Es
posible que lo que digamos al emitir nuestra postura en un asunto dado pueda
contar con la aprobación de quienes se sientan identificados con el tenor de
nuestras expresiones, pero es obvio que no siempre recojamos compatibilidades,
tan obvio como que no todos pensamos ni evaluamos los acontecimientos de una
misma manera, pienso que esta circunstancia es lo que nos hace copartícipes de
esto que constituye “la diversidad universal del pensamiento humano” esencial
en el enriquecimiento de lo que usualmente decanta en lo que definimos en
términos genéricos como “opinión pública”
Cuando
nos sentimos identificados con el pensamiento y opinión de otra persona creemos
que tal situación es una forma muy particular de coincidencia que consideramos,
en el marco de la plena libertad que cada uno debe ejercer en todo momento,
como algo esencialmente circunstancial, que de ninguna manera compromete lo
singular de cada uno ni implica algún grado de compromiso posterior al hecho
evaluado, en una palabra, lo que coincidamos hoy bien puede ser motivo de
acercamiento en nuestra capacidad emotiva y nos sintamos identificados el uno
al otro.
Debemos
tener muy en cuenta que las puertas de nuestro sentir “siempre han de estar
abiertas” de par en par, y así como las aves tienen la capacidad de entrar y
salir de nuestros nidos, jamás podremos considerar aceptable cualquier tipo de
cautiverio por más razones que podamos esgrimir.
Esto
es lo maravilloso de nuestras relaciones, la ausencia absoluta de restricciones
y condicionamientos, la libertad con la cual nos enfocamos al mundo exterior es
esencial para el desarrollo de nuestra confianza y autoestima y esta misma
libertad es el medio por el cual podremos compartir y disfrutar de nuestros
circunstanciales encuentros.
Hugo
W Arostegui
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