No se puede desconocer el grado de interrelación
imperante en las sociedades humanas constituidas en el presente, las
repercusiones que sacuden de un extremo al otro del planeta los acontecimientos
que invaden nuestras fuentes de información hace innecesario ahondar en mayores
detalles sobre este fenómeno, fruto de los adelantos tecnológicos que han
revolucionado nuestras comunicaciones sobre todo en los últimos años.
La globalización ha surgido como una
consecuencia inevitable y se encuentra entre nosotros absorbiendo todas nuestras
actividades y perspectivas, ha venido para
quedarse por derecho propio y sería muy timorato de nuestra parte
albergar alguna esperanza de que lo que nos sucede pueda considerarse como una
simple etapa momentánea y pasajera.
Decimos:
“La globalización
es un proceso económico, tecnológico,
social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación
e interdependencia
entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie
de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal
y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización
y democratización
en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en
sus relaciones internacionales.
La valoración positiva o negativa de este
fenómeno, o la inclusión de definiciones o características adicionales para
resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque
el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores,
mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (antiglobalización),
habiendo también posturas eclécticas y moderadas” fuente: tomado de internet
Hugo W Arostegui
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