Todos en algún momento de
nuestra vida, nos hemos sentido con el derecho de juzgar al otro de acuerdo con
su vestimenta, su forma de actuar, su forma de hablar o de pensar.
Estos prejuicios no son beneficiosos para nosotros ni para la otra persona, ya que
limita la capacidad de goce de ambos. En nuestra sociedad existe una dificultad
para poder aceptar al otro tal cual es sin criticarlo negativamente. Esta
capacidad de juzgar la hemos aprendido a lo largo de la vida, ya sea en nuestra
familia, en la educación formal o en el ámbito en el cual nos movemos. Pero una
vez que alcanzamos la adultez, somos capaces de modificar estos pensamientos y conductas y
reconvertirlos en acciones positivas.
A
continuación, te presentaremos, como evitar ser prejuicioso.
Prejuicio. Como lo dice la palabra, un prejuicio implica
juzgar anticipadamente un hecho, una persona, una conducta. No debemos
anticiparnos a lo que realmente es. Muchas veces, la primera impresión de una
persona suele ser equivocada. Es importante, poder tener la capacidad de
mantener una mentalidad abierta y flexible para poder evitar prejuicios
equivocados.
Tiempo. Antes de emitir un comentario o de
catalogar a una persona, debes tomarte el tiempo necesario para conocerla bien.
Nos podemos sorprender positivamente si le damos la oportunidad. Observa con
cierta distancia y trata de no actuar impulsivamente, para que la otra persona
pueda actuar libremente y desenvolverse con naturalidad. Si no le damos la
oportunidad, nunca sabremos si estábamos en lo cierto con lo que pensábamos.
Sinceridad. No des por hecho algo basado en
suposiciones. Si tienes algún tipo de dudas en relación a ciertas situaciones,
pregúntale directamente a la persona implicada. Sobre todo, si se trata de
actitudes o reacciones.
En ocasiones, lo que nosotros consideramos como un
agravio, en realidad para la otra persona no lo es, por eso es necesario no dar
por hecho ciertas cosas, sino consultar antes
.
Claridad. Debes tratar de evitar todas aquellas
palabras que sean destructivas tanto para ti como para la otra persona. Debes
tratar de pensar positivamente, mantenerte abierto ante la situación, para de
este modo aceptar las diferencias y no juzgarlas. Nosotros no somos jueces de
las demás personas, no somos ni mejores ni peores, somos distintos y por eso
resulta importante aprender a convivir con la diversidad en lugar de
criticarla
.
Prevenir. No hagas a los demás lo que no te gusta
que te hagan a ti. Si no te gusta que te critiquen sin motivo, tú no hagas lo
mismo. Cada uno tiene derecho a ser como quiere mientras que no haga daño a los
demás. Respetar las distintas opiniones y las diferentes maneras de enfrentar
la vida, es la clave fundamental.
Aprendemos más de las diferencias que de las
igualdades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario