“Es preferible
ponerse el mejor traje de optimista que uno tenga, cuando menos el traje de la
esperanza, y creamos que las cosas se mueven en la medida que seamos capaces de
empujarlas desde la honradez, y desde lo que cada uno sabe hacer”
Joan Manuel Serrat
No me cansaré jamás de expresar a los cuatro vientos de que lo más hermoso que podamos encontrar es nuestra propia vida y la aventura de mayor fascinación es cuando esta vida la sintamos “de la piel para adentro”.
La vida se nos escurre como el
agua, el agua en su pureza es un ejemplo de vida, decíamos que se nos escurre
entre nuestros dedos cuando somos incapaces de compartirla, vivimos en el
amplio sentido de la palabra cuando tomamos contacto con quienes transitan, al
igual que nosotros, por los nuevos senderos aún sin descubrir, que el hecho de
existir, de poder inhalar y exhalar el mismo aire que nos circunda y al poder henchir
a pleno nuestros pulmones, utilicemos este aliento para compartirlo, realmente
la vida tiene su sentido cuando sintonizamos con los demás, ya sea concordando
o disintiendo con lo que experimentamos.
Se dice que la cuesta que
enfrentamos en el día a día es la cima que nos conduce a nuestra perfección y
aunque es sabido que tal perfección es una quimera, nada impide que como
humanos la alcancemos, el perfecto humano es el más imperfecto de los mortales.
Los desafíos de toda cuesta es
mucho más alcanzable cuando emprendemos este esfuerzo entre todos en la
confianza recíproca de que si todos queremos, podremos a lo largo de la jornada
unirnos en un fuerte abrazo, bien arriba en la cima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario