Estamos finalizando el mes de junio y seguimos inmersos en lo que
calificamos como “mal tiempo” humedad, lluvia, frio, etc. una constante con la
que habrá que aprender a convivir con el argumento convincente de que así son
las cosas y “que no hay otro remedio”
Ya estamos transitando el invierno y tal como lo hemos mencionado
en otras publicaciones creemos que nada ni nadie debería condicionar “nuestro
clima interno” el cual solo depende de nuestro “yo interno” y del grado de
relación que cultivemos entre ambos.
Hay un dicho popular que nos dice: “al mal tiempo buena cara” lo
que nos pone en la disyuntiva de ser los arquitectos de nuestro estado de ánimo
o la de dejarnos llevar de la mano de las circunstancias adversas, queda claro
que “el estado de nuestra cara” es la clave que hace la diferencia y nos
predispone en cuánto a cuál va a ser nuestra actitud ante los desafíos que
tengamos por delante.
Hugo W Arostegui
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