martes, 21 de junio de 2016

Nuestro Micro Clima


Cuando nos encontramos con un día como el de hoy, propio de finales del otoño, muy frío y nublado, sin sol y sobre todo gris, muy gris, todo parece indicar que no es nada agradable y que mejor sería pasarlo por alto y esperar pacientemente a que aparezcan en el horizonte los días más cálidos y mejores.

Y es así que sucede con el ánimo de la mayoría de las personas, se dice que los días fríos y nublados son tan deprimentes que solemos caer víctimas de la depresión, el desinterés y por supuesto, es inevitable una alta dosis de malhumor en las tareas que realizamos.

Ahora, cuando mencionamos los días fríos y nublados vemos que son propios del calendario y corresponden al clima que impera en lo que podríamos llamar, latitud sur de nuestro continente, es algo natural y por lo tanto no depende de nosotros cambiarlo por más estufas y calefactores que utilicemos.

Como vemos esto es una consecuencia del clima externo que impone sus condiciones a todos sus moradores, eso está muy claro, como dijimos, no depende de nosotros, pero existe algo que sí depende de nosotros y nos referimos a lo que llamaremos “nuestro microclima interno”

Nadie, absolutamente nadie, puede evitar que en nuestra intimidad tengamos el sol brillante que ilumina y nos reconforta con su calidez, brindándonos, desde nuestro interior, la fuerza vital que nos permita realizar positivamente ese nuevo encuentro con la vida que late conjuntamente con nuestra capacidad creativa y que no se detiene por más inhóspitas que puedan parecer las circunstancias externas.

Es por eso que tomamos el teclado de nuestros ordenadores y vamos dando forma legible a los dictados de nuestro intelecto que continúa enviándonos su luz sobre el horizonte.


Hugo W Arostegui


   

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