Estamos inmersos en
un mar pleno de vivencias donde navegan los sucesos que surgen diariamente formando verdaderos cardúmenes de
nuevas noticias ávidas de alcanzar el grado de consideración necesario como
para ser dignas de alcanzar cierta trascendencia.
La paradoja de este
encabezado es saber si al momento de valorar la trascendencia de las noticia,
cual es el grado de información y de prejuicio que nos orienta al respecto, se
dice que cuanto mayor es la abertura de nuestra mente, mayor será nuestra
capacidad de entender a los demás, las personas que discriminamos a priori
suelen ser aquellas que no han logrado superar la barrera de nuestra propia
indiferencia y por tal motivo han sido excluidas de nuestra consideración.
Los juicios a
priori, como si estuviésemos jugando al azar y tal como si deshojáramos una
flor, como la tradicional margarita, nos dijésemos: “Con esta sí, con esta no, con
esta persona me quedaré yo” como puede fácilmente apreciarse es a esta
inclinación natural que nos invade cuando ignoramos ciertas cosas que bien nos
podrían ser mucho más afines a nosotros de lo que suponemos, esto es a lo que
llamamos “discriminación y prejuicio”
Tenemos todos
muchas cosas que suelen ser mucho más comunes al resto de los mortales de lo
que a priori suponemos, alguien ha mencionado de que si toda la humanidad
supiese los innumerables vínculos que por distintas circunstancias nos unen los
unos a los otros, todos tendríamos algún tipo de parentesco, por lo pronto,
esto indica que seríamos primos en algún grado de consanguineidad.
Pienso que
deberíamos considerar mucho más a nuestros semejantes a tal punto de que
sintamos la gran hermandad que nos identifica y al alto grado de afinidad que
debería unirnos, sin duda esto evitaría la mayoría de los conflictos que nos
enfrentan actualmente.
Hugo W Arostegui
No hay comentarios:
Publicar un comentario