En sentido recto enconar significa
inflamarse una llaga o una herida, irse empeorando. Por analogía se dice en
sentido metafórico, irritar, exasperar los ánimos; ponerlos en peor estado de
aquel en que antes se hallaban, pues el encono es una mala voluntad, un rencor
que ha llegado a arraigarse en el alma: es un sentimiento vivo y permanente de
odio contra cualquiera.
Enemistar es ocuparse, por mala intención y
perjudiciales hábitos, en sembrar el desorden en las familias, en las
reuniones, sociedades y compañías, produciendo desavenencias, odios y
persecuciones; cualidades perjudiciales que hacen tan aborrecibles cuanto
dañosos a los que las tienen, y obligan a huir de su trato y comunicación.
El encono persigue
con ardor y se aprovecha de cuantas ocasiones halla de dañar a su enemigo. La
enemistad suele ser muchas veces secreta, disimulada, cubriéndose a menudo con
la máscara de la amistad.
Está muy enconado
contra ese hombre, y se obstina en perseguirle de todos modos
Hace mucho tiempo
que reina la enemistad entre esos dos hermanos.
Domina a esas dos
familias secreta enemistad.
El encono proviene
de injurias verdaderas o imaginarias, de las que se intenta de todos modos
tomar venganza. El encono excede aun en maldad al odio por la
actividad y ardor que guía al enconado a ocuparse continuamente en la venganza,
en el daño y en la destrucción del contrario.
El encono sólo se dirige a las
personas: el odio tanto a estas como a las cosas. Se tiene odio a cuanto nos
daña, ya sea material, ya inmaterial.
Puede tener el odio
un sentido bueno. Se odia al vicio, a la maldad. El encono siempre se toma en
mal sentido.
El odio es
un sentimiento de pena y aversión que una persona o cosa excita en lo hondo de
nuestro corazón, ya a causa del mal que nos ha hecho o nos hace o creemos que
pueda o intente hacernos, ya porque contraría poderosamente a nuestros
intereses, pasiones y gustos.
El rencor,
que en lenguaje vulgar y bastante expresivo, se suele llamar tirria,
es el resentimiento oculto en el corazón del rencoroso hasta que se presenta
ocasión adecuada para vengarse completamente del que aborrece.
Y aún podremos
decir que la tirria excede en su odio al rencor, pues se convierte en una
especie de tema 6 manía contra cualquier persona, tan tenaz y continua que
hasta en las cosas más mínimas e indiferentes se manifiesta sin descanso,
oponiéndose a cuanto dice o hace.
En sentido recto resentirse una
cosa es presentar señales de quebrantarse, separarse, no estar firmes las
partes que componen el todo, y asi se dice: se resintió la pared, el
arco, la ensambladura, el maderaje: ese edificio está resentido, por lo tanto
no muy seguro. Por traslación se resiente la amistad, el trato, cuando se
advierten señales de desagrado..
Cuando el
resentimiento es fundado y de cosa importante, se convierte en enojo.
Resentimiento es, pues, el amargo y profundo recuerdo de una injuria
particular, de la que desea uno satisfacerse; pero el rencor pasa mucho más
allá, pues pretende causar todo el mal posible hasta la destrucción del
contrario.
Llamase repugnancia a
la oposición o contradicción que se advierte entre dos cosas; a la
incompatibilidad de cualidades en una misma; a la resistencia que oponemos al
convenir en una cosa o admitirla; a hacerla, cuando es forzoso, de mala
voluntad. Repugna un manjar que no agrada; repugna una persona
que nos contradice: repugna una medicina que amarga: hacemos con repugnancia lo
que nos mandan, porque nos es incómodo o desagradable: repugnante es cuanto
contradice á nuestras inclinaciones.
La aversión consiste
en cierta oposición, muchas veces natural e invencible a ciertas personas o
cosas que hace que evitemos su presencia y aún su recuerdo; que huyamos de su
trato, comunicación y uso, por lo que nos incomodan y dañan.
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