Todos nacemos con una dosis de amor incondicional, pero con
el tiempo lo vamos perdiendo. Aceptarte incondicionalmente puede llevarte
tiempo. Las experiencias negativas, los problemas con los demás provocan que
tengamos que aprender de nuevo a hacerlo.
Aceptarte incondicionalmente otra vez no es algo que
sucederá de forma repentina. Será un proceso que te llevará toda la vida. Así
que ten paciencia y piensa en lo que siempre nos han dicho “lo
bueno se hace esperar”.
“Nacimos con inocencia y amor, después aprendimos a
desconfiar y temer. Parece que va siendo hora de desaprender y volver al inicio”
¿Me acepto o no me acepto incondicionalmente?
Cada discusión, crítica, problema o dificultad hará que
pierdas un poco de amor propio. Todos estamos sometidos a este tipo de
situaciones negativas que van minando nuestra auto-confianza. Pero, no somos
conscientes de esto hasta que empezamos a sentirnos mal.
¿Quieres saber si te aceptas incondicionalmente o no?
Entonces las realidades que a continuación te presentamos serán significativas
para dar respuesta a esta pregunta. Si te sientes identificado con ellas, no te
aceptas incondicionalmente.
Te sientes fuera de lugar en determinados contextos o
situaciones.
Consideras que no mereces el amor de
los demás.
Te comparas constantemente sintiéndote inferior.
Crees que no eres lo suficientemente bueno con respecto a
los demás.
No te arriesgas en la vida por miedo a fracasar.
Te reprimes tanto que no te permites ser tú mismo.
No te gusta estar a solas con tus pensamientos.
Si te has sentido identificado con cada una de las
situaciones anteriores no te preocupes. Es normal que no te aceptes
incondicionalmente porque desde pequeños nos han educado para ser
aceptados socialmente. Como consecuencia, perdemos nuestra verdadera
autenticidad.
“Amarse a uno mismo es el comienzo de una aventura que
dura toda la vida”
-Oscar Wilde-
Nos hemos convertido en lo que la sociedad quiere que
seamos, aunque hay personas que destacan todas parecen estar cortadas por un
mismo patrón. Hay cosas en ti que nunca serán iguales en otra persona. Esto es
lo que te hace ser único y auténtico.
Tal vez camines diferente, hables demasiado, quizás no te
tomas en serio situaciones que te han dicho que lo son… Hay muchas cosas en ti
que no tienen por qué coincidir con las del resto. Pero, las normas bajo las que se ha
regido tu educación te han limitado poco a poco para que corrijas todo lo
que no se encuentra bien visto.
Hugo W Arostegui