martes, 14 de junio de 2016

Resulta Que Hoy Estamos






El día de ayer estuvo lejos de lo que podríamos llamar “un día de rutina” lo que lo ubica en “esos días” tan particulares que los hacen un tanto diferentes a lo que suele acontecer comúnmente sobre todo considerando el horario, ocho de la mañana, en que han acontecido los hechos de este relato.

Resulta que a esa hora tan temprana de la mañana y con muy escasa visibilidad, cuando retornaba con mis compras del mercado, en plena línea divisoria, fui literalmente embestido por un vehículo del transporte colectivo de pasajeros que circulaba por el lado brasileño de la aludida línea divisoria y como resultado sólo me resta agradecer que les “esté contando el cuento” mi acento “castellano cerrado” no pudo esgrimir ningún alegato a mi favor.

Como verán, ahí estaba yo, con lo que quedaba de mi auto de los considerados de última generación, está situación me ayudó a una muy rápida reflexión en la cual les agradecí a mis progenitores el hecho de haber nacido desnudo y sin nada en mis bolsillos, por suerte ni siquiera los bolsillos, pues de haber nacido con algo semejante a ese coche que apenas se sostenía sobre sus cuatro ruedas, me hubiera resultado muy difícil salir de tan extraña como incómoda situación.

Es así como suceden las cosas estamos plantados en un campo a la vera de un camino sujetos a las circunstancias, sin garantías impresas en ningún rótulo, ocurre que si hoy estamos es porque el sol de la vida nos ilumina y si mañana no nos encuentran, bueno, ese mañana no nos corresponde, nuestro presente es el hoy, como el pan nuestro de cada día.


Hugo W Arostegui

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