Lo que hoy constituye nuestro
saber es el fruto de cultivadores que han sembrado la semilla en lo que nada
había, posiblemente hablemos de una tierra rústica e inculta (por ausencia de
cultivo) pero con la cualidad de ser sumamente apta y fértil como para
multiplicar por cientos el valor de todo lo sembrado.
Culturalmente hablando esa es la
gran deuda que hemos contraído y la necesidad imperiosa de retribuir por todo lo
que ha germinado en nuestras entrañas, a las nuevas generaciones que vienen por
delante de nosotros.
“Las representaciones culturales
como el arte, la literatura, el lenguaje y la religión, junto con los valores y
creencias de una comunidad, forman su esencia y se manifiestan a través del
estilo de vida de quienes pertenecen a ella. Cada cultura es especial, distinta
y es esa diversidad lo que más nos enriquece.
La cultura se relaciona con el desarrollo de nuestra actitud pues nuestros valores influyen en la forma en que vivimos. De acuerdo con la definición conductista, ésta es el último sistema de control social donde la gente tiene el dominio de sus propias normas y conductas. Los valores son nuestros principios fundamentales, dan forma a lo que pensamos, a cómo procedemos y a nuestra manera de ser.”
La cultura se relaciona con el desarrollo de nuestra actitud pues nuestros valores influyen en la forma en que vivimos. De acuerdo con la definición conductista, ésta es el último sistema de control social donde la gente tiene el dominio de sus propias normas y conductas. Los valores son nuestros principios fundamentales, dan forma a lo que pensamos, a cómo procedemos y a nuestra manera de ser.”
Hugo W Arostegui
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