sociales” no sabemos mucho de su personalidad ni de su carácter, entones ocurre lo que mencionamos al comienzo, muchos se encuentran que en ese intercambio con “nuestros amigos virtuales” han encontrado la verdadera horma de sus zapatos teniendo que admitir que aunque no todos calcemos igual recibimos en sus respuestas una forma de decirnos “yo sé cuál es la horma de tu zapato”

… ¿o no?...


Hugo W Arostegui 

Raspando El Tarro


Cuando fuimos niños, se dice que la necesidad acentúa nuestro ingenio, recurrimos muchas veces al que quizás entendíamos era el último recurso que nos quedaba y este, el recurso, era más que evidente para nosotros, “debíamos raspar el tarro”

Esto sucedía y por supuesto aún sucede cuando lo que requeríamos no solamente era escaso por causa de la excesiva demanda, como lo puede ser un pote de “dulce de leche” por ejemplo en este caso el producto en cuestión, el dulce de leche era un elemento además de delicioso a nuestro paladar y por supuesto, muy disputado por los pequeños y no tan pequeños a un punto tal de que a medida de que iba bajando el contenido del recipiente proporcionalmente se agudizaba nuestro ingenio para poder saborearlo, de ahí el considerado, recurso extremo, de ponernos a raspar el tarro hasta sacarle brillo con nuestra cuchara.

Pienso que en los días actuales se ha descontinuado la costumbre de utilizar al máximo los recursos disponibles, ahora constituimos la tan mentada “sociedad de consumo” lo que significa que hemos logrado en este supuesto avance de nuestra civilización tener a nuestro alcance el acceso mucho más liberal a los bienes de consumo utilizando la modalidad del crédito y al uso abusivo de sus posibilidades de endeudamiento, 

Ahora lo que raspamos son muestras tarjetas de crédito y a lo que le sacamos el mayor brillo posible es al pago de intereses por tal concepto

Así las cosas


Hugo W Arostegui  

jueves, 30 de junio de 2016

Divagues


La mente se comporta como receptora de todas las inquietudes que de alguna forma repercuten en el interior de un intelecto tan ocupado como el mío que intenta inútilmente no dejar pasar sus reclamos, Y digo inútilmente, pues la estridencia de su constante insistencia ya ha despertado al bucólico adormecer de la conciencia.

Es entonces que percibimos que lo que sucede hoy es parte de nuestro presente, y que tal condición, no admite postergaciones, es por eso que la mente insiste y repercute como si fuese un instrumento de percusión con tal insistencia que al despertar de nuestra conciencia nos conmina a no dejar escondidos, a la espera de otro tiempo, esos reclamos que nuestra mente se empeña tanto en rememorar.

Está bien, ocupemos al pensamiento para que active a los sentimientos y que éstos, los sentimientos, describan en nuestra mente su sentir, para que ella, nuestra mente, en su amplitud y generosidad, le susurre suavemente al intelecto cuales han de ser las acciones a realizar para describir sobre una página en blanco, como ésta que está a nuestro frente, de tal forma, que lo que perciba en la lectura de lo que se expone, conduzca lo que está impreso directamente a su corazón.

Hugo W Arostegui



Al Mal Tiempo Buena Cara


Estamos finalizando el mes de junio y seguimos inmersos en lo que calificamos como “mal tiempo” humedad, lluvia, frio, etc. una constante con la que habrá que aprender a convivir con el argumento convincente de que así son las cosas y “que no hay otro remedio”

Ya estamos transitando el invierno y tal como lo hemos mencionado en otras publicaciones creemos que nada ni nadie debería condicionar “nuestro clima interno” el cual solo depende de nuestro “yo interno” y del grado de relación que cultivemos entre ambos.

Hay un dicho popular que nos dice: “al mal tiempo buena cara” lo que nos pone en la disyuntiva de ser los arquitectos de nuestro estado de ánimo o la de dejarnos llevar de la mano de las circunstancias adversas, queda claro que “el estado de nuestra cara” es la clave que hace la diferencia y nos predispone en cuánto a cuál va a ser nuestra actitud ante los desafíos que tengamos por delante.



Hugo W Arostegui

miércoles, 29 de junio de 2016

Nuestro Entorno Social


Cuando participamos ponemos, como se suele decir “toda la carne en el asador” lo que a nuestro entender equivale a mencionar de que no está en nuestro ánimo, de modo alguno,     el “escamotear” o dejar para “otro momento más oportuno” algunas expresiones que pudiesen de algún modo alterar el contenido de lo que podamos expresar.

Decimos esto a modo de respuesta a los amigos que vía correo electrónico nos ponen al tanto de sus reacciones ante lo que piensan deberían contener un mayor compromiso en las consideraciones que exponemos en nuestras publicaciones, sobre todo, en lo referente a las distintas circunstancias que a nivel político, social o económico atravesamos como sociedad.

En nuestro caso en particular no nos sentimos ajenos a todas las inquietudes que nos han expuesto, solo que si bien, no discrepamos en lo conceptual, entendemos que bien pueden coexistir todos los conflictos que se mencionan con la participación individual de cada uno.

Nuestros dichos, sean cuales fuesen, no resumen en absoluto las diversas opiniones que nos inquietan al respecto, entendemos que integramos “una tribuna libre” donde tienen cabida todas las posturas y que cada cual debe emitir la suya con la finalidad de enriquecer con su aporte lo que a la postre se convierta en una mayor y mejor información general.

Lo que hacemos como individuos falibles es el emitir una opinión, una postura, en un tema determinado por los sentimientos que nos embargan al respecto, decimos al igual de lo que suelen mencionar los boxeadores en sus comentarios  “es mejor dar que recibir” por supuesto que “nuestra opinión” es sólo eso, “nuestra opinión” y la exposición que difundimos tiene como único objetivo el integrarse a través de lo que humildemente podemos aportar.

Este es el pan nuestro que elaboramos, cuando podemos, cada día.

Hugo W Arostegui



martes, 28 de junio de 2016

Tiempo y Realidad


Cuando mencionamos al tiempo nuestra tendencia es de describirlo como si fuese uno de los tantos enseres que la cotidianidad nos ha puesto a nuestro servicio, en realidad todo lo que podamos expresar sobre él (el tiempo) no pasa de una mera hipótesis sobre la cual hemos formulado algunos conceptos tan equivocados como todo lo referente a nuestra propia construcción de la realidad virtual en la cual nos ubicamos.

Se dice que nuestra vida comienza cuando tomamos conciencia de que estamos regulados por el tiempo, cumpleaños, fiestas, regalos, felicitaciones se van acumulando a nuevas expectativas que surgen cada vez que le mencionamos, estudio, crecimiento, consolidación de nuestro desarrollo físico, independencia, adultez, noviazgos, matrimonios, etc. todas nuestras expectativas están directamente relacionadas con lo que pensamos que podemos hacer con este regalo de la vida que llamamos tiempo mediante el cual nos extendemos en considerarlo “un derecho adquirido” que sumado a  todo lo que hayamos podido experimentar nos permite consideramos aptos como para decidir lo que vamos a realizar con “nuestro tiempo” tal como si tuviésemos algún tipo de dominio cronológico sobre el calendario que pasa y pasa en nuestros almanaques.

El tiempo y la realidad se mueven en forma independiente de nuestra “temporalidad” cuando identificamos su presencia es como cuando visitamos “la casa de loa espejos” e intentamos apreciar nuestras figuras, sin duda, la “distorcionalidad” de la imagen con relación al estereotipo que traíamos pre elaborado en nuestra mente, tal es así, que “lo que vemos”, nos asombraría tanto  que su presunta “realidad” nos resultaría un tanto grotesca y algo bastante difícil de asimilar.

Tal la relación existente entre nuestro concepto del tiempo y la realidad, que indefectiblemente, es lo que es, totalmente independiente e insensible a nuestro sentido de la estética.   


Hugo W Arostegui


lunes, 27 de junio de 2016

Los Bichitos De Luz

Luciérnagas
Quienes hemos crecido en contacto con la naturaleza sin duda conocimos la maravillosa actividad de los llamados “bichitos de luz” los cuales nos han “iluminado” durante aquellas noches  de verano en que los observábamos relampaguear en sus inquietas intermitencias en nuestro alrededor.
Al estar sentado en mi mesa de trabajo intentando hilvanar mis artículos del día me vinieron a la mente las imágenes de los bichitos de luz revoloteando sobre mí a los cuales me imaginaba como si intentaran decirme “hola amigo estamos aquí” tal como si fuesen colegas en esta solitaria tarea de “irradiar luz sobre el teclado” como seguramente lo hacen “los bichitos de luz” en la humildad de su vuelo, nadie sabe mucho de ellos, pero ellos están allí, iluminando las noches con sus flashes intermitentes dotando de belleza la oscuridad.
Es por eso que su recuerdo reconforta mi tarea.

Hugo W Arostegui