«Querer el olvido es un problema antropológico: desde siempre,
el hombre sintió el deseo de reescribir su propia biografía, de cambiar el
pasado, borrar sus huellas, las suyas y las de los demás. [...] La lucha contra
el poder es la lucha de la memoria contra el olvido»
Milan Kundera
La memoria sensorial recoge distintos registros
sensoriales: lo que escuchamos, vemos, sentimos, olemos o saboreamos se guarda
en registros diferentes.
Nuestras neuronas tardan entre medio segundo y dos segundos en decidir qué hacer con las señales recibidas.
Lo que nos resulta irrelevante o
aburrido se elimina inmediatamente; lo que nos resulta interesante, emocionante
o nuevo pasa automáticamente a la memoria operativa.Por tanto, depende de cómo sea un
evento, una charla, una presentación, una clase, un trabajo, una relación…
podemos imaginar si estamos optimizando el aprendizaje y el recuerdo o no.Afirman investigadores de la
Universidad de Birmingham en un artículo publicado en la revista Nature
Neuroscience.Según el estudio, dirigido por
Maria Wimber, el recuerdo es un camino de doble sentido.Nuestras neuronas tardan entre medio segundo y dos segundos en decidir qué hacer con las señales recibidas.
Estudios anteriores habían mostrado que recordar algo de forma repetida estabiliza por un lado el contenido de la memoria. Pero también había indicios de que recordar alguna cosa puede provocar el olvido de otra.
Por esta razón, alteramos la realidad de forma involuntaria cuando pasa a formar parte de nuestros recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario