Cada uno de nosotros cuenta con su propia llama interior con
la cual exterioriza sus impresiones, reflejando, cual si fuese un faro
indicador de su presencia, todo aquello que desde su interior puja por
manifestarse como una reacción natural a todo lo que percibe en su entorno.
Quizás algunos haciendo uso de su propia llama interior nos manifiesten
su desaprobación a lo que manifestamos, lo que nos parece muy interesante y enriquecedor,
siempre que desde su impronta nos puedan ilustrar de cuales son las razones de su
discordancia, eso sería un aporte muy valioso para la ampliación del horizonte
de nuestra mente y una demostración práctica de como edificarnos unos a otros.
La llama interior se nutre de nuestras inquietudes y
ellas provienen de nuestro acervo cultural el cual está fuertemente
influenciado por “la veta filosófica”, situación claramente perceptible en la
expresión de nuestro pensamiento, lo que puede hacer dudar a más de uno del
estado actual de mi cordura.
Lo bueno de todo esto es que continuamos en la senda trazada
y nuestra llama aún es perceptible, muchas veces no obstante el tiempo y la
distancia, eso evidentemente nos reconforta y anima, nuestras señales solo
indican que estamos ahí, como siempre.
Es por esta razón, o
sin razón, vaya uno a saber, que seguimos con esta tarea de publicar nuestras sensaciones,
insertos en lo que sentimos que puede ocurrir en el área vital de quienes aún divisan su resplandor.
Hugo W Arostegui
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