jueves, 11 de enero de 2018

En Pos De La Excelencia


Los pensamientos que tenemos y las palabras que decimos están continuamente configurando nuestro mundo y nuestras experiencias. Muchos tenemos el viejo hábito de pensar negativamente, y no nos damos cuenta del daño que nos hacemos a nosotros mismos. Sin embargo, nunca estamos estancados, porque siempre podemos cambiar nuestra manera de pensar. Cuando aprendemos a elegir constantemente pensamientos positivos, los viejos y negativos se disuelven y desaparecen.
Así pues, mientras lees los poderosos pensamientos siguientes, permite que esas afirmaciones e ideas te inunden la conciencia. Tu inconsciente va a elegir los pensamientos que son importantes para ti en este momento. Estos conceptos son como fertilizantes para la tierra de tu mente. Al absorberlos a medida que los vas repitiendo enriqueces lentamente la base de tu jardín de la vida. Cualquier cosa que plantes crecerá en abundancia. Te veo como una persona sana y vibrante, rodeada de una belleza exquisita, teniendo una vida de amor y prosperidad, llena de alegría y risas. Estás en un maravilloso camino de cambio y crecimiento. Disfruta de tu viaje.
Los pensamientos de Louise Hay para tu inspiración:
1 Estoy en proceso de curación
Tu cuerpo sabe sanarse a sí mismo. Quita la basura negativa que lo estorba y ámalo. Proporciónale alimentos y bebidas nutritivos. Mímalo. Respétalo. Créate una atmósfera de salud y bienestar. Permítete sanar.
2 Confío en mi sabiduría interior
Hay un lugar dentro de cada uno de nosotros que está totalmente conectado con la infinita sabiduría del Universo. En este lugar están todas las respuestas a todas las preguntas que podemos plantearnos. Aprende a confiar en tu yo interior.
3 Me dispongo a perdonar
Si nos quedamos en una prisión de rencor justiciero, no podremos ser libres. Aunque no sepamos cómo perdonar, podemos estar dispuestos a hacerlo. El Universo responderá a nuestra disposición y nos ayudará a encontrar la manera.
4 Todo lo que hago me satisface profundamente
Nunca vamos a tener la oportunidad de volver a vivir este día, de modo que hemos de saborear todos y cada uno de los momentos. Hay riqueza y plenitud en todo lo que hacemos.
5 Confío en el proceso de la Vida
Estamos aprendiendo cómo funciona la Vida. Es como aprender a utilizar el ordenador. Cuando compramos nuestro primer ordenador, aprendemos los procesos básicos: cómo se enciende, cómo se apaga, cómo se inicia y cómo se termina un documento, cómo se imprime. Y nos quedamos admirados de las maravillas que hace el ordenador. Sin embargo, vemos que es mucho más lo que puede hacer cuando aprendemos más cosas sobre su funcionamiento. Lo mismo ocurre con la Vida. Cuanto más aprendemos de su funcionamiento, más maravillas realiza para nosotros.
6 Tengo el espacio vital perfecto
Nuestra casa es siempre una imagen exterior de nuestro actual estado de conciencia. Si odiamos el lugar donde vivimos, no importa a dónde nos mudemos, porque acabaremos odiando esa casa también. Bendice tu vivienda actual con amor. Agradécele que provea a tus necesidades. Dile que te vas a mudar y que otras personas maravillosas van a venir a ocupar tu lugar. Deja amor cuando te marches y sentirás el amor en tu nueva casa. Antes de encontrar el lugar donde vivo ahora, decidí que deseaba comprar una casa a personas que amaran. Desde luego, eso es exactamente lo que encontré. Mi casa está llena de vibraciones de amor.
7 Puedo liberar el pasado y perdonar a todo el mundo
Tal vez no queramos olvidar viejos agravios, pero aferrarnos a ellos nos mantiene estancados. Cuando dejo atrás mi pasado, mi momento presente se vuelve más rico y pleno.
8 El poder está siempre en el momento presente
Aunque haga mucho tiempo que tenemos un problema, siempre podemos comenzar a cambiar en este momento. Porque cuando cambiamos nuestra manera de pensar, también cambia nuestra Vida.
9 Estoy a salvo, sólo es un cambio
Lo que creemos se convierte en realidad. Cuanto más confiamos en la vida, más nos apoya.
10 Me dispongo a cambiar
Todos deseamos que la Vida y los demás cambien. Pero nada va a cambiar en nuestro mundo mientras no estemos dispuestos a hacer cambios en nosotros mismos. Muchas veces nos aferramos con fuerza a hábitos y creencias que ya no nos sirven de modo positivo.
11 Es sólo un pensamiento, y los pensamientos se pueden cambiar
Las posibilidades más terribles que nos podemos imaginar sólo son pensamientos. Con facilidad podemos negarnos a asustarnos de esa manera. Nuestros pensamientos han de ser nuestros mejores amigos, pensamientos que nos configuren nuestro mundo de manera positiva. Pensamientos consoladores, agradables, amorosos, amistosos, pensamientos risueños. Pensamientos sabios e inspirados.
12 Cada pensamiento que tengo está creando mi futuro
Siempre soy consciente de mis pensamientos. Soy como un pastor de un rebaño de ovejas; si una se despista y se va por su cuenta, con amor la hago volver con las demás. Si advierto en mi mente un pensamiento poco compasivo, nada amable, rápidamente lo reemplazo por uno compasivo y amable. El Universo siempre escucha mis pensamientos y responde a ellos, y yo los mantengo tan limpios y claros como puedo.
13 Nadie es culpable
Si nos ponemos en la piel de otra persona, comprendemos por qué se comporta de la manera como lo hace. Todos hemos sido hermosos bebés, totalmente abiertos, con confianza en la Vida, mucha autoestima y una sensación de valía personal. Si no somos así ahora, es porque en algún lugar del camino alguien nos enseñó a ser de otra manera. Podemos desaprender la negatividad.
14 Dejo marchar todas las expectativas
Si no tenemos expectativas concretas no podemos tener decepciones. Si nos amamos y sabemos que sólo nos esperan cosas buenas, no importa qué venga, porque será bueno y gratificante.
15 Veo las cosas con claridad
La mala disposición a «ver» ciertos aspectos de nuestra vida puede nublarnos la vista. Suele ser una forma de protegernos. Los ópticos hacen poco para curar los problemas de la vista; sólo recetan lentes cada vez con más aumentos. La mala alimentación también contribuye a empeorar la visión.
16 Estoy a salvo en el Universo y la Vida me ama y me apoya
Llevo esta afirmación en mi monedero. Siempre que saco dinero de él leo: «Estoy a salvo en el Universo, y la Vida me ama y me apoya». Es un buen recordatorio de lo que es verdaderamente importante en mi Vida.
17 Mi Vida es un espejo
Todas las personas de mi Vida son reflejos de una parte de mí. Los seres que amo reflejan mis aspectos amorosos. Las personas que me caen mal reflejan esas partes mías que necesitan curación. Todas las experiencias de la Vida son oportunidades para crecer y sanar.
18 Equilibro mi parte masculina y mi parte femenina
Todos tenemos una parte masculina y otra femenina. Cuando están equilibradas, estamos sanos y completos. El hombre totalmente macho no está conectado con su lado intuitivo. Y una mujer débil y frágil no expresa su lado fuerte e inteligente. Todos necesitamos ambas partes, la masculina y la femenina.
19 La libertad es mi derecho divino
En este planeta, disponemos de una total libertad de elección. Y nuestras elecciones las hacemos en la mente. Ninguna persona, ningún lugar ni ninguna cosa puede pensar por nosotros si no lo permitimos. Sólo uno mismo puede pensar en su mente. En nuestra mente tenemos libertad absoluta. Lo que elegimos pensar y creer puede cambiar nuestras circunstancias actuales hasta hacerlas irreconocibles.
20 Dejo marchar todos los miedos y dudas
Los miedos y las dudas sólo son mecanismos de retraso que nos impiden tener lo bueno que decimos desear en nuestras vidas. Dejemos que se vayan.
21 La Sabiduría Divina me guía
Son muchas las personas que no saben que en nuestro interior tenemos una sabiduría que siempre está de nuestra parte. No prestamos atención a nuestra intuición y después nos preguntamos por qué la Vida no nos funciona bien. Aprende a escuchar tu voz interior. Sabes exactamente lo que te conviene hacer.


Estrechez Mental


El conocimiento y sabiduría está presente para todos, igual que el sol, que calienta la choza de un pobre y el palacio de un maharaja, igual que el agua, la cual no hace distinciones cuando se trata de saciar la sed: no le dice al pudiente, "tu bebe" y no le dice al pobre de solemnidad: "tú no bebas".

Curiosamente, hablan de Conciencia Cósmica, Universalidad, Unidad, Dicha Suprema y tantos términos sinónimos más y resulta que son los más reduccionistas y limitadores que existen, pensando que lo único que hay en el Universo, es la Tierra y su verdad.

Algo así como aquellos que dicen que Dios es Omnipresente, Omnipotente y Omnisciente y sin embargo, limitan su presencia a un reducto limitado como una iglesia. Hindúes, musulmanes, cristianos, budistas, shintoístas, jainistas, y así hasta el infinito, ofrecen en su escaparate de creencias donde está la verdad y la inmortalidad..

Ante la necesidad biológica, psicológica y cultural de creer, nos sometemos a una guerra en nombre de lo sagrado. A las mentes lúcidas que critican estas ideas tribales que residen en nosotros, les criticamos en vez de adentrarnos en los laberintos de nuestra psique y transformarla,
Salir cuanto antes de una mente estrecha que reivindica para sí misma y mentes de similares características "el control sobre la verdad, enseñanza y tradición" es urgente e imprescindible, ya que el conocimiento se encuentra a disposición de todos los que desean acercarse a beber de esa fuente inagotable de sabiduría.

Es obvio que para aprender, es necesario acercarse a quien tiene preparación profunda, y sabe transmitir lo estudiado y aprendido, y aquellos que serán sus examinadores más rigurosos - sus alumnos que saben discernir -, entregarán su confianza a quien sabe conducirlos por lal senda de esa maravilla del desentrañar los misterios del ser humano que es el Yoga en toda su amplitud y no meramente pensar, que con ejecutar algunas acciones físicas es el súmum de la existencia humana.

 El yoga requiere amplitud de miras y no vivir en la cueva de la ignorancia. No es una religión a la que hay que adherirse y esclavizarse, como de hecho ocurre en muchos grupos, organizaciones y seguidores ciegos,

 El yoga es un camino de liberación, no sectario, Quede claro.

 Decía Suami Sivananda: "Muchos son los caminos y una sola la Verdad"



miércoles, 10 de enero de 2018

Quo Vadis?



En 1989 Eric Hobsbawm publicó un libro titulado “Politics for a rational left”, el cual compilaba una serie de textos que habían sido publicados en diversas revistas y medios académicos de Europa. 

Su obra, que recogía brillantes disertaciones de variados temas políticos, se erigía sobre la base de lo que el llamaría la búsqueda de una “Izquierda racional”… 

Que no era más que la capacidad de entrever que, en medio de la incertidumbre histórica y de la barbarie generalizada, siempre habría cabida para un proyecto transformador, emancipador y revolucionario. Su proyección teorética y política, ponían sobre la mesa algo fundamental para la Izquierda, y era que la capacidad de su acción histórica se encontraba en dos cuestiones elementales: 1ro) en la capacidad de repensarse como espectro político y 2do) en la capacidad de entender que su papel histórico era siempre un papel actual, vigente y necesario… Así pues, -siguiendo en ello a Hobsbawm- es imposible pensar en re-vitalizar un proyecto emancipador, si antes no asumimos la tarea de encontrar sus proyecciones actuales. Es impensable reforzar el proyecto político y humano de la Izquierda si no somos capaces de fortalecer su perspectiva ideológica y de impulsar su accionar político. En otras palabras, si no tenemos la certeza de definir su papel histórico para este siglo XXI… 

En esa medida, quisiera comenzar planteando una idea fundamental, y es la de que, a diferencia de la derecha, la Izquierda no puede estudiar a la sociedad y a la realidad en los simples marcos de la coyuntura, es decir, no puede ver la realidad solo bajo un método sincrónico, en donde la historia se desenvuelve en los límites de una única, omnipresente y fetichizada estructura social. No, la Izquierda no puede caer en esa burda mediocridad, debe por el contrario analizar y estudiar la realidad y la sociedad en doble vía: por un lado, en su forma estructural, y por otro lado, en su historicidad. En otras palabras, debe ver en toda estructura social una estructura histórica, una estructura que por más que presente equilibrios y estabilidades, está sujeta a un desarrollo cambiante, está sujeta a procesos de transformación. Pero también debe comprender que dichos procesos no son inanes, sino que responden a la praxis social y política… A la praxis revolucionaria de los hombres y de las mujeres. 

Solo entendiendo esta forma epistemológica de ver y percibir el mundo, es que la Izquierda pude reafirmar su papel crítico. La Izquierda cumple en el mundo un papel crítico-práctico, ya que es un espectro político profundamente inconforme con nuestra realidad actual, hegemónica, en donde los privilegios priman sobre los derechos, en donde la politiquería prima sobre la política, en donde la guerra prima sobre la paz, y en donde la ganancia y el libre mercado priman sobre la dignidad del ser humano. Pero esta crítica hacia esta denigrada realidad no puede marginarse –como lo entendió el brillante pensador y revolucionario de Tréveris-, de la crítica a las relaciones sociales que tienen cabida en una sociedad de tipo capitalista. Unas relaciones en las que el ser humano solo pude desplegar sus potencialidades, siempre y cuando estas se suscriban en los marcos del valor económico abstracto en su incesante proceso de valorización, es decir, en el marco de una libertad falsa, ilusoria y enajenada. 

De esta manera, la Izquierda está centrada en un punto histórico trascendental, en donde es necesario la búsqueda de una alternativa, una alternativa a la barbarie de la modernidad capitalista. Pero para ello, es necesario plantear otro punto -que será el último que delimite en esta breve disertación-. Si la Izquierda quiere entender su rol histórico, debe interiorizar algo elemental, y es que el sujeto de cambio es y debe ser un sujeto plural y multifacético, mas no un sujeto unidimensional y monolítico. Debemos, además de convocar a los diversos movimientos sociales, nutrirnos de toda una tradición de pensamiento crítico y radical latinoamericano, el cual, desde Mariátegui, reconoció en lo indígena, lo afro, lo campesino y en general, en lo subalterno, formas maravillosas de ver, entender y vivir el mundo. Esto último es indispensable para modelar un proyecto emancipatorio y de cambio social, ya que lejos de hacernos caer en romanticismos, potencializa el ser social, político y cultural de nuestros pueblos. 


Es por esto, que si la Izquierda quiere comprender su papel histórico para este siglo XXI, deberá asumir que el tiempo histórico es, -siguiendo en esto a Walter Benjamin- un jetztzeit, que en castellano traduciría un tiempo-ahora. “Para Benjamin, jetztzeit no es una noción descriptiva, sino más bien prescriptiva”. Es un llamado a la acción, a la praxis, al cambio; pero es un llamado a la acción que se requiere ¡Ya! ¡Ahora mismo! Para Benjamin, la acción auténticamente revolucionaria es aquella que no da espera, es aquella que no espera “el momento preciso”, sino que actúa y se legitima en su accionar; un accionar ejemplar, humano, transformador, utópico y mesiánico. Por ello, los que dicen que la sociedad no está lista para la izquierda, para el cambio, para un nuevo mundo posible y necesario, se equivocan. No existe, no ha existido, y no existirá el momento preciso. 

De esta manera, quisiera terminar parafraseando a Pedro Joel Reyes López en lo siguiente: “así como en la tradición judía cualquier momento es bueno para la llegada del Mesías, para la Izquierda cualquier momento será bueno para la acción”. Y será el momento bueno no porque la Izquierda tenga el don de la infalibilidad, sino porque será la única capaz de accionar el freno de emergencia… El freno de ese tren que, -conducido por la derecha- nos lleva ineludiblemente hacia la barbarie… 

La Búsqueda Permanente

Filosofía

He leído tratados y más que ellos, lectura contada de experiencias vividas. Encontrándome en esta “bendita”  sociedad con una gama diversa de interpretaciones que nos distancian de una postura similar en cuanto al concepto felicidad.

No es extraño, desde Aristóteles, Séneca, Benito Spinoza, los hedonistas griegos, San Agustín, Santo Tomás de Aquino y todos los filósofos de la historia, doctrinas y personajes aconsejan muchas maneras acerca de asumir una felicidad de vida.

Sin embargo, toda persona se casa con el interés ineludible de pasearse la existencia en el sagrado destino de encontrar felicidad, que sin contar con una teoría clara de ella, siente en alma y pasión los placeres de lo que entiende es su encanto feliz.

El frenesí merma la posibilidad de ser feliz, porque rotundamente pasajero abandona en cuestión de segundos al individuo.

He visto en los religiosos, en los espiritualistas, en confesiones tan disímiles como la misma cultura de  la  humanidad, en fervorosos partidarios del socialismo, del comunismo o de  cualquier dogma político, sonreír  y defender ardorosamente sus ideales con tantas entereza que se tornan dispuestos a alcanzar sus ideales a expensas de los mayores sacrificios.

"Así, en cada individuo encontramos una apreciación e identificación de la felicidad que dista de la del otro, atendiendo a su cultura, a sus ideales, credos, educación o modelo familiar"

Esta es una especie de  antesala a lograr la supuesta felicidad que el hombre en todas las latitudes persigue.

Unos lo hacen por la libertad, donde no existe más que esclavitud; otros por la justicia, donde aquella perece, y muchos luchando por ideales sagrados. 

En fin, un sinnúmero de personas clamando desesperadamente por el pan, por un empleo o por la educación para todos. No hay límites, nadie ignora seguir la esperanza de que un día tropezará con ese designio necesario e impostergable consubstancial del ser humano, porque precisa para hacer de su existencia una vida y un entorno de calidad.

La lucha suele llegar en ciertas circunstancias  a un paroxismo que enaltece la dignidad y orgullo de quienes los soportan a veces con la muerte o la prisión.
El problema es que cada cual mide, valora y busca una filosofía, una ruta u orientación existencial, que no se compadece con la del otro.

En Dios la encuentra los creyentes, toda vez que sólo Dios para ellos pródiga la felicidad conforme a ciertos cumplimientos para la conquista de la divina felicidad, dada en el cielo por la entrega a la obra de Dios y el seguimiento doctrinario al libro sagrado, sea la Biblia, el Corán, o el Tao Te Ching. 

En la cultura de los pueblos queda signada la impronta de ritos, creencias y mitologías en la plasmación de un ideal sagrado de felicidad terrenal y divino, no basta con sólo encontrarla en el ámbito terrenal, apuran los seres humanos en visualizarla más allá de este mundo, en otro mundo misterioso, ignoto y divino, que Platón llamó “mundo ideal”, donde las cosas son auténticas y no evanescentes, como en nuestro mundo pálido.

Cuando una inclinación se hace con plena identificación con otro-a o algo que revolotea constantemente en nuestro íntimo ser, ha surgido un amor que asume los sentimientos más profundos, la voluntad de entrega, provocando felicidad en quien lo engendra.

Ya Aristóteles, en su texto Ética a Nicómaco, veía la política como el bien supremo, dado a que su fin era producir el mayor bienestar público. Sentencia que no basta  el conocimiento para actuar correctamente, es necesaria la firmeza de carácter.

Sería muy útil que los entregados hoy a la política y los negocios hagan una relectura del Estagirista para que encaminen sus pasos hacia el bien común de la sociedad donde ejercen su competencia y tomen conciencia de que el objetivo último de ese oficio publico es la búsqueda de la felicidad del hombre. Pero no,

la tendencia por apoderarse de los bienes materiales para provocarse deleite y placeres; o que cada grupo o persona en desvarío persiga un tipo de inclinación particular como modelo de felicidad. Ésta (la felicidad) ha de perseguir un bien común, una ética que mueva el comportamiento humano conforme a ciertas normas y reglas de convivencia y bienestar general.


Por eso, no aconseja Aristóteles que depositemos en los jóvenes la confianza en las acciones morales porque ellos no dan demostración por su carencia de experiencia y les falta el tiempo como referencia de sus acciones. Así, en cada individuo encontramos una apreciación e identificación de la felicidad que dista de la del otro, atendiendo a su cultura, a sus ideales, credos, educación o modelo familiar. Unos se comportan materialistas, otros espiritualistas, moralistas, hedonistas o de postura equilibrada, aunque todos vibran por darse con la felicidad anhelada.

martes, 9 de enero de 2018

La Diversidad Lingüística


Consciente de que la diversidad cultural se fortalece mediante la libre circulación de las ideas y se nutre de los intercambios y las interacciones constantes entre las culturas,

Reiterando que la libertad de pensamiento, expresión e información, así como la diversidad de los medios de comunicación social, posibilitan el florecimiento de las expresiones culturales en las sociedades,

Reconociendo que la diversidad de expresiones culturales, comprendidas las expresiones culturales tradicionales, es un factor importante que permite a los pueblos y las personas expresar y compartir con otros sus ideas y valores,

Recordando que la diversidad lingüística es un elemento fundamental de la diversidad cultural, y reafirmando el papel fundamental que desempeña la educación en la protección y promoción de las expresiones culturales,

Teniendo en cuenta la importancia de la vitalidad de las culturas para todos, especialmente en el caso de las personas pertenecientes a minorías y de los pueblos autóctonos, tal y como se manifiesta en su libertad de crear, difundir y distribuir sus expresiones culturales tradicionales, así como su derecho a tener acceso a ellas a fin de aprovecharlas para su propio desarrollo,

Subrayando la función esencial de la interacción y la creatividad culturales, que nutren y renuevan las expresiones culturales, y fortalecen la función desempeñada por quienes participan en el desarrollo de la cultura para el progreso de la sociedad en general,

Reconociendo la importancia de los derechos de propiedad intelectual para sostener a quienes participan en la creatividad cultural,

Persuadida de que las actividades, los bienes y los servicios culturales son de índole a la vez económica y cultural, porque son portadores de identidades, valores y significados, y por consiguiente no deben tratarse como si sólo tuviesen un valor comercial,

Observando que los procesos de mundialización, facilitados por la evolución rápida de las tecnologías de la información y la comunicación, pese a que crean condiciones inéditas para que se intensifique la interacción entre las culturas, constituyen también un desafío para la diversidad cultural, especialmente en lo que respecta a los riesgos de desequilibrios entre países ricos y países pobres,


Consciente de que la UNESCO tiene asignado el cometido específico de garantizar el respeto de la diversidad de culturas y recomendar los acuerdos internacionales que estime convenientes para facilitar la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y de la imagen.

La Fantasía



“Fantasear o soñar despierto, a nivel mental, cumple una importante misión en desarrollar una plasticidad que permita reaccionar de forma óptima a los imprevistos

En alguna ocasión le preguntaron al irreverente dramaturgo rumano Eugenio Ionesco sobre la fantasía. Dueño de una obra poblada de situaciones insólitas que no hacían más que remarcar el patetismo de la vida moderna, sonriente respondió: “la libertad de la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad, es creación y osadía”.

Lo cotidianamente pragmático de la vida moderna parece indicarnos que la fantasía es casi una facultad en desuso. Quizás privativa de artistas o de científicos, o de locos soñadores que aún siguen creyendo en utopías, la escondemos en un área restringida. Lo concreto y material de las metas que la sociedad nos va proponiendo, incentivan más el cultivo a una actitud en la vida que apunte a pisar bien firme. Desde los primeros pasos ya estamos encaminando a nuestros retoños  con prácticos consejos sobre lo mejor para su futuro,  que apunten a actividades rentables que les permitan cumplir ciertas metas. Casa, vehículo, viajes están en la  larga lista que van sumando al son de la registradora. La fantasía queda para los muertos de hambre o  fracasados idealistas.

La palabra fantasía proviene del nombre de un dios griego, Phantasos, hijo de Hipnos, personificación del sueño, y Parsitea, una de las diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad y la fertilidad. El servidor de los sueños que tiene la propiedad, a través de imágenes, de mostrar, manifestar, hacer que cosas, personas y situaciones se aparezcan. Una manifestación profunda de una re elaboración de la realidad.

Recientes estudios científicos han demostrado que fantasear, o lo que comúnmente se conoce como soñar despierto, cumple una importante función. 

Lo curioso radica en que cerebralmente ésta  comparte la misma región con las que realizan lo que se denominan funciones  de ‘piloto automático’. En la Universidad de Cambridge se tomó a 28 voluntarios y se les solicitó que agruparan un naipe de cartas siguiendo ciertos patrones, entretanto se monitoreaba su actividad cerebral mediante scanner. Una vez que se aprendían las reglas, el  monitoreo demostró que la zona más activa era precisamente la del ´piloto automático’ o red neuronal por defecto. Esta red nos permite predecir lo que sucederá, reduciendo la necesidad de pensar.

“En esencia un piloto automático nos ayuda a tomar decisiones rápidas cuando sabemos cuáles son las reglas del ambiente en el que estamos. Por ejemplo, cuando conduces hasta tu oficina por la mañana siguiendo una ruta conocida se activa la DMN, lo que nos permite realizar nuestra tarea sin tener que invertir grandes cantidades de tiempo y energía para tomar cada decisión”, explica Danitz Vatansever a cargo del estudio.


El estudio demostró que aquellos voluntarios que tuvieron mayor éxito en la prueba tenían una mayor actividad en la zona del hipocampo, asociada precisamente a la capacidad de fantasear. Esto constituye una ventaja al momento en que el ambiente cambia y la situación de red neuronal por defecto no está funcionando, y requiere de tomar el control consciente y dar un golpe de timón.

Aceptar Las Diferencias



Debemos de aceptar que hay multitud de opiniones, multitud de culturas, multitud de ideologías, multitud de costumbres, multitud de creencias, multitud de tradiciones, multitud de gustos, multitud de necesidades….. No las tolero. Las ACEPTO.

Tolerar significa creer que nuestra opción es la única válida, y que “postergas” la aceptación de que todas son tan válidas como la nuestra.

Porque tolerar es no aceptar que todas las demás realidades son iguales de válidas que la nuestra, y debemos auto censurarnos y tragarnos lo que no nos gusta.

Porque tolerar es no validar todas las demás culturas, diferentes a la nuestra, por el simple hecho de creer que la nuestra es la única realidad posible.

¿Qué hubiera pasado si en lugar de nacer en Uruguay, hubiera nacido en Nueva York? ¿Y si a pesar de haber nacido en Uruguay, hubiera sido criado y educado en Nueva York?

Nuestra opción, tu opción, es tan válida como la de cualquier otro ser humano de la tierra. Mientras no sea una imposición, mientras no sea dañina para tu persona, ni para la otra persona, prefiero ACEPTAR Y RESPETAR en lugar de TOLERAR.

Respetar es aceptar que el otro tiene otras metas, otras inquietudes, otras necesidades, otras prioridades, además de otra cultura o ideología. Y que sus opiniones, decisiones, inquietudes y cultura son tan válidas como la nuestra
.
Tolerar es permanecer en una lucha continua, entre lo que pensamos que está mal en el otro, y lo que debemos “defender” en nuestra vida ante el otro.

Es preferible cambiar la tolerancia, por la aceptación total y plena de la diversidad que hay en los demás. Respetar las diferencias, aprender de las diferencias, crecer gracias a las diferencias.

 ¿Qué opinión tienen de nosotros otras culturas? ¿Cuál es la “correcta”?  No hay correcta o incorrecta, sino diferencias. Y cada una corresponde a una historia, a una región, a una determinada manera de ver la vida, tan válida, como la que nosotros podemos tener
.
El día que las diversas sociedades se acepten entre sí, en lugar de tolerarse, habremos avanzado un gran paso.

¿Qué tal si te pones a pensar cómo es tu relación con otras costumbres, otras decisiones, otras opiniones, otras culturas, otras enseñanzas, otras ideologías, otras sabidurías, otras creencias….?


Solidaridad



Podemos definir a la solidaridad como el acto mediante el cual una persona realiza acciones en beneficio de otro sin recibir nada a cambio. La solidaridad es, realmente, la base de la sociedad humana si se tiene en cuenta que cuidándonos unos a otros es que podemos sobrevivir. Sin embargo, en los días actuales la solidaridad suele pasar desapercibida o no ocupar tanto espacio en nuestras vidas debido a todas las ocupaciones y temas a resolver que solemos tener.

Esto hace que el fenómeno de la solidaridad sea muy particular: hay situaciones o circunstancias en las que los habitantes de una comunidad se activan y ponen en juego la solidaridad más elemental (por ejemplo, cuando se organizan para ayudar a los damnificados por una catástrofe climática) pero también hay situaciones en las que el individualismo prima y cuesta ver al otro que sufre, solo, en la calle, sin amparo de nadie.

Muchas veces se sostiene que la solidaridad es un buen modo de paliar situaciones dolorosas en las que el Estado demostró su ausencia o no actuó correctamente. Así, la organización popular frente al abandono de los gobiernos muchas veces termina siendo muy efectivo. Sin embargo, debemos marcar que esto no es suficiente ya que es responsabilidad de los Estados y de quienes administran los recursos actuar correctamente para evitar catástrofes o situaciones de abandono pero también para contrarrestarlas cuando las mismas se dan.

Es común ver gente en la calle, libradas a la suerte de la falta de protección y si bien muchas personas pueden organizarse para ayudar, esto es un deber del Estado que cualquier ciudadano debería poder reclamar y exigir que se cumpla.

Como ciudadanos es también responsabilidad nuestra exigir que tales obligaciones se cumplan no sólo para nosotros sino cuando vemos a alguien desamparado. Es a partir de la idea de solidaridad con el otro que surgen las ONGs, organizaciones no gubernamentales que buscan solidaria y desinteresadamente solucionar problemas allí donde el Estado no está presente.

La importancia de la solidaridad tiene que ver entonces directamente con el desarrollo social. En este sentido, es importante aclarar que por solidaridad entendemos cualquier acto desinteresado que pueda significar un beneficio para un tercero y que en el fondo también supone algún nivel de satisfacción para aquel que lo lleva acabo.

Hay muchas maneras de ser solidario y si bien algunas personas participan de manera constante y mucho más activamente (como por ejemplo alguien que organiza un comedor para niños, lo cual requiere una presencia permanente), uno también es solidario cuando realiza una acción particular que puede no tener continuidad en el tiempo (como por ejemplo cuando se colabora en alguna colecta social). Lo importante es tener en cuenta que todos los aportes que uno pueda hacer servirán para mejorar la calidad de vida de aquellos que no tienen todo y que entonces, la solidaridad puede fácilmente convertirse en un medio para dar solución o ayuda a quienes más lo necesitan y también para que nos sintamos parte de un todo que es la sociedad, una sociedad que debe ser vivible para todos sus miembros y habitantes.

Relaciones Humanas


Todo acto en el que intervengan dos o más personas es una relación humana. Se considera que las relaciones humanas son el contacto de un ser humano con otro respetando su cultura y normas, compartiendo y conviviendo como seres de un mismo género en una sociedad.

El hombre se relaciona con los demás, ya sea de manera familiar, colectiva o laboral. Éste intercambia con otras ideas, opiniones, anécdotas, experiencias, inclusive cosas más personales.

Una de las finalidades de las relaciones humanas es favorecer un buen ambiente y convivencia para lograr así la comprensión de las demás personas; ponerse en el lugar de otro ayudará a ese individuo a sentir más confianza y seguridad en momentos difíciles y de tensión para él.

Es importante saber que para lograr una excelente relación humana lo primero y principal es aceptarse a uno mismo, así aceptarás a los demás y por consecuencia serás aceptado.

En el trabajo, es indispensable crear buenas relaciones humanas debido a que nos permitirá encontrar satisfacción por nuestro propio trabajo, aumentar la productividad, incrementar el desarrollo personal con base en un buen equipo, y lograr el reconocimiento de los demás.


lunes, 8 de enero de 2018

Enconos


En sentido recto enconar significa inflamarse una llaga o una herida, irse empeorando. Por analogía se dice en sentido metafórico, irritar, exasperar los ánimos; ponerlos en peor estado de aquel en que antes se hallaban, pues el encono es una mala voluntad, un rencor que ha llegado a arraigarse en el alma: es un sentimiento vivo y permanente de odio contra cualquiera.

Enemistar es ocuparse, por mala intención y perjudiciales hábitos, en sembrar el desorden en las familias, en las reuniones, sociedades y compañías, produciendo desavenencias, odios y persecuciones; cualidades perjudiciales que hacen tan aborrecibles cuanto dañosos a los que las tienen, y obligan a huir de su trato y comunicación.

El encono persigue con ardor y se aprovecha de cuantas ocasiones halla de dañar a su enemigo. La enemistad suele ser muchas veces secreta, disimulada, cubriéndose a menudo con la máscara de la amistad.

Está muy enconado contra ese hombre, y se obstina en perseguirle de todos modos

Hace mucho tiempo que reina la enemistad entre esos dos hermanos.

Domina a esas dos familias secreta enemistad.

El encono proviene de injurias verdaderas o imaginarias, de las que se intenta de todos modos tomar venganza. El encono excede aun en maldad al odio por la actividad y ardor que guía al enconado a ocuparse continuamente en la venganza, en el daño y en la destrucción del contrario. 

El encono sólo se dirige a las personas: el odio tanto a estas como a las cosas. Se tiene odio a cuanto nos daña, ya sea material, ya inmaterial.

Puede tener el odio un sentido bueno. Se odia al vicio, a la maldad. El encono siempre se toma en mal sentido.

El odio es un sentimiento de pena y aversión que una persona o cosa excita en lo hondo de nuestro corazón, ya a causa del mal que nos ha hecho o nos hace o creemos que pueda o intente hacernos, ya porque contraría poderosamente a nuestros intereses, pasiones y gustos.

El rencor, que en lenguaje vulgar y bastante expresivo, se suele llamar tirria, es el resentimiento oculto en el corazón del rencoroso hasta que se presenta ocasión adecuada para vengarse completamente del que aborrece.

Y aún podremos decir que la tirria excede en su odio al rencor, pues se convierte en una especie de tema 6 manía contra cualquier persona, tan tenaz y continua que hasta en las cosas más mínimas e indiferentes se manifiesta sin descanso, oponiéndose a cuanto dice o hace.

En sentido recto resentirse una cosa es presentar señales de quebrantarse, separarse, no estar firmes las partes que componen el todo, y asi se dice: se resintió la pared, el arco, la ensambladura, el maderaje: ese edificio está resentido, por lo tanto no muy seguro. Por traslación se resiente la amistad, el trato, cuando se advierten señales de desagrado..

Cuando el resentimiento es fundado y de cosa importante, se convierte en enojo. Resentimiento es, pues, el amargo y profundo recuerdo de una injuria particular, de la que desea uno satisfacerse; pero el rencor pasa mucho más allá, pues pretende causar todo el mal posible hasta la destrucción del contrario.

Llamase repugnancia a la oposición o contradicción que se advierte entre dos cosas; a la incompatibilidad de cualidades en una misma; a la resistencia que oponemos al convenir en una cosa o admitirla; a hacerla, cuando es forzoso, de mala voluntad. Repugna un manjar que no agrada; repugna una persona que nos contradice: repugna una medicina que amarga: hacemos con repugnancia lo que nos mandan, porque nos es incómodo o desagradable: repugnante es cuanto contradice á nuestras inclinaciones.

La aversión consiste en cierta oposición, muchas veces natural e invencible a ciertas personas o cosas que hace que evitemos su presencia y aún su recuerdo; que huyamos de su trato, comunicación y uso, por lo que nos incomodan y dañan.


Asumir Responsabilidades


Las personas que tienen una autoestima elevada son responsables de su propia vida y toman un rol activo y no pasivo ante las dificultades. Buscan las maneras de solucionarlas en lugar de culparse o buscar a alguien que arregle sus problemas. Además, luchan por conseguir sus metas por sí mismos, sin esperar que otra persona o el destino les ayude a cumplirlas.

Estas personas, que han asumido la responsabilidad de su propia existencia, tienen más confianza en sí mismas y están más preparadas para la vida, por lo cual, su autoestima continuará aumentando.

Por el contrario, la gente que no asume la responsabilidad de sus propias acciones se siente víctima de los demás y se lamenta por su mala suerte. No tiene el control de su propia vida, ya que ha sido él mismo quien se lo ha dado a los demás. Así, cuando fracasa, siempre puede culpar a alguien pero jamás podrá sentir que tiene el poder de cambiar o mejorar su existencia.

Para empezar a vivir de manera responsable, es necesario admitir que nadie va a venir a ayudarnos cada vez que necesitemos algo. Una vez que hemos aceptado que la responsabilidad de nuestra vida está en nosotros mismos, nos volveremos más activos y capaces y, por este simple hecho, nuestra autoestima aumentará.

Asumir la responsabilidad de nuestra vida implica ser responsable de nuestras elecciones y acciones, de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, del cuidado de nuestro cuerpo, de nuestras relaciones personales y cómo las tratamos, del significado de nuestra existencia, de nuestras emociones y pensamientos…

Por último hay que tener en cuenta que no todo se puede controlar en la vida. Puede haber hechos accidentales de los que no podemos responsabilizarnos. 

Tanto culparnos por hechos que escapan a nuestro control como no aceptar nuestra responsabilidad de los hechos que sí podemos controlar, conducirán a que nuestra autoestima se reduzca. Hay que saber qué cosas dependen de mí y cuáles no para poder mantener una autoestima equilibrada.


domingo, 7 de enero de 2018

Preservar Nuestra Cultura



El peligro de desdeñar la cultura no solamente concierne a aquellos involucrados directamente en las artes sino a todos.

La importancia de conservar y apoyar las iniciativas culturales es vital para seguir sosteniéndonos no sólo como individuos, sino para preservar nuestra identidad.

Tal identidad es la que nos diferencia de esa otra parte del mundo que igualmente se preocupa y ocupa de sostener sus características que los hace únicos.

Podemos irnos al concepto de ser latinoamericano. ¿Qué es aquello que nos hace ser Latinoamericano? ¿Únicamente el idioma o por la diversidad de lenguas nativas de cada país?

Ser latinoamericano engloba una serie de elementos de mucho peso que nos distinguen, en buena o mala medida, de los demás actores del mundo, como puede ser la pobreza, desesperanza, pocas oportunidades de trabajo, sobreexplotación laboral; la insistencia en creer en un gobierno paternalista, nuestras creencias, las formas que tenemos de resolver problemas, nuestras revoluciones, el sufrimiento humano, el nivel de violencia, la sangre del narcotráfico; el sistema educativo fallido, y ¿por qué no?, también los sueños y los anhelos por conseguir ser algo que, pensaría Descartes, tenemos negado por simple naturaleza.

Esas son unas cuantas características que compartimos los latinoamericanos. Y lo sabemos por medio de la historia, de los libros, del arte, de nuestra artesanía, de las civilizaciones precolombinas, etcétera.

Conservar y seguir desarrollando nuestra cultura es fundamental para nuestro crecimiento y conocimiento de nosotros como seres que vivimos en sociedad.

Hoy el tiempo es negro, mucho por esa pérdida cultural que tenemos y padecemos.

Sí, es un mundo globalizado, pero tal serie de elementos que funcionan a nivel global, deben de adaptarse a nuestro estilo de vida y forma de pensar; es decir, de nuestra cultura.

No podemos ser totalmente materialistas, porque en esencia no lo somos. Todavía volteamos al cielo para encontrar respuestas.

Es día en el que se venera a una Virgen de Guadalupe donde Octavio Paz vio a Tonantzin: “Madre de dioses y de hombres, de astros y hormigas, del maíz y del maguey (…) fue la respuesta de la imaginación a la situación de orfandad en que dejó a los indios la conquista”

Gran parte de nuestro deterioro como sociedad tiene que ver con el hecho de no haber aprendido a adaptar costumbres extranjeras a las nuestras, sino que las quisimos e impusimos con calzador.

El problema del querer ser, del culto a la posesión de lo material, el apegarse a las ideas delirantes de futuro; es decir, todo el sistema capitalista y cosificado que prevalece en la actualidad, y desde el cual se puede ensayar sobre la motivación de, por ejemplo, los involucrados en el narcotráfico (dejando a un lado las circunstancias de pobreza y de maldad), tiene que ver con esa pérdida de valores que se han ido erosionando con el paso de los años.

Sí, nuestra historia está llena de sangre con nuestras guerras intestinas, civiles, independentistas, revolucionarias, etcétera, pero la pregunta es, ¿cuál ha sido el motivo de éstas? Válidas en su mayoría, pues había una razón que competía a nuestra cultura, como puede ser la Guerra de Reforma, la propia Revolución o la Guerra Cristera.

Lo de hoy, la del narcotráfico, es una guerra que no debió enraizarse en nosotros, que no era nuestra, que en su núcleo está podrida pues allí no habita ninguna virtud como lo pudo ser antes el de la libertad

Pensemos en que dependemos de nuestra cultura para salir adelante de nuestros problemas.

Leer el pasado sirve para prever las consecuencias del futuro. Los focos rojos están encendidos; hay que saber leerlos para poder resolver todos nuestros problemas que como sociedad nos están consumiendo.

No esperemos que el gobierno resuelva los problemas que ellos mismos no han aprendido a descifrar, porque no tienen los elementos necesarios para solucionarlos ya que no conocen ni quieren saber de nuestra propia cultura.


Humanidad


Humanidad es un concepto que se refiere al ser humano en su totalidad, a sus características esenciales, a las cualidades que posee, a las acciones que es capaz de llevar a cabo, a su capacidad de raciocinio, a sus dotes de comunicación y a la posibilidad que tiene de tomar decisiones conscientes y ejecutarlas. También se refiere al comportamiento humano en general y a sus manifestaciones entre las que destacan de manera sobresaliente la compasión y el altruismo.

Humanidad es la cualidad que tiene el ser humano de compartir con sus semejantes con generosidad, equidad y desprendimiento, una manifestación de la condición humana que posibilita la convivencia, el respecto de los Derechos Humanos, la preservación de la paz, el sostenimiento del sistema democrático y el desarrollo de los pueblos y de la sociedad en particular.

Humanidad es un término universal que, sin embargo, no se aplica de manera  global, sino parcial dependiendo de los intereses establecidos en un momento dado. De ahí la importancia de preservar la Humanidad, de protegerla, de fomentarla y de extenderla por el bien de los individuos, de los pueblos, de las naciones y del planeta.

La Humanidad sólo es posible desde el entendimiento, desde el diálogo, desde la comprensión y desde la convivencia, empleando para ello la capacidad de compartir que posee el ser humano. Solamente compartiendo el ser humano desarrolla su Humanidad y establece las bases de un mundo más justo, más equilibrado y en paz.

En un mundo con Humanidad no hay cabida para el odio, el principal enemigo de la Democracia y de los Derechos Humanos. De ahí la importancia de fomentar la Humanidad en todos los órdenes de la vida, incluidos los sistemas sociales, políticos y económicos.

. La Humanidad es el mayor activo humano y social del individuo hacia los demás seres humanos.
. El odio es el mayor enemigo de la Humanidad.
. Los caminos de la Humanidad son grandiosos, porque conducen al bien común.
. La fuerza de la Humanidad es grande y muy poderosa, ya que es la fuerza de todos.
. Todos dentro de nuestros corazones somos humanos. Hay quien no lo sabe o simplemente está muerto en vida.


El Lenguaje Efectivo De La Solidaridad


“Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.”

¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de ser solidarios? Nos referimos a esa actitud, a esa disposición del ánimo, de la mente y del cuerpo a estar presentes y comprometidos con el otro en todas nuestras acciones. Con mayor precisión, estar presentes y comprometidos con el otro significa acudir y tratar de solucionar las urgencias de nuestros semejantes, empoderándolos y capacitándolos para salir adelante frente a una situación desfavorable.

Nos encontramos frente a una situación desfavorable cuando un cercano padece condiciones que reducen, estrechan y degradan sus derechos a vivir una vida digna; cuando no es posible para el prójimo o se le hace cuesta arriba alimentarse, educarse, gozar de salud, de posibilidades de empleo, de seguridad social, de trato igualitario, respetuoso y justo de su entorno social, a fin de cuentas, cuando carece de oportunidades de crecimiento a corto, mediano y largo plazo porque en vez de oportunidades sociales lo que recibe de su sociedad son exclusiones y discriminaciones sociales.

El padecimiento de la exclusión y de la discriminación social se vive como un sentimiento de grandísima injusticia social por parte de aquellos que sufren la negación de la sociedad en sus múltiples formas. Por poner un ejemplo, una de las negaciones sociales más repetidas a diario en Latinoamérica, extensivo a otras regiones del planeta,  tiene que ver con el empleo. 

Esto es así porque se vive como una grandísima injusticia social que la remuneración que se obtiene del trabajo no permita alimentarse, educarse, tener salud y vivienda dignas, no obstante los esfuerzos y sacrificios realizados en capacitarse.

En esta dirección, imagínense, entonces, cuán grande se debe sentir la injusticia social cuando ni siquiera un empleo es posible porque toda la economía ha convertido en números la maquinaria social de oportunidades y se ha olvidado que son personas y familias enteras las que están detrás de las demandas laborales. Esto por poner un ejemplo en el campo de las oportunidades laborales y de las economías que no buscan el bienestar social y la inclusión social justa,
favoreciendo a unos y negando a otros.

Así que los caminos sociales para reparar tal injusticia se logran sólo si la sociedad entera se solidariza con aquellos que padecen dichas situaciones de exclusión y discriminación social y busca por todos los medios –educativos, políticos y económicos- solucionar dicho padecimiento al generar las posibilidades de inclusión social que restituyan la dignidad de aquellos que padecen diariamente la negación de un sistema.

Valga resaltar que el ser solidarios no se trata ni de una regalía que le hacemos al otro ni de un favor que lo endeuda de por vida por el hecho de haber sido auxiliado. Es, más bien, restituirnos como sociedad la decencia social perdida a causa de las discriminaciones y exclusiones sociales que nos envuelven. 

Esto es así porque con nuestra acción solidaria ayudamos a revertir las injusticias sociales y  liberamos al otro de una realidad injusta que nos repercute a todos los miembros de la sociedad por igual.

Mientras que la solidaridad promueve sentimientos de empatía y nos hace acercarnos al otro sin ánimos de juzgarle ni de disminuirle por encontrarse en situación de vulnerabilidad: se busca ayudar, sanar y hacer crecer gracias a una auténtica voluntad de escucha. Ser solidarios propicia el diálogo, el reconocimiento cercano y la confianza porque el otro es un igual que debe ser escuchado, atendido y promovido.

La solidaridad implica que nos ponemos en lugar del otro y que no tenemos miedo de él ni miedo a que sus circunstancias dolorosas nos salpiquen, más bien, nos fortalecemos junto con él en humanidad sembrando esperanza social porque en conjunto construimos una polis sana eliminando aquello que nos desiguala o que se empeña en distanciarnos como seres humanos.


Cultiva Tu Amor Propio


Es un hecho que las relaciones son cambiantes y que el amor se acaba. 

Sabiendo esto, es natural que aceptemos que en un momento u otro pasaremos de un primer plano a un segundo e incluso a un tercero. Sin embargo, no es tan lógico que estos cambios sean de la noche a la mañana, que dejes de importarle a alguien tan rápido, en una relación en la que supuestamente hay amor.

Cuando vivimos esto en nuestra piel y creemos que hemos dejado de importarle a una persona, comenzamos a estructurar una mapa mental con el fin de conocer cuáles han sido las causas de que el otro pase de nosotros. 

Obviamente, la consecuencia directa de comernos la cabeza con esta historia es muy simple: acabamos montándonos una película que ni nosotros mismos nos creemos.

Intentamos excusar a la persona que nos ignora, que actúa de manera indiferente y que, incluso, nos hace daño. Aguantamos noches en vela, despedazamos nuestra autoestima, le decimos adiós al orgullo y deshacemos en migajas nuestro amor propio.

Al final, el panorama que tenemos ante nosotros resulta desolador: nos hemos destrozado y quien tenemos o teníamos a nuestro lado lo han permitido e incluso potenciado.

Pero eso sí, puedes estar por el suelo, pero no hay nada como tocar fondo para poder salir a la superficie.

En el mismo instante en el que te das cuenta de que llevas tiempo sin importarle a esa persona, te percatas de que a quien te debes dedicar es a ti mismo. 

Si cultivas esa relación, conseguirás crear una red de intercambios saludables a partir de los cuales nunca más podrán destruirte.


Déjame Decirte



El tiempo discurre sin detenerse en los pequeños detalles que perfilan los instantes de los días.

El tiempo no atiende a la ausencia de recuerdos, el tiempo va pero no vuelve, se deshidrata entre los reflejos de las horas sin más.

Cuando los días se vuelven insensatos, cuando no dejan cicatrices en nuestra memoria, el devenir de las horas se convierte en un pasajero incómodo en la existencia.

Porque el tiempo se evapora pero la memoria se hundió en un momento determinado y desoye la caducidad de los días.

Esa falta de recuerdos nos vuelve frágiles, inseguros, perdidos en unas rutinas desconocidas. 

Déjame decirte qué día es hoy es la valentía de una memoria que ha de aprender a sobrevivirle a los recuerdos diariamente, a enfrentarse con lo que olvida cada noche, a encontrarse con lo desconocido para aprehenderlo durante unas horas y abandonarlo al anochecer. 

Déjame decirte qué día es hoy es una muestra de amor incondicional, paciente, optimista y vital.



Es Hora De Meditar


Los humanos del siglo XXI nos encontramos inmersos en un mundo de cambios permanentes. El auge de las nuevas tecnologías y la inevitable globalización desafían nuestra salud mental constantemente. 

El estrés y los trastornos de ansiedad alcanzan niveles epidémicos. Vivimos más tiempo, pero a mucha más velocidad, y es fácil que con ese ritmo frenético nos quedemos sin aliento.


El impacto de la revolución digital está presente en casi todo lo que nos rodea. La evolución humana se ha acelerado de tal forma que los procesos que antes duraban siglos ahora se desarrollan en pocos años. La velocidad con la que las cosas cambian en la actualidad continuará a toda máquina, y es de esperar que sus efectos sean más sentidos y profundos.

Se puede decir que la revolución de la ciencia y la tecnología, y su influencia en nuestras vidas, está apenas comenzando. Los humanos del siglo XXI tendemos a quedarnos atrapados en la urgencia de todo lo que hemos de realizar, atrapados en nuestras cabezas, perdiendo de vista aquello que es ciertamente importante.

A los humanos del siglo XXI nos resulta muy fácil caer en un estado de tensión crónica, estrés y ansiedad, viviendo en “piloto automático”, sin estar presentes en el presente.

La capacidad de concentrarnos y sostener la atención es cada vez más difícil de conseguir. Distraídos con el correo electrónico, el mensaje que acaba de llegar al celular, las malas noticias en la televisión, las demandas del trabajo y la familia, es fácil sentirse abrumado, estresado y perderse del extraordinario “regalo” de estar vivo. 
 

No Esperes Nada A Cambio


Hay veces que tenemos la sensación de que estamos dando y dando pero, sin embargo, no estamos recibiendo. Esto nos suele ocurrir cuando estamos tristes, pues no obtenemos ningún tipo de recompensa tras el acto de dar y acabamos pensando que el mundo no es merecedor de nuestra dedicación.

Cuando te cansas de dar y dar sin recibir puede que, incluso, acabes evitando que alguien te ofrezca ayuda. Así, la falta de reciprocidad se acaba alimentando de una espiral de desencanto y de dolor.

Si te ocurre esto, lo mejor es abandonar tu puesto y relegar esas obligaciones que te has impuesto, pues es un intercambio que resulta tóxico para ti y que, por lo tanto, destruye tu salud.

Algo va mal si te estás cansando, si te invade la tristeza, la desilusión o el desencanto y si sientes que lo que haces por la otra persona es una carga cuando no debería serlo. Hay personas que pueden chuparnos, literalmente, la energía.

Es probable que ellos no se den cuenta, por eso siempre es recomendable y necesario armarse de valor y aclarar estas cuestiones. También puede que sí que se percate del tema pero que le interese mantener la situación.

Entonces, lo mejor es poner a prueba ese interés dejando de esforzarnos por satisfacer sus necesidades y ver lo que sucede después. Una actitud egoísta se ve a leguas, solo necesitamos mirar en la dirección adecuada.

No vale de nada luchar contra viento y marea por una persona que no mueve ni un dedo. No sirve ayudar constantemente a alguien con un trabajo que no está interesado en aprender a realizar. No nos hace bien dar sin recibir.
No podemos dedicarnos a los demás y olvidarnos de nosotros. La única gratitud sin la que no podemos vivir es la gratitud a uno mismo, pues es el pilar del amor propio y el cimiento de nuestro crecimiento personal.

Obviamente, no vamos a dar ni a agradecer nada a quien se está aprovechando de nosotros. Eso nos haría sentir necios, a la vez que resulta peligroso para nuestro autoestima y nuestro bienestar.

Por otra parte, dicen que nunca es suficiente el agradecimiento a aquel que no te abandonó en los malos momentos. Por eso, ofrecer buenas palabras, buenos sentimientos, buenos actos y buenos pensamientos para quien nos ayudó en algún momento es muy importante, ya que esto nos ayudará a recordar el valor de la bondad y del ofrecimiento a los demás.