Sin embargo, Jesús le
responde: "Deja que los
muertos entierren a sus muertos. Tú ven y sígueme.” (Mt 8:21,22; Lc 9:59,60).
“La palabra entusiasmo proviene del
griego y significa tener un Dios
dentro de sí.
La persona entusiasta o entusiasmada
era aquella que era tomada por uno de los dioses, guiada por su fuerza y sabiduría,
y por ese motivo podría transformar la naturaleza que lo rodea y hacer que
ocurrieran cosas.
Sólo las personas entusiastas eran
capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano. Era necesario por lo
tanto entusiasmarse para resolver los problemas que se presentaban y pasar a
una nueva y mejor situación.
El entusiasmo no es una cualidad que
se construye o que se desarrolla. Es un estado de fe, de afirmación de sí
mismo.”
Hugo W Arostegui
Hugo W Arostegui
“En el arduo aprendizaje del vivir aprendemos
a manifestar la esencia, a través de las diferentes expresiones de nuestro
accionar, de nuestros pensamientos, sentimientos, y de los hechos en que
tomamos parte.
Nos movemos entre el odio y el amor, entre el
bien y el mal.
Las circunstancias adversas siempre nos
enseñan algo. Y debemos preguntarnos:
¿Qué debo aprender de esto que me pasa? para
no repetir otra vez la misma historia.
Pero siempre cambiamos después de atravesar
una crisis.
Nunca somos los mismos luego de una situación
límite y a veces esa situación nos hace tocar fondo.
Está en nosotros el saber levantarnos, en la
adversidad para ser mejores y más fuertes o caernos sin saber levantarnos del
abismo de la desesperación y la angustia.
Hay un dicho: Santos no son los que nunca
cayeron, sino los que siempre se levantaron.
Y a veces ¡qué largos, estrechos y difíciles
caminos tenemos que recorrer para llegar a la paz y la felicidad dentro de
nosotros!”
Elsa
Bianco – Aprendiendo a Vivir, páginas 38
– 40
Hugo W Arostegui
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