viernes, 15 de julio de 2016

Nuestro Cambalache


Nos desplazamos por el teclado de nuestro ordenador con la satisfacción de poder realizar una tarea que nos hace introducir en los confines ilimitados de nuestra mente tal como si fuésemos navegantes de una nave que surca raudamente por la inmensidad del espacio.
Como dijimos, nuestra tarea en el teclado comenzó incursionando en los confines de nuestra mente y aquí estamos, aún conmovidos por la constatación de todo lo trágico y absurdo que encontramos, la báscula que debería sopesar nuestras acciones entre humanos, únicos poseedores de raciocinio,(según dicen) oscila de un extremo al otro, a veces hasta violentamente, como los acontecimientos de este 14 de julio, todo se parece a la letra de un viejo tango  de Discépolo, titulado “cambalache”  donde en la vidriera se pueden observar “ la biblia junto a un calefón”
Este 14 de julio el mundo occidental y cristiano se ha conmovido al extremo, las imágenes invadieron todos los hogares “conectados” mostrando la crueldad del extremismo terrorista irrumpiendo en medio de los festejos en la linajuda Francia y dejando un tendal de muertos y heridos entre hombres, mujeres y niños, escenas que hieren nuestra sensibilidad y nos merecen el mayor rechazo de toda la sociedad.
Pero, volvemos a anteponer nuestro pero, si bien elevamos nuestra justa indignación por lo sucedido y difundido por todo el planeta, nada se nos dice que simultáneamente mueren víctimas de la violencia de los bombarderos, que nadie ve, con sus hogares destrozados, condenados al exilio involuntario, como presas de un brutal exterminio, miles de millones que anónimamente desaparecen sin dejar rastros ni ser “captados” por las noticias que han perdido su condición de tal, “noticias” por aquello que dice: “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Así las cosas, seguiremos incursionando y tecleando

Hugo W Arostegui

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