viernes, 10 de noviembre de 2017

El Ser Y La Nada


Filosofía

 Expresa en forma general, la filosofía existencial del autor, es un voluminoso ensayo publicado en 1943.

El tema central de la teoría es una exploración de la realidad humana, como conciencia “ser por si” entendida como huida, negación, falta de ser y libertad.

El hombre es un proyecto y solo esta metamorfosis le confiere una esencia. Sartre recorre el camino que va de la ontología de la ética, del análisis del “ser del parecer” o el existir, hacia un reconocimiento positiva de la tarea humana como forma de libertad.

Sartre se centra en el hombre exclusivamente y lio concibo como un solo dinamismo actuando en un vacío solitario de la libertad sin fondo; la concepción de la nada en Sartre es distinta a otros autores. No es para él un complemento del ser sino lo constituyente de lo real, y el ser en cuanta existencia humana, es un continuo arrancarse de sí.

Esta conciencia puede cuestionarlo todo y para cumplir esta función debe tener libertad absoluta y poder de modificar sus propios modos de existencia. A si Sartre llega a la afirmación de que el hombre es un ser “condenado a la libertad”.

Aquí se analiza la relación entre el prójimo que nos condiciona debido al conocimiento que de nosotros tiene y con el cual, “nos roba”, sin embargo, necesitamos del otro para captar plenamente todas las estructuras del prójimo.

La primera tarea del existencialismo es hacer consiente al hombre de lo que es y responsabilizarlo de su existencia, todos los valores se hallan afectados por este carácter radicalmente ambiguo: “ser incondicionalmente” y “no ser”, en cuanto a su “único” fundamento, es la libertad humana.

En esta obra Sartre critica al marxismo cono “reificación “del hombre; pues los principios de la dialéctica fueron tomados del mundo de los objetos, pero no es posible aplicarlos a la esfera personal. 

El ser y la nada presenta una visión nueva de la realidad humana y plantea más interrogantes de los que soluciona.

¿Está el ser humano condenado a la mala fe, al absurdo? ¡El ser-hombre se ajusta con toda clase de valores?. Algunos críticos han dicho que no hay una sola sonrisa en sus escritos, ni un perfume, ni una flor
.
Es un jardín agostado, un desierto de arena pesada sin camino, Sartre en la “critica de la razón dialéctica “hace un examen de la “situación” y del ser “ser para otro” analizando allí la acción humana colectiva.


El Miedo A La Muerte


El miedo a morir es el único miedo a una certeza que sabemos inevitable. Unos lo temen más que otros, pero a todos se les pasa alguna vez por la cabeza.

Esto afecta a nuestra personalidad, según diferentes estudios realizados desde el punto de vista psicológico. El psicólogo Matthew Gailliot y colegas de la Society for Personality and Social Phycology concluyen que el temor a la muerte puede tener consecuencias beneficiosas en nuestro comportamiento, haciéndonos más comprensivos, empáticos y pacifistas, tal y como recogen desde Buena Vida.

Es un temor a lo desconocido y a algo que no podemos controlar que provoca efectos positivos en nuestra psique. El respeto a la muerte provoca a su vez otros miedos, como al dolor, la soledad o la enfermedad. Todo ello condiciona nuestro comportamiento.

Estudios realizados en la Universidad de Harvard y la Universidad de Kansas concluyen que este miedo provoca, incluso comportamientos de mayor tolerancia a otras creencias (como la religiosa) y de respeto al medioambiente (haciendo que las personas, por ejemplo, reciclen más). Este miedo crece cuando sufrimos la pérdida de un ser cercano. Algo que suele rompernos varios esquemas replantearnos cuestiones que acabamos relativizando.

Tras el shock producido por la muerte del ser cercano, la mente humana pasa por un proceso de re-evaluación vital, en el que se cambian prioridades y decisiones. En esta re-evaluación entran una serie de pensamientos que pueden modificar nuestra conducta futura a corto plazo: no haber cumplido los propios deseos y haber buscado la felicidad, haber trabajado demasiado, haber dedicado poco tiempo a lo importante y no haber expresado los sentimientos. La muerte crea en la mente humana el sentimiento de lo que se puede controlar (lo anteriormente citado) y lo que no (la propia muerte).

Si la pérdida de un ser cercano es reciente, esta hace que pasemos por cinco estadios: negación (no me puede estar pasando a mí), ira, regateo (recurrir a todo aquello que pueda alargar nuestra vida), depresión y aceptación.


Todas estas etapas también se suelen relacionar con nuestra edad, de manera que la negación sería más habitual a edades tempranas y la aceptación en la vejez. Por este motivo, cuando se produce una muerte cercana de alguien joven, sus allegados tardan más en asimilar lo ocurrido.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/3114517/0/asi-afecta-miedo-muerte/#xtor=AD-15&xts=467263

Nuestro Lugar


Hay un lugar donde siempre seremos nosotros.

En el que nuestro nombre tendrá significado más allá de lo que indique la etimología.

En el que seremos alguien para uno, o para muchos. Donde están nuestras raíces, donde ancla nuestro presente, donde soñamos nuestro futuro, donde siempre habrá una casa a cuya puerta ir a tocar cuando la inclemencia arrecie, con un café, un mate o un vino y, sobre todo, un par de brazos fraternos y un hombro dispuesto a consolar la pena esperando adentro.

 Donde los recuerdos y el pasado unen, porque las desventuras y las esperanzas han ido de la mano, incluso cuando nos hayan encontrado en veredas opuestas, porque el idioma, ese idioma de infancia como cantaba María Elena Walsh, es un secreto ente los dos
.
Es ese lugar en que está inscrita nuestra historia, una historia común a todos quienes nos rodean. 

Donde los códigos son compartidos y cada palabra tiene su propio significado: nombra lo que todos sabemos que nombra, y no puede ser confundida con otra cosa, a despecho de diccionarios y enciclopedias porque la costumbre, las circunstancias o la Historia se han encargado de que así sea.

Es ese lugar en el que los gestos son interpretados sin más; las onomatopeyas, propias, sirven hasta para zanjar una discusión, y en el que somos parte de un todo, aunque no siempre el todo nos guste por completo. Ese lugar es el nuestro, la tierra de cada uno de nosotros, nuestro país.


El único que tenemos, el que amamos: complejo, imperfecto, difícil, entrañable. No el mejor sino el propio. Nuestro lugar en el mundo.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Palabras Huecas


Las cuerdas vocales tiran de ti. No hablas tú: es el decoro, la costumbre.

Me formulas preguntas cuyas respuestas, en realidad, ya conoces o no te importan.

El caso es llenar el hueco sonoro del trayecto. Un acuerdo no escrito entre ambos: yo conduzco y tú me das conversación.

Siempre son las mismas preguntas, en cada taxi (dos o tres diarios, tal vez más): “¿Qué tal va la tarde, jefe?”; “Está jodida la cosa con esto de la crisis, ¿verdad?”; “Vaya frío que hace, ¿no cree?”. Son preguntas comodín, relajadas siempre porque conoces de antemano las respuestas.

Si el taxista contesta con un monosílabo, ya sabes que no le apetece hablar. Si el taxista se alarga con matices, continúas con tu muestrario de frases hechas, comunes a más no poder, cuidadosamente asépticas, neutrales. 

Dominas un amplio abanico. Tu preferida: “Todos los políticos son iguales”. Ahí no fallas. Siempre te dan la razón.

Y al bajar del taxi dejarás el habitáculo tan vacío como antes. No habrás aprendido nada; tampoco el taxista. Absurda forma de llenar el silencio.

¿Será eso?
Llenar el silencio de ruido. Evitar el silencio para no pensar. O acaparar la atención del taxista como quien lanza bengalas en una plaza repleta. O sentirte integrado en el mundo. 

Cómodo en el pensamiento único. Uno más, uno de tantos. Sin voto pero con voz. El rey de los muertos en vida.


La Ternura Escondida


Es muy frecuente en nuestra cultura que se eduque a los hijos varones enseñándoles que no es bueno mostrar sus sentimientos, especialmente la ternura. “Los hombres no lloran”, les dicen. Se valora, en cambio, la bronca como sinónimo de fuerza. El chico aprende así que no se puede ser tierno y fuerte a la vez.

Como consecuencia de estas enseñanzas, muchos hombres no pueden expresar con libertad sus sentimientos. Se reprimen por miedo a que los crean débiles o poco masculinos.

Esto se ve reforzado por el hecho de que el mismo discurso lo aprenden las hijas mujeres. 

Ellas también esperan de los hombres la fuerza explícita y la represión de la ternura. Cuando una mujer así entrenada rechaza de modo tangible o imperceptible las expresiones afectivas de un hombre, le confirma el discurso aprendido en la infancia: “la sensibilidad, la ternura, las expresiones afectivas, no son cosas de hombres”.

Los hombres cumplen el mandato social para tener identidad y no ser rechazados. A las mujeres, en cambio, se las educa con todos los permisos para ser expresivas y sensibles. Lo que es virtud en las mujeres es defecto en los hombres.

Pero reprimir tiene un costo, que en el caso de los sentimientos es muy alto, por ser muy fuerte y continua la producción afectiva de los seres humanos. Creo que para evitar las consecuencias indeseables de la represión de la ternura, el hombre canaliza a través de sustitutos. Así es que se hace una transferencia de energías, desde las sensibilidades reprimidas hacia las expresiones vinculadas con la supuesta expresión de fuerza y potencia.

Para aparentar fuerza y potencia, nuestra cultura tiene dos disfraces muy conocidos: la sexualidad y el dinero. El hombre aprende a inflar su interés sexual y su poder económico, como sinónimo de fuerza y valorización. Como consecuencia lógica se ocultan y se desvalorizan intereses opuestos, simplemente por ser distintos al sexo y al dinero. Una vez incorporados estos mecanismos, automáticamente se eligen y descartan las conductas que supongan fuerza o ternura, respectivamente. 

El hombre víctima de estos mandatos seducirá más con su erotismo y su billetera, que con su capacidad poética.

Como dijimos antes, la respuesta positiva de las seducidas, reforzará el mecanismo. La barra del café que felicita las hazañas sexuales del seductor actúa igual que la novia que privilegia los éxitos financieros de su pareja.

En muchos casos, los hombres se avergüenzan de mostrar una poesía que han escrito. La desvalorización de la ternura y la hiperinflación de la sexualidad, tienen consecuencias importantes en el deterioro de la autoestima de hombres y mujeres. 

Un hombre puede arrastrar viejos complejos, a raíz de sus aspectos tiernos y sensibles. Por las grietas de esos complejos, se escapará su autoestima como el agua de un balde agujereado. Si intenta tapar esos “agujeros-complejos” con sexualidad y éxito económico, cometerá el mismo error que alguien que quiera tapar los agujeros del balde con pintura. El sexo y el dinero usados de esta manera son “pinturas” narcisistas, que no cierran los “agujeros” de nuestra autoestima.

Por eso algunas personas no entienden por qué siguen deprimidos a pesar de aumentar sus éxitos sexuales y económicos. El “agua-autoestima” sigue cayendo por los “agujeros-complejos”, aunque se incremente la “pintura” exterior de éxitos narcisistas.

Si alguien lucha contra los complejos que le impiden expresar sus emociones, y lleva a la práctica intentos de expresarse poéticamente o reconocer la sensibilidad de otras maneras, su autoestima crecerá. Quizás descubra que también “es de hombre” reconocerse emotivo y no estar tan pendiente de la aprobación de otros.

Cuando un hombre descubre que se puede ser tierno y fuerte a la vez, aumenta su eficacia en la vida porque no tiene que gastar energía en ocultar sus sentimientos, no tiene miedo que lo rechacen.

La autoestima siempre fortalece. El narcisismo debilita siempre, pues es la confirmación de la ausencia de autoestima.

El Hablar Despectivo



Cuando se habla de los hombres, la mayoría de nosotros solemos llamarlos “machos” para expresar su fuerza y masculinidad, pero cuando éste demuestra cierta debilidad lo describimos como “marica” y se les suele decir “¡sé hombre!”. Este hecho vuelve a la mujer inferior, pues solamente ésta puede demostrar fragilidad y debilidad.

En el caso del racismo, solemos identificar a una persona blanca como buena e inocente pero a alguien de piel oscura se le relaciona con violencia, maldad y peligro. Como estos, hay muchísimos más ejemplos que reflejan este lenguaje.

Las razones del porqué hablamos así son muchas y nos afectan cada una individualmente o todas al mismo tiempo. Puede que se deba a la cultura de cada país, la época en que nacimos y crecimos, la educación recibida a lo largo de nuestra vida y/o a la sociedad en la que cada uno de nosotros se ve inmerso.

Esta forma de hablar promueve el significado erróneo de muchas palabras en nuestro vocabulario, ya que generalizamos y no utilizamos su significado real por lo tanto mandamos una idea equivocada a los demás e incrementamos la intolerancia, el irrespeto, la desigualdad, los prejuicios en las personas y ante estos temas. Además expresarnos de esta manera puede afectar a las personas a nuestro alrededor porque estamos juzgándolos, criticándolos y atacándolos.

Ahora que ya sabemos que significa hablar despectivamente, cuando se está hablando de esta manera, las razones que lo generan y las consecuencias que trae hablar así, podremos darnos cuenta de todo lo que significa, el motivo por el cual lo hacemos y a partir de esto tomar una decisión sobre el tema.

Cada uno de nosotros es libre de expresarse como quiera pero es vital que seamos tolerantes ante nuestras desigualdades. “Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas” (Frase de John Fitzgerald Kennedy), empezando por lo más simple, dejando de hablar despectivamente.


Energía Mental



Las personas trasmiten a los demás sus vibraciones, positivas o negativas. Si sueles acompañarte de personas con buenas vibraciones, tu mente se llenará de energía, aumentará tu poder mental y estarás siempre con una actitud positiva.

"Caminamos en el mundo intercambiando 
energías"

Las personas vivimos intercambiando energías, ya sean estas positivas o negativas, lo sentimos claramente por ejemplo, cuando nos saludan con una amplia sonrisa y un abrazo sincero, las tensiones acumuladas se liberan en ese

momento, sentimos una especial armonía, lo que nos invita a devolver una resonancia de sonrisas. 
Pero si nos encontramos con una persona, que ni bien nos saluda  inicia un discurso de críticas, lamentando que todo le sale mal , que las personas tienen que ver con todo lo malo que le sucede. Notamos que a medida que pasa el tiempo nos vamos contrayendo, el oxígeno comienza a disminuir, la atmósfera se torna densa, nos preguntamos ¿Fue constructiva para ambas partes la conversación?, algo sucedió, ya no nos sentimos tan bien, algo se fue, se escapó.  

Fue nuestra energía que la dejamos ir  y permitimos el ingreso de una  carga inútil de energía negativa.

Sobre el mismo suceso, podemos revertir tal situación haciendo fluir un campo energético positivo, trasmitido a través de nuestras palabras, pensamientos y acciones, recirculando la energía para que ésta se cuele y se convierta en útil y constructiva para todos.  ¿De qué manera? Reorientando la conversación hacia la búsqueda de luces, de soluciones, siendo concretos, empáticos y eficaces en dicha transmisión


La vida cotidiana es una constante de interacciones con otros en el mundo, ocurre una transferencia de energía mental, lo hacemos a través de nuestras emociones, acciones, necesidades, sentimientos, así como tensiones, estrés y emociones negativas.

Fuerza De Voluntad


La fuerza de voluntad es el impulso interno que nos lleva a vencer los obstáculos y a lograr nuestras metas. No es algo con lo que nacemos o dejamos de nacer. Podemos desarrollar y reforzarla nuestra fuerza de voluntad si entendemos en qué consiste y por qué no la hemos fortalecido.
Si tuvieras que calificar tu fuerza de voluntad ¿cuánto te pondrías?

¿Cuánto te gustaría ponerte?

Creemos que cuando no podemos hacer algo es por falta de voluntad y que si no la tenemos, no podemos obtenerla.
Esto es un gran error.

Si podemos desarrollar y fortalecer nuestra fuerza de voluntad, pero primero tenemos que entender su significado. 
La fuerza de voluntad es la capacidad (la energía y el conocimiento) que tenemos para controlar nuestros impulsos y nuestras conductas.
Para dirigir nuestros pasos hacia donde nosotros queremos.

Tener voluntad es lograr llevar a cabo acciones claras, definidas y concretas, basadas en nuestros deseos y nuestras decisiones.

Nadie carece completamente de esta capacidad, porque no podría sobrevivir.
No podría encausar su vida, en ningún aspecto.

Imagínate que sucedería si todas las personas que creen que no tiene fuerza de voluntad, se dejaran llevar por sus impulsos. 
Comerían, beberían o fumarían hasta enfermar o morir.
Golpearían e insultarían a cualquiera que los hiciera enojar, por lo que vivirían peleándose con todo mundo.
Abandonarían a su familia, trabajo y responsabilidades, cada vez que se sintieran presionados o agobiados.

 Todos hemos deseado actuar así en algún momento.
Y todos nos hemos controlado la mayor parte de las veces.

Por lo tanto, todos tenemos fuerza de voluntad.
Pero la tenemos en ciertas áreas y en otras no.

En las que no la tenemos, podemos aprender a hacerlo.

Si tuvieras que calificar tu fuerza de voluntad ¿cuánto te pondrías?

¿Cuánto te gustaría ponerte?


Ser Creíbles



En términos generales puede definirse como el juicio realizado por una persona o personas acerca de la verosimilitud de un determinado evento del que no se tiene certeza plena. Que este juicio sea positivo o negativo dependerá de que el evento que se valora sea afín o no a la manera de entender el mundo de quien o quienes realizan tal discernimiento. Es decir, a la hora de tomar una decisión sobre lo que se creerá, la capacidad de juzgar tiene que asirse de aquello que conoce previamente y movilizar así ese material disponible para traducir en términos de verdadero o falso lo que se está escuchando.

En la búsqueda de lo ya conocido, prejuicios y estereotipos terminan por deformar y obstruir el juicio de credibilidad. Y en ningún otro ámbito esto es tan flagrante como cuando de agresiones sexuales se trata. 

Situación que, además, empeora si el agresor es alguien conocido de la víctima. El circuito biyectivo de la credibilidad –creemos aquello que encaja con nuestra manera de ver el mundo, y aquello que creemos refuerza nuestra manera de ver el mundo– se convierte para las mujeres en una cárcel: la verdad se queda del lado de los agresores, de la cultura patriarcal y sus prejuicios.

En términos generales puede definirse como el juicio realizado por una persona o personas acerca de la verosimilitud de un determinado evento del que no se tiene certeza plena. Que este juicio sea positivo o negativo dependerá de que el evento que se valora sea afín o no a la manera de entender el mundo de quien o quienes realizan tal discernimiento. Es decir, a la hora de tomar una decisión sobre lo que se creerá, la capacidad de juzgar tiene que asirse de aquello que conoce previamente y movilizar así ese material disponible para traducir en términos de verdadero o falso lo que se está escuchando.

En la búsqueda de lo ya conocido, prejuicios y estereotipos terminan por deformar y obstruir el juicio de credibilidad. Y en ningún otro ámbito esto es tan flagrante como cuando de agresiones sexuales se trata. Situación que, además, empeora si el agresor es alguien conocido de la víctima.



miércoles, 8 de noviembre de 2017

Abraza Tu Soledad



Parece mentira que siendo la generación mejor conectada, seamos la que más sola está. O, mejor dicho, la que más sola se siente. Que no es lo mismo.

Todos nos hemos sentido solos en algún momento de nuestra vida y, por ello, hay tantas definiciones de soledad como personas que la experimentan. Para algunos, es un estado emotivo, a veces sentido, a veces buscado y, para otras tantas, un estado impuesto por la vida misma en el vivir de las ausencias.

Tal y como decía Benedetti: “la soledad se sabe sola en el mundo de los solos y se pregunta a veces por otras soledades”. No deja de ser un estado emocional envuelto en cierto desconcierto e incomprensión social.

Y es que la soledad tiene dos caras. Puede ser un enemigo mortal que te cae como una losa. O también puede ser tu mejor amiga: la que te hace escucharte, conocerte, enfocarte en lo que realmente quieres y necesitas en cada momento. Depende del cristal con que se mire.

Porque no tenemos miedo a la soledad, tenemos miedo a estar con nosotros mismos. A escucharnos. Es la soledad emocional.

Se rehúye de la soledad porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos (Carlo Dossi)

Y es que cuando te sientes solo, puedes oír tu ruido interior. Una especie de sirena que reverbera dentro de ti, con un sonido desgarrador e insistente. Y la evitas a toda costa. Buscas manos a las que cogerse, pupilas amigas donde posarse, u oídos amables que te escuchen.

Encendemos el televisor. O buscamos la complicidad de la radio. O buscamos cuerpos anhelando complicidad. O trabajamos más de la cuenta. O contamos “cuentos” por las redes sociales. Cualquier distracción para acallar el zumbido continuo.

Pero no hay nada externo que pueda llenar ningún vacío de soledad.

Porque a veces, tu soledad emocional es tan rotunda que silba. Sí, es tan desmedida, que ronronea en tu hombro. Y vayas donde vayas, o hagas lo que hagas, esa sensación te acompaña siempre. 

Porque la llevas dentro, porque la alimentas, la construyes, la consientes y la mimas hasta convertirla en tirana.

Más que buscarla, parece que la soledad le encuentra a uno y cuando esto sucede, puedes estar con mil personas, que el desierto es casi ilimitado. Y es que no hay soledad más dura que aquella que uno siente rodeado de mucha gente. La soledad de sentirse incomprendido, de sentirse poco querido. La soledad de notar que uno va en la dirección contraria al mundo.


Es cuando te miras al espejo y no recuerdas quién eres, porque te has convertido en tus quejas, tus dolores, tus angustias, tus ansiedades de madrugada y tus limitaciones imaginarias… 

Eso es lo que te muestra al principio la soledad.

Seguridad Interior


¿Qué es la seguridad en uno mismo?

La seguridad o la confianza en ti mismo implica sentirte seguro de ti mismo y de tu talento, no de una forma arrogante, sino de una forma realista. Esta seguridad no significa sentirse superior a los demás. Se trata de saber, internamente y con serenidad, que eres una persona capaz.

La gente con confianza en sí misma:
se siente más segura que insegura
sabe que se puede fiar de sus talentos y habilidades para hacer frente a todo lo que pueda pasar
se siente preparada para los desafíos de todos los días, como un examen, una presentación o una competición
piensa "yo puedo" en vez de "no puedo"
Por qué es tan importante la seguridad en uno mismo:

La confianza en nosotros mismos nos ayuda a sentirnos preparados para hacer frente a las experiencias de la vida. Cuando estamos seguros de nosotros mismos, tendemos a acercarnos a la gente y a las oportunidades, no a alejarnos de ellas. Y, si las cosas no funcionan al principio, la seguridad en nosotros mismos nos ayuda a probarlo de nuevo.

Cuando una persona carece de seguridad en sí misma, ocurre justamente lo contrario. Es mucho menos probable que pruebe cosas nuevas y que trate de comunicarse con un desconocido. Si fracasa en algo la primera vez, es muy poco probable que lo vuelva a intentar. Una falta de seguridad o de confianza en uno mismo puede impedir que una persona alcance su pleno potencial.

Cree en ti mismo
¿Te ha dicho alguien que eres listo? ¿Divertido? ¿Amable? ¿Un artista? ¿Un buen estudiante? ¿Un buen escritor? ¿Todo un atleta?

Cuando la gente nos elogia o reconoce nuestro talento, incrementa nuestra seguridad en nosotros mismos, siempre y cuando creamos sus palabras. Si dudaras o pusieras en duda las cosas buenas que la gente dice sobre ti, eso sería lo contario de la seguridad en uno mismo.

Para sentirte realmente seguro de ti mismo, necesitas creer de verdad que eres capaz. La mejor forma de desarrollar esta creencia consiste en utilizar tus talentos y habilidades mediante el aprendizaje y la práctica.


La confianza en nosotros mismos nos ayuda a avanzar hacia el descubrimiento y el desarrollo de nuestras capacidades. Cuando vemos de qué somos capaces y nos enorgullecemos de nuestros logros, nuestra confianza se hace más fuerte.

Tal Como Nos Percibimos



¿Te ves como realmente eres o como los demás quieren que seas? Esto puede parecer una pregunta carente de importancia, pero la realidad es que es muy idónea para reflexionar sobre este tema.

Una vez nos ponemos a pensar en esto, nos damos cuenta de que quizás las demás personas no nos vean de la misma forma que nos vemos nosotros. Por ejemplo, cómo te comportas o qué demuestras con ellas hará que se formen una imagen de ti que quizás no compartas.

A veces, nos dejamos influir demasiado por lo que creemos se espera de nosotros. ¿Cómo quieren los demás que seamos? Esto puede formar una imagen de nosotros externa con la que no nos sentimos identificados.

“Los espejos son como la conciencia. Uno se ve allí como es, y como no es, pues quien se ve en lo profundo del espejo trata de disimular sus fealdades y arreglarlas para parecer a gusto”
-Miguel Ángel Asturias-

Todo esto puede influir de manera positiva o de manera negativa. Imagina, por ejemplo, cuando te ves con unos kilos de más y los demás te dicen que estás bien. Es un ejemplo sencillo de que tu perspectiva no es la misma que la del resto y esto influye en muchas cosas.

Muchos de nosotros estamos llenos de complejos que nos impiden disfrutar de nosotros mismos. Todo esto viene por el hecho de dar una imagen que nos guste de cara al resto de las personas.

Estamos continuamente pensando en qué imagen dar a los demás, cómo nos van a ver… Lo que no sabemos es que muchas veces las personas no nos ven como nosotros pensamos o queremos que nos vean.

¿Sabes qué sería muy positivo? Empezar a interactuar con las personas que están a nuestro alrededor y preguntarles directamente cómo nos ven a nosotros mismos. Esto nos puede ayudar a comprender cómo nuestro punto de vista no es único, ni siquiera intentando vernos desde fuera lo logramos.
Si lo has hecho, descubrirás cosas que seguro ni te planteabas sobre ti. Todo lo que te digan te ayudará a formarte una imagen real que es lo que proyectas hacia el resto de personas. ¿Qué será lo que descubras sobre ti?

“No hay nada peor que la imagen nítida de un concepto difuso”
-Ansel Adams-

En ocasiones si estamos con personas manipuladoras o agresivas que nos someten, podemos acabar dando una imagen que en nada se corresponde a cómo somos en realidad. ¿Por qué nuestro orgullo queda relegado? Estás siendo como los demás quieren que seas. No lo permitas.

Tratar bien a los demás, ser respetuoso, hará que los demás te vean con ojos positivos. Es normal que un día tengamos un día malo, ¡somos humanos! Pero tal y como tratemos a los demás, así nos verán.

“No vemos las cosas como son, sino como somos”

-Jiddu Krishnamurti-

Mirando Hacia Adentro



Dice un aforismo de Jung que: Quién mira hacia fuera sueña y quién mira hacia dentro, despierta. 

No obstante, la práctica de la introspección que por deformación profesional yo tengo perfectamente asumida, es algo mucho menos abundante de lo que parece. Los numerosos artículos y libros de autoayuda y psicología divulgativa que existen podrían hacernos pensar que las personas practican mucho ese autoconocimiento interior, pero la realidad es otra. Porque además es muy frecuente como dice el refrán, ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio. 

Y es muy habitual encontrarte con personas con una gran habilidad para ver los defectos de los demás pero con una total ceguera a lo que les sucede en su interior. Aunque ese interior que ellos no ven le hable a gritos a los demás.

Muchas personas acuden a esas fuentes citadas porque sienten algún tipo de inquietud o incluso malestar que les empuja a buscar respuestas o en algunos casos, métodos o recetarios para sentirse mejor. Y en algunas ocasiones eso puede funcionar. 

Lo malo es que los resultados no suelen ser duraderos. Porque el único cambio que de verdad perdura es el que proviene de un verdadero autoconocimiento, de saber de verdad quién somos y cómo somos. Y desde ahí poder conocer cuáles son nuestras necesidades y nuestros deseos más profundos, esos que de hacerse realidad nos pueden llevar a un bienestar más duradero que el que provee un método en diez pasos.

Como nos cuenta Alain de Botton: la introspección es de gran valor para alcanzar la serenidad.

Gracias a ella podemos averiguar qué cosas nos producen estrés del bueno y cómo, cuando este supera ciertos límites, se convierte en dañino. Por todo ello es obvio que necesitamos mirar hacia adentro. Y esa no es una tarea fácil. Primero de todo porque no estamos acostumbrados a ello, no nos han enseñado a pararnos a reflexionar sobre nosotros mismos. Y segundo, porque muchas personas temen  lo que pueden descubrir en su interior y hacen todo lo posible para evitar esos momentos, esos espacios en que podrían pararse a meditar sobre ellos mismos y conocerse un poco mejor.

Como dice un antiguo cuento zen:
“Un maestro y su discípulo caminaban por un prado. En su paseo Iban oyendo las voces de distintas criaturas: el mugido de las vacas, el trinar de los pájaros, el balar de las ovejas, el relinchar de las caballerías…
-Si tan sólo pudiera comprender un instante lo que dicen -dijo en un suspiro el discípulo refiriéndose a los animales.
Mucho más importante para ti sería si tan sólo pudieras comprender un instante la verdadera esencia y significado de lo que tú mismo dices -respondió el maestro.”


Así como en el caso del discípulo, una de nuestras tareas es entendernos a nosotros mismos, saber lo que pensamos y lo que sentimos. La buena noticia es que se puede conseguir y que además pasados los miedos y obstáculos iniciales, resulta una tarea de lo más apasionante y gratificante. Conocerte te permite tomar mejores decisiones y como decía Shopenhauer, jugar bien las cartas que el destino te da. Los métodos son variados, puedes hacerlo sólo o con la ayuda de un profesional. Lo importante es que cada día que pase, sepas mejor quien eres y qué quieres y des menos palos de ciego. 

Y además, si realizas un proceso introspectivo, no tienes nada que perder en el proceso salvo el autoengaño en el que posiblemente has vivido en muchos momentos.

Formas De Exclusión


La exclusión social y educativa
La exclusión social es un proceso que afecta a millones de personas en todo el mundo, tanto en los países en vías de desarrollo como en las prósperas sociedades occidentales.

La sociedad de la información en la que estamos inmersos está demostrando una triple diferencia social. Por un lado, la seguridad de los privilegiados con trabajo fijo y pleno disfrute de sus derechos individuales y sociales. Por otro, la inseguridad de los que tienen trabajos eventuales y viven en permanente estado de ansiedad y escepticismo y, por último, el desarraigo del mercado laboral de amplias capas de la población. Todo ello conduce a la dualización de la sociedad.

Se trata de un fenómeno que no sólo tiene que ver con la pobreza y que en cualquier momento puede abatirse sobre las personas. Es decir, el sentimiento de vulnerabilidad de nuestros alumnos no sólo es observable en los sectores  estructuralmente pobres sino que afecta a la población escolarizada y no escolarizada, aunque de diferentes formas.

En ocasiones, tiene mucho que ver con la percepción y el sentimiento que muchas personas experimentan de no ser valoradas ni tenidas en cuenta en la sociedad por lo que son. 

Hoy sabemos que, en muchos casos, esa exclusión social se anticipa o se prepara en procesos de exclusión educativa que, como aquella, tiene múltiples caras:
Falta de acceso a los sistemas educativos.
Escolarización segregada en dispositivos especiales.
Educación de «segunda» para los más desfavorecidos.
Fracaso escolar.
Maltrato entre iguales por abuso de poder.
Desafecto.
Etc.….

El concepto de exclusión implica un proceso de separación entre grupos distintos entre sí y supuestamente homogéneos dentro de sí mismos. Pero esta separación no es tan simple: la exclusión también incorpora una valoración diferencial entre estos grupos ya que uno es considerado mejor que el otro y esto conlleva a comportamientos diferenciales con uno u otro grupo lo que instaura diferencias en el acceso a oportunidades y beneficios. 

Según Vélaz de Medrano (2002), la exclusión es un «proceso de apartamiento de los ámbitos sociales propios de la comunidad en la que se vive, que conduce a una pérdida de autonomía para conseguir los recursos necesarios para vivir, integrarse y participar en la sociedad de la que forma parte».


Nuestra Única Vida



“Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes”

El pasado siglo se ha caracterizado filosóficamente por el intenso debate en torno al humanismo, es decir, la llamada crisis del humanismo. Por diversos factores históricos, culturales y filosóficos, que son ampliamente conocidos, en los años 40 surgió una ‘disputa’ acerca de qué se entiende por humanismo entre el existencialismo de Sartre y el antihumanismo de Heidegger.

Ahora bien, éstos no han sido los únicos interlocutores en tal debate; otros muchos han participado en tan interesante discusión. Uno de los nombres que están más vinculados al debate sobre el humanismo es, sin duda, el de Emmanuel Levinas. 

Este pensador lituano, nacionalizado francés, es el representante de una nueva y personal filosofía conocida como humanismo del otro.

Se trata de un pensamiento que ha encontrado un lugar de preferencia en la reflexión filosófica actual y que ha dado lugar a una gran cantidad de estudios. Su concepción del humanismo se expone especialmente en sus obras maestras, Totalité et infini. Essai sur l’extériorité, Humanisme de l’autre homme y Autrement qu’être ou au-delà de l’essence. 

Estas obras son las que han sido estudiadas con más profusión; sin embargo, los escritos anteriores a Totalité et infini han quedado en un segundo plano. Considero conveniente prestar más atención a estos trabajos juveniles, pues estos escritos trazan la dirección de su pensamiento maduro y, por ello, constituyen la base necesaria para comprender el verdadero significado del humanismo del otro.



martes, 7 de noviembre de 2017

Espejismo Mental



El conocimiento es lo que define al ser humano y, si bien todos somos de alguna manera conscientes de su importancia, hay veces que no le otorgamos un lugar primordial en nuestras vidas. Se dice que vivimos en la Era de la Información, una especie de Ilustración alimentada por el poder de la tecnología, en la cual podemos conocer casi cualquier cosa que queramos con sólo hacer una búsqueda en internet. Esto es ciertamente algo asombroso y sumamente valioso, pero a veces puede hacernos caer en una especie de indolente comodidad en la que terciamos nuestro conocimiento a las máquinas o a los algoritmos y no cultivamos nuestra propia mente. 

Confundimos el acceso a la información con el conocimiento y, por lo mismo, no logramos transformar el conocimiento en sabiduría.

Karl Taro Greenfeld escribe:
“Nunca ha sido tan fácil fingir que sabemos tanto sin verdaderamente saber nada. Elegimos temas y bits relevantes de Facebook, Twitter o alertas de email y los vomitamos después. En vez de ver Mad Men, el Superbowl, los Óscares o el debate presidencial, simplemente puedes navegar los feeds de alguien haciendo live-tweets del evento o leer los encabezados de los diferentes sitios. Nuestro canon cultural está siendo determinado por lo que sea que tenga más clics.”

Es fácil caer en el espejismo de que sabemos, confundiendo la información con el verdadero conocimiento. La forma en la que se han diseñado las plataformas de digitales está orientada al consumo de información predigerida y superficial, a que leamos resúmenes, bullets, tuits y citas (y no las fuentes originales). Asimismo, la mayoría de los sitios más populares de la Red crean contenido o distribuyen contenido con la intención fundamental de obtener clics, no de que el contenido tenga verdadero valor informativo y contribuya al conocimiento (un ejemplo de esto es la circulación de noticias falsas en Facebook, la cual se discute podría haber tenido una influencia en la campaña presidencial de Estados Unidos). Debemos de tomar conciencia de que el internet no sólo semeja un enorme cerebro, también semeja un enorme mercado, un lugar donde detrás de la constante y atractiva estimulación de la información, subyace siempre un programa económico que es el verdadero poder que controla la Red. 

Esto no significa que internet no tenga ya el potencial de contribuir profundamente al conocimiento, lo cual fue lo que generó tanto entusiasmo en sus inicios, ayudando a su adopción masiva. Uno de los eslogans con los cuales se promovió internet en sus inicios era "la información quiere ser libre", algo que juega necesariamente con otra idea, la de que "la información nos hace libres". 

Este potencial de libertad a través de la información, sin embargo, suele ser opacado por la saturación de la misma información, la cual tiende a convertirse en desinformación. Siendo que el potencial de la información que podemos encontrar en internet es tan grande, muchos se sienten abrumados y no acceden a la verdadera riqueza informativa que yace más allá de los canales usuales y de los feeds de las redes sociales; permanecen en un estado semipasivo, recibiendo los torrentes de información que circulan las plataformas que dominan la Red de manera monopólica. 

Por otro lado, a diferencia de diarios impresos, libros y demás medios tradicionales donde existían comités editoriales y grupos de expertos que filtraban y curaban la información, en internet, donde cualquiera sube su propio contenido, este tipo de trabajo editorial existe sólo en una mínima parte del contenido.


Esto hace que exista una gran cantidad de información de poca calidad que además tiene el efecto de, en el estupor de lo fácil y atractivo, alejarnos de otras fuentes más valiosas de información.

Cuando Te Requieren Muerto


“ SÓLO MUERE QUIEN ES OLVIDADO

No es la muerte quien mata las almas
Nadie muere por ser enterrado
El recuerdo y el alma no mueren
Sólo muere quien es olvidado

Si tu vida fue recta y valiosa
Si has amado con toda tu alma
Si has sembrado el camino de huellas
Has escrito una historia sagrada

No te importe morir algún día
Ese día tu cuerpo habrá muerto
Nunca muere quien supo vivir
Y ha dejado en la tierra un recuerdo

Si has escrito una historia de vida
Si has dejado en los rostros sonrisas
Si has sembrado tus campos de flores
No te importe partir algún día

Sólo teme la muerte si tu alma
Se olvidó de vivir cada día
Si ha dejado de amar y soñar
Y se fue sin saber qué quería

Sólo teme la muerte si llegas
Hasta el fin con tus manos vacías
Si no has dado de ti lo más noble
Sin saber el porqué de esta vida

Si tu vida ha valido la pena
Quedará tu recuerdo grabado
Para siempre por siempre en las mentes
De los hombres a quien tú has amado

No es la muerte quien mata las almas
Sólo muere quien es olvidado ”

www.mis-frases.org/frases/ver/71902


Los Pies Sobre La Tierra


Frecuentemente escuchamos decir por todas partes que el destino del ser humano sería terrible sin los sueños, comúnmente argumentamos que todos tenemos derecho a soñar; y si bien esto es cierto, es necesario reflexionar un poco sobre la forma en que debemos plantearnos este “derecho al sueño”.

Pues bien, podríamos decir que todo comienza soñando, hasta ahí no hay ningún problema, pero lo cierto es que uno no puede vivir eternamente de los sueños, cuando estos se han prolongado durante demasiado tiempo, cuando son el ingrediente principal de nuestras vidas, comienzan a pesar.

En realidad la belleza de la imaginación humana es la previsión, es decir, la capacidad de pensar en el futuro y actuar de acuerdo a lo que vemos que ocurrirá en momentos posteriores a nuestro presente. En términos de los sueños, esto significa que la razón de su existencia es nuestra capacidad de transformarlos en realidad, los sueños no están ahí para que nos deleitemos con ellos, están para impulsarnos a actuar en su consecución.

Los sueños no son un placer, son un motivo, una necesidad, un deseo a cumplir; si se quedan por siempre almacenados en nuestras mentes para lo único que nos sirven es para sentir nostalgia por lo que no hemos podido convertir en realidad. La fantasía es como el premio de consolación ante la imposibilidad de fajarnos los pantalones e intentar, aún si fallamos, lograr aquellas cosas que imaginamos para nuestras vidas.

Pero llevar a la realidad lo que tenemos en nuestra mente requiere de mucho esfuerzo, es un reto administrado por nosotros mismos. En primer lugar es preciso poner los pies sobre la Tierra, ser honestos y omitir por un instante las fantasías narcisistas sobre nosotros, observarnos tal y como somos, con lo que nos gusta y con lo que detestamos, con lo que tenemos y con nuestras carencias; es preciso hablarnos con la verdad, pues deformando nuestra imagen y la del mundo que nos rodea lo único que conseguimos es una imposibilidad lógica en la consecución de nuestros fines, es decir, nos quedamos igual.

El trabajo de observación es quizá el más importante, pues sólo a través de este podemos descubrir las cosas que frecuentemente nos ocultamos por comodidad, pero la verdad tarde o temprano hace estragos en nuestra personalidad, así que nos obliga a verla, y entre más temprano mejor. 

Después de observar el trabajo debe estar dirigido a destruir aquellos ingredientes que poseemos y que no forman parte de nuestro sueño, de lo que queremos ser, y conseguir aquellos de los que carecemos pero son indispensables para nuestros planes.

Bien decían por ahí que cada día hay que ser lo que no somos, pero nos gustaría ser, entonces un día repentino las cosas habrán cambiado para siempre. 

Esto sugiere que los sueños son buenos como punto de partida, son los testigos del poder de nuestra imaginación, pero de ninguna forma son un estado estático en el que debemos detenernos, quizá valoramos muy poco al realismo, pero a decir verdad es sólo cuando nuestros sueños se han convertido en sucesos cuando el sosiego es realmente duradero.


Descubriéndonos


En años recientes, muchas características que antaño se pensaban eran exclusivas de los humanos fueron halladas en el reino animal. Entonces, ¿qué es lo que nos hace especiales?

Puede que la lista sea ahora más corta, pero hay ciertos rasgos que no compartimos con ninguna otra criatura terrestre.

Desde que comenzamos a escribir, hemos documentado cuán especiales somos.

Somos "animales racionales" que buscamos el conocimiento por el hecho mismo de conocer, escribió Aristóteles hace 2.000 años.

Mucho de lo que él decía sigue siendo válido. Y aunque podamos observar la raíz de estos comportamientos humanos en chimpancés y bonobos, nosotros somos los únicos en observarlos y escribir sobre ellos.

"Obviamente tenemos similitudes. Tenemos similitudes con todo lo demás en la naturaleza, sería sorprendente si no las tuviésemos. Pero tenemos que centrarnos en las diferencias", señala Ian Tattersall, paleoantropólogo del Museo Estadounidense de Historia Natural en Nueva York.

Para entender estas diferencias, un buen lugar para empezar es pensar cómo llegamos hasta aquí. ¿Por qué somos la única especie humana viva mientras que muchos de nuestros ancestros se extinguieron?
Los humanos y los chimpancés se separaron de nuestro ancestro común hace seis millones de años.

El cambio fue gradual. Dejamos los árboles, comenzamos a caminar y empezamos a vivir en grupos más grandes. Nuestro cerebro se agrandó.

No sabemos qué hizo que alcanzara el tamaño actual, pero a él le debemos nuestra habilidad para hacer razonamientos complejos.

Durante al menos 100.000 años, la evidencia muestra que nuestra tecnología era muy similar a la de los neandertales. Pero, hace 80.000 años, algo cambió.

Comenzamos a producir artefactos culturales y tecnológicos superiores. Nuestras herramientas se tornaron más complicadas. Comenzamos a darle valor simbólico a ciertos objetos.

En cambio, hay muy poca evidencia de otros homínidos produjeran ningún tipo de arte.

Pero es cierto que nosotros hemos estado en la Tierra por cerca de 100.000 años hasta que comenzaran a aparecer objetos simbólicos, entonces, ¿qué fue lo que pasó?

De alguna manera, nuestra habilidad para desarrollar el lenguaje se fue, gradualmente, "encendiendo", argumenta Tattersall. De la misma manera que las aves desarrollan sus plumas antes de que puedan volar, nosotros contábamos con las herramientas mentales para producir un lenguaje complejo antes de desarrollarlo.

Aún no está claro cuándo evolucionó nuestro lenguaje, o cómo. Pero parece que fue impulsado en parte por otro rasgo humano único: nuestras capacidades sociales superiores
.
Estudios comparativos entre humanos y chimpancés señalan que si bien es cierto que ambos cooperan, los humanos siempre ayudan más. Los niños, por ejemplo, ya tienen el instinto de ayudar. Son capaces incluso de dejar de jugar para ayudar.

La capacidad de cooperar está ligada a nuestra increíble capacidad de leer la mente. Sabemos lo que otros piensan basándonos en nuestro conocimiento del mundo, pero también entendemos lo que los otros no pueden saber

Esto nos dice algo profundo sobre nosotros. Mientras que no somos los únicos que entendemos que los demás tienen intenciones y metas, "somos ciertamente únicos en el nivel de abstracción con el que podemos razonar sobre los estados mentales de los otros", asegura Katja Karg, también del Instituto Max Planck.


Cuando juntamos nuestras extraordinarias capacidades lingüísticas, nuestra capacidad para inferir los estados mentales de los otros y nuestro instinto para la cooperación, tenemos algo sin precedentes: nosotros.

Los Tigres De Papel


La expresión Tigres de Papel se dio a conocer tras una entrevista de Mao Zedong a una periodista americana en la recordaba el antiguo dicho chino respecto a algo inofensivo pero que parece una amenaza. Mao lo aplico al "imperialismo americano". Unos años más tarde los vietnamitas le dieron la razón.

Hoy en día el sector que merece ese calificativo es el de la prensa escrita respecto su influencia en la vida política.
Desde la aparición en Europa de la prensa moderna, a finales del siglo XVIII, y el consiguiente surgimiento de la opinión pública, como consecuencia del fortalecimiento de la burguesía, los periódicos tuvieron un papel decisivo en el acontecer político, que empieza con el apoyo a  las revoluciones liberales de 1830 y 1848, que traen consigo, por primera vez en la historia, la libertad de expresión.


Su época de esplendor es la segunda mitad del siglo XIX, en la que surgen todo tipo de periódicos, serios, sensacionalistas, radicales, muchos de ellos, especialmente en Gran Bretaña, dirigidos a la clase trabajadora que estaba aprendiendo a leer. Son los primeros medios de comunicación de masas, que entienden, sobre todo en Estados Unidos, que la publicidad les permite vender a precios baratos, dando pie a la prensa amarilla, pero también a los grandes medios para la burguesía como  The New York Times, Corriere della Sera o Le Figaro.

La prensa se había convertido en un arma política, que fue usada tanto con objetivos liberales como totalitarios, especialmente entre la primera y la segunda guerra mundial, pero ya con la competencia de la radio, que al ser un monopolio estaba necesariamente al servicio del poder y que fue magníficamente utilizada por Hitler, Stalin, Churchill o Roosevelt.

Primero los políticos fundaban periódicos, pero en América los empresarios fundaron periódicos y después cadenas de radio y televisión para controlar a los políticos.

La televisión que había comenzado como entretenimiento tardó en mostrar su musculo político, pero lo hizo con fuerza a partir del famoso debate Nixon-Kennedy en 1960.

La prensa solo mantuvo su poder en países con gran tradición de medios masivos como Gran Bretaña o Suecia, pero lo fue perdiendo en otros como España donde nunca habían comprado periódicos más del 10% de la población.

Con la irrupción de internet son otra vez los periodistas los que lanzan los nuevos medios tanto por el bajo coste de entrada, como por la dispersión de la audiencia que hace que dichos proyectos tengan poco interés para los empresarios.

Allí donde la prensa era poderosa –EEUU, Gran Bretaña– son los propios periódicos los que hacen las ediciones digitales más leídas –The Guardian, The Daily Mail–, incluso con suscripciones de elevado pago como The Economist o Finantial Times. Y solo algunos digitales en USA –The Huffington Post y Politico, en la rama liberal, y Breithard, del jefe de campaña de Trump, Stephen Brannon, en la extrema derecha populista– tienen cierta influencia. En otros países, especialmente en España, cada periodista de cierto prestigio quiere tener el suyo, con la consiguiente fragmentación y el fracaso de todos los intentos de instalar el llamado muro, es decir, de cobrar.

La fragmentación ha producido un importante cambio en las relaciones entre medios de comunicación y política. Como dice Matthew Garrahan en The Finantial Times, ahora en tiempos de elecciones hay que ir a buscar el voto allí donde los votantes hablan, es decir, los bares e internet. Las grandes campañas son cosa del pasado. En Reino Unido los del Exit ni siquiera contrataron a una agencia de publicidad: los videos los hizo gratis Alex Thompson de 25 años y el magnífico eslogan Take Back Control fue ideado por el propio jefe de la campaña Frederic Cumming. La prensa estuvo dividida.

En Estados Unidos el triunfo de Trump ha sido a pesar de la mayor parte de los medios. Solo fue apoyado por la cadena de televisión Fox, algunas radios, y pocos medios digitales. Los diarios The Washington Post y The New York Times, antes todopoderosos, descubrieron algunas de sus vergüenzas, pero no han podido con él.

Su campaña estuvo basada en la cobertura gratuita de cada barbaridad que decía por parte de las cadenas de televisión, que contaban con aumentar la audiencia para obtener más publicidad. Según algunos medios americanos, dicha cobertura tendría un valor equivalente o superior a dos mil millones de dólares. En Twitter tiene más seguidores que la tirada conjunta de los principales periódicos.  

La prensa de papel intenta llevar la publicidad a sus ediciones digitales, pero el 75% de la nueva publicidad digital se la reparten entre Facebook y Google.

Estamos cerca del abismo y carecemos de guía que nos oriente.