“El hombre y el mundo no son
semejantes y menos aún iguales: El hombre y el mundo son análogos”
Anticuerpos
“cuando el ser humano enferma comienza la lucha
interna contra los organismos externos que producen la enfermedad, el sistema
inmunológico se pone en marcha y segrega los anticuerpos específicos para combatir y
eliminar las bacterias, parásitos o virus que
provocan el malestar.”
Podríamos extender estos
conceptos de la analogía a la propia sociedad que todos constituimos pues
partiendo de esta base extraeríamos una conclusión ineludible, el hombre es esencialmente
un ser social de tal forma que rigen para la sociedad que integra los mismos
fundamentos, quiere decir que podemos
afirmar que los mismos riesgos que se prevén para la preservación de la salud
humana son análogos a los mismos riesgos que acechan a toda la sociedad en su
conjunto.
Cuando mencionamos a los
anticuerpos que velan y actúan en la preservación de nuestra salud física
debemos extender por analogía los mismos resguardos para toda la sociedad.
Nuestra actitud para conducirnos
por la vida y la escala de valores que rijan nuestras decisiones son, sin lugar
a dudas, los anticuerpos naturales que nos preservan, de manera que podemos
afirmar que cuando actuamos en consecuencia, cuando alertamos y corregimos los
comportamientos un tanto erráticos, sean éstos propios o de aquellos que
conforman nuestro entorno, estaremos generando los anticuerpos específicos que
nos garanticen la preservación de una sociedad saludable
Hugo W Arostegui
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