lunes, 1 de agosto de 2016

El Arte De Discurrir


Considerar detenidamente una cosa para llegar a comprenderla

No es verdad que las personas paren de perseguir sueños porque se hacen viejas, sino que se hacen viejas porque paran de perseguir sus sueños”
(Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura en 1982, 1927-2014).

Esta frase de Gabriel García Márquez ha quedado “prendida” en mi subconsciente y prácticamente no me ha abandonado desde hace un buen tiempo.

En cierta medida me ha aportado muy sólidos argumentos para contrarrestar algunas “presunciones” que suelen hacerse con motivo al cúmulo de años que el tiempo cronológico vigente viene registrando sobre mi persona.

Resulta cada vez más notoria una frase que suelen decir algunas personas que han pasado algún tiempo sin verme, la tal frase, dicha en un notorio acento cordial y afectivo, dice más o menos así “ hola, Arostegui, que bien se le ve, parece que el tiempo no ha pasado para usted” dicha tal expresión nos estrechamos en un fuerte abrazo y nuestros viejos amigos, parientes, colegas de trabajo y demás conocidos seguimos cada cual por sus propios caminos “y hasta la próxima” como solemos decirnos casi siempre.

Está claro que tales encuentros me resultan muy agradables y me hacen sentir muy alagado por sus “espero” muy sinceras expresiones, realmente este tema del paso del tiempo me tiene muy sin cuidado y de existir alguna relación con la persecución de mis sueños, cosa que no dudo en absoluto, en lo personal no tengo la menor duda de que cuando llegue, si es que llega, el final de mis días, me ha de encontrar como si fuese un sabueso empedernido “olfateando mis sueños” en procura de alcanzarlos.

Hablando de discurrir, recuerdo una respuesta que le he dado a alguno de estos viejos amigos míos con motivo de la frase que ya les he mencionado, en esa oportunidad en el tono jocoso que suele ser mi característica, la respuesta ha sido algo así: díganme una cosa, que es lo que tengo que entender con eso de “que bien que estoy” significa acaso que de acuerdo al tiempo transcurrido debería estar embalsamado y conservado en formol, demás está decir que estos dichos míos les pone un tanto sonrojados y todo termina en una sonora carcajada.

He aprendido a soñar sentado a la vera de una fuente y esa fuente tiene un nombre:
La suelen llamar “la de la eterna juventud”

Hugo W Arostegui



domingo, 31 de julio de 2016

Manteniendo El Fulgor


“Como un fugaz pensamiento
aquel resplandor
un inmenso estallido de luz,
llamémoslo así, el fulgor.”
Nacho Vegas 

Cada día, en la constancia de nuestro deambular, como aquellos que salen a trotar por las mañanas por el simple gusto de hacerlo, así es lo que hago yo frente al teclado de mi ordenador.

El detonador de este súbito entusiasmo, que puja muy dentro mío por manifestarse, ha sido la percepción de un extraño fulgor que desde los confines inescrutables del pensamiento me indica que debo intentar, una vez más, como todos los días, mantener la llama vivaz de este ingenio mío que me exige ejercitar todas mis habilidades en la vigilia constante de todas las expresiones creativas que suelen surcar, cual si fuesen estrellas fugaces, dejando a su paso la casi imperceptible huella de su fulgor.

Nuestra capacidad de extraer la información que se acumula en la memoria se ejercita en la práctica constante de este trotar por los senderos del recuerdo inhalando el fluido vital ,que nutre y fortifica a la vez, la veta inspiradora que nos insta a continuar y continuar, extasiados  por la siempre distante aureola de su fulgor.

Quien lo intenta describir en su escritura suele percibirlo tal como se percibe al astro rey, en el fulgor tempranero de cada mañana donde nos exhibe la aurora de un nuevo amanecer.


Hugo W Arostegui

sábado, 30 de julio de 2016

Un Muy Sentido Recuerdo


Adiles Elena Arostegui     
26/05/1953- 29/07/2016

En este día de julio ha partido de este mundo una hermana mía nacida en el medio rural en una época si se quiere muy lejana cuando en mis primeros diez años de vida supe, por medio de mi tía Elena que había nacido una niña, su sobrina, que tuvo como nombre un reconocimiento, hecho por su hermano, Martín a quién la distancia, sumado a las circunstancias adversas que supo poner la distancia y las tan particulares formas de encarar la vida que ambos hermanos enfrentaban.

De esta forma es que supe que había nacido una hermana mía, como digo, en una época muy lejana en el tiempo, cuando con mis muy escasos diez años, fui tomando conciencia de la familia que integraba cuando intentaba comprender en mi aún inocentes primeros años el nuevo nacimiento ocurrido, allá lejos, en La Sierra, departamento de Maldonado, “a un mundo de distancia” de la ciudad de Montevideo donde yo en aquel entonces, un tanto, solitaria y tozudamente, intentaba comprender lo que sucedía a mi alrededor.

Mi hermana Adiles nació y creció como una flor cuyo capullo nunca se abrió, desde su más tierna infancia, con sus escasos dos años, fue víctima de una enfermedad que la condenó a vivir el resto de sus días en su condición de sordomuda, esto que describimos muy someramente ha sido una constante desde siempre, tengo la absoluta certeza de que no obstante sus severas limitaciones, conoció y reconoció a sus padres y hermanos incluyendo a mí mismo, como también a mis hijos y a sus sobrinos.

Hoy ha partido, sinceramente, de lo profundo de mi sentido corazón, siento que ha abierto sus ojos a una nueva vida, la vida que siempre mereció, su imagen permanece en mi memoria con su tierna mirada y esos ojos que seguramente sabían mucho más que su particular circunstancia le permitían expresar,

Seguro que resultará muy difícil comprender lo que me pasa por dentro pero así es la vida con sus matices que nos mezclan los recuerdos y humedecen nuestros ojos en lágrimas de un hermano mayor que no olvida.

Hugo W Arostegui


viernes, 29 de julio de 2016

Realización


Es bueno que de vez en cuando nos detengamos a analizar cuánto realmente nos conocemos a nosotros mismos, que tiempo nos hayamos tomado para dialogar con “el otro yo”, para escucharnos, y tratar de entender cuáles son aquellas cosas a las que íntimamente aspiramos.

Resulta que muchas veces nos vamos introduciendo en lo que suele llamarse “la vida real” y frente a la crudeza de sus exigencias nos vamos despojando de nuestros sueños e ilusiones..

Es entonces en que paulatinamente, digamos que al ritmo de las muchas concesiones y recortes que a nuestras primeras aspiraciones le vamos truncando preferimos sumergirnos en las exigencias de un mal entendido “tiempo presente” embriagamos la conciencia con nuevas y variadas emociones y literalmente “pateamos para cualquier lado” nuestro “querer ser” y nos conformamos con un: “si yo pudiera ser, si las ocasiones fueran más propicias, seguramente, entonces sí, sería.

Nos enmudecemos y esquivamos la soledad y con ella las oportunidades de diálogo con nuestro “compañero del alma” el que guarda como si fuese el primer día todos nuestros sueños y anhelos de realización personal.

Mi compañero de viaje y yo aprovechamos “las madrugadas del mate” para compartir juntos los momentos de reflexión, cada uno sabrá mejor que nadie la ocasión del momento oportuno, quizás se prefiera caminar, sentarse al lado de leños encendidos, en fin, todo puede significar una oportunidad cuando queremos tenerla, nos debemos ese diálogo para limar frustraciones y asperezas y sobre todo poder sincerarnos, cobrar fuerzas y continuar avanzando.

Reflexionemos:

“Cuando alguien no logra realizarse se aliena, o sea que se
hace lo que no es, lo que no debe ser.

Hemos dicho que el hombre es un ser en proyecto, un ser
que se va haciendo. Ser persona es una posibilidad en que
permanentemente se encuentra el hombre.

Llegar a ser persona debe constituir la meta de nuestra
existencia individual y social.

Realizarme como persona significa llegar a ser lo que estoy
llamado a ser, desarrollando mis dimensiones y alcanzando
y ejerciendo los valores humanos.

Ser persona es la vocación o llamada de todo hombre. No
quedan más alternativas que la de responder positivamente
o la de conformarse con no ser.

Realizarse es "ser más", es "humanizarse", es "personalizarse",
es llegar a ser lo que debe ser.

Alienarse es "ser menos", es" deshumanizarse", es" despersonalizarse",
es "esclavizarse", es frenar en sí y en los demás la obtención y el
ejercicio de los valores humanos.

La despersonalización, la deshumanización, la alienación, hace que
desaparezca el hombre-persona y que aparezca el hombre-cosa,
el hombre-máquina, el hombre-animal, el hombre-objeto.

La realización humana es nuestro gran compromiso.”
 

Hugo W Arostegui

jueves, 28 de julio de 2016

El Hábito De La Lectura


Me maravilla poder observar las inúmeras opciones que la vida moderna nos ofrece para que podamos incursionar desde nuestra propia casa a la lectura de textos de los más diversos autores prácticamente sin costo alguno y bajar los contenidos de sus obras al instante.

Sin pretender amargarle la vida a los estudiantes actuales de cualquier disciplina permítanme que me tome el atrevimiento que los años de tránsito por esta vida me han otorgado para narrarles algunos breves episodios que se remontan a la época en la cual integraba un grupo de estudiantes universitarios que enfrentábamos con cierto estoicismo la ardua preparación de nuestras tesis de pasaje de grado.

Como puede apreciarse no pretendo incursionar en la prehistoria y ni siquiera en la historia convencional para comentar ciertas cosas de mi juventud pues no me considero tan viejo.

Lo cierto es que en mil novecientos sesenta apenas teníamos en nuestro país el acceso a la televisión y con mis jóvenes diecisiete años desconocía totalmente que con el paso del tiempo seríamos testigos presenciales de esta magistral revolución de la era informática.

Para ser breve, simplemente diré, que en nuestra juventud no teníamos acceso a determinados autores por la sencilla razón de que no existían estos textos de estudio ni siquiera en la propia Biblioteca Nacional de manera que nuestros profesores nos informaban de los temas expuestos por algunos autores con la salvedad de que si quisiéramos incursionar en la lectura deberíamos, irremediablemente, estudiar a estos autores en  la Biblioteca Nacional en Buenos Aires, Argentina.

Ante esta situación, lejos de amilanarnos, nos organizamos hicimos colectas entre todos y elegíamos a uno de nosotros, a mí me ha tocado hacerlo varias veces, comprábamos pan y  mortadela para poder comer al día siguiente y como a las nueve de la noche nos embarcábamos en el “vapor de la carrera” que demoraba toda la noche en cruzar el río de la plata y desembarcábamos en el puerto de Buenos Aires, de allí a la biblioteca y pasarnos todo el día sacando apuntes de los libros, todavía tengo una marca en mis dedos de la mano derecha, de tanto escribir, que seguramente me acompañará por el resto de mis días. después de hacer todo esto regresábamos de la misma manera a Montevideo.

Al regresar nos repartíamos los apuntes y pasábamos largas horas “picando matrices” para luego pasarlas, una por una, por el mimeógrafo y de esta manera confeccionar los temas de estudio, vendíamos estos trabajos a un costo mínimo para intentar resarcirnos de los gastos y de esta manera estar en condiciones de poder nuevamente viajar cuando fuese requerido.

Todos tenemos “como premio consuelo” el  mérito de ser mencionados por las autoridades que nos visitaban y conocían el esfuerzo que realizábamos, quienes manifestaron en algunas ocasiones “estos maravillosos jóvenes de la generación de los sesenta”

Al terminar se me ocurrió dejarles esta valiosa opinión:

 “Según Vaughan Bell, polifacético psicólogo e investigador del King’s College de Londres, “la capacidad de concentrarse en una sola tarea sin interrupciones representa una anomalía en la historia de nuestro desarrollo psicológico”. Y aunque antes de la lectura cazadores y artesanos habían cultivado su capacidad de atención, lo cierto es que sólo la actividad lectora exige “la concentración profunda al combinar el desciframiento del texto y la interpretación de su significado”, dice el pensador Nicholas Carr en su libro Superficiales (Taurus). Aunque la lectura sea un proceso forzado, la mente recrea cada palabra activando numerosas vibraciones intelectuales.

Hugo W Arostegui


Quien Escribe


Como bien puede apreciarse suelo participar activamente en la difusión de artículos, ahora bien, de ninguna manera, como lo he reiterado innúmeras veces, esta actividad que mencionamos no significa que nos consideremos escritores en todo el sentido de la palabra,    lo que sucede es que el medio que utilizamos para difundir nuestro pensamiento es precisamente la escritura, (bueno esta agregar que es el único modo que conocemos)

Si alguien me pregunta: ¿Por qué usted está diciendo esto? La verdad es que mi respuesta puede resultar un tanto confusa, entonces, claro, no ha de faltar la siguiente interrogante:        dígame, ¿por qué dice usted que su respuesta sería un tanto confusa? Entonces, obligado, intentaré responder, no resulta nada sencillo esbozar algún tipo de comunicación cuando desconocemos a quién o quienes nos dirigimos, en artículos anteriores nos hemos referido a que nos consta de que han ingresado a nuestros “links” personas provenientes de distintos lugares del planeta de las cuales no tenemos muy claro cuál sea su perfil, sabemos que muchos son estudiantes otros profesionales de la educación y muchos otros, sobre todo muchas otras, que ingresan a la lectura por el simple gusto de enterarse de lo que decimos.

Lo que dejamos claro es que la voluntad de escribir responde a que la escritura es el medio que conocemos para expresar lo que sentimos, todo lo que surge de nuestro tecleado es el fruto de nuestra creación intelectual la cual no siempre alcanza a satisfacer los requerimientos de quienes participan de la lectura de los mismos, entendemos que es posible que nuestro dominio del lenguaje, por más que nos esforcemos en enriquecerlo, pueda carecer de la capacidad expresiva que por respeto a nuestros lectores deberíamos tener.

Eso sí, nobleza obliga, a esta altura no nos podemos escudar en supuestas limitaciones, todo lo que lleva nuestra firma está avalado por una vasta trayectoria en el terreno de la comunicación y nos consideramos, sin falsa modestia, lo suficientemente formados como     para emitir una opinión autorizada en todo lo que expresamos.

Una cosa es querer y otra muy diferente es el poder.

Hugo W. Arostegui


miércoles, 27 de julio de 2016

Lectores: La Opción Informática


En estos últimos tiempos, digamos de algunos meses hacia atrás, en la lectura de un informe que puede consultarse en los registros internos que Google mantiene en la cuenta de mi blogger “hugoaros. blogspot.com” encuentro que se ha incrementado sustancialmente la cantidad de lectores que descargan directamente a sus celulares los enlaces que publico a través de Facebook.

Además me ha llamado la atención de la ubicación de los lectores, su procedencia y los sistemas que utilizan para la recepción de los artículos en cuestión, según este informe de la página interior del mencionado blogger se pueden encontrar lectores en diversas partes del mundo, por citar estas procedencias digamos, por ejemplo: Uruguay, Brasil, EEUU, Canadá, Venezuela, España, Chile, Argentina, Rusia, Polonia, Portugal, Monrovia, etc.

Quienes nos consideramos escritores virtuales, vale decir que utilizamos los medios informáticos para la divulgación de nuestros artículos, en mi caso confieso de que no tengo mayores conocimientos en la materia, digamos que esto que menciono es lo que puedo entender de los reporter de las publicaciones de Google en mis páginas internas, lo mismo me sucede con los anuncios que aparecen publicados en estos temas.

Con el tiempo los artículos que reúnen estas condiciones ya sobrepasan los trescientos y reitero de que no participo ni en la selección ni en los anuncios que se adjuntan a mis temas, hasta el momento de vez en cuando observo lo que se expone para monitorear la seriedad de los mismos y dejo en manos de Google esta selección no encontrando nada anormal o fuera de tono en el acceso.

He estado ajustando los temas que publico actualmente sobre todo en su extensión para facilitar de alguna manera los enlaces que realizo a través de face book, cualquier situación que puedan encontrar en cualquiera de estas publicaciones solicito por favor que me lo hagan saber vía correo electrónico mi dirección es la siguiente: arostegui.hugow7@gmail.com

Sinceramente

Hugo W Arostegui


El Hilo Conductor


Cada vez nos resulta más claro el importante papel que asume en nuestras decisiones el grado de información que tengamos sobre cada asunto en cuestión, cuando mencionamos a la información es muy conveniente precisar que la misma es generalmente invasiva, que busca penetrar y condicionar nuestros sentidos con la finalidad de predisponernos a aceptar o rechazar cualquier propuesta que recibamos.

El sólido criterio, ese hilo conductor de nuestras decisiones debe ser el resultado de nuestra investigación sobre las diferentes posiciones que se expongan al respecto, y , posteriormente, evaluar las coincidencias que encontremos entre las variables a optar y por la que entendamos es la correcta.

Está claro de que no somos infalibles y siempre estará latente la posibilidad de equivocarnos pero para entonces habremos sopesado las variables, nos informamos lo mejor que pudimos y en la toma de decisiones nos sentiremos identificados con nuestra postura, lo importante es que suceda lo que suceda con el asunto analizado en cuestión siempre ganaremos en experiencia y consideración esto redundará sin duda en el mantenimiento de nuestra autoestima.

Lo mismo sucede en la elección de nuestros temas que publicamos, los temas escogidos para publicar, como este que exponemos, no son tomados al azar ni son el fruto de nuestra dialéctica improvisadora, estos temas responden a ese invisible “hilo conductor” que mencionamos que nos identifica y permite evaluar no sólo nuestra coherencia sino que además actúa de “identikits” de nuestros temas al punto de que la simple lectura de lo que decimos identifica al autor y al “hilo conductor” que le conduce-

Hugo W Arostegui


martes, 26 de julio de 2016

Códigos


“la palabra moral viene del latín mos-moris, que significa costumbre, modo de vivir, el carácter o la forma de ser tanto de un individuo como de una sociedad, aunque también alude a norma, precepto. Siguiendo así, a los antiguos romanos, vamos a definir la moral humana como el conjunto de:

las normas que rigen la conducta de un individuo en una sociedad y
las valoraciones que hacemos sobre actos humanos que consideramos desde la perspectiva de lo bueno o lo malo, lo justo o lo injusto, etc.

Decíamos en artículos anteriores que la vida en sociedad implica la aceptación de las normas de conducta que regulan los niveles de convivencia dentro del grupo y que estas condiciones rigen para todos sus integrantes sin excepción.

En una palabra, cuando alguien manifiesta que “es libre e independiente” y “que no debe ser sometido a ninguna norma” lo que en realidad está demostrando, quizás un tanto ingenuamente, de que desconoce toda imposición de disciplina y que carece de la madurez necesaria para comportarse en armonía con los códigos de convivencia previamente aceptados.

En realidad en todas las convivencias grupales se dan como algo preestablecido el acatamiento a las normas que regulan a ese grupo y podemos afirmar que el desconocimiento de determinados códigos autoimpuestos por todos sus integrantes suelen ser reprimidos con gran severidad por el resto de quienes lo componen.

Observamos la vigencia de estos códigos en grupos tales como: privados de libertad, es decir presos condenados, delincuentes en actividad, meretrices, marginales que pernotan en las calles, etc. etc.

La obediencia a ciertas normas de convivencia trae consigo las consecuentes garantías de protección y solidaridad, la vigencia absoluta de “derechos y obligaciones” para todos los integrantes del grupo al cual se le manifiesta su fidelidad e incondicional adherencia.

Tal la importancia de la observancia de las normas y los códigos que las regulan

Hugo W Arostegui


lunes, 25 de julio de 2016

Relaciones Humanas: Simbiosis


Existen tres tipos de relaciones simbióticas: mutualismo, en donde las dos partes reciben un beneficio, comensalismo, en donde uno de los individuos se beneficia y el otro no recibe ningún beneficio pero no es perjudicado, y finalmente el parasitismo, en este tipo de relación uno de los individuos se beneficia, y el otro individuo resulta perjudicado”

Encontramos un término muy controvertido en las relaciones humanas que bien merece ser analizado en detalle, nos referimos a la simbiosis que suele manifestarse tanto en lo individual en la relación de dos o más personas como también en lo colectivo, como pueden ser grupos humanos tales como: cooperativas, asociaciones laborales, gremiales, políticas, etc.

Notamos de que existe una clara tendencia a que la simbiosis incida en nuestras reacciones en una forma tal que crezcamos y  nos consolidemos actuando en función de una forma de pensar o reconocerse, como si se fuese solo una parte de un todo, donde pareciera de que falta algo que nos complemente para entonces sí, sentirnos parte de todo lo que hacemos.

Esta simbiosis tiende a despersonalizarnos, a desplazar el pensamiento individual subyugándolo al accionar del grupo, a las decisiones grupales o a los intereses de terceras personas que se han apropiado por simbiosis de nuestra personalidad.

Las características de la simbiosis no se agotan en este abordaje del tema, cuando hablamos de personas debemos tener muy en cuenta el derecho natural que posee para decidir por sí misma el grado e intensidad de las relaciones que cultive.

La simbiosis tiende a manifestarse en nuestras relaciones humanas, es por esta circunstancia que mencionamos este tema el cual es innegable que mantiene su vigencia en este intrincado mundo en el cual nos movemos y expresamos.

Hugo W. Arostegui



domingo, 24 de julio de 2016

Sembrando Al Voleo


Mateo 13Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Parábola del sembrador (Mr. 4.1-9; Lc. 8.4-8)
“Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.
Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 
Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
El que tiene oídos para oír, oiga.”
Esta enseñanza que Jesús habló utilizando la modalidad de parábola se refería a la conocida siembra del voleo con la salvedad de que esta siembra la realizó el sembrador esparciendo las semillas en un terreno sin una preparación previa, como suele suceder con aquellas personas a las cuales poco o nada les interesa las condiciones en las cuales se encuentran.
En lo personal he tenido la experiencia de sembrar al voleo y lo que hacíamos era colgarnos un morral lleno de semillas y en una tierra a la cual habíamos preparado previamente, utilizando nuestras manos las hundíamos en el contenido del morral y las esparcíamos al voleo entre los surcos a las semillas, confiando que a su debido tiempo, la generosidad de sus entrañas las harían germinar abundantemente.
Está claro que el sentido de la parábola de Jesús estaba dirigido a quienes descuidan su preparación previa permitiendo que en su interior crezcan sin control los pedregales y las malezas tornando estériles todo intento de las semillas sembradas por germinar dentro de ellas.
Salvando las distancias, (y ésta es un poco la intención de este artículo) los que regularmente exponemos por escrito nuestras impresiones utilizamos la modalidad del sembrador, nuestros morrales están rebosantes de palabras ordenadas en diversos temas los cuales “esparcimos al voleo” confiando que han de caer, como seguramente sucede, en aquellas mentes que han de ser receptoras y árbitros a la vez de su contenido.
Hugo W Arostegui


Simplemente Retribuir


Los seres humanos somos los herederos de un reino del cual nos ocupamos por el simple hecho de haber nacido dentro de una sociedad que ha asumido el dominio y la conducción de todo lo que le rodea.

Lo que recogemos desde la prehistoria es el saber de que “este mundo” ha sido construido partiendo de la desorganización de los elementos circundantes a los cuales se les organizo y ordenó para ser el albergue ideal para la instalación de los reinos vegetal, animal, etc. para posteriormente instalar la presencia de la raza humana y su descendencia, cabe agregar que a todas las especies creadas se les ordenó que “se multiplicaran según su especie”.

No vamos a detenernos a analizar en detalle todos los pormenores de esta narrativa, lo esencial, que rescatamos muy someramente, es que nuestra especie es en los hechos “extraterrestre” pues se nos dice que “venimos directamente de la presencia de Dios” y que nuestra razón de ser es la de “tomar posesión” de todo el planeta en condición de administradores del mismo, llegando esta atribución a la autoridad de hecho de clasificar y dar el nombre definitivo a cada uno de los seres vivos que conforman  su entorno.

Nuestra condición de meros administradores de este “nuevo mundo” queda en evidencia cuando el propio creador del universo nos expulsa del jardín donde habitábamos y nos condena a vivir en el mundo “solitario y triste” en el cual tendríamos que padecer las consecuencias de nuestra desobediencia.

Este acontecimiento ha sido registrado por “la historia humana” como un castigo tan importante y severo que hasta nuestros días nacemos los humanos con una “marca indeleble” que nos condena a ser “portadores de un pecado original”

No obstante lo expuesto, la realidad incontrastable es que lejos de sentirnos condenados por la desobediencia nos hemos revestido del orgullo y la soberbia propio de quienes pueden hacer lo que quieran “sin tener que rendirle cuentas a nadie” de nuestros actos.

Volvamos a nuestro título de portada, “retribuir” de ser conscientes de nuestros orígenes y de los “derechos adquiridos” de disfrutar de las bondades de este mundo, del cual justo es decirlo “estamos de paso” y de que cuando nos llegue el momento de partir “no nos llevaremos nada de él”  el simple hecho de “ser y estar” debería ser un disparador de gratitud por todas las oportunidades que se nos ofrecen en un nuevo día de vida del que disponemos, quizás sin darnos cuenta, de que constituye “un verdadero presente” de los dioses.

Hugo W Arostegui


Dar De Sí Mismo


Nuestra capacidad para dar de nosotros mismos es la mejor forma de involucrarnos en todas las ocasiones en las cuales tenemos la oportunidad de compartir nuestros afectos y depositar en las manos de las personas la calidez que inspira nuestro reconocimiento.

Las múltiples opciones que tenemos al alcance de la mano para dar cumplimiento a estos llamados “compromisos sociales” hacen que ya no sea necesario que ocupemos nuestro cada vez más escaso tiempo en realizar atenciones de nuestra propia hechura, ahora, encontramos mucho más practico, y probablemente, más económico, realizar alguna compra de artículos pre elaborados que nos permitan “quedar bien” y salvar satisfactoriamente nuestra responsabilidad en el asunto.

Por supuesto que no estamos en desacuerdo con recurrir a estos recursos que la propia vida en sociedad nos proporciona, es como en el caso de la utilización de los avances de la informática en nuestras comunicaciones, el uso de telefonía celular, internet, redes sociales, etc. prescindir de estos medios equivaldría a una auto marginación totalmente ineficaz como inútil.

Solo que nos permitimos decir que “ni tan tan ni muy muy” precisamos más que nunca de un apretón de manos y de un fuerte abrazo es a ese “calor humano” al que nos referimos cuando mencionamos que todos necesitamos “dar más de nosotros” en el cultivo de los valores filiales que retroalimentan nuestra confianza y autoestima.

Eso, como decirnos cosas como: gracias, querido hermano, te amamos, te necesitamos a nuestro lado, etc. etc., eso es dar de nosotros mismos.

Hugo W Arostegui




sábado, 23 de julio de 2016

Paren El Mundo Que Me Quiero Bajar


 “¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?”
 Joaquín Salvador Lavado, Quino,

Una forma diferente de aportar y sumarse a la innovación que día a día emerge desde y hacia nosotros revestida de los sueños, sueños  que se niegan a despojarse de la ilusión de que todo es posible cuando damos el primer paso con la esperanza reflejada en el rostro,

Los carriles por los cuales transita nuestra vida no se encuentran prefijados ni mucho menos adheridos a ninguna predestinación ajena a nuestra propia voluntad de conducirnos, de manera que debemos estar atentos al volante y evitar colisionar con quienes, como lo hacemos nosotros mismos, buscamos un espacio en la ruta que nos conduce a donde pretendemos llegar.

La cultura que nos amamanta desde que iniciamos nuestros primeros pasos es aquella que nos pregona “el fin justifica los medios” y su influjo nos hace pensar que para llegar a lo que nos propongamos alcanzar, la propia competitividad nos obliga a desplazar a quienes nos “amenacen con su propia sombra”

Esta forma de encarar los acontecimientos va francamente “a contra pelo” de nuestra razón de ser, esencialmente los humanos constituimos una realidad social donde la coparticipación solidaria entre todos nos permite alcanzar los altos niveles de civilidad que nos caracteriza.

En realidad nuestra propia realización depende de cuales sean las prioridades que nos orienten en la vida, no somos tanto lo que recibimos, sino que nuestro “ser” se consolida en el desarrollo de nuestra “capacidad de brindar servicio” a los demás, podemos afirmar sin ninguna duda que el “ser y el estar” se conjugan en el acto del ejercicio de la solidaridad.

Extendamos nuestras manos para ayudar y dejemos de lado “los puños apretados” nuestro peor enemigo, el que conspira contra el bienestar social, que indudablemente es el de todos, reside en no reprimir la inhumana inclinación al egoísmo.

Hugo W Arostegui  


viernes, 22 de julio de 2016

La Gratuidad Del Aire


Crecimos acostumbrados a que lo más democrático que poseíamos todos los mortales era el aire a tal punto de que cuando una persona era una de esas que vulgarmente la calificábamos “como que no servía para nada”  al referirnos a ella agregábamos” este tipo está vivo porque el aire es gratis."

Pues bien, esa tal gratuidad del aire pasa a ser una quimera, una ilusión, en las “necesidades básicas” del hombre moderno.

Sin importar mucho, la latitud ni la época del año, lo evidente es que para asegurar nuestro confort y estar acorde con “nuestro status” el aire debe estar “acondicionado” tanto en nuestros hogares, lugares de trabajo, centro de estudios, donde nos atiende nuestro “personal trainer” etc. etc. incluyendo al transporte colectivo y por supuesto, nuestro propio automóvil.

Como puede apreciarse la gratuidad del aire se ha incorporado al vastísimo campo de nuestras “ilusiones” haciendo sentir su “cruda realidad” en las cuentas que por concepto de energía debemos pagar todos los meses.

Alicia continúa viviendo en “el país de las maravillas” y según tengo entendido no es nuestra vecina.

Así es.


Hugo W Arostegui

jueves, 21 de julio de 2016

Retazos de Vida


El intenso frío reinante en esta época del año es una invitación a la meditación y al recogimiento, a la búsqueda de un refugio en la cultura a través de la lectura de los diversos autores que nos han dejado su impronta siempre vigente para nuestro regocijo e instrucción.

Tengo la inclinación de recurrir a la consulta sobre asuntos relacionados con el pensamiento universal, especialmente su evolución a lo largo de las distintas etapas del devenir histórico.

Realmente, cuando me introduzco en los diversos temas que motivan mi inquietud pierdo la noción del tiempo transcurrido y suelo pasar muchas horas disfrutando de la lectura que es algo mucho más intenso que simplemente leer.

Como muchos seguramente ya lo saben, soy una persona que mantiene una actividad muy intensa, continúo desarrollando mi actividad profesional como analista de gestión con todo lo que esto implica sobre todo en lo relacionado con el uso de los medios electrónicos en el intercambio de información que realizamos diariamente con las diversas instituciones del Estado.

Pienso que podría utilizar esta circunstancia para alegar una indudable falta de tiempo para dedicarme a la lectura y menos aún tomar del escaso tiempo restante para incursionar en el terreno de la escritura, pero a fuer de ser sincero, la práctica de estas actividades en forma constante me renueva y da el ánimo suficiente para continuar disfrutando de hacerlo.

Esta tarde noche al salir a caminar en compañía de mi perro pastor, cosa que realizamos varias veces al día, por la mañana muy temprano, al mediodía, y como les estaba relatando, también por la tarde noche, lo que equivale a decir que lo hacemos en un horario muy cercano a las veinte horas, hoy, he vuelto a hacerlo a pesar del intenso frío circundante y he podido observar la presencia, sentados en los bancos de las plazas públicas, a muchas personas sin hogar, que esperan algún tipo de asistencia por parte de quienes afortunadamente se dedican a atenderles y tratar de mitigar de alguna forma la angustiante situación que atraviesan.

Cuando observo estas cosas que acontecen a nuestro alrededor me llena de gratitud el simple hecho de estar vivo y  el poder sentir a plenitud todas las oportunidades que la vida nos ofrece.

Hugo W Arostegui




Ahora


Indagando en los confines de la memoria recogemos algunos indicios que nos permiten de alguna forma reconstruir lo que podríamos llamar “el estado original” de nuestro pensamiento.

En esa tan remota época en la cual aún no habíamos sido “contaminados” por los sucesos posteriores y aún manteníamos “el estado de inocencia” donde todo lo que percibíamos solía estar en concordancia con los dictados del “pensamiento inducido” un estado muy similar al que solían frecuentar nuestros primeros padres en los floridos jardines del Edén donde se paseaban tomados de las manos, totalmente desnudos, en medio de robustos leones que pastaban cándidamente junto a los corderos.

Está claro que nadie pretende salir por su propia voluntad de tanta bonanza y de ser posible mantendríamos inmaculada esta condición a menos que, como suele ocurrir en la placidez de los sueños, alguna inesperada “pesadilla” nos despertara y como consecuencia de abrir un tanto bruscamente nuestros ojos, de estos, caerían, como caen las escamas que protegían nuestra visión,     e invadidos por esa extraña luz que nos deslumbraba, comenzamos a percibir “un nuevo mundo” del cual, una vez perdida la inocencia original, la implacable espada de la realidad nos expulsara para siempre del paraíso original.

Esta indagatoria que recogimos nos ha sumido en la añoranza de aquellos tiempos en los cuales no se nos requería la toma de decisiones, donde la concordancia y la armonía eran los “celosos custodios” de nuestra absoluta seguridad, ahora todo es diferente, ahora nuestros ojos se han abierto, ya no hay lugar para nosotros en el limbo del paraíso.

Ahora es el tiempo de transitar a la intemperie, de experimentar en carne propia todas las inclemencias y ganar nuestro propio sustento, superando limitaciones, con el sudor de nuestra frente.

Como se suele decir, la vida es ahora y nadie nos dijo que nos sería fácil.

Hugo W Arostegui


  

Ironías Humanas


Uno de los atributos que marcan la diferencia entre los humanos y el resto de los seres vivientes que cohabitamos este planeta es el uso de la razón y la inteligencia en el manejo de los ahora limitados recursos que nos pueda ofrecer la naturaleza.

La raza humana desde siempre, desde que nos hemos construido una historia, la única versión que ha prevalecido, nos dice que somos los herederos de los dioses para “administrar y sojuzgar este, en principio “paraíso terrenal” lo que nos ha permitido tomar “la sartén por el mango y el mango también” cabe agregar que una vez implantada “la versión oficial” relativa a nuestros orígenes, toda disidencia o discrepancia con la misma ha sido respondida ”humanamente” con la descalificación o martirio de quienes se han “atrevido” a introducir los cambios que nuestra propia cultura nos exigía realizar, agregamos, además, que estos cambios, socialmente admitidos por la fuerza de la razón,han sido realizados por el excepcional aporte de otros humanos, tan humanos como lo podemos ser nosotros mismos.

Consabido resulta ser que conjuntamente con los derechos y el poder que este trae consigo ser deben aceptar las responsabilidades, esa “partida doble” que registran los derechos y las obligaciones nos muestran a las claras que nuestro “raciocinio “es el principal, por no decir el único, responsable por la desastrosa administración que hemos hecho de este planeta y una muy clara demostración del hecho de que el uso y abuso de nuestra razón, de ninguna manera quiere decir de que seamos capaces de hacer las cosas razonablemente.

“Dale que va 
dale nomas 
que allá en el horno 
nos vamos a encontrar” (letra de un tango) 

Hugo W Arostegui



miércoles, 20 de julio de 2016

El Fruto Prohibido Una Cuestión De Género


Desde los albores de mi frondosa imaginación confieso que me ha costado aceptar que fuese una manzana el fruto del árbol de la ciencia del bien y de mal con el cual la mal intencionada serpiente engañara a la primera madre de todos los mortales.

Pasado el tiempo y a medida que iba conociendo mejor a las representantes del mal llamado “sexo débil”, mi concepto sobre “el llamado padre de las mentiras” puso bastante en duda su tan mentada inteligencia, pues hubiera sido mucho más efectivo que le ofreciera en oferta unos cuántos pares de zapatos, de ser posible de tacos altos como los actuales.

Ahora, pensándolo mejor, prestando mayor atención a algunas frases típicamente femeninas que nos dicen, por ejemplo,” todo lo que me gusta engorda o es pecado” puedo comprender un poco mejor lo del tan  mentado “fruto prohibido” pero, (continuamos con el pero) a esta altura del partido le introduciría una ligera variante y en vez de pensar en una manzana creo que sería mucho más aceptable de que la tentación hubiese venido por el lado de los bombones de chocolate y casi seguramente que fuesen bombones de chocolate rellenos de licor.

Me siento mucho mejor con ese tipo de tentación y el aprecio por nuestra inolvidable Eva ha crecido sustancialmente al punto de reconocer  que esta “tentación” mantiene sus particularidades de género en sus descendientes, por los siglos de los siglos.


Hugo W Arostegui

Naturaleza, Los “tipos” De Humanidad


Según leemos en los escritos de algunas religiones, coexisten en este mundo “tres tipos de hombres” utilizando este término un tanto machista para identificar ciertas características propias del comportamiento humano.

A saber. Se nos advierte que de “estos tipos de hombres” deberemos saber distinguir entre ellas, se nos previene del “hombre natural”  el cual es nacido por causa del “pecado original” y es un “enemigo de dios” desde su concepción, siguiendo con esta clasificación encontramos al “hombre carnal” el cual siente una fuerte inclinación “a todo lo carnal y diabólico” y es víctima de sus inclinaciones e incapaz de aceptar los susurros del espíritu que inútilmente intenta penetrar en su entorpecido corazón.

Luego los clasificadores de lo humano nos hablan del “hombre espiritual” éste siente una inclinación natural hacia todo lo que proviene desde el cielo, que tiene sus oídos muy atentos a los susurros del espíritu pero que debe cuidarse “no caer en tentación” ser cegado por las tentaciones que “el maligno” en sus acechanzas pueda poner en su camino.

Tales definiciones de “lo humano” tienden a radicalizar las posturas levantando verdaderas “murallas de contención” entre aquellos que crecen, algunos desde su más tierna infancia, sometidos a tal clasificación y libran una suerte de batalla personal con la intención de someter su naturaleza a los peligros latentes de “este mundo de probación”

Lo que surge de estas advertencias y clasificaciones es un campo muy fértil para los pregoneros de salvación, grupos constituidos que suelen alcanzar el estatus de poderosas corporaciones que anteponen sus propios intereses corporativos a las reales necesidades de sus ocasionales acólitos.

Entiendo que debemos encontrar prontamente “una dieta balanceada” que permita un equilibrado tratamiento de lo que resulta como vital en todo este asunto, debemos entender el principio fundamental de que todos somos hijos de un mismo Dios y que no existen en el plan de la creación ningún tipo de discriminaciones a priori y de necesitarse un verdadero rescate, como evidentemente se necesita, nuestro propio Padre nos ha provisto la vía a través de su unigénito.


Hugo W Arostegui