martes, 18 de julio de 2017

Condescendencia


Se trata de un concepto cuyos límites son difusos y su definición, poco precisa. Ser condescendiente no es lo mismo que permitir cualquier cosa, como ser una situación o una acción que cause daño o vulnere los derechos de otro. Tener la capacidad de adaptarse a la voluntad de otra persona y mostrar flexibilidad no debe convertirse en conformismo o falta de responsabilidad.

La condescendencia, por lo tanto, no debe avalar la ineficiencia o la incapacidad. Es importante que cada individuo exija aquello que le corresponde y que reclame o se manifieste cuando no se cumpla con eso.

Es posible entender la condescendencia como el acto de descender a un estado menor, renunciando a privilegios de rango o jerarquía. En este caso, la condescendencia implica otorgar honores a alguien de una posición o categoría inferior.

A pesar de que el diccionario de la RAE no incluya una acepción negativa de la palabra condescendencia, en el habla cotidiana suele utilizarse para describir una situación en la cual una persona desprecia a otra a nivel intelectual. 

Uno de los ejemplos más comunes se puede advertir durante la explicación de un concepto haciendo uso de términos excesivamente simples de entender, o bien resaltando cuestiones básicas que sin lugar a dudas el interlocutor conoce de antemano.

La condescendencia, por lo tanto, no debe avalar la ineficiencia o la incapacidad. Es importante que cada individuo exija aquello que le corresponde y que reclame o se manifieste cuando no se cumpla con eso.

Es posible entender la condescendencia como el acto de descender a un estado menor, renunciando a privilegios de rango o jerarquía. En este caso, la condescendencia implica otorgar honores a alguien de una posición o categoría inferior.

A pesar de que el diccionario de la RAE no incluya una acepción negativa de la palabra 
condescendencia, en el habla cotidiana suele utilizarse para describir una situación en la cual una persona desprecia a otra a nivel intelectual. Uno de los ejemplos más comunes se puede advertir durante la explicación de un concepto haciendo uso de términos excesivamente simples de entender, o bien resaltando cuestiones básicas que sin lugar a dudas el interlocutor conoce de antemano.

Del mismo modo, es muy común que se trate a los niños y a los animales con condescendencia, dado que son dos objetivos comunes de la subestimación por diversas razones relacionadas con la cultura. Frases como “cuando seas grande lo entenderás” o ciertas entonaciones utilizadas al hablar, que tienden a exagerar cada sílaba y a expresarse en forma lenta y con multitud de interjecciones y onomatopeyas, son claros ejemplos de un modo condescendiente de tratar a otro ser vivo.

En este sentido, no cabe duda de la relación entre este concepto y la soberbia, el hecho de creerse más inteligente e importante que los demás. Como es de imaginarse, este trato no resulta agradable para nadie que sea consciente de estar recibiéndolo, ya que denota un desprecio, una falta de confianza en las capacidades ajenas. Sin embargo, este fenómeno tiene lugar en muchos ámbitos de la vida en sociedad, y no siempre es tan evidente.

El carácter es algo que vas desarrollando con el tiempo y a medida que tienes más experiencias con la gente, es cuando desarrollas mayormente tu forma de pensar, discriminando lo que te atrae de lo que no. Gracias a lo anterior te conviertes en una persona capaz de entablar una conversación y de exponer tus puntos de vista sin miedo a las respuestas que puedas recibir.

Una persona sin opinión es como si no estuviera allí. No importa que tus pensamientos no concuerden con los del resto; vas a conocer mucha gente con la que probablemente no vas a congeniar en varios temas, pero eso no significa que esas personas no puedan ser un aporte a tu vida. Si miran desde ese punto a las relaciones, podrán darse cuenta de que el aprendizaje nunca termina y que, a pesar de lo que muchos crean, lo importante es formar carácter e introducirse en nuevas situaciones, sólo cuidadando de cómo dices las cosas.


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